Cap. 11- "Sad truths"

[Tristes verdades]

         Hyunjin estaba consciente de que tenía que dejar de sobre pensar las cosas y comenzar a actuar como debía, ya que ahora no tenía el tiempo para saber si lo que Jeongin le había dicho era verdad o otra mentira. Por lo que comenzó a buscar las cosas para ir a donde estaba Felix.

Así que, sin más, buscó a Layla, quien estaba con el hijo de Seungmin y con Olivia, la hermana del menor. Le prometió a su hija volver. La pequeña había crecido entre la guerra y los problemas, haciéndola madura y consciente de las cosas. Además, apenas estaba descubriendo sus poderes, poderes que tenía en secreto Hyunjin y ella. No quería poner en riesgo que alguien más la usara para sus propósitos personales, como lo habían hecho con la mayoría de ahí.

Después de una pequeña explicación y una despedida rápida, tomó el camino hacia la bodega donde Chan le había dicho que estaban los documentos sobre la "verdad", algo que ni siquiera sabía si era cierto. Simplemente necesitaba algunas respuestas para saber cómo actuar a base de eso.

De lo único consciente que estaba era que debía llegar hacia Felix, no solo porque su corazón así se lo pedía a gritos, sino que también porque realmente era necesario alcanzarlo. Debido a que una nueva guerra comenzaría, no lo utilizaría para ese propósito, al contrario, sentía que debía protegerlo como Felix lo había hecho.

—Bienvenido, Hwang Hyunjin —La voz lo sorprendió, pero verlo ahí lo paralizó.

—Bang Chan —fue lo único que pudo decir.

—Creo que era necesario que por fin supieras la verdad —Chan parecía estoico, como si todo aquello fuera obvio, pero no era tan fácil.

—Estaba algo consciente de que tú sabías más de lo que decías, pero verte aquí lo afirma —Hyunjin puso todo su cuerpo alerta, ya no podía dejar que las emociones o las circunstancias lo hicieran sentirse débil y pequeño. Ya no era aquel chico. No cuando Sam ya no estaba ahí.

—Siempre fuiste inteligente, pero nunca pudiste controlar tus emociones —habló Chan, caminando para sentarse en una silla, mientras encendía un cigarro—. No le daré vueltas a este asunto. Sé que tienes prisa por llegar hasta él y no te culpo. Yo también lo amé, —Hyunjin lo miró mal—. Ja, ja, pero no en esta vida.

Hyunjin no entendía nada y realmente eso lo estresaba mucho. Las palabras de Chan solo lo hacían sentirse más confundido, pero no tenía el tiempo para distraerse. Necesitaba respuestas y eso obtendría.

—Habla de una maldita vez —apretó la mandíbula en molestia.

—De acuerdo, te contaré todo —dijo Chan, con una mirada intensa—. Todo sobre los prototipos, sobre los inhumanos, sobre nuestra verdadera historia y sobre él. Sobre Felix.

Hace 40 años, cuando el mundo no había sido destruido por el egoísmo y la ambición de las personas, conocí a un chico. Yo tenía 15 y él 11. Su nombre era YongBok, su aspecto lo conoces, pecoso, de piel bronceada, no tan blanca como lo es ahora, simplemente era de un hermoso color cálido, su cabello era café oscuro y sus ojos del mismo hermoso tono, su sonrisa siempre gentil y su aura angelical, era perfecto de donde lo vieras.

Juntos pasamos mucho tiempo, jugando, aprendiendo y sobre todo amándonos. No entendimos cuando pasó, pero pasó. Éramos dos chicos que se habían encontrado para ser el uno para el otro. Cuando YongBok cumplió 21 años, le propuse matrimonio, pero jamás pensé que la guerra me lo quitaría todo, principalmente al amor de mi vida.

