Hero

Uraraka se mostró sumamente sorprendida cuando Kaminari le dijo que Bakugou la ayudaría a encontrar un trabajo del cual mantenerse económicamente. Por eso cuando se vieron en la estación del metro, el ambiente se volvió incómodo.

La castaña se sentía mal por juzgar al rubio como un omega defectuoso y molesto.

Pero ni ella ni Denki pudieron sorprenderse más cuando Katsuki les enseñó su lugar de trabajo.

– ¿Bunny World? – Preguntó Ochako confundida. Estaba desesperada por conseguir dinero pero, no le apetecía mucho exhibir su cuerpo como prostituta.

– No hagan esas caras. Cuando sepan de qué va la cosa, aceptarán. Solo permítanme hablar con algunas personas, no me tardo.

Y así fue. Los dos omegas se quedaron en un sofá esperando, mientras Bakugou hablaba con Sayaka para poder convencer al dueño. Por el momento no estaban solicitando empleados, pero había que admitir que con el techo vuelto un balcón-segundo piso con más mesas, necesitaban ayuda extra.

– Hablaré con él, pero no prometo nada – Dijo Sayaka antes de irse.

El dueño escuchó cada palabra a través de la omega como si el mismo Bakugou las estuviera diciendo. Explicó las razones por las que quería que contrataran a sus amigos, y Sayaka añadió el hecho de necesitar más empleados en el segundo piso.

La plática duró mucho, y pronto el rubio tuvo que cambiarse para entrar a trabajar. Ya listo, antes de comenzar su jornada, fue a ver a sus dos amigos, quienes se quedaron sorprendidos al verle en el disfraz de conejito playboy que era el uniforme del lugar.

– Buenas noticias. El jefe dice que pueden pasar con él; de su entrevista depende si se quedan o no. No lo arruinen – Habló Sayaka cuando apareció de nuevo – Y tú – Se dirigió a Katsuki – A trabajar.

Uraraka y Kaminari entraron al mismo tiempo, completamente nerviosos, pero Bakugou no pudo saber nada más. Trabajó sus horas y cuando fue tiempo de su descanso para comer, fue que pudo saber lo que había pasado.

Afortunadamente les dieron el empleo, y ahora mismo estaban en su primer día de capacitación con Sayaka. Mañana traerían sus demás papeles y dentro de una semana tendrían sus uniformes.

– No sabía que había otro sentimiento aparte del enojo en ese corazoncito tuyo – Bromeó la omega cuando lo vio entrar donde sus dos compañeros intentaban caminar con los tacones.

– Cállate y hazlos sufrir como a mí.

La semana que duraba la capacitación de Ochako y Denki fue relativamente tranquila para Katsuki mientras trabajaba. Las visitas constantes de Todoroki tampoco faltaron, pero él lo dejó como segundo plano. No fue hasta el día que finalmente sus dos compañeros recibirían su uniforme que hubo un pequeño altercado.

– Entonces, Katsuki-chan... – Le llamó un hombre alfa borracho y con voz lasciva – ¿No te gustaría ir a algún lado?

– Lo siento, señor. No puedo tener ese tipo de relaciones con los clientes – Se disculpó el omega, haciendo un puchero como si aquello le diese tristeza – Por favor, perdóneme – Y colocó en la mesa una cerveza que el hombre había pedido antes.

– Es que eres una verdadera preciosura – Bakugou tuvo que esforzarse para no rodar los ojos. Ya había escuchado esas frases – Vamos, deja este sitio; ven conmigo y sé mi omega, prometo que nada te faltará.

– Es muy amable de su parte, señor. Pero temo que debo rechazar su propuesta; espero me perdone – Se disculpó nuevamente.

Su interior se moría de ganas por reírse de alguien que quería sacarlo de trabajar ahí, sabiendo que perfectamente ganaba más que el tipo. Además, el anillo de casado estaba presente en el dedo. Pobre de la persona que fuese su conyugue.

– Por favor – Y entonces pasó lo que antes no le había sucedido. El hombre le tomó la muñeca.

– Señor, por favor, suélteme. Se lo pido, de lo contario tendré que defenderme – Intentó razonar con el ebrio, antes de golpearlo. Oigan, tampoco era un bruto.

– No quiero, eres muy...

Te dijo que lo soltaras – Tanto alfa como omega temblaron ante la voz extra que se había colado en su conversación. Bakugou observó como la mirada de Todoroki se oscurecía y su aroma se intensificaba como una amenaza al alfa que le tenía sujetado.

Katsuki aprovechó la conmoción del hombre y se libró del agarre para alejarse del cliente. Sintió las manos del bicolor en su cintura, sus grandes dedos acariciándole lentamente a través del traje, como calmándolo. Por favor, ni que se hubiera asustado.

– Señor, por favor vaya a casa – Razonó el rubio con el otro alfa que parecía recobrar un poco de su conciencia – Pida un taxi, no está en condiciones de manejar.

– Sí, eso haré – El tipo leyó su cuenta, pagó con billetes y ni siquiera esperó su cambio – Esto compensará el mal rato que te hice pasar, debo irme.

– Puedo acompañarlo al...

– ¡NO! – Gritó el hombre – Es decir, no hace falta... ya te causé muchos problemas, lo siento – Y tambaleándose, el alfa se fue a la salida.

– ¿En qué demonios estabas pensando? – La pregunta agresiva de Todoroki logró desaparecer la mirada de preocupación que dirigía a donde se fue el cliente.

– ¿Ah?

– En acompañarlo. No te alejé de él para que voluntariamente regresaras.

