Otro recuerdo inundo mi memoria de golpe hace unos días, era yo en el campo de mi abuela, tenía 7 años estaba sentada en la mesa y mi padre estaba al lado mío, él ya se encontraba impaciente, pero que podía hacer yo, si no entendía del todo las tablas.

– A ver, – dijo enojado – ¿Cuánto es 4x3?

– No se. – Susurré nerviosa, agaché la cabeza, no me atrevía a mirarlo, se lo que me espera.

– ¡Que mierda no entiendes, decime cuanto es 4x3! – Me gritó al oído enojado, yo en ese momento, ya era un mar de lágrimas. No me gusta que me grite de esa forma. Me tomó del brazo con fuerza, me arrastró hasta el cuarto donde se repitió la misma escena, me golpeó hasta el cansancio, yo solo permanecí aguantando el grito de dolor, no debía gritar, no debo hacerlo – a ver, si así entiendes que jamás me debes decir que no sabes, vas a aprenderte mejor las tablas – se marchó, dejándome ahí, con la espalda adolorida.

Luego de unos minutos escuche unos pasos acercarse al cuarto, me hice la dormida, no quería que mi padre me volviera a golpear. Unas manos me tomaron para abrazarme, supe que era mi madre, yo solo podía llorar

– Tranquila, tienes que quedarte callada, porque si no tu padre te escuchara y no queremos eso – susurro mi madre mientras me acariciaba el pelo.

De nuevo esta gran lección que quedó grabada en mi memoria, llorar en silencio y que jamás pero jamás decirle que no sabía respecto a algún tema, debo estudiar, estar preparada por que si no, papá se enojara...