Puppy

– ¿Un bebé? – Preguntó el dueño de Bunny World cuando Katsuki había pedido una cita para hablar con él.

– Sí, mi jodido cuerpo quiere un cachorro o puede alterar mis hormonas o algo así. Mañana mi escuela me llevará una lista de donantes de esperma para que escoja a algún idiota.

– Intuyo que esto tiene algo que ver con algo a lo que llaman depresión omega, ¿No es así? – Bakugou asintió – Ya veo, debo suponer que esto lo causó el problema que tuvimos hace semanas con el potenciador – El rubio asintió nuevamente – Lo sabía. Tu compañera Mizu también sufrió cambios por estar en contacto directo con él.

– Solo quería saber si podría continuar...

– Como dije, ofrecemos incapacidad por maternidad, guardería y periodo de lactancia – Dijo Yuu – Y esto también entra en tu seguro médico, al tratarse de un descontrol hormonal por parte de un potenciador. No te preocupes, estás cubierto.

Bakugou pudo soltar un suspiro de alivio.

– Cuando sientas que no puedes con la carga de trabajo, tus pies se hinchan o el uniforme deja de entrar por tu vientre, será momento de retirarte ¿Entendido?

– Sí.

– Excelente, ahora vuelve al trabajo.

– ¡Bakugou-kun, qué envidia! ¡Serás mamá!

– ¡Cállate, cara redonda!

– ¡Blasty, estoy tan feliz por ti y mi sobrino!

– ¡Que me dejen en paz, estúpida rata eléctrica!

Se suponía que su condición de buscar la concepción de un cachorro era secreta, pero esos dos idiotas escucharon su conversación con el jefe y ahora saben de esto. Maldición.

– ¡Oigan! ¡Aun no tengo ningún parásito dentro de mí!

– Pero lo tendrás pronto, ¡No puedo esperar para ver crecer tu vientre! – Chilla la castaña mientras se aferra más al torso de Bakugou sin intenciones de dejarle ir.

– ¡Quiero ser el primero que sienta sus pataditas! ¡Quiero, quiero, quiero! – Fantasea de igual manera Kaminari, aferrándose a su compañero por la espalda.

– Felicidades a la futura mamá – Dice Sayaka sin emoción, soplando aquella trompetita para fiestas que se estira al ser tocada – Ahora a trabajar, las celebraciones pueden esperar.

La chica mayor termina por separarlos y les pone de inmediato a trabajar. La mente de Bakugou se ha distraído por completo de Todoroki ante el asunto de necesitar un cachorro por inseminación artificial. No quiere tener el bebé de un extraño, pero pedirle a alguien conocido sería aún más jodido. No es como si pudiese ir y preguntarle: Necesito que me preñes, ¿Quieres ayudarme?

Ugh no, eso es perturbador y asqueroso. Sea cual sea el caso, comienza su jornada atendiendo a las mesas que le corresponden, intentando actuar natural y sexy.

Cuando es hora de su descanso para comer, se apresura en hacerlo y luego va a retocarse el maquillaje y peinarse el cabello. Da un vistazo rápido a su celular y contesta un mensaje de WhatsApp que le envió su madre. A veces escribir con las uñas largas es una tortura.

Durante su siguiente periodo de trabajo, se encuentra con que Todoroki ya ha llegado. Contrario a todas las noches anteriores, el bicolor no le presta atención, parece estar más concentrado mirando su copa de alcohol –probablemente Whisky que ha pedido para hacerse pendejo toda la noche sin que le saquen del lugar–.

Extraño. Realmente extraño. ¿Era su imaginación o Shouto tenía una mueca de desespero?

– ¡Katsuki-chan! ¡Por aquí, lindura! – Desvía su atención del alfa solitario para ir donde la mesa con 3 alfas le ha llamado. Da su mejor sonrisa coqueta y se dispone a seguir con su trabajo.

Cuando está por retirarse, finalmente el bicolor le mira; pero no le habla, no le insiste, es más, apenas le ve, desvía la mirada, como si esta vez fuese el alfa quien huyera de él. ¿Qué carajos?

– Oye, bastardo icyhot – Su llamado hace que Todoroki se detenga, pero no le mira a los ojos.

– ¿Sucede algo, Bakugou? – El rubio sabe qué hace mal, no debe hablar con él, pero ha extrañado tanto su cercanía. Lo necesita realmente, más ahora que su mente está pensando en lo del cachorro.

El cachorro...

– ¿Puedo hablar contigo unos minutos? – Le pide, haciendo sorprender a Todoroki.

– Está bien, si no tienes ningún inconveniente – El niega con la cabeza, mientras se sientan en una banca que hay afuera de la salida trasera. Debe hablar rápido, antes de que Denki y Ochako salgan y llegue el servicio de transporte.

– Verás, respecto a lo que ha sucedido con el problema entre nosotros... – Katsuki suspira dándose valor para continuar – Yo, tengo un problema que surgió después del asunto con el potenciador, ¿Recuerdas?

