Eres mio~
Espero que les guste ^_^
Chester se felicitaba a si mismo, ¡una semana entera lejos de lo sobrenatural! Eso era un nuevo récord de tranquilidad. Había logrado evitar a Bunnicula con éxito, manteniéndose cerca de los otros gatos del edificio o de su dueña, incluso el padre de ella era una buena salida. Había logrado lo que quería con éxito, fingiendo demencia cada vez que Harold o Bunnicula lo llenaban de preguntas, corriendo prácticamente con una gran excusa escapándose de su boca.
Pero, en el momento que sintió una pequeña mano agarrar su cola para empezar a arrastrarlo hacia algún lugar, supo que no podía evitar sus problemas para siempre.
... ... ... ...
Bunnicula estaba molesto, mirando con el ceño fruncido como su felino amigo charlaba animadamente con otro gratos. Gruño, no había podido hablar con Chester en una semana. Siempre que estaba apunto de decirle algo, él decía una débil escusa con nerviosismo evidente y prácticamente corría lo más lejos posible. Gruño, Chester no podría librarse de él tan fácilmente.
Espero de brazos cruzados, parado al lado de la puerta de la cocina y escondido en la oscuridad. Sonrío con diversión al ver al gato pasar a su lado sin notarlo, agarrando su cola antes de que pudiera irse más lejos y empezando a caminar, arrastrando a Chester con él.
No iba a dejar que el gato lo ignorara más.
... ... ... ...
-¡No!- Chester clavo sus garras en el suelo, intentando inútilmente aferrarse a algo para evitar ser llevado. -¡Harold, ayúdame!- suplico, estirando sus patas hacia el perro.
-¡Adiós Chester~!- canturreo Harold con una gran sonrisa.
-¡Traidor!- lloriqueo, siendo empujado a una habitación. Suspiro de alivio al sentir que el otro le liberaba la cola. -¡Oye!- reclamo mientras se levantaba y miraba al conejo parado frente a él con el ceño fruncido, viendo de reojo a su alrededor y dándose cuanta de que estaba en la habitación de Mina. -Bunnicula...- trago saliva, sintiendo una nudo en su garganta al ver que el conejo cerraba la puerta, quedándose ahí y bloqueándole la salida. -...esto no es gracioso...- hizo una mueca, la mirada fija de esos ojos rojos le causaban nerviosismo. -...déjame ir...-
-No~- negó, cruzándose de brazos y sonriendo con diversión al ver al otro removerse nerviosos en su lugar. -Te quedaras aquí mismo a pasar tiempo conmigo- hizo señas con las manos, intentando transmitir el mensaje.
-Aun no entiendo del todo lo que dices...- gruño, moviendo la cola con nerviosismo. Quería salir corriendo de ahí. -...presiento que no me dejaras salir hasta cumplir tus caprichos, ¿estoy en lo correcto?-
-Sip~- asintió con una gran sonrisa.
-Como detesto a veces tener razón- murmuro, dejando escapar un suspiro. -Solo...déjame salir de aquí, aun tengo cosas que hacer y...-
-Nop- el gato negaría luego que soltó un chillido raro cuando el conejo se lanzo a abrazarlo
-¡Oye! ¿Qué...?- se aferro al más pequeño al ver que sus orejas se volvían alas, temblando cuando dejo de sentir el piso bajo sus patas. Bufo al ser dejado caer sobre la cama, mirando al ser sobrenatural con el ceño fruncido. Abrió la boca para reclamar, abriendo los ojos como platos al sentir una boca ajena sobre la suya, callándolo con un beso. Podía sentir unas pequeñas pero fuertes manos agarrando sus brazos, manteniéndolo en su lugar.
-Tierno~- Bunnicula rio, viendo que Chester aun se mantenía estático y con la cola esponjada. Aprovechando que el otro estaba quieto, lo agarro y tironeo de él para acercarlo a su cuerpo. Sonrío, felizmente acostado con la cabeza del gato sobre su pecho. -Mío~- canturreo, logrando hablar bien para que el otro lo escuchara y lo entendiera.
-Eres tan raro...- murmuro Chester, ocultando una sonrisa tonta en el pelaje blanco ajeno.
-Mío, mío, mío, mío, mío...- siguió repitiendo Bunnicula con una gran sonrisa. Chester rio ligeramente. Suspiro, cerrando los ojos y quedándose tranquilo, escuchando los ligeros chillidos y murmullos de felicidad que hacia el conejo. Al parecer, no era rechazado después de todo.
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