Capítulo 41

Jungkook miró más que cabreado a Hoseok y Namjoon. Sus cejas fruncidas y su lengua empujando en un gesto continuo el interior de su mejilla derecha le delataban.

De hecho, si sus ojos pudieran echar chispas, lo harían sin dudar.

Joder, estaba en un estado que no diferenciaba bien entre la rabia y la decepción absoluta ante sus subordinados de pandilla.

Actualmente, los tres se hallaban en el descampado de la banda.

Los menores estaban justo frente a él súper tensos, sus músculos estaban agarrotados por la tensión y el ambiente era completamente irrespirable.

Sabían a la perfección que su jefe estaba completamente enfadado pareciendo que en cualquier momento le iba a salir humo por las orejas.

La habían cagado por no haber estado atentos a Park, lo sabían, pero muchas situaciones enrevesadas se habían ido dando progresivamente, impidiendo acudir por varios días al centro escolar donde Jeon, les había informado que Jimin había sufrido una fuerte agresión que le había llevado al hospital, la misma de la que aún sigue recuperándose.

Cosa que no habían sabido hasta que su líder de pandilla se los dijo la semana pasada.

Para no mentir, a los dos les pilló por sorpresa aquello, sobretodo a Namjoon que le dejó muy claro a Jimin que le llamara en cualquier momento pasara lo que le pasara, cosa que nunca hizo.

Doblemente joder.

Jeon dio un paso amenazante hacia delante y los jóvenes contrarios se achicaron un poco en sus respectivos lugares.

-Hablad. -El pelinegro se pronunció alterado llevando un cigarro a medio terminar a sus labios. Aspirando con necesidad para poder controlarse.

Quería castigar duramente a sus dos miembros de pandilla en ese mismo momento.

Namjoon rascó su nuca en un acto reflejo incómodo.

-Jeon, y-yo, no sé qué mierda ha pasado como para que Park haya sido dañado de esa manera.

No le da tiempo a terminar, cuando el pelinegro se acercó ligero terminando muy cerca de su cuerpo.

Entonces gritó casi fuera de sí a los dos.

-¡Lo que ha pasado es que os habéis pasado por los cojones lo que os dije!, ¿no fui lo suficientemente claro? -El pelinegro dio una pausa.-¡Cuidad a Jimin hasta que me liberen!, ¿¡qué puta palabra no entendistéis?!

Hoseok tragó saliva.

-Yo no he podido... ni siquiera he estado yendo al instituto porque... -Su voz sonó cautelosa, estaba a punto de desvelar el motivo que ha mantenido fuera de honda en estos últimos días.- Una... familia de Seúl quiere adoptarme, y debido a mi edad he estado arreglando miles de papeles burocráticos.

Namjoon y Jungkook fruncieron sus ceños para mirarle. Pensando que su compañero se merecía aquello muchísimo, pero en ese momento, el asunto de Jimin también estaba latente.

Jeon llenó sus pulmones de aire intentando mantener la calma de nuevo.

-Me alegro, pero recuerda que por salvarte el culo a ti, acabé detenido sin poder defender a Park. -Comentó sintiendo su corazón incrementar sus latidos.

Sabía que habían muchas situaciones que se habían dado para que Park hubiera acabado así.

Pero no era jodidamente justo igualmente.

Namjoon pronto se aventuró a decir lo que sabía.

-Le dije a Jimin que si tenía cualquier problema me lo dijera, además, él sabía que te arrestaron, me lo dijo el mismo día que le salvé del puent... -Sus labios se sellaron, pero supo que ya era demasiado tarde.

-¿Puente? -Jungkook ladeó su cabeza en plena confusión y su mandíbula se tensó al instante.

Kim suspiró tembloroso.

-Jimin, bueno, él intentó acabar con su vid-

-¿¡Qué!? -El líder exclamó quedándose sin aire, sus oídos pitaban y sus manos comenzaron a temblar.-¿Y a qué mierda estabas esperando para decírmelo?, dios, no puedo estar ni un puto día fuera de aquí cuando todo se desmorona, ¡¿por qué me lo has ocultado?!

Namjoon tragó saliva más allá de lo nervioso, su líder dio otro paso amenazante hacia él.

-N-no sé, lo único que sé es que le dije que si necesitaba mi ayuda me llamara, y no lo hizo. Mientras, yo he estado partiéndome los sesos para recaudar con nuestra pandilla el dinero que pedían por tu fianza, y que finalmente terminó pagando tus padres. Por eso he estado fuera del instituto. -Namjoon no se calló, era hora de resolver todo el lío que se había formado.-Y si no te lo he contando, es porque creo que es mejor que él mismo te lo diga, ese día Park estaba roto, lo podía ver en sus ojos, y en su sufrimiento por ti.