– Hmm... – Shouto asiente, intentando no levantar sospechas de que sabe lo que el omega está a punto de decirle – ¿Te has sentido mal?

– Mis hormonas se alteraron – Corrige – La vieja de la enfermera me hizo un chequeo y llegó a la conclusión de que necesito tener una cría.

– ¿Cómo dices? – Se hizo el sorprendido.

– Lo que escuchaste, necesito tener un cachorro o si no mi cuerpo va a expulsar feromonas a diestra y siniestra, y no va a parar hasta que le dé uno – Murmuró cabreado.

– Pero... ¿Creía que UA no permitía eso en...?

– No lo hacen, pero conmigo harán una excepción. Mañana llevarán una estúpida lista de donantes de esperma y también debo hablar con la vieja bruja y mi padre para que vayan también a hablar de esto.

– Oh.

– Pero yo no quiero esa lista.

– ¿Por qué no? Podrás elegir el padre del cachorro, aunque no le verás nunca – Comentó Shouto un poco decaído. Ahora lo que debería ser, era el soporte del omega y quien le aconsejase.

– Todoroki – Llamó el rubio, atrayendo la atención del bicolor al escuchar ser llamado por su apellido – Sé que dije que no puedo ser tu omega por lo del asunto de Deku – El chico frunció el ceño. Ahí iba otra vez Bakugou con su estupidez de que gustaba de Midoriya – Pero crees que... tal vez...

– ¿Qué cosa? – Pidió saber, al ver que el rubio se había callado y sus mejillas se tornaban rojas.

– Olvídalo.

– Dime.

– No, era una tontería sin sentido.

– Bakugou... – El omega se mantuvo callado e indeciso por un momento, hasta que finalmente las palabras pudieron ser arrancadas de su labios.

– ¿Puedes ayudarme a tener mi cachorro? – Definitivamente el bicolor no se esperaba esto. Su pecho dolía de tanta felicidad y su rostro estoico casi cambia a uno completamente expresivo. Casi.

– No – No era la respuesta que Katsuki esperaba, pero la tuvo que aceptar.

– Entiendo... – Dijo mientras sus ojos se humedecían para dar paso a su llanto silencioso y las lágrimas cayendo por sus mejillas.

– No, no lo haces – Todoroki le miró pero el omega no le regresó la mirada. Se negaba a moverse y él lo entendía, pero debía ser claro – Te ayudaré si me prometes una cosa – Bakugou finalmente le miró – Que serás mi omega.

– ¿Por qué deseas tanto que lo sea? – Pidió saber – No soy un omega como los demás, sabes cómo soy con la gente; no soy alguien con quien un alfa quisiera pasar toda su vida.

– Te equivocas, yo si lo hago – Corrigió el bicolor para tomar su mano, haciendo al rubio dar un ligero brinco por su tacto – Precisamente porque no eres un omega como los demás es porque me gustas tanto. Yo, no tuve la mejor experiencia con la sumisión omega – Dijo recordando a su madre – Por eso quiero uno que no lo sea, que luche por lo que quiere y no se calle nunca.

– Deku...

– Por favor, no lo menciones – Pidió el alfa – Deja de utilizarlo como un escape de mis sentimientos hacia ti; no tengo ningún tipo de atracción hacia él, a quien quiero es a ti, Bakugou Katsuki.

A este punto, Bakugou seguía mirando al suelo con las lágrimas saliendo a borbotones de sus ojos, pero ahora eran de felicidad. Mierda, se sentía tan feliz, ¿Por qué se privaba a sí mismo de este jodido sentimiento?

– ¿Prometes que no me dejarás si te acepto?

– Lo prometo – El rubio sonrió. Esa era la respuesta que quería, y que necesitaba oír.

– Entonces, acepto ser tu omega, Todoroki Shouto.

Bakugou no esperó el transporte, ni a sus dos compañeros. Si quería tener a ese cachorro tenía que ser en ese momento. No quería ni ver la estúpida lista que Recovery Girl le llevaría, solo le daría asco. Así que mandando un mensaje a Kaminari, le dijo que se había ido por su cuenta, y a su madre, que dormiría en casa del otro rubio omega.

Él y Todoroki caminaron de la mano –por insistencia del bicolor– hasta un motel decente donde pasar la noche. El dinero no fue problema, facilidades de tener como padre al actual héroe número 1. Pidieron un cuarto y apenas entraron, ambos se lanzaron a la cama.

– ¿Qué se supone que debo hacer ahora?

– No lo sé, tú eres el alfa, idiota.

No, no había nada sexual en esa acción, aun. Ambos eran primerizos y con los sentimientos a flor de piel, los sonrojos hacían su aparición en las mejillas de cada uno. ¿Qué seguía? Obviamente el apareamiento, pero querían llevarlo con calma.

– Iré al baño – Avisó el omega, tomando su maleta y una de las batas de baño que el motel daba.

