•OTHER•

|Nada grande se ha hecho sin una gran pasión - Wilhelm Karl Grimm|
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|Wilhelm [Karl] Grimm|

Habilidad : No definida.

Edad : ---

Cumpleaños : ---

Altura : 1.51M.

Peso : 55KG.

Tipo De Sangre : ---

Lo Que Le Gusta : Lobo Feroz - Port Mafia - Labores domésticas - Mangas - Novelas ligeras.

Lo Que Le Disgusta : Suicidio - Agencia de Detectives - Gatos - Fyodor Dostoyevsky.

Quizás si hubiera......

Si tan sólo hubiera......

Ella tuvo la suposición de que, arribar en la amada Yokohama invocaría por inconveniencia, la atención de los altos mandos. Suponía que no se trataría de gente inepta. Que eran indicados para obrar aceptablemente el labor puesto para el bien del gobierno y su sociedad civil. Tenía la certeza de unas jugadas astutas avecinarse y cubrir cada falta en lo que respecta la conducta de esa especie titulada humanidad. Idealizar dificultades no está de más, porque de hecho existirían obstáculos de los que temer ligeramente. Escapar de su país le generaba un cosquilleo recíproco en que sus emociones excéntricas giran y giran sin cesar dentro del tornado rojo arraigado a su vil y maquiavélica alma nada virginal. Atravesar otra frontera tambaleaba a una aventura ideal para lo que es en esta actualidad, y en lo que tal vez se transmutaría si se definía en su totalidad. Busca cierto inicio nuevo en lo dictado a su existencia, divisando que traería complicaciones su anhelo, pero aquello no le interesa vastamente dado que ahora sólo ella es importante para sí misma. Debía comprender que es valiosa y lo sigue siendo, mostrando alto precio su opinión personal y sabe apreciarse ya. Sus oraciones mentales circulan como pájaros emigrantes a la vez ejecuta su movilidad corporal en el festejo de combatir cruelmente. Acepta que el encuentro informal está díficil.

Internas en los barrios lúgubres de esa querida Yokohama, en esos lugares de los que conquista lo que es tiranía nata y bestial, física e inmoral, llena de mal aberración, están ahí. Son dos umbrías fuera del rango ordinario, que charlan en el lenguaje abarcado de quienes van nadando y asfixiandose a la vez dentro de una cúpula aguerrida. Dos muñecas bendecidas por venerable hermosura y una gracia carente de clemencia hacia el significado manipulado en lo sumiso y benigno. Máquinas construidas para ser desarmadas, perfeccionadas luego. Estando las dos caras de una moneda hechizada, bajo el centelleo lunar que se da un festín de justicia tan solemne en su fuente llamada cielo, en bandos contrarios peros atadas por el mismo cordel. Las palabras expresadas entre tintineos se cambian a notas sopranas. Las palabras expresadas se abalanzan e impactan con potencia como mareas que pronto conforman un torbellino en el centro del mar. Un sol nocturno está cumpliendo de centinela, por lo tanto eso complace a aquella heredera hueca que desafió sus expectativas y de otras personas que le habían utilizado como la nueva arma del año. De espectadora la sagrada luna acaricia la faz de esta apreciada Yokohama y ruge una grieta mezclada con el derrumbar de paredes una tras otra, tras otra y sucumben sin titubear.

Brama como un estallido del subsuelo, tomando el esfuerzo de ser escuchado a pesar de ser obvia la decisión de no atender lo que puede concernir a todos aquí. Temblando la tierra, ese aspecto pintoresco alzandose con fragilidad va a precipitarse consecutivamente junto con una inmensa sed sanguinaria, que emerge de sus venas tan intensamente semejante a una avalancha cristalina. Combaten monstrando mucha agilidad que se mezcla con sensaciones bélicas y destrozando sus carnes que retornan al estado inicial al santiamén. Golpiza baja que asciende en 180 grados; algo salvaje que arropa su mejilla diestra y la envía a planear drásticamente hasta dar contra el rostro del departamento que yace entre dos iguales a su forma.

"Wilhelm Grimm" aprieta los dientes al despedazar la estructura. Semejante a resbalar sobre una colchoneta hecha de ladrillos, su cuerpo hace esfumar el equilibrio ajeno y es atribillada por la potencia cinética impuesta en su carne, que atornilla chispas desagradables en las vías sanguíneas. El choque es duro, sin embargo es nada en comparación con años de investigación que rompen la mente y desfiguran la naturaleza del ser humano ordinario. Podría tomarse que fue chequeada igual que un balón insolente hacia la seguridad conjunta. A veces vacila del reciente ideal sacado al exterior y formulado por los jóvenes niños, los tales señores de una novata década que ya emprende, pues resulta ser un movimiento de conformación y objetivos pueriles. Confiaría apenas en estos párrafos para que sean el futuro indispensable. De todos modos aquello no se lidiará entre la disputa, y nuestra niña siembra una actitud encantadora en su rostro redondito y moldeado de gestualidades llenas de infancia bonita y unos pómulos refinados que se unen al durmiente colorante rosa en la piel. Dominando la pieza baja, brinca ágil para establecer su postura honorable y bien echa, brindandole decente gloria.