– Escucha, jodido idiota. Uno: yo no necesitaba tu ayuda, podría haberme desecho de él en un instante pero quise dialogar antes de hacerlo. Dos: mi deber como empleado, como héroe y como maldita buena persona, es ayudar a quien lo necesite. Y tres: ¡Quítame las putas manos de encima!

Katsuki se alejó de él, se sacudió el traje, y respiró hondo para volver a recuperar el gesto calmado que utilizaba cuando atendía las mesas. Se alejó de Shouto y durante el resto de la noche, no le dirigió ni una sola mirada.

– ¡Lo logramos! – Festejó Uraraka luego de que oficialmente fuesen aceptados en el trabajo.

– Espero los tacones del uniforme sean más cómodos. Esos me sacaron ampollas – Se quejó Kaminari mientras veía sus pobres pies.

– Felicidades, es hora de que escojan los colores de su uniforme – Indicó Sayaka.

– ¡Oh dios! ¡Hay tantos colores y muy lindos! ¡No sé cuál elegir! – Chilló la castaña – Creo que pediré... ¡Rosa! ¡Así será como mi traje de héroe!

– Qué diablos, pediré amarillo. Es el único color que creo que me sienta.

– No sean idiotas, jodidos extra – Interrumpió Bakugou cuando fue a ver las elecciones de sus amigos en cuanto al traje de conejito – Intercambia los colores, les quedarán mejor – Dijo dirigiéndose esta vez a Sayaka.

– Iba a hacerlo de todas formas. Pensé lo mismo que tú – Y se fue por los uniformes.

– ¡Oye! – Reprochó Ochako.

– Escuchen. Si la cara redonda pide rosa, será más fácil identificarla por lo de su traje y no será bueno para su carrera de héroe. Además, si el pikachu se pone amarillo se parecerá más a pikachu que el propio pikachu – Se burló.

– ¡Hey!

– El cambio les hará bien.

– Aquí están sus uniformes, es hora de probarlos y hacer los ajustes con su talla – Dijo Sayaka cuando entró de nuevo.

– Bien, aquí vamos.

El inicio de la siguiente semana fue finalmente oficial para que la castaña y el rubio eléctrico pudiesen empezar con su empleo. Nerviosos, pero dispuestos a hacerlo. Claro que no contaban con que cierto bicolor estuviese presente, haciéndoles sentir pena al ser vistos así.

– ¡No sabía que Todoroki-kun viniera aquí! – Chilló Uraraka, completamente avergonzada de que uno de sus compañeros de clase le viese en el nuevo uniforme.

– Solo ignóralo, realmente no hace mucha diferencia – Comentó Bakugou, terminando de maquillarse, y acomodándose un poco el cabello. Denki y Ochako lo miraron con curiosidad – ¿Qué?

– Creí que habías dicho que "arreglarse" era una cosa estúpida.

– Lo es, pero eso no quiere decir que no me den más propinas por verme más "bonito".

– ¡Blasty! ¡Maquíllame a mí también! – Pidió Kaminari, sentándose a su lado. Bakugou suspiró, pero se dispuso a hacerlo. Sus compañeros lo harían solos cuando les pagaran.

– Escucha, cara redonda. Mientras parezcas más sexy a ojos de los clientes, te darán más propina como un intento de demostrar que tienen suficiente dinero como para impresionarte – Dijo mientras pasaba el rubor por el rostro del otro chico.

– ¿Eso significa que tendré que hacer los mismos tratamientos costosos que hace Yaomomo?

– Básicamente. Pero cuando tengas tu primera paga te preocuparás por eso, por ahora lo más que puedo hacer es maquillarte como me maquillo yo, si quieres puedes ponerte pintalabios y sombras en los ojos. Pero procura no parecer una puta.

Uraraka rodó los ojos, pero en cuanto el rubio cenizo terminó con Kaminari, se sentó para que le hiciera lo mismo. Por mientras, Denki se peinó un poco el cabello mientras esperaba que ambos terminen y poder ponerse a trabajar.

– Gracias, Bakugou-kun.

– Sí, sí. Cállate y vamos a terminar con esta mierda.

En la escuela, las cosas habían estado un poco tensas. Los profesores no se enfocaban al 100% en sus clases, como si otra cosa fuese lo que estuviese en sus cabezas. Aquello no debería haber sido de interés para los estudiantes, pero luego entendieron de qué se trataba el asunto. Estaba en todos los medios de información.

Algún villano estaba distribuyendo potenciadores de alfas y omegas. Eso provocaba que los alfas se volvieran territoriales, agresivos y con el instinto de apareamiento alto con algún omega de su interés. Por otro lado, los omegas se volvían sumisos, callados y con un alto número de óvulos listos para ser fecundados, lo que provocaba sus celos adelantados.

Era esa razón por la que Midoriya había entrado en celo en plena clase hace unas semanas.

– Si alguien está distribuyendo los potenciadores, debe ser de clase alta y tener mucho dinero – Concluyó Kirishima, mientras compartía sus pensamientos con el resto del Bakusquad.

– Podría ser un alfa, es lo más seguro – Apoyó Mina – Solo ellos tienen permitido tener ese tipo de cosas y poder pagarlas. Aunque el problema radica en si es hombre o mujer.

– Tendrían que capturar a algún comprador y extorsionarlo para que diga dónde está consiguiendo los potenciadores. El que le dio a Midoriya pudo ser por accidente o intencional – Explicó Sero.

Kaminari y Bakugou se habían mantenido callados pero escuchando la conversación y sacando sus propias conclusiones en sus mentes. Lo de los potenciadores ya tenía un rato con expediente abierto, pero recién hace unos días se habían disparados como locos contra omegas y alfas.