Todoroki asintió viéndolo irse, sin levantarse de la cama. Creyó que se bañaría, pero no escuchó el ruido del agua caer. A los pocos minutos, el rubio salió nuevamente, con su uniforme de Bunny World, su leve maquillaje y peinado, y con el color rojo inundando su cara.

La del alfa no tardó en ponerse del mismo color al verlo así. Es decir, lo veía de esa manera casi diario, pero ahora era diferente, más íntimo, más especial, solo ellos dos.

– Sé... sé que te gusta el disfraz... – Titubeó Bakugou – Creí que sería una manera de... de que esto funcione rápido... – Dijo tragando saliva.

Shouto se sentó en la orilla de la cama, palpando el sitio a su costado para que Katsuki se sentara. Cuando el chico lo hizo, ambos se quedaron mirando a los ojos unos segundos, para luego desviar la mirada, avergonzados.

Esto no iba a llevar a ninguna parte si seguían así.

– Shouto... – Llamó el rubio, el alfa le miró nuevamente, viendo como su compañero de clase había cerrado los párpados, mientras estiraba ligeramente sus labios rosa hacia él. Quería un beso.

Madre santa, perdónelo por sus pensamientos impuros y deseos de posesión hacia ese omega.

Le tomó de los hombros desnudos, y con vergüenza, se acercó lentamente hacia aquella boca que le esperaba con poca paciencia. Debía tener cuidado y no provocar un incendio por las emociones revueltas que pasaba en ese momento, especialmente porque si Bakugou sudaba, la iban a joder.

Y pasó, por fin. Los labios de ambos se encontraron y besaron con dulzura.

Les gustaba esa sensación, era agradable, cálido, reconfortante; era como si todas sus preocupaciones desaparecieran al momento en que sus labios se besaron. Bakugou llevó sus manos hacia las mejillas del alfa, para poder acercarlo más a sí.

Todoroki aprovechó y recostó al rubio lentamente en la cama, sin dejar de besarle, colocándose sobre él. Cuando se separaron y se miraron a los ojos, sus rostros estaban completamente ruborizados por lo que habían hecho.

Eran dos putos vírgenes mayores de edad sin tener la más mínima idea de cómo proseguir.

Shouto intentó ir más allá, acariciando los muslos descubiertos del omega que se ocultaban únicamente por las medias finas y casi trasparentes color negro. Katsuki se estremeció ante la sensación, pero no pidió que se detuviera.

– Shouto... – Llamó de nuevo, e hizo que sus ojos heterocromáticos mirasen aquel rostro sonrojado y con los ojos vidriosos – Por favor... fóllame, mi alfa – Murmuró con esos deliciosos labios rojizos y húmedos.

Todoroki tragó saliva, mientras se posicionaba entre sus piernas para poder besarle nuevamente, rozando la erección de sus pantalones con la del omega que se veía a través de su uniforme. El rubio no tardó en abrazarle por la espalda y enredar sus piernas en su cadera.

– Lo haré... te volveré, mi omega – Dictaminó entre los besos.

Sus primeros intentos fueron desastrosos, porque la vergüenza les ganaba por mucho. Pero cuando hubo más piel al descubierto, el pudor pasó a segundo plano para dar comienzo a unos intensos besos que no tenían nada en comparación con los anteriores llenos de inocencia.

Las medias de Bakugou estaban rasgadas –nota mental, comprar otras–, sus tacones habían volado a una esquina de la habitación justo con los zapatos de Todoroki y las orejas en su cabeza estaban por caerse de tanto movimiento. Por su parte, el bicolor solo tenía su ropa interior, y los pantalones hasta las rodillas.

Con un movimiento rápido, el alfa pudo hacer a un lado la parte del traje que le cubría la tan esplendorosa vista. Mojó los dedos en su saliva y luego los deslizó por el interior del omega que, gracias al lubricante natural, habían entrado fácilmente. Bakugou apenas podía con sus jadeos al sentir el dedo medio y anular del bicolor moviéndose dentro de él con rapidez.

Cada vez más rápido, más fuerte, más intenso, así fue como sentía su interior ser estimulado por los dedos de Todoroki. Llegó un momento en el que el placer era tanto que intentó quitar la mano del alfa, pero este no le dejó, poniendo más fuerza para que no le moviera, y provocándole aún más placer como castigo por querer apartarlo.

– S-Shouto... n-no, voy a... – Aun si tenía sus dos manos sujetando la muñeca del bicolor con la intensión de detenerlo, fue inútil. Él ya no tenía fuerza – N-No, por favor... a-ah... – Las lágrimas en este punto nublaban su vista, sentía el cuerpo caliente y que el aire se le iba por la boca.

– ¿Huh? ¿Qué es lo que quieres qué haga, Katsuki?

– P-Para, no quiero... n-no así... – Dio un ligero chillido como señal de que se estaba acercando al orgasmo, pero tal como le pidió, el otro se detuvo, cortándole la emoción – ¿Eh?