-¡Te felicito!-proclama auténtica en sus palabras fantasiosas-eso fue un golpe que me ha asombrado, señorita Teruko Ōkura.

-¡Ja! Si lo hubieras esquivado ¡entonces te habría arrancado los brazos y las piernas esta vez!-chilla con la emoción estética de sagaz juventud avasallada.

"Teruko Ōkura", habilidad : "Suspiro del alma" pertenece a los reconocidos "Hunting Dogs" quienes se encargan de la captura hacia usuarios de poder peligrosos o que simplemente atentan contra la paz del gobierno y su ciudad. Cinco integrantes que en curiosa ironía representan la amenaza al considerar el talento de sus habilidades alteradas. No negará, que han pasado por temas igualitarios aunque fueron condiciones precisas y contribuidas por códigos de rumbos que ni se cruzan en la esquina. Esta primera reunión exclusiva sucede posterior al percance que ella produjo sacando el escándalo hacia el reflector de lo particular. La pequeña alemana opta por atacar; su fuerza física tiene la capacidad de acercarse al contrario, y su puño al ser frenado significa que deberá cederle la entretención a su fiel e insurgente amigo. O simplemente no. Repite el ataque, pensando en esa boba ideología de buscar el final feliz, con el amargo recordatorio de que importa nada el suavizar una historia ya que la realidad es la realidad, y un cuento de hadas es ese mundo ficticio de engaños y nada más. Que triste que ella creyerá en ello a manera de ser una escritora. Zarandea su cuerpo como si esquivara hebras amarradas en muchos puntos, asi que fulmina una patada versada, la que acaricia el maxilar de esa soldado.

-¿... Hoh?-tardó en comprender que sus huesos cubito y radio se cortan en dos. No alcanza a expresarse. Brinca hacia atrás pero el puño se entierra grotesco en su vientre, que la empuja sin cariño. Derrumbandose, su torso es pisoteado con una extrema potencia que devasta sus costillas, perforando los pulmones que se engullen de sangre hasta abajo. Regurgita exhalando aire incinerado.

-¡KUAHAHAHA! ¡Ahí tienes, estúpido cachorro. Enfrentar a una criminal es lo más delicioso y un fastidio a la vez!

-Tienes una lengua rápida pequeña. De seguro eres la mejor en tu trabajo, aún siendo una niña tan adorable y linda.

-¿Acaso no eres tú una mocosa?

-Disculpa, pero de hecho, te triplicaría la edad. Si fuesemos parientes, sería tu abuelita inocente y hermosa. Tú serías claramente la nieta tonta y malcriada. O sea en otros términos, una princesa patética-comenta relaja y júbilosa. Su intención es provocarle una rabieta a quien es su contraincante. Acortando el espacio Wilhelm aporrea a Ōkura en el rostro y repite la acción usando esta vez su brazo "quebrado", consiguiendo quitársela de encima, además prosigue al formular una acrobacia complicada que se conforma por agilidad, rápidez y un enorme valor para aceptar que el mismo gesto te puede quebrar el cuello si no se ejecuta adecuadamente. Justo antes de aterrizar, rueda la parte baja de su cuerpo que su rodilla se estrella contra la mollera de la sabueso, como si fuera el colapso entre un vehículo y un avión de guerra lleno de explosivos. Reconoce la resistencia de la menor, y acaba de pie con su rótula de la rodilla hecha añicos. Cojea involuntariamente mientras deja impecable su sonrisa.

-¿Cuánto tiempo más, querrás bailar?

-Pequeña damita, honestamente usted da miedo-saca una Korth Combat .357 Magnum, jalando el gatillo con enorme presión fijando prácticamente la línea de fuego como un surco espectral. Dos balas emergen de las fauces cerradas, presentandose el estupor de que Ōkura las desvía de un manotazo inmaculado que fotografía temor y anormalidad. Si lo dicta en el ámbito físico, entonces es Wilhelm quien es asfixiada por la peor inferioridad. Oyó impacible el rugir de su cuello quebrandose tras el puñetazo recibido en la barbilla, levitando hacia un sendero reverso que la despacha a descansar maltrecha contra la pared del callejón-¡ugh!-su capacidad para el enfrentamiento corporal es altamente baja, pero ha mejorado. Escupe sangre y alzandose con dignidad, sostiene las manos de la "niña" opuesta con fuerza para que su cráneo no sea aplastado.