Katsuki tenía la ligera sospecha de que si algún comprador de aquello quería a un omega con el cual aparearse a tal punto de comprar un potenciador para lograr su objetivo, sería en Bunny World. Y aunque Denki no fuese tan listo, tenía la misma idea.

El problema sería conseguir a ese comprador. Y para eso, debían actuar como agentes encubiertos en su propio trabajo. Como ya tenían un tiempo ahí, no levantarían sospechas. Además, Bakugou tenía en mente a alguien más que podría ser de ayuda en esa misión a espaldas de los héroes profesionales. Alguien que pudiera ser inmune a los potenciadores omegas. Y ese era un alfa.

– Oye, bastardo icyhot. Tengo un plan – Bakugou había dejado una nota en el pupitre de Todoroki donde le pedía verse en privado. No era una confesión de amor como el bicolor había pensado, pero las palabras del rubio capturaron su interés.

– ¿A qué te refieres?

– El tema del tráfico de potenciadores está como loco. Junto con la cara redonda y el pikachu llegamos a la conclusión de que en nuestro trabajo puede haber algún comprador.

– Tiene sentido – Aceptó Todoroki – Pero no me parece correcto hacer esto sin consultar primero a los héroes profesionales.

– Claro, como si aquella vez que me salvaron, aunque yo no se los pedí, fuese porque pidieron permiso – Ironizó el omega. El bicolor tuvo que darle la razón.

– Bien, es un buen punto. ¿Qué es lo que tienes en mente?

– Los tres haremos el trabajo como de costumbre, pero estaremos pendientes de nuestro alrededor. La gorda le pidió a la chica esa rara que hace aparatitos, unos comunicadores, para estar en contacto.

– No es mal plan.

– Tú serás el que esté pendiente de lo que nosotros no – Dijo Bakugou. Shouto asintió – Así que no lo arruines. Sirve de algo ya que vas todos los días.

– ¿Cuánto crees que duré capturar a algún sospechoso?

– No tengo idea. Espero que no mucho – Confesó – Bien, te esperamos en la noche, ahí te daremos el comunicador.

– Claro. Aunque me sorprende el que quieras incluirme como parte de tu plan contra los villanos. Sé que te gusta trabajar solo y no depender de nadie.

– Escucha, si alguien avienta un potenciador para joder a los omegas, obviamente necesitamos a alguien a quien no le afecte para que sea útil. Y no tendría que pedírtelo a ti, pero no me apetecía mucho ir con algún otro alfa para decirle donde trabajo y auto-humillarme.

– Si, tiene bastante sentido lo que dices – Aceptó el bicolor – Entonces nos vemos esta noche en el club, mantén los ojos abiertos.

– De nada te sirve tener los ojos abiertos si lo único que ves es mi culo – Se burló el rubio, haciendo ruborizar a Todoroki – ¿Qué, en serio creíste que no me daría cuenta?

– No entiendo de lo que hablas.

– Sí, como digas. Nos vemos – Se despidió Bakugou.

Shouto suspiró sabiendo que, uno: debería ser más discreto; y dos: ahora estaba en una misión, por lo que no podía distraerse con la colita esponjosa que usaba Katsuki cada noche.

El plan no era un desastre, pero requería paciencia. Y eso iba a terminar por hacer explotar el carácter del rubio. Ya habían pasado cinco días, y nada extraño había pasado. Quizá sus deducciones de un posible comprador fuesen erróneas.

Rápidamente, Uraraka y Kaminari atrajeron la atención al ser los nuevos, tal y como él lo había hecho cuando entró a trabajar hace unos meses. Ambos se habían adaptado bien al ritmo del lugar, aunque un poco incómodos de seguir exhibiendo su cuerpo.

– Oigan, acaba de entrar un tipo que tiene cara de yakuza – Dijo Kaminari por el intercomunicador. Los tres restantes de ese plan miraron disimuladamente a la entrada.

Grande, fuerte, con rostro serio y un aroma potente. El tipo de alfa que es de alta cuna y que no debía estar en un sitio tan vulgar como lo era Bunny World. Entró solo, y se dirigió a la barra, donde Todoroki estaba. Por el momento, le tocaba a él estar atento.

No hizo nada extraño. Pronto fue momento de terminar con el turno de los tres, y Todoroki también se dispuso a retirarse sin encontrar nada que fuese sospechoso en el individuo. Bakugou se dirigió a él justo antes de que se retirara, interceptándolo pero sin dejar su actitud de trabajo; simplemente fue porque quería ver al tipo más de cerca.

– Listo para irnos – Le susurró a Todoroki, rodeando su cuello con sus brazos pero con la mirada de reojo en el alfa sospechoso.

– No pierdas el tiempo, no creo que esté relacionado – El bicolor le tomó de la cintura y le acercó a sí mientras terminaba el último trago de whisky que había pedido. Bakugou ni se inmutó, aun entretenido con el sujeto – Lo único que ha hecho es beber vodka toda la noche. Creo que pasa por una mala experiencia.

– Hmph... – La actuación se les había salido tan de las manos, que Katsuki había olvidado la regla de no dejarse tocar por el cliente; peor aún, también él le había abrazado.

Un carraspeo fue lo que les hizo separarse abruptamente. Sayaka miraba con una ceja arqueada a su compañero de trabajo rubio.

– Tu turno ya terminó, Bakugou.

– S-Sí, voy a cambiarme... – Las mejillas del omega se ruborizaron, pero se dispuso a ir a los vestidores para poder ponerse su ropa de civil. Otra vez el plan no había resultado.

Pero una nube de polvo explotó en cierta parte del establecimiento, logrando atraer la atención de las personas a ese sitio. Pronto se reconoció qué era lo que había pasado; de algún modo, alguien había lanzado un potenciador omega en la parte del casino.