– Me dijiste que me detuviera, ¿No es así? – El rubio tuvo que desviar la mirada para no avergonzarse más. Estuvo tan cerca de llegar, ahora debía ser paciente.

– Cállate y saca lo que te cuelga entre las patas, bastardo – Murmuró intentando sonar amenazante, pero aun con la mirada en otro lado y las mejillas rojas.

– Como tú digas, Katsuki – Le gustó esa sensación de control, de dominio, de ser él, más alto que el alfa como status. Joder, era el jefe y podía hacer lo que quisiera con Todoroki, ¿Verdad?

– Tendré que añadirte "caballo" como otro apodo, estúpido icyhot... – Shouto no le entendió, ¿Por qué ese nuevo sobrenombre? ¿Caballo? ¿A qué se refería? Bakugou le miró con gracia al ver su cara de confusión por aquello – Esto – Y sintió los dedos cálidos del omega acariciando su polla – Te ha dado el nuevo apodo...

– ¿Pero por qué? – Bakugou se acercó a su rostro, quedando ambos a escasos centímetros de distancia. El rubio se mordió el labio inferior en medio de su sonrisa, y sus ojos denotaban la más pura perversión. Contrario a Todoroki, que seguía sin entender el chiste.

– Querido Shouto... – Susurró Katsuki sobre sus labios, continuando con sus leves caricias a su miembro que vibraba con la sensación – Tu polla es enorme... justo como la de los caballos...

Bingo. Ahora ya le hallaba sentido. Por ahí hubiera empezado y se ahorraban esta explicación.

– B-Bueno yo... – Tragó saliva. Ahora era él el nervioso – ¿Gracias?

– Tengo una muy buena idea – Fue el último susurro del omega antes de darle un par de castos besos sin dejar sus caricias en su pene.

Simplemente sintió como su cuerpo caía a la mullida cama con el otro chico sobre él.

¿Buena idea? ¡Más bien una excelente y estupenda idea! Todoroki había escuchado a sus compañeros decir algo referente a las posiciones sexuales y sus nombres extraños, por eso es que ahora sabía que la posición que hacía con su adorado Katsuki se llamaba el "69".

Joder, ¿Estaba de más decir que mientras él tuviese cara, su lindo omega tendría siempre donde sentarse? Había pasado la lengua por el pene de Bakugou, pero directamente fue y atacó el punto débil con saña, deleitándose con el líquido lubricante que escurría por entre las piernas del rubio, como si fuese la cosa más dulce que hubiese probado.

Katsuki sintió sus piernas temblar ante la sensación, ahogando jadeos por el placer que le recorría de punta a punta. Suspiró muchas veces, hasta que finalmente consiguió el aguante suficiente para la excitación y poder proceder a besar, chupar y lamer la polla que tenía frente a su rostro; con sus manos ayudando en la masturbación de arriba abajo.

Dios, su boca no estaba capacitada para poder meter aquel trozo de carne sin el riesgo de desencajarse la mandíbula, pero haría lo mejor que pudiese para hacer sentir bien a su alfa. Los gemidos y jadeos de Todoroki le indicaban que lo hacía bien, y casi chilla de emoción al ver como la base del miembro comenzaba a hincharse, señal de que se correría.

Pasó la lengua por alrededor, sintiendo la forma circular del nudo que se formaba y se hacía más grande cada vez, pero supo manejarlo. Le detuvo cuando rodeó el miembro con una mano y apretó para evitar cualquier acceso que tuviese el semen para salir disparado, provocándole un quejido al bicolor por su orgasmo interrumpido.

– Kats... quiero... – Se quejó el bicolor de manera infantil, al no poder correrse. El rubio sonrió enternecido, y besó la punta del glande como compensación.

– Aun no – Contestó, se dio vuelta y besó los labios ajenos, y como pudo, se tiró hacia la cama haciendo que Todoroki quedase ahora sobre él. Le dio un beso más – Si vas a venirte, tiene que ser aquí – Exigió mientras abría las piernas, restregándose contra la erección del alfa.

– ¿P-Puedo? – Preguntó Shouto, luego de tragar saliva porque sentía que la garganta se le secaba. Restregó la punta de su polla con la entrada que se contraía ansiosa de tenerle dentro, jadeó al pensar en lo bien que se sentiría estar ahí.

Bakugou se mordió los labios y asintió, siendo esto la respuesta que el otro buscaba, comenzando a meter su miembro dentro del omega. Ambos jadearon ante cada empuje, y pronto, casi todo el falo, con excepción del nudo a medio hincharse, estaba dentro de Katsuki.

El rubio gimió, sollozó y jadeó ante la sensación. Sus entrañas le quemaban, pero era un calor agradable. Se abrazó a su alfa, tanto con sus brazos como con sus piernas, y apretó fuerte los ojos para que las lágrimas de placer cayeran. Todoroki se quedó quieto, esperando a que le diese la orden de continuar, haciéndolo enloquecer sin querer al sentir el glande en la boca de su útero.