-¡Pero Jimin iba por encima del dinero de la fianza! -Vociferó cansado de la situación y miles de mal entendidos latentes.

Pero entonces se dio cuenta de algo muy turbio...

Jimin roto, en un puente...

Entonces recordó cuando el abogado de sus padres le dijo aquel día en el centro de menores, que en su ahora antiguo instituto habían dicho que había fallecido por orden de sus progenitores.

Entonces cayó en la cuenta.

-Jimin creyó que yo estaba muerto, Kim. -Murmuró casi sin aliento mirándole, dejando a los dos frente a él estáticos.

-¿Cómo? -Hoseok no entendió nada y Namjoon menos, ninguno de los habían acudido al centro escolar el día que esa falsa información se dio, ni tampoco fueron los días posteriores al rumor.

-Tengo que irme. -Es lo único que pudo decir apresurado.

-Jeon, una cosa solo, los chicos de la pandilla se están sintiendo abandonados por ti con todo esto, ¿lo sabes?

El pelinegro se giró sintiendo sus ojos exaltarse en lágrimas. Le dolía saber que su banda que tanto le ha costado forjar, estaba decayendo ligeramente.

Había luchado muchísimo y no podía permitir que todo se fuera a la mierda.

-Lo sé, sé perfectamente que todo se está desmoronando, la pandilla de Min está tomando terreno en la venta de estupefacientes desde que desaparecí, están aprovechándose de que no estoy cien por cien aquí, pero no puedo hacer otra cosa. Si lo que me rodea no está bien, no puedo centrarme en condiciones en la pandilla. -Claramente se refería a la situación de Jimin.

-Hay chicos que se están quedando sin dinero para ayudar a sus padres, necesitamos volver fuertes. -Namjoon insistió con parsimonia, evitando poner más nervioso de lo debido a su líder.

-Algo pensaré, siempre lo hago. No os voy a dejar tirados, transmíteles tranquilidad. Ahora, debo resolver el malentendido que ha habido con Jimin. Y que sepáis que no me olvido de esto que ha ocurrido, sé que han habido muchas situaciones contraproducentes, pero el daño para Park ya está hecho. -Determinó finalmente.

Hoseok y Namjoon miraron sin contestar como su líder se prendió otro cigarrillo para salir del descampado sin volver a mirar hacia atrás.

El rugido de un potente motor fue lo último que escucharon antes de que la nada se hiciera de nuevo con el ambiente.

Ambos suspiraron sintiendo sus labios temblar.

Se habían salvado de la ira de Jeon y ni siquiera sabían cómo.

Hoseok respiró hondo pensando que debía llamar a Taehyung para aclarar la pelea que hace ya medio mes tuvieron, mientras que Namjoon salió de allí para verse a escondidas con Seokjin.

Por otra parte, el recién salido del lugar, sujetó el acelerador de su moto con fuerza desmedida provocando que sus nudilos se pusieran blancos por el agarre.

Realmente se había propuesto no usar la moto regalada por sus padres hace un par de años ya, la misma que intentaron usar como señuelo para que volviera con ellos, pero que no sirvió. Sin embargo, era una gilipollez mantener su ego actualmente si sabía que tener este transporte le facilitaría el llegar allá donde quisiera lo más rápido posible.

Debía admitirlo, se había subordinado de nuevo a sus progenitores por Jimin.

Sólo por él.

Y de todas formas, no se arrepentía.

Después de unos diez minutos, giró una última calle llegando a su destino.

La casa de Jimin.

Aparcó a un lado de la acera donde un pequeño parking de motos se hallaba. Se quitó el casco dejándolo dentro del asiento que se abría y se percató de que en ese barrio, la suya negra resaltaba por ser deportiva.

Alejándose del vehículo, tiró la colilla del cigarro que había estado consumiendo en el trayecto dentro de una basura una vez lo terminó, tomó un caramelo de menta para quitar su aliento a tabaco y se dirigió a la puerta del hogar de su menor para llamar con sus nudillos.

No esperó ni un minuto, cuando la madre de Park le recibió con ojeras bajo sus ojos. Se notaba cansada y lo entendía. La recuperación de Jimin estaba siendo delicada.

-Jungkook. -Pronunció con alivio.-Pasa, pasa, Jimin está en su cuarto.