– ¿Qué rayos? – Preguntó Sayaka. Él, con una mirada a Todoroki, se dio cuenta que él también sabía qué sucedía, por lo que comenzaron con la búsqueda del culpable.

– Cara redonda, pikachu – Llamó Bakugou por el comunicador – Recuerden no respirar, pónganse sus máscaras – Explicó mientras se colocaban los cubre bocas para minimizar el olor.

La gente a los alrededores estaba confundida, algunos incluso se alejaron del sitio, y los empleados omegas huyeron para no respirar el humo del potenciador. La seguridad beta no tardó en aparecer también, intentando encontrar al culpable del altercado.

Fue Kaminari quien lo encontró. Un alfa delgado, no muy alto, con lentes, que pasaba de los 40 y un rostro que no era nada atractivo; estaba acorralando a una de los omegas que atendía en el casino, la cual intentaba huir pero no podía por el olor que nublaba sus sentidos.

– Finalmente serás mía... – La voz tampoco era muy bonita.

– ¡Detente! – Exigió el rubio, atrayendo la atención del alfa responsable.

– Juju~ parece que ahora tendré más omegas de lo que pensé – Denki tragó saliva ante las palabras, pero fue incapaz de acercarse por medio a que el humo traspasara su cubre boca.

– Kaminari-kun – Dijo Ochako apenas llegó con él, mirando también la escena.

Bakugou y Todoroki llegaron unos segundos después, incluso antes de la seguridad quienes se encargaban de cerrar el área para evitar el escape del responsable. Pero fue tan imposible para los tres omegas acercarse, pero tampoco querían dejar a su compañera de trabajo a manos de ese idiota.

– Tengo una idea, pero deberán cubrirme.

– Cuenta con eso, blasty.

– Me acercaré e intentaré distraerlo, cuando lo alejé, el bastardo mitad y mitad debe congelarlo para evitar que escape. Si de alguna manera lo logra, ustedes dos se encargan de dejarlo inmovilizarlo, ¿De acuerdo?

– ¡Bakugou-kun! ¡El potenciador te afectará!

– No lo hará, y aun si lo hiciera mi celo no es como el de la mayoría. Confíen en mí – Katsuki no dio tiempo para más quejas, se lanzó al área afectada para intentar atraer la atención del alfa responsable – ¡Oye, idiota intento de alfa!

El sujeto desvió su atención de la omega que intentaba tocar, solo para fijarse en el chico con traje celeste que se acercaba a él. Era bonito, tal vez después de tener por fin a la chica que siempre había querido podría tener también a ese omega.

– Hola... – Al rubio le dio asco la voz gangosa que tenía el tipo. Al desviar la atención de su compañera de trabajo hacia él, noto que la omega intentaba arrastrarse lejos, por lo que siguió distrayendo al alfa.

– Tiene que marcharse, de lo contrario seguridad va a sacarlo de aquí por la fuerza – Dijo intentando mantener su postura de empleado de Bunny World. Podía escuchar el alboroto alrededor, pero no se acercaban por el potenciador, que podía causar malestares en los betas por no ser ni omegas ni alfas.

– Lo siento, lindura. Pero finalmente puedo tener lo que siempre quise...

– Pierde su tiempo; váyase.

– Dije que no...

– Entonces me tendré que hacer cargo por mi cuenta – Habló mientras se acercaba hacia el alfa que se veía algo intimidado con su cercanía. Él intentó actuar natural y caminar como Sayaka le había enseñado.

– ¿Qué...? – Bakugou le acarició la mejilla intentando no hacer ninguna mueca de asco por su actitud con el sujeto, y cuando vio que bajó la guardia por un microsegundo, provocó una explosión directo en el rostro.

Esa fue la señal, Todoroki estuvo al pendiente del sitio donde el tipo fue expulsado, listo para inmovilizarlo con Kaminari; por mientras, Uraraka se había acercado a su compañera omega afectada para sacarla lo más rápido de la nube de humo. Bakugou ayudó un poco a sacarla de ahí sin dejar de estar atento al alfa que había golpeado.

Después de todo, no sabía cuál era el quirk de ese sujeto, y por los picos de hielo, fuego y descargas eléctricas, suponía que sus dos compañeros tenían problemas en capturarlo.

– ¡Blasty, problemas! – Chilló Denki a través del comunicador.

– ¡¿Ahora qué?!

– ¡Es demasiado rápido y resbaladizo! ¡No podemos atraparlo porque se libera fácilmente!

– Parece que su quirk se basa en expulsar por la piel alguna clase de aceite – Explicó Todoroki. Bakugou chasqueó la lengua; se parecía bastante a su peculiaridad, donde expulsaba nitroglicerina en vez de sudor.

– ¡Voy en camino! – Aunque sería más sencillo si no tuviese los putos tacones, por lo que se los quitó y los arrojó antes de causar una explosión que le impulsó al lugar.

– ¡Yo también ayudaré! – Se escuchó decir a Uraraka, dando por entendido que había llevado exitosamente a la omega afectada a un lugar seguro.

La única opción que tenía con alguien tan escurridizo sería que Ochako lo pudiese tocar y activar su quirk, de manera que lo tendrían flotando sin posibilidad de escapar. Pero iba a ser una tarea difícil si no podían acercarse lo suficiente.

– ¡Tenemos que mantenerlo a raya lo suficiente! ¡Escuché que los profesionales están en camino! – Gritó la chica, mientras entre los cuatro intentaban mantener al alfa causante del problema en un mismo sitio para que no escape.

– Genial – Murmuraron Todoroki y Bakugou, con tono sarcástico.