Las bombas comenzaron a caer y todo fue destruido. Ambos huimos, pero yo era un científico de renombre, por lo que el gobierno me atrapó junto a YongBok, quien había comenzado a enfermar a causa del aire contaminado por la radiación. Yo hice todo lo que estuvo a mi alcance, pero no fue suficiente. Él murió en mis manos y junto a él, mi cordura.

Guardé su ADN como el científico que era. La radiación también me había llegado y los primeros brotes fueron que mi cuerpo se había estancado en mis 25 años. Con eso pude lograr seguir con mi proyecto: traer de vuelta a YongBok a mí. Pero para que el gobierno me pudiera dejar hacer lo que quería, tuve que empezar con el proyecto del "Soldado perfecto", como las armas para el brote de personas con poderes.

Al principio del proyecto era extraer los poderes de los inhumanos para luego colocarlos en soldados libres de alteraciones, pero no fue posible. El choque era fuerte y con ello, se produjeron malformaciones que fueron eliminadas. Después se hizo una cacería de inhumanos para que estos fueran los soldados para controlar la guerra de poder que aún existía, aunque los países como tal ahora eran solo distritos rotos.

Mientras eso pasaba, yo coloqué en una mujer con rasgos parecidos a YongBok y quien ya tenía una hija inhumana, el ADN de este para que este le diera a luz. Eso bajo los ojos atentos de mis superiores. Cuando nació, se dieron cuenta de que YongBok traía más alteraciones de lo normal. Por lo que le di dinero a esa mujer para que ella y su familia se fueran junto a YongBok a otro lugar, mientras que yo vigilaba el crecimiento de ese chico, con la esperanza de que algún día él volviera a mí.

Por mi parte, seguí con el proyecto, pero me di cuenta de que mi gen estaba debilitándose. Por lo que necesitaba seguir siendo el chico que vio YongBok antes de que volviera. Por lo que modifiqué mi cuerpo usando cada uno de sus poderes, ya que era de los primeros humanos expuestos a la radiación, pude soportarlo.

En ese tiempo, las circunstancias comenzaron a avanzar. YongBok, ahora llamado Felix, fue expuesto al maltrato, la crueldad y su cuerpo comenzó a trabajar para protegerse, creando dos personalidades en un solo cuerpo.

Cuando llegué a ti, estaba consciente de que debía sacarlo de ahí, pero no me dejaban actuar. Jamás imaginé que su relación se produciría. Por lo que hice todo para salir de los laboratorios, fingir ser hijo de un hombre al cual le di poder y dinero, para convertirme en el jefe de la rebelión. Es irónico, pero fue necesario.

Siempre estuve ahí tras los pasos de ustedes dos, pero más de Felix, admirando en la persona que se había convertido, alguien muy diferente a aquel niño tímido y gentil. Un odio creció en mí, por lo que cuando Felix fingió morir, yo mismo lo capturé para llevarlo hasta el vacío mismo de su mente. Yo quería que olvidara todo, que se volviera en el YongBok que amaba, pero no fue así, principalmente —Porque Felix había dado a luz a una niña, una que es tu hija y la de Felix —dijo Chan, con una mirada melancólica—. Al final, entendí que no importaba nada de lo que hiciera, el YongBok que yo amaba, jamás regresaría.

Miró a Hyunjin, quien sonrió de lado, comprendiendo la complejidad de los sentimientos de Chan.

—Esta guerra me ha sobrepasado y mi cordura no está bien —continuó Chan—. No te digo eso para que tengas compasión de mí, pero te diré que haré lo posible para que el mundo sea un poco de lo que alguna vez fue en ese tiempo.

—¿Quién sabe de esto? —preguntó Hyunjin con el corazón alterado.

—Woojin, es el único que lo sabe —respondió Chan.

—La sede y los altos mandos, me buscan como a todos ustedes. Yo no puedo hacer mucho, pero necesitas traer de vuelta a Felix. Él tiene más poder de lo que te imaginas.

—No iré por Felix para que lo vuelvas a usar como siempre —respondió Hyunjin.