Joder, era una sensación estupenda. No le sorprendía saber por qué los omegas perdían el control cuando eran follados durante su celo. Su mente se perdió más cuando la razón por la cual se encontraba haciendo eso apareció. Cachorros, ¡Cachorros! Shouto iba a preñarle, a dejarle lleno de crías, y él se encontraba encantado con la idea. ¡Estúpido cuerpo omega!

– Kats, m-me... ¿Me puedo mover? – Tan perdido estaba en su delirio que casi olvida que lo mejor no ha ni empezado.

– Hazlo – Suspiró, sintiendo enseguida como su interior quedaba vacío unos segundos para luego ser llenado de nuevo.

El vaivén fue lento, seguro y amoroso, como si Todoroki pensase que fuese a detenerle y tuviese que salir de él. Pero no fue así, se abrazó más a su cuerpo, y pronto, el alfa comenzó a ir más rápido, intentando no cansarse mientras golpeaba su interior con fuerza, obligando a su útero a expandirse para poder recibir al invitado que se abría paso sin piedad.

En este punto, la mente de ambos divagaba fuera de este mundo, concentrándose únicamente en su instinto animal de reproducirse. La falta de palabras era la prueba de ello, dando lugar únicamente a los sonidos obscenos, como gemidos, jadeos, sollozos y el chapoteo que hacían sus lenguas cuando entraban en contacto la una con la otra.

Pero no podían simplemente perder la cabeza por una sesión de sexo. Deben saber quiénes son, qué es lo que quieren y por qué hacen esto. No solo tratarse como alfa y omega buscando la concepción de una cría, si no recordar que son Todoroki Shouto y Bakugou Katsuki, dos idiotas con Quirks poderosos que serán increíbles héroes en el futuro, y que además, se quieren con locura.

Pero concentrarse en eso es casi una tarea imposible cuando la polla de Todoroki está siendo estrujada con fuerza y casi ordeñada para que suelte el semen dentro del rubio, quien solloza al sentir el pedazo de carne caliente moliendo sus entrañas, dándole placer en su próstata y cavidad uterina, sin mencionar el nudo y los testículos que se golpean con su culo en cada embestida.

A-Alfa... – Gimoteó el omega entre sus besos, obligándose a no perder la razón por algo tan primitivo como el sexo.

– ¿Qué es lo que quieres, omega? – Preguntó el bicolor, con la voz ronca y entrando más profundo en él. Se notaba más seguro que antes.

Katsuki sintió que sus piernas temblaban y sus dedos de los pies se retorcían. No, Todoroki no puede jugar así con él, no puede hablarle de esa manera para obligar a su lado omega a someterse, no puede simplemente preguntarle lo que quiere, porque no lo dirá en voz alta.

– Te lo preguntaré una vez más, omega – Insistió – ¿Qué es lo que quieres?

Su mente se perdió, y por más que su orgullo le pidiera no ceder, tuvo que hacerlo. Se rindió.

Bakugou sollozó y se retorció de placer mientras se aferraba más fuerte al cuerpo ajeno, sometiéndose a la voz de mando, llorando con gozo mientras su mente luchaba por hacerle hablar, por hacer que la lengua que sentía pesada se moviera para formular palabras.

– ¡Por favor, alfa! ¡Márcame! ¡Préñame! – Lloriqueó mientras le abrazaba, gritándole en el oído, por si no le entendía al hablar – ¡Lléname con tus cachorros! ¡Quiero dar a luz a tus crías!

– Que omega tan bueno... – Todoroki le besó la mejilla como recompensa por su sinceridad, mientras el rubio sentía que su mente quedaba en blanco, pero sonrió ante el beso.

Alfa, por favor, muérdeme – Suplicó – Quiero ser tu omega, darte bebés, todos los que quieras. Yo aceptaré, solo márcame y seré tuyo para siempre...

– Tentador...

Shouto le acarició el cuello con los labios, y Bakugou lo estiró más como señal de que el alfa podría hacer lo que quiera con él, que estaba a su completa disposición. Pero no podía morderlo, al menos no así, por lo que salió de él, confundiendo al rubio quien sentía que lloraría por esa acción. ¿Por qué su alfa había salido tan abruptamente? ¿No le quería como omega?

– Date vuelta – Pidió, y Katsuki lo hizo, ansioso por sentir de nuevo la polla dentro. Su pecho se pegó al colchón de la cama y abrazó la almohada para poder morderla y esconder sus gemidos – Lindo y obediente, omega... – Y el bicolor le tomó de las caderas para adentrarse nuevamente.

– ¡Alfa! ¡Anúdame! ¡Márcame! ¡L-Lo necesito! – Gritó entre sollozos, esperando que sus suplicas fuesen entendibles aun cuando la almohada donde escondía su rostro obstaculizara el sonido.