Al final, no pudieron atraparlo pero si lo distrajeron el tiempo suficiente para que Eraserhead y Present Mic llegaran al lugar, seguidos solo unos minutos después de Midnight. Los profesionales se hicieron cargo del resto, y Bakugou, Kaminari y Uraraka se fueron casi corriendo a los vestidores para que sus maestros no les reconozcan. Todoroki en cambio, solo se apartó.

– Bueno, oficialmente siento que fuimos héroes – Celebró el rubio eléctrico.

– ¿Héroes? Fuimos un asco, ni siquiera pudimos hacernos cargo de un alfa idiota, y éramos cuatro. Mierda, cuatro y no pudimos hacer nada – Masculló Bakugou, molesto.

– Eh, yo no llamaría eso a que fuimos un fracaso. Somos estudiantes todavía y a mi parecer cumplimos con nuestro deber de salvar a la gente en peligro y distraer al villano.

– Como sea, cara redonda. Lo único que sé es que ahora tienen una maldita pista para saber qué hijo de perra ha estado traficando los potenciadores; más les vale utilizar al sujeto bien o yo mismo le sacaré la información explotándole el culo.

– Suerte con eso, Blasty – Interrumpió Denki – Si dices algo de esto, algo que solo la gente que estuviera aquí pudiese haber notado, los maestros comenzarán a preguntar y no creo que a ellos les guste saber que estamos trabajando en Bunny World.

– Lo sé, joder – Maldijo mientras terminaba de cambiarse y se ponía su ropa casual. El ambiente allá afuera no era agradable, las autoridades y héroes haciendo un informe de lo sucedido, los testigos dando sus testimonios, y el servicio médico auxiliando a los afectados.

– Bueno, parece que hoy toca irnos por nuestra cuenta – Dijo la castaña con un suspiro. Con todo el altercado, el servicio de transporte no estaba disponible en ese momento.

– Si, ya lárguense.

– Hasta luego, Bakugou – Se despidieron los dos omegas.

El rubio se quedó un rato más en los vestidores, pensando en lo sucedido. Tenía la cabeza ligeramente mareada por el humo del potenciador que había inhalado. Su casa quedaba lejos, y caminar con los efectos del potenciador iba a ser una verdadera molestia. Los otros dos al menos no estuvieron tan expuestos como él.

Resignado se puso la maleta al hombro y salió por la puerta trasera, listo para caminar de regreso sin que nadie le viera, no se despidió de nadie y tampoco le apetecía hacerlo; ya luego se enteraría de lo que haya pasado por las noticias o por el grupo de WhatsApp del trabajo.

– ¿Te acompaño a casa? – Se sorprendió al escuchar aquella molesta voz.

– Piérdete, bastardo mitad y mitad – Dijo mientras continuaba su camino sin mirar al alfa que se había ofrecido a acompañarlo.

– No tengo ningún problema en acompañarte – Insistió el bicolor, logrando molestar más al rubio.

– Eres tan molesto, y te voy a decir esto de manera que entre en tu estúpida cabeza – Dijo Katsuki, dándose la vuelta para encarar a su compañero de clase – No quiero, tu jodida compañía – Y luego volvió a girarse para continuar su camino.

– ¿Por qué no? – Eso provocó que el omega detuviera su andar y se irritara aún más.

– Realmente eres un bastardo cuando te lo propones – Fue lo que dijo, intentando controlar su ira al inhalar y exhalar para calmarse – No es no. ¿Acaso tu cerebro de mierda no entiende eso?

– Puedo... – Shouto se quedó a medias, pensando en si era correcto seguir insistiendo – ¿Puedo ir detrás de ti? Solo quiero asegurarme de que no te pase nada.

– ¿Cuál es tu puto problema conmigo?

– ¿Qué?

– Escucha, lo de capturar un sospechoso, se acabó. Tú y yo no tenemos por qué dirigirnos la palabra y tú ni siquiera tienes razón para seguir viniendo a este maldito lugar – Espetó el rubio con voz ronca – Si Deku trabajara aquí, lo entendería... – Susurró lo último.

– ¿Qué dijiste?

– Que eres una total molestia y que aun cuando ya te dije todo esto, vas a seguir insistiendo y hacer lo que se te da la puta gana ¿Y sabes qué? Me da igual – Se rindió, harto y cansado – Solo quiero llegar a mi jodida casa.

– De acuerdo.

Todoroki no dijo nada más, pero tal como el omega supuso, fue escoltado por su compañero hasta que llegó a su bendito hogar. Era hora, finalmente podría sacarse a ese estúpido alfa de encima.

– Ya, llegué y no me pasó nada. Lárgate.

– Nos vemos mañana, Bakugou – Se despidió el bicolor mientras Katsuki se metía en su casa.

Las siguientes semanas no fueron mejores. A pesar de decirle todo tipo de palabras para espantar a Todoroki, no funcionaba ninguna. Bakugou decidió, que aunque fuese un golpe fuerte y directo a su orgullo, lo único que le quedaba hacer era huir.

Y así lo hizo, en la escuela, fuera de ella, en el trabajo e incluso en su propio hogar. Cada vez que sentía aquel aroma a menta fresca, escapaba por donde podía. Estaban jugando al gato y al ratón, y el rubio odiaba ser la presa. Pero no tenía opción.

– Bro, Todoroki está como loco – Dijo de la nada Kirishima, mientras ambos comían sus almuerzos lejos de la cafetería, donde nadie les encontrara.

– ¿Y eso me interesa a mí por qué?

– Porque está intranquilizando a toda la clase.

– No veo nada diferente – El pelirrojo suspiró, intentando encontrar las palabras correctas para hablar con el omega frente suyo. No era fácil.