—Lo sé, pero si no actuamos, todo acabará pronto —habló Chan con un tono de voz cansado—. Mis poderes se agotarán en poco y seré un anciano... Por ello necesitamos todo para que el poder y mi conocimiento sean utilizados para finalizar esto que yo comencé. Después de eso, yo mismo moriré.

Chan lastimó a muchos, pero lo único que Hyunjin podía decirle era:

—Sin ti, no hubiera conocido a Felix, pero yo mismo te mataré cuando todo termine.

El mayor asintió y Hyunjin caminó hasta la salida.

—Cuida a mi familia y a los chicos. Yo volveré con Felix y daremos fin a esta maldita guerra.

Hyunjin se marchó, dejando a un Chan cansado, el cual se levantó para recoger entre la basura una foto, una que había guardado por mucho tiempo, una de YongBok. Mientras que en su mente se lamentaba por todo el daño, pero ya era tarde.

—Eres un cambia formas —la voz de Jeongin no le sorprendió—. Puedes cambiar tu aspecto y el de otros, por eso Woojin parecía desaparecer y aparecer. Así que también tienes mis poderes. Pensé y me odié por ser tan manipulador, pero tú me has ganado.

—Jeongin, si sigues siendo ese niño perdido, perderás todo por lo que engañaste y dañaste —respondió Chan—. Sé que amas a Seungmin. Cuando nos acostamos, repetiste su nombre muchas veces, para después ignorarlo. Usaste toda la información que obtenías para ponerlo a salvo. Deberías detenerte y regresar a su lado, o lo perderás como yo perdí a la persona que amé.

—No entiendo cómo puedes seguir mirando a esa persona sin agonizar. Lo que escuché Felix es igual a YongBok —dijo Jeongin, sentándose en el frío suelo.

—No es igual, YongBok era muy diferente a Felix. Por lo que pude aceptar con el tiempo que a quien miraba no era a él —suspiró Chan—. Realmente me aferro al pasado y en el proceso dañé a muchos.

—Sí, mereces morir y sufrir la agonía —respondió Jeongin con sinceridad—, pero creo que esa ya es suficiente, mirando cómo todo se salía de tus manos.

Chan asintió, comprendiendo la perspectiva de Jeongin.

—Yo no entiendo en qué momento me perdí —continuó Jeongin—, pero sé lo que sientes, que no mereces perdón.

—Mi vida se agota —dijo Chan—, pero la tuya, Jeongin, aún no. No pierdas el tiempo y ve con él.

—Lo haré cuando todo termine —respondió Jeongin—. Por ahora, seguiré siendo un zorro que espera a su presa en la distancia —sonrió débilmente.

Chan se rio suavemente.

—Ahora entiendo un poco por qué tú y yo fuimos amantes.

Jeongin miró a Chan con una mezcla de nostalgia y tristeza.

—No me mires así —dijo Chan.

—Idiota —respondió Jeongin, con una sonrisa cansada.

En ese momento, ambos comprendieron que, a pesar de todo, había una conexión entre ellos, una conexión que había sido moldeada por el dolor y la pérdida. Pero también sabían que era hora de dejar ir el pasado y buscar un futuro mejor.

——●——

Hyunjin avanzó lo más rápido que pudo, el tiempo parecía agotarse gota tras gota, en un vaso casi lleno. Cuando llegó, pudo ver a los militares, los cuales llevaban un uniforme diferente, apuntándole a Felix y a Minho, quien parecía no entender las cosas, simplemente estaba parado entre Felix y los militares.

Al parecer, Felix había detenido el tiempo, con su poder de congelar todo, sin que nadie lo notara, dándole la ventaja de usar sus poderes.

—Burning —pronunció Hyunjin.

Y el fuego consumió todo, envolviendo a los militares en llamas que parecían no tener fin. La guerra había comenzado, y Hyunjin sabía que esta sería la última batalla.




Comenten, si no desaparezco por meses.

¡Gracias por leer!

M. K.

Editado: 01/Oct/2024

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