Cumplió. Todoroki se impulsó cada vez más dentro de él, tomándolo con fuerza de las caderas mientras le embestía y soltaba gemidos y jadeos, murmurando halagos hacia lo bien que su entrada le apretaba el miembro. Ambos sabían que no podían seguir así, por lo que era momento de dejarlo salir todo y esperar que la fecundación sea exitosa.

Aun con todo el placer, aun con todo ese cúmulo de sensaciones y el sometimiento involuntario al que Katsuki se había introducido, logró recuperar un poco de su consciencia, y gemir lo siguiente:

– M-Muérdeme, Shouto...

El orgasmo fue devastador para ambos. El alfa se adentró todo lo que pudo, forzando su nudo a entrar. El estiramiento dolió, el rubio pudo gemir de satisfacción y alivio cuando lo siguiente que sintió fue la primera descarga de esperma esparcirse en su pequeño útero, lo que obligó a su propio miembro a correrse sin la necesidad de ser tocado.

Bakugou sentía el pecho del otro en su espalda, su nudo muy dentro de su interior y el dolor punzante en la nuca. Los colmillos alfa de Todoroki se habían clavado en su glándula de olor, perforándola para inyectar sus propias feromonas. Incluso después del orgasmo, el otro no se apartó, sino que pasó la lengua por la marca, limpiando la sangre.

– Ya... Ya eres, mi omega – Susurró el que ahora era su alfa – Fuiste muy bueno, Katsuki, el mejor...

El rubio no contestó, no tenía fuerza para hacerlo. Simplemente se encargaba de regular su respiración y que el oxígeno entrase en su sistema. La sensación post-orgásmica le ayudaba a alejar sus sentidos del dolor en su nuca y del estiramiento repentino que tuvo su entrada ante el recibimiento del nudo de un alfa.

Estaba lleno de sudor, lágrimas, saliva, semen e incluso su nariz moqueaba. De seguro era un asco en ese preciso momento, pero el bicolor seguía alabándole como si fuese lo más perfecto que hay.

– Darás a luz cachorros muy fuertes, con las posibilidades de que hereden nuestros Quirks, ya sea individuales o combinados... – Bakugou casi chilla de placer ante esa revelación casi olvidada. Sus cachorros iban a ser unas bestias – Llevarás a los héroes más fuertes aquí... – Dijo mientras acariciaba el vientre del omega.

"Qué gran honor" quiso expresar con sarcasmo, pero sus palabras se quedaron en su mente al sentir la siguiente descarga de semen en su útero, obligándolo a expandirse un poco mientras el resto del líquido que no pudo quedarse se deslizaba y escapaba por el nudo del alfa, que aparentemente, ya no estaba tan grande como antes.

Si Bakugou hubiese estado cuerdo, en sus cinco sentidos y sin la estúpida depresión omega, jamás se le hubiese ocurrido tener un cachorro; al menos no ahora, tenía mucho camino por delante qué hacer antes de pensar en una familia. Pero tenían que venir el potenciador y ese alfa idiota a joderlo todo, haciéndole pensar únicamente en querer una cría al que dedicar su tiempo libre.

Pero todo estaba bien, ahora tenía una pareja, su alfa; también contaba con el apoyo de la escuela, de su trabajo, de sus compañeros de clase, muy probablemente de su familia y de seguro también de la del medio albino. No creía que Enji Todoroki dejara pasar esta oportunidad de tener nietos con poderes devastadores. Y la vieja bruja, hace mucho quería nietos.

– Me gustas, Katsuki... mucho, te quiero, te amo... – Murmuró Shouto contra su oído, haciéndolo sentir en las nubes.

– B-Bastardo... – Logró juntar la fuerza para poder hablar, aunque la voz se escuchaba desgastada – Yo igual... – Con eso último, el rubio cerró los ojos y se durmió.

Decir que fue fácil y rápido la plática con la escuela fue una mentira. Bakugou no le dijo a sus padres, si no que la misma UA tuvo que mandarlos a llamar. Una plática acerca de la salud de uno de sus estudiantes omegas era un asunto serio, pero todo quedó en un ambiente incómodo cuando ese alumno nunca se presentó, ni a la junta ni a las clases en general.

La cosa se agravó más cuando la señora Mitsuki le exigió a Denki decirle el paradero de su hijo, y este le contestó que le había dicho que se había ido a casa. Todos estaban a punto de entrar en un colapso, y Chiyo dio la opción de que Katsuki se había asustado por el hecho de tener un bebé de un extraño y probablemente había huido de manera temporal.

Los señores Bakugou ya iban a llamar a la policía y Aizawa estaba por comunicarse con los demás héroes para iniciar una búsqueda, además de que Kaminari también había corrido la voz por el salón. Todos estaban tensos porque el rubio no aparecía, y él no ver a Todoroki les hizo pensar que este también lo supo y había ido a buscarlo por su cuenta sin decirle a nadie.

El chico no había sido visto en más de 12 horas, y aunque lo correcto era esperar un poco más de tiempo para comenzar su búsqueda, con el hecho de que era el blanco de la Liga de Villanos, no hubo tiempo para dudar y todos ya estaban listos para iniciar. Excepto porque el omega llamó a la hora después de que comenzaran con sus paranoias.