– Estás huyendo de él, y eso lo tiene alterado – Bakugou se mordió sin querer la lengua al darse cuenta que Eijirou había notado su actitud con el bicolor – Cada vez que intenta acercarse a ti, huyes o te escondes con otros alfas.

Kirishima, Yaoyorozu, Iida, Shoji, Sato, Koda, Mina e incluso miembros de la clase B como Tetsutetsu, Shinsuo, Kendou e Ibara. Todos eran posibles formas de escapes para Bakugou cuando sentía que Shouto quería acercarse. Por parte del trabajo, solo tenía que pedirle a seguridad beta que cuidaran que Todoroki no se acercara a él.

– No ha podido dejar su aroma en ti en varios días – Comenta el pelirrojo en tono juguetón.

– ¿A qué mierda te refieres, pelo pincho?

– ¿Eh? Bueno, tú sabes... – El alfa tragó saliva – Desde que estuvieron juntos en las clases de recuperación, ha impregnado su aroma en ti. No es muy fuerte, pero si lo suficiente para dejar en claro que eres su omega.

¿Su omega?

– Escucha bien, pelos de mierda – Dijo Katsuki al tomar a Eijirou del cuello de la camisa y zarandearlo – Yo no soy propiedad de nadie, y si alguna puta vez salgo con un alfa, no será con ese bastardo icyhot que se dedica a impregnar a cualquier omega que se le antoje.

– ¿Así que también notaste lo de Midoriya? – Preguntó. Bakugou le soltó.

– Era obvio, tenías que estar muy ciego para no darte cuenta – El rubio tomó un poco de su jugo de manzana mientras su mente divagaba – Así que el cabeza de pokeball puede joderse, no voy a dejar que continúe con sus puterías.

– ¿Qué harás exactamente, bro?

– Hacerle la vida imposible; eso o me dejo de llamar Bakugou Katsuki.

Decir que el aroma pesado que se sentía en toda el aula era fácil de ignorar era mentir. Todoroki estaba soltando un aroma a intranquilidad, nervios, frustración y deseo que comenzaba a hacer que toda la clase se sintiera incómoda.

Todos menos Bakugou.

– Muy bien, antes de explicar el proyecto, quiero dejarles en claro que un cachorro es una gran responsabilidad. Los agruparé en parejas y quiero que cada uno se ponga de acuerdo con su compañero. Deben hacer un informe acerca de los peligros de un bebé en zonas bajo ataque y cómo poder salvarlos, recuerden que son blancos fáciles.

– ¿Profesora Kayama, podemos elegir nosotros a nuestras parejas? – Preguntó Hagakure.

– Honestamente, considerando el aroma pesado en todo el salón... – Dijo mientras algunas miradas iban hacia Shouto – Supongo que podría ahorrarme el problema de emparejarlos.

Fue suficiente, mientras los demás intentaban reunirse con su compañero de trabajo, Todoroki se levantó de su asiento, caminó lentamente hasta el omega que permanecía sentado mirando a la ventada, y por primera vez en días, le dirigió la palabra.

– Bakugou...

– ¿Mhm?

– ¿Podemos... ser compañeros?

– Pensé que serías compañero de Deku.

– ¿Midoriya? Bueno, no realmente, yo...

– Está bien. ¿Qué más da? Seamos compañeros en el proyecto – A Shouto le sorprendió la tranquilidad con la que el omega se lo había tomado – Porque es obvio que ser compañeros de vida, no pasará nunca – Susurró lo suficientemente fuerte para que el otro escuchase.

El corazón de ambos se hizo trizas con las palabras. Pero Bakugou lo escondió con una sonrisa socarrona y Todoroki con su típico rostro estoico.

– Tengo que ir a trabajar. Terminaremos esta mierda mañana – Comentó el rubio mientras guardaba sus cosas y estaba listo para salir de la biblioteca e irse a casa antes de ir a Bunny World.

– Está bien, iré más tarde.

– Como sea, icyhot – Katsuki sintió la cercanía del alfa, pero se moría por romper sus ilusiones de impregnarlo con su aroma – No te servirá de nada intentar dejarme tu olor, la gerente consiguió parches para neutralizarlos luego del incidente con el potenciador.

Eso provocó la reacción que el rubio esperaba. Sorpresa y molestia en ese rostro tan inexpresivo.

– Además, sería agradable no oler a tu asqueroso aroma a menta por un jodido día. Al nerd de mierda le debe fascinar pero honestamente a mí solo me provoca náuseas – Continuó con sus comentarios hirientes.

Falso. A Bakugou le fascinaba aspirar el olor a menta fresca de sus prendas luego de que el bicolor las impregnara, pero si quería librarse de sus sentimientos no correspondidos con ese estúpido intento de alfa polígamo, tenía que ser persistente.

– No permitiré que le faltes el respeto a Midoriya.

– Deku esto, Deku aquello. No puedo decir que esté sorprendido de que salgas en su defensa – Dijo Bakugou mientras ignoraba la mirada heterocromática y comenzaba a caminar hacía su hogar.

– Midoriya no tiene nada que ver en esta conversación.

– Sí, así como yo no tengo nada que ver en tu jodida vida – Suficiente, explotó. Esto no podía seguir un proceso, si quería acabar todo este sentimiento que le inflaba el pecho, debía ser aquí y ahora – Terminaré el proyecto en mi casa; no quiero verte, ni escucharte, mucho menos olerte, Todoroki.

– ¿Qué estás diciendo?

– Lo que debí haberte dicho desde el principio – Suspiró mientras intentaba no titubear por los sollozos que querían salir de su boca. Menos mal no le dio la cara – Sé que intentas que sea tu omega, pero eso no va a pasar.