Asintió y ella se hizo a un lado para dejarle paso. Y en ese mismo momento, una gran luz azulada se hizo con el cielo, acompañada de un estruendo posterior avecinando una gran tormenta.

Se quitó sus zapatos nike y los dejó a un lado del recibidor.

-Si quieres, puedes quedarte a comer, lo que necesites. -La fémina se pronunció de nuevo.

-Gracias, Hyemin. -Contestó con una pequeña reverencia educada.

-Ni las des, gracias a ti y a tus padres por lo que estáis haciendo por nosotros, anda, sube, que estoy segura de que está deseando verte. Yo me voy a hacer unos recados ahora mismo, cualquier cosa llamadme sin dudarlo.

Jungkook asintió de nuevo y sin esperar un segundo más, se dio prisa para llegar a la habitación que siempre tenía ese característico aroma a vainilla y limpieza.

Sorpréndose cuando encontró la puerta abierta, cosa que en Jimin era extraña, ya que era costumbre que él, la tuviera cerrada.

Aún así, dio dos golpecillos suaves en la misma y se asomó para ver a un Jimin sentado frente al escritorio leyendo un gran libro. Mientras que a su lado, el teléfono del mismo reproducía lo que parecía ser una película juvenil.

El castaño estaba tan inmerso en el entretenimiento, que ni siquiera había escuchado el sonido de sus nudillos.

-Hey, buenas. -Saludó simple cerrando suavemente la puerta tras él para tener privacidad.

Pronto se percató de que el dulce aroma del cuarto estaba combinado con otro jabonoso, Jimin parecía acabado de ducharse y cuando vio su pelo ligeramente húmedo lo pudo confirmar.

De repente, el menor se giró sobre su silla para esta vez prestarle toda su atención, sorprendiéndose cuando una gran sonrisa se dibujó en sus carnosos labios, sin embargo aquella no llegó a sus ojos.

Lo supo en menos de un segundo, algo iba mal.

-Oh, Jungkook, ¿qué haces aquí?, ¿no deberías estar con los de tu pandilla?, es viernes, seguramente pueden haber fiestas donde podéis hacer vuestro "trabajo". -Hizo comillas con dos de sus adorables dedos, pero pronto se vino abajo, la energía que había mostrado decayó ligeramente cuando no recibió respuesta.-Perdona, no me debo meter en eso... lo siento. -Finalizó momentánemente.

Jungkook parpadeó sin saber cómo responder.

Pero no hizo falta una palabra, cuando el castaño se pronunció de nuevo.

-¡Por cierto! -Jimin señaló con su diminuto dedo índice el libro.-, estoy leyendo este libro romántico, además de que estoy viendo una peli muy famosa que ayer me apareció en Tiktok. -El menor se recompuso retomando su acelerada charla.-También estoy preparando ya la mochila para el lunes, que eso es otro tema... estoy nerviosillo, ya sabes, nuevo centro escolar, pero está bien si voy contigo, no tienen porqué volverme a tratar mal, ¿verdad? -Las palabras corrían a raudales por sus labios.

Jeon se encontraba algo perplejo...

-Eso sí, sé que hay uniforme nuevo en ese instituto de ricos, sin embargo aún no lo tengo, mi madre ya tiene el cheque para comprarlo y me lo dará para que yo mismo vaya. Esta mañana he tenido cita con mi psicóloga y dice que me hará bien comenzar a organizar todo lo que tiene que ver con mi nueva vida, si se le puede llamar así. -Sus labios se fruncieron y seguidamente asintió decidido.-Sí, puedo llamarla así. -Sus hombros se encogieron en conformidad.

¿Desde cuándo su lucecita hablaba tanto y tan rápido?

Enseguida se acercó al castaño y pasó delicadamente uno de sus dedos tatuados por la mejilla acalorada del otro.

-¿Estás bien Minnie? -Fue lo único que pudo cuestionar con una de sus cejas arqueada.

Había llegado aquí para preguntar por el suceso del puente, pero sabía que no era inteligente tocar un tema tan sensible viendo de esta forma al menor.

Park alzó su mirada tragando saliva nervioso al ver la imponente figura de Jeon sobre su persona.

-C-claro, ¿por qué no lo estaría? -Intentó esbozar otra sonrisilla, no obstante no pudo.

Algo estaba mal con él y sabía perfectamente el qué, pero no quería sobrecargar a su mayor. El mismo ya tenía demasiado con tener que ir a visitarle y estar pendiente de su persona.

La colonia de Jeon se hizo con todos sus sentidos cuando este se inclinó sobre él provocando que sus mejillas se pusieran adorablemente rojizas.