Mitsuki tomó el celular de su marido, molesta porque el bastardo que tenía por hijo le había mentido y ahora se dignaba a llamar, luego de andar fuera de casa por bastante tiempo. Ese renacuajo iba a pagárselas muy caro cuando le vea la cara de nuevo, y luego iba a llenarle de besos por tener de nuevo a su bebé sano y salvo.

– ¡Tú, mierdecilla! ¡Más te vale decirme ahora mismo dónde te encuentras o voy a...!

– ¿M-Mamá? – Interrumpió el omega, haciendo a la rubia callarse al ser llamada mamá – O-Olvidé decirte que tenías una cita con la e-escuela... yo n-no, no pude ir, l-lo siento...

– ¿Cariño, estás bien? – Cambió de actitud de pronto al escuchar la voz de su hijo entrecortada, como si estuviese llorando – Dile a mamá dónde estás e iré por ti – Dijo preocupada.

– E-Estoy bien, solo me... me ocupo de a-aliviar mi... depresión omega...

– Tus profesores nos dijeron todo. Bebé, nosotros te apoyamos, lo sabes – Habló con tono maternal – Pero no tienes que huir, podemos hablarlo y llegaremos a un acuerdo.

– N-No, yo... – Bakugou tuvo que morderse los labios para evitar soltar un chillido – Iré a la escuela, m-más tarde. Lo p-prometo... y, te contaré t-todo...

– Bien, amor. Confío en ti. Hasta luego... – Y la línea se cortó del otro lado.

Mitsuki le devolvió el celular a su marido, recibiendo las miradas de los demás para exigirle explicaciones, debido a que no puso la llamada en altavoz. Ella suspiró, se mordió los labios y solo pudo decirle a la gente que estaba ahí que su hijo estaba por llegar.

– ¡Eres un bruto! ¡Me hubieses dejado hablar con mi madre antes! – Regañó el rubio cuando Todoroki anudó en él y las cosas se calmaron.

– Perdón – Se disculpó el otro, mientras sentía que las piernas le temblaban al perder la cuenta de cuántas veces se había corrido. El omega le dejó seco.

– ¡¿Cuál perdón, hijo de tu puto padre?! ¡No puedes simplemente cogerte a alguien que está hablando por teléfono! ¡Tienes suerte de que me anudaras y no pueda moverme! ¡O te explotaría la cara!

Shouto suspiró de alivio ante eso. Al menos al follarlo desde atrás y anudarlo evitó cualquier posibilidad de que Bakugou pudiese girarse para golpearlo. No volverá a hacerlo, pero es que la colita de conejo que tenía el traje que el otro no se había quitado le tentó demasiado.

– Ya, lo siento...

– ¡Y una mierda!

– Entonces, hablé con el bastardo icyhot y llegamos al acuerdo de que me marcaría para frenar mi depresión lo más que se pudiera, pero como era necesario tener un cachorro para poder evitar una alteración en mis feromonas, decidimos resolverlo por nuestra cuenta porque no quería ni ver esa estúpida lista de donantes – Explica Bakugou, una vez que llegan a la escuela.

Era tarde, mucho. Las clases terminaron hace bastante tiempo y ahora solo andaban en la escuela sus compañeros de clase por ser chismosos, pero el resto del alumnado se había ido. Sus padres le esperaban, los demás héroes también junto con Nezu y Chiyo, y ahora, debido a que había involucrado a Todoroki, se encontrada Endeavor igual.

– Jovencito, lo que hiciste fue una irresponsabilidad – Regañó la anciana – No es correcto tomar a la ligera tu salud y debiste avisar a tus padres tu paradero ¡Estaban muy preocupados!

– ¡Así es, mierdecilla! ¡Mentiste y para colmo te escapaste! – Gritoneó la rubia, tomando una de las orejas de su hijo para tironearla – ¡Debiste hablar con nosotros antes de tomar cualquier estúpida decisión por tu cuenta! ¡Te recuerdo que sigues viviendo bajo mi puto techo!

– Cariño, basta. Katsuki ha entendido... – Intentó detenerle Masaru, notando que su esposa ya había dejado roja la oreja de su bebé de tanto tirar de ella.

– ¡Suéltame, vieja bruja! – Chilló Katsuki, sin hacer nada por detenerla. Estaba en problemas, lo sabía. Comenzar una pelea con su madre solo agravaría la situación – ¡Me lastimas! – Lloriqueó.

Y entonces Shouto llevó su mano a donde estaba la de la señora Bakugou, tomándola con fuerza, pero no lo suficiente para lastimarla. Simplemente la apartó, y luego le dijo al rubio que cambiaran de lugar, para alejarlo lo más que podía de su madre estresada y sin control de sus emociones. Todos los demás presentes jadearon por esa acción, y Mitsuki quedó confundida.