– ¿Por qué no? ¿Qué hice mal? Seguí todos los consejos que me dieron, fui paciente y sobreprotector; quería que confiaras en mí y me vieras como una potencial pareja, pero lo único que obtengo es tu indiferencia y molestia ¿Hay algo malo conmigo?

La mente de Bakugou va directo a la conversación que escuchó entre Todoroki y Midoriya, aquella de su pasado. No, no había nada de malo en el bicolor, simplemente su corazón no estaba buscando donde debía hacerlo. Sus instintos ya habían actuado por él, y para su desgracia, Bakugou no era el elegido de estos.

– Deku...

¡¿Qué tiene que ver Midoriya en todo esto?! – Exigió saber el alfa, alzando la voz.

Katsuki giró lentamente, sin despegar la mirada del suelo. Respiró pausadamente queriendo encontrar las palabras adecuadas, e intentó no sollozar mucho ante lo que iba a decir. Todoroki pudo apreciar el rostro cubierto de lágrimas de aquel omega cuando levanto la mirada.

– Él... es tu omega...

Katsuki luchó por seguir con su actitud de costumbre en el trabajo, y aunque lo consiguió, Kaminari supo enseguida que algo andaba mal con su compañero. Preguntaría más tarde durante los descansos, solo esperaba no terminar herido con una explosión.

– ¿Blasty?

– ¿Qué quieres, estúpido pikachu?

– Mierda, estás peor de lo que pensé – Comentó el rubio al no escuchar ese "pikachu" con el tono al que estaba acostumbrado – Te noté decaído desde que llegaste, ¿Ocurrió algo?

– Nada que te importe – Kaminari se mordió el labio inferior; Bakugou no estaba cooperando.

– Oye, sé que no soy Kirishima, pero si necesitas a alguien con quien desahogarte aquí estoy.

Katsuki lo pensó, mucho. Pero creyó que soltando aquellas palabras que tanto lo atormentaban el peso sería menos para cargar. No perdía nada –más que su orgullo– al hablar con Denki.

– Me gusta Todoroki – El otro omega ahogó un jadeo – Y él cree que también le gusto...

– Bien, no veo el problema – Kaminari comenzó a tranquilizarse, tal vez su amigo solo pasaba confusión al no saber nada del amor – Si ambos se gustan...

– Ese es el problema. Estoy seguro de que realmente no le gusto.

– ¿Por qué dices algo así? – Bakugou suspiró antes de hablar.

– Puedo notarlo, debería estar feliz de saber que nos gustamos pero... solo siento dolor. No estoy haciendo lo correcto y detesto que mi pecho duela – Dijo, para luego fruncir el ceño – Yo no soy su omega, así que lo rechacé para que deje de perder el tiempo y busque a quien sí lo es.

– ¿Esto tiene que ver con la cercanía que Todoroki y Midoriya mantienen? – Bakugou no dijo nada, por lo que Kaminari supuso que era así – Kiri me lo comentó, pero creo que te equivocas, Blasty.

– ¿Qué?

– Tal vez creas que ellos dos deberían ser pareja, pero Todoroki no tiene ningún interés romántico en Midoriya y viceversa. Tú sabes que antes, Todoroki era muy asocial, pero luego que Midoriya hablase con él, se ha vuelto más abierto con todos nosotros. ¡Solo le quiere como un hermano!

– Sí claro, Deku es el omega más cercano a él, el olor de icyhot está impregnado en su piel. Y es mejor así; tal vez no se gusten ahora, pero pronto lo harán, y será más fácil para ellos si yo no estoy en medio.

– ¡Te digo que no es así!

– Cállate, pikachu – Silenció el mayor – Ya tomé mi decisión. Ahora hay que regresar al trabajo.

Entregaron el trabajo a Midnight y obtuvieron una calificación sobresaliente, pero eso solo alteró las hormonas de Bakugou. Cachorros, cachorros, cachorros... Era en lo único que podía pensar luego de aquella desastrosa semana. Al menos el tema le había ayudado a mantener a Todoroki lejos de su cabeza, no así, lejos de su cuerpo.

– Bakugou, sal conmigo.

– No.

– Por favor...

– Dije que no.

– Bakugou...

– De ninguna manera.

Todos los días era lo mismo. Shouto intentaba pedirle una cita, le dejaba regalos y mostraba sus habilidades más útiles para demostrarle al omega que era la pareja ideal para él. Pero Bakugou no cedía, se repetía una y otra vez que no debería hacerlo, por más que su útero se alborotara al sentir al alfa tan cerca de él.

Cuando el día terminaba, poco faltaba para que a primera hora del día siguiente, el bicolor continuara con su insistencia. La mente de Katsuki trataba de concentrarse en otra cosa, y lo lograba. Cachorros... Pero en el momento en que su mente se enfocaba en esa palabra, ya no podía prestarle atención a las clases por más que lo intentara.

Se estaba distrayendo y soltaba feromonas deprimentes de angustiado y confusión, y varios maestros notaron eso. No era normal ver a la bestia de la clase A tan calmado y distraído en su meta de ser el héroe número uno.

– ¿Huh? ¿Un chequeo?

– Sí, creo que algo le sucede a Bakugou.

– Pero no ha habido peleas últimamente...

– Un chequeo de casta – Corrigió Aizawa – Algo lo está distrayendo y creo que tiene que ver con el hecho de que es omega, no con algún dolor físico o malestar.

– Entiendo – Aceptó Chiyo – Supongo que puede venir después de clases.

– Bien, lo traeré en cuanto pueda.