-Cuando te acabe, disfrutaré mucho el interrogatorio-muestra una mueca que canta sadismo y un ardiente anhelo de alargado entusiasmo para torturar y cortar durante muchos agrios meses. Una niebla transparente flota de entre sus dedos, silbando como avecillas de las que sirven al misterio y el rencor, asi que ensancha más los labios dado que su habilidad se estimula presurosa en los pliegues temporales.

-¡Ngh! ¿Sabes... ? Aunque los términos sean diferentes, que no parezca haber conexión alguna, que una sea natural y la otra inevitable... la edad y la belleza si van de la mano-azota su cabeza. No le interesa el daño. Ambas cabezas se impactan, resultando una grieta larga únicamente en Wilhelm, mientras que la sabueso retrocede por inercia.

-¡¿Cómo... ?!-su gorra cae. Esquiva el disparo apenas por unos centímetros, fijandose que las heridas en Grimm se estabilizaron como si el daño desde un principio jamás hubiese estado. Sonríe al borde de la locura, descubriendo el efecto nulo de su habilidad en su presa que es ahuyentado a través de un halo fluorecente, abatido por hojas blancas al compás abnegado. Notando ilesa a su oponente, se abalanza como perro drogado de rabia que le azota diversos puñetazos, gozando delirante el cómo la niña reacciona defendiendose linda al tratarse de contemplar a un conejo bañado en concordia. Visualizar algo idéntico a un marco fotográfico, donde podrá jugar con esta extranjera hasta quebrantar su fortaleza es el verídico desafío. Golpea el diafragma usando la rodilla, y la derriba conmocionada.

-¡Coff!-sus pies se despegan del suelo al tanto de que se mutila su respiración. En cambio, la fatiga no es su enemiga, el tiempo en vez de jugarle en contra se transformó en su aliado amable para este caso específico. Ejerce una pirueta porque le concede el paso indudable a quien evita quisquillosamente. Aquella bruja que devora niñitos por placeres macabros, brinca encima de Teruko y emseña los dientes doblados, podridos que se astillan de mucosidad; una vieja obstinada por la hambruna masculla cerca de su faz, revolcandose, gritando con suciedad acaramelada. Clava sus uñas, déjandola angustiada en el rincón de la calle. Es el fantasma más asqueroso que haya visto nunca-esa es mi habilidad "Hansel y Gretel". Para su información señorita, me permite el la posibilidad hallar de inmediato un camino hacia mi destino sin embargo, debo lograrlo en 20 minutos y evitar pedir ayuda externa. Si no cumplo, ya notará que el resultado es esta tierna abuelita. Bueno... ¡adiós y cuídese! Nos veremos otro día.

-¡¿QUÉ?!-haga lo que haga, sus puños atraviesan al vejestorio, sin dañarlo.

Wilhelm Grimm toma esta coyuntura preparada para marchar sin retrasos. Comienza su corrida como alma libre teniendo de testigo la prodigiosa luna albina, en la cual confía ciegamente sin importar qué; las brisas susurrando al pintar sus mejillas otorga convincente alivio a su cuerpo entrado en décadas. Corre febril en plena actuación infantil de lo que se habla mediante plegarias estrechas, consiguiendo abrasadores minutos sin ataduras oprimentes. Ríe insolente delante de bahías musicales con el corazón palpitando frenético, lo que comprueba la verdad de que está viva, viva realmente.

[La princesa no morirá, pero estará sumergida en un profundo sueño por espacio de un siglo, del cual volverá, trascurrido este tiempo.]

Marcando el número telefónico, queda en espera unos segundos, mirando de vez en cuando que no sea perseguida, en lo que tarda "ella" en contestar. Sus pisadas tararean un trote, entonces la resonancia cesa para que alguien del otro lado salude cortés-¡Buenas Mori-chan! Disculpa que llame a estas horas pero, me gustaría preguntar si puedes atrasar tu viaje a Yokohama...... calma, todo va de maravilla, es sólo que temo a una cierta posibilidad y sería astuto proceder de manera más pacífica...... con respecto a tu padre, ahora mismo tendré una reunión con él para entrar a la mafia portuaria... ... ... le enviaré tus saludos. Lo prometo. Duerme bien, nos vemos pronto-presiona un botón y trata de exiliar el agobiamiento porque debe seguir al muchacho con cabellos como el atardecer.

Y el "Lobo Feroz", observa.

Capítulo 1 : Había una vez...

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