Le necesitaba.

Necesitaba a Jeon tanto que dolía.

Pero aquello no podía ser, él tenía su propia vida y se sentía un pequeño estorbo que nada más hacía frenarle en sus quehaceres, lo sabía porque últimamente le había visto agobiado con el tema de Min y su pandilla pisándole los talones en su terreno.

-Sabes que puedes ser totalmente sincero conmigo. -Su caricia se deslizó hasta su barbilla subiéndola en un gentil gesto.-No sé en qué piensas, y necesito saberlo.

-Estoy bien... -Murmulló tembloroso al sentir el aliento mentolado de Jeon casi en sus labios una vez este se inclinó más.

-Vale, estás perfecto. -Jungkook dijo sarcástico ladeando ligeramente su rostro para mirarle con más intensidad.-Tanto que te estás dedicando a leer, ver una película a la misma vez y también pensar en hacer la mochila para que no te falte nada el lunes. Tres cosas Jimin, tres cosas a la vez estás barajando.

Park quiso protestar, aunque no pudo. El mayor llevaba razón, por supuesto.

-Hablas como un huracán, no te centras en una sola cuestión antes de continuar por otro tema, estás acelerado como nunca. Cariño, tú nunca sueles ser de esta forma. -Razonó el pelinegro.-Que no digo que esté mal que hagas tantas cosas a la vez, desde luego que no, sólo te noto disperso, ansioso... como si estuvieras queriendo enfocarte en todo lo que estás haciendo físicamente para no pensar en nada. -Terminó exponiendo lo que había detectado en el comportamiento del castaño.

-Bueno... -Se quedó sin idea de qué decir.

¿Qué iba a rebatir si el pelinegro llevaba enteramente la razón?

-Adelante, suéltalo. -Jeon animó.

-¿Te cuento cómo me siento? -Susurró recolocándose sus gafas una vez el mayor se separó de él.

-Umh. -Emitió el pelinegro con seguridad.- Cuéntame lo que necesites.

-Tengo miedo. -Park comenzó esta vez hablando parsimonioso, el ritmo en sus palabras se redujo drásticamente cuando se dio cuenta de que ahora estaba a punto de exponer sus preocupaciones y no sus distracciones que había comentado hace tan solo unos minutos con una rapidez abismal.- En terapia hablo mucho de ti, ¿sabes?, y mi terapeuta ha llegado a la conclusión de que tengo... am, apego ansioso, no sé si sabes lo que es.

Jungkook mordisqueó su labio inferior asintiendo, sabía algo de psicología porque siempre le había llamado la atención, tras ese gesto, posó su espalda baja en el escritorio con cuidado de no caer nada del mismo.

-Me siento una carga para ti, porque demando demasiado de tu tiempo para mí, pero desde que te conocí has sido la persona que me ha salvado en todos los aspectos. Mi apego es tan grande que para no llamarte, debo ponerme a hacer miles de cosas para intentar entretenerme. -Tragó saliva y un pequeño puchero se dibujó en sus labios.-Siento mucho que tu ayuda haya desembocado en un apego tan fuerte, Jungkook.

Jeon respiró hondo.

-No tienes que sentir absolutamente nada.

El pelinegro ya se había imaginado que esto podría pasar, aunque en una persona tan dañada como lo era Jimin, esto era un daño más colateral, aliciente a todo lo que ya llevaba sufrido.

-Es normal que hayas desarrollado esto por mí porque incluso yo siento que un día sin verte es uno perdido. No quiero ni que el puto viento te roce y haberte visto tan mal ha sido muy duro.

Jimin parpadeó lentamente ante la confesión.

-Gracias. -Susurró.

-Por ti doy hasta mi vida si hace falta cariño, y sé que estás haciendo lo que está  tu alcance para mejorarte, soy consciente de ello.

De repente, un relámpago iluminó la habitación debido a la ventana que tenía la persiana abierta. La lluvia comenzó a caer con fuerza chocando contra el techo de la casa y los cristales.

-¿Nos tiramos un ratito en tu cama? -Propuso.

Park asintió atontado, fijándose en el atuendo de su contrario. Una sudadera negra, una cadena de plata que brillaba sobre su cuello y unos vaqueros rotos que combinaban a la perfección con su atuendo.

Mientras que su pijama celeste hacia constraste con la ropa de calle del mayor, aunque parecía que se habían puesto de acuerdo porque a pesar de ser vestuarios diferentes, se complementaban.

-Vamos, precioso.