Así dio por finalizada la breve conversación entre adultos, solo para regresar al horario escolar común. Cuando las clases terminaron, los alumnos estaban listos para volver a casa –y Bakugou se preparaba mentalmente para un alfa idiota siguiéndole y preguntándole si quería salir con él– pero el profesor Aizawa tenía otros planes para el rubio cenizo.

– Bakugou, tú te quedas – El llamado de atención provocó que todas las miradas cayeran en el susodicho.

– ¿Ahora qué vergas hice? – Refunfuñó el rubio.

– He dicho que te quedas.

A regañadientes, Katsuki obedeció. Si bien Shouto no pudo quedarse con él, tampoco le dejó solo. Esperó pacientemente a que su omega terminara aquello que Eraserhead tenía pendiente con él. Por eso cuando vio a ambos irse hasta la enfermería se extrañó. ¿Su lindo omega se estaba sintiendo mal?

– ¡No entiendo por qué mierda tengo que ir a ese chequeo! – No, ni Bakugou sabía de lo que iba todo esto. Los siguió a una distancia considerable, esperando no ser detectado.

Pero obviamente, cuando llegaron a la enfermería, él se tuvo que quedar fuera luego de que al cerrar la puerta, esta le diese en la cara, impidiéndole entrar.

Ouch.

– Entonces jovencito – Habló Recovery Girl – ¿Cuál es el problema?

– ¡No tengo ningún puto problema! ¡Ahora suélteme, viejo! – Se quejó el omega mientras intentaba quitarse las cintas de su maestro.

– Podemos proceder con el chequeo y ahorrar las preguntas. Si cooperas Bakugou, más rápido te podrás ir – El rubio murmuró una pila de insultos pero no hizo ningún intento de irse.

– Bueno, voy a comenzar – Avisó la mujer.

El chequeo duró 20 minutos, y Todoroki ya se comenzaba a aburrir al no escuchar ninguna palabra desde hace rato. Adentro, Bakugou solo esperaba su diagnóstico para poder largarse; iba a hacérsele tarde para el trabajo. Chiyo terminó, sorprendida de la conclusión a la que llegó.

– ¿Y bien? – Pidió saber Aizawa, luego de notar la mirada de sorpresa de la anciana.

– Este chico quiere ser preñado.

– ¡¿QUÉ?! – Gritaron el pelinegro, el rubio y el bicolor. Aunque este último, tuvo que morderse la lengua. Se suponía que no sabían que estaba ahí.

– Sí, sé que se escucha raro pero es la verdad. Bakugou-kun, estás pasando por una depresión omega, lo que significa que sufres al no tener un alfa al cual amar; como tu subconsciente cree no poder conseguir uno, tu instinto busca reemplazarlo teniendo un cachorro al que puedas cuidar.

– ¡De ninguna jodida manera eso es verdad!

– Me temo que sí. En estos casos, lo más recomendable es la inseminación artificial. Podrás conseguir un bebé y seguirás adelante. Ahora mismo, tu depresión está demasiada avanzada, aun si encontrases un alfa, si no tienes una cría, lo más probable es que tus hormonas se vuelvan locas y te hagan entrar en celo con más frecuencia para lograr la concepción de un cachorro.

– ¡¿O sea que si no tengo un maldito mocoso mi cuerpo va a hacer que me violen?!

– Básicamente sí, si lo pones de esa forma – Bakugou y Aizawa se encontraban completamente conmocionados por la respuesta al chequeo. Diablos, el pelinegro si sabía que algo le pasaba a su alumno, pero no hasta ese extremo.

– ¡No lo haré! ¡UA prohíbe la entrada a omegas encinta o con hijos!

– Bueno, existe la excepción – Dijo Shota de repente – Si para frenar la depresión omega es necesario que tengas un cachorro, la academia te ayudará. Dado que de lo que hablamos es sobre tu salud física y mental, no habrá ningún problema en que continúes estudiando.

– Supongo que está decidido, buscaré la lista de donantes de esperma y te la traeré mañana.

– ¡No la quiero!

– Bakugou, tienes que saber que tu salud está en juego. No queremos que tu cuerpo sufra alteraciones por tu depresión, es muy peligrosos jugar con esto.

– Ahora mismo, tu cuerpo está soltando óvulos listos para ser fecundados, y tal vez no lo sientas, pero tu olor es más dulce – Comentó la mujer – Aunque no me explico que pudo ser el causante de tu depresión.

La mente de Eraserhead tuvo una duda.

– ¿Has estado en contacto con algún potenciador? – Bingo. Bakugou no podía decirlo, pero debería hacerlo. El potenciador que había respirado durante el altercado en Bunny World. Ahora su estúpida situación tenía sentido.

– Supongo... no estoy seguro.

– Es una hipótesis buena. Los potenciadores omegas tienden a causar efectos secundarios, como sensibilidad, aroma fuerte, más expresión emocional y dolor muscular – Habló Chiyo – Pudo haber sido esa la primera razón, pero si tu cuerpo pide un cachorro como reemplazo de un alfa, es que hubo alguno antes.

Bakugou tragó saliva, recordando a Todoroki.

– Sí, el hijo de Endeavor – Contestó su maestro por él – Ha intentado cortejarlo, pero Bakugou no se deja. Hubo algo entre ellos, creo que esa puede ser la razón. Y contando el hecho de la clase de sexualidad responsable que les dio Kayama con lo de los cachorros, no hace buena mezcla.

– Entiendo... – Dijo Recovery Girl – De cualquier forma, intentaré traer la lista de donadores mañana y hablaremos contigo y tus padres. Ahora puedes irte.

Bakugou salió de la enfermería con la cabeza hecha un lío.

Y ni qué decir de Todoroki.

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