– Lo siento, pero no es cómodo para mí ver cómo lastiman a mi omega – Se disculpó el bicolor, haciendo una reverencia hacia los padres de su pareja – Lamento mucho el atrevimiento.

– Está bien, no te preocupes – Contestó el castaño, tomando la mano de su esposa para intentar tranquilizarla porque sabía que esa acción le había molestado – Cariño, debes controlarte; por favor, deja que ellos hablen primero.

– De acuerdo – Aceptó Mitsuki a regañadientes.

– Bueno, realmente solo quería decirles que Bakugou y yo nos hemos entrelazados, ya tiene mi marca así que me hago responsable de él – Katsuki le miró con el entrecejo fruncido, pero no le interrumpió – Espero que UA cumpla con lo prometido de dejarlo ser el héroe que quiere. Ambos nos ocuparemos de cuidar al cachorro por igual. No pienso dejarle solo.

– Bien, como ambos son mayores de edad, supongo que pueden tomar algunas decisiones – Explicó el director – Como son pareja, ya no será necesario la lista de donantes; ahora la depresión del joven Bakugou se ha detenido y tiene apoyo extra en cuanto al asunto del bebé.

– Como su tutor responsable tengo que verme obligado a preguntar ¿Ambos están de acuerdo con la situación? – Los dos menores en la habitación se miraron a los ojos, llegando a la misma respuesta. Asintieron con seguridad y Aizawa suspiró resignado – Supongo que no hay nada más qué decir. Pueden retirarse.

No fue sencillo. Claro que no. Fueron objeto de chismes en toda la academia y fuera de ella. Bakugou se sintió decaído por ser ignorado por su madre, siendo solo reconfortado por Masaru diciéndole que su esposa solo se sentía traicionada y triste de que su hijo único ahora estuviese ligado a alguien más sin que ella supiera; creía no ser de la confianza de su bebé omega.

Con Todoroki tampoco fue fácil. Habló con sus hermanos, Natsuo le dijo que aún era joven para una responsabilidad tan grande y que si quería tener sexo debió cuidarse. Fuyumi estuvo algo de acuerdo, pero en cuanto escuchó la razón del cachorro, solamente le dijo que contaba con su apoyo y podía aconsejarle cuando lo necesitara.

Enji no habló con él, pero tampoco mostró rechazo a su decisión; simplemente era como si le dijese que para cualquier cosa, gasto u consejo, estaría dispuesto a ceder. Su madre quedó aturdida ante la confesión, pidiéndole que se retirara porque necesitaba pensar sus palabras. En su siguiente visita al hospital, le dijo que después de meditarlo mucho, tendría su apoyo.

En el trabajo, la marca y olor tuvieron que ser escondidos por el parche. Todoroki siguió yendo y el rubio agradeció el apoyo ante eso, dándose alguno que otro beso a escondidas durante su descanso. Como Bunny World prometía, iba a apoyar a Katsuki con el asunto de su embarazo, haciendo al omega sentirse más seguro. Además, los otros empleados le dieron muchos consejos.

En la escuela contaron con el apoyo de sus compañeros de clase, los maestros también se encargaron de enseñarles a los dos futuros padres sobre el cuidado de un hijo, además que tuvieron especial cuidado con las clases prácticas para el omega, que tuvo que resignarse por el bien de su cachorro. Shouto le informaba cada detalle, y le hacía conocedor de las tácticas.

– Sí hubieses estado ahí, definitivamente estaríamos perdidos. El campo de entrenamiento era el indicado para tu quirk. Nos hubieras explotado a todos y tendrías el primer lugar, como siempre – Katsuki rio ante el comentario de su alfa sobre su clase práctica de ese día. Le encantaba como el bicolor le adulaba sobre su fuerza y determinación.

– Todos ustedes, extras, tienen suerte de que esté en reposo – Continuó la broma. Shouto se acercó a él y ambos frotaron sus narices como un beso esquimal, impregnando al otro con su aroma – No son rivales para mí.

– Por supuesto que no – Confirmó el otro, para luego besarle su frente – Te prometo que después de que el cachorro nazca usaremos nuestro tiempo libre para entrenar todo lo que quieras. No permitiré que el "futuro" héroe número uno se atrase en los entrenamientos.

– Eso si tenemos el jodido tiempo libre – Contrarrestó, pensando en la escuela, trabajo, hijo – Tendremos suerte si logramos dormir cuando la pulga nazca – Bueno, Katsuki tenía un buen punto.

– Ya nos las arreglaremos – Todoroki besó su frente nuevamente mientras una de sus manos se iba hacia el vientre de su omega que acababa de cumplir los 6 meses, aún faltaba un poco de tiempo para que su pequeño hijo naciera.

– Siempre obtienes lo que quieres, ¿No es así, bastardo? – El alfa no contestó, pero sabía que el rubio tenía razón – Me tienes como omega y de paso me embarazaste.

– Lo del embarazo fue un extra, pero no me quejo.

– ¡Hijo de puta!

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top