Park se derritió al escuchar aquello para seguidamente sentir la fuerte mano de Jeon tomar su pequeña aportándole calidez.

Ambos cayeron sobre la cama y se pusieron mirando al techo, allí decoración de pegatinas de animalillos se encontraban pegadas.

-Cuando era niño siempre soñaba con tener una mascota en casa, pero como mi madre es alergica, decidí decorar mi techo con lo que algún día me gustaría tener. -Susurró sobre el sonido relajante de la lluvia.

Jungkook giró su cabeza para ver el perfil del castañito que seguía mirando hacia arriba.

Pronto sus ojos oscuros volvieron al techo: las únicas dos pegatinas medio despegadas por el paso del tiempo mostraban caricaturas de un conejo y un cachorro de pastor alemán.

-Interesante, yo de niño tuve un doberman.

Jimin giró su rostro emocionado y con ojos brillantes.

-Wow, me encanta.

El mayor le miró de vuelta dedicándole una sonrisa ligera y pura. Con Jimin todo se volvía más cálido y entrañable.

-Cuando vivamos juntos, los tendremos. -Jeon subió su largo dedo índice apuntando hacia las pegatinas, pero sin perder el contacto visual con él.

Las mejillas de Park ardieron.

El bajito se puso tan nervioso que pronto escondió su rostro contra su almohada con cuidado de no mover mucho su brazo escayolado, el mismo estaba lleno de firmas que Jungkook le hacia cuando venía o de dibujitos muy feos, pero que si los había hecho Jungkook, no le importaba porque irremediablemente tenían valor sentimental.

Y Jungkook aprovechó para soltar una agradable carcajada al ver lo tímido que se había puesto.

-Pues mira que no te ponías tan tímido cuando te pasaba el humo. -Soltó burlón queriendo molestarle de nuevo.

Sin embargo, se dio cuenta de que el otro se tensó un poco para salir de su escondite y mirarle de nuevo.

-El tabaco... ya no me gusta, ni siquiera contigo. -Aquella verdad cayó como un cubo de agua helado sobre los hombros del mayor.

Jeon sabía que aquello era debido a lo que los acosadores le hicieron aquel fatídico día en el que peor le agredieron. Por ello mismo, se había tomado el caramelo de menta, porque se había imaginado esto.

-Entiendo, perdona Jimin por haberte recordado algo que no te hace bien.

El mencionado entrelazó su mano sana con la tatuada del mayor.

-Si hay alguien en este mundo que no debe disculparse conmigo, eres tú Kook. -Confesó.

Jungkook se quedó sin palabras, y sólo atinó a darle un fugaz beso en la frente, el aroma a vainilla del mismo combinado con el olor a limpio de las sábanas sobre las que estaban acostados estaba causando estragos en su ser. Todo en Jimin era tan bonito.

-Te amo. -Susurró contra su cabello castaño después del beso.

Jimin alzó su cabeza y cerró sus ojos para susurrar un "Yo también.", lleno de sinceridad, para enseguida darle un valiente pico en los labios al pelinegro.

Jeon se sorprendió al principio pillándole por desprevenido el gesto, pero pronto y con cuidado de no hacerle daño al brazo izquierdo de su menor, profundizó el beso.

Su mano derecha se posó en la cadera de Park para girarle hacia sí mismo dejándole sobre su brazo sano, ambos se separaron para respirar descansando del intenso beso.

Para tan solo unos segundos después, volver a unirse en otro más profundo.

-Te quiero tanto que duele. -La voz de Jeon sonó más ronca de lo normal.

Por otro lado, Jimin gimió suavemente cuando el pelinegro comenzó a dar pequeños besos en su cuello que le pusieron los vellos de punta.

-Mi madre nos va a escuchar. -Murmuró aborchornado el menor.

Jeon sonrió de soslayo.

-Se ha ido a hacer recados.

-Oh. -Jimin formó una "o" con sus labios para después dibujar una socarrona sonrisa en sus regordetes labios, los mismos que eran una perdición para el mayor.-Entonces tengo algo que decirte. -Murmuró.

El pelinegro entrecerró sus ojos con sospecha.

-¿Jimin? -Sabía que no era algo bueno porque la sonrisilla del otro era traviesa.

-He pensado finalmente el qué voy a estudiar en la universidad. -Hizo una pequeña pausa y Jeon le hizo un gesto impaciente para que siguiera.-Haré el doble grado en Economía de empresas y Ciberseguridad digital. -Soltó.

El pelinegro sonrió orgulloso inflando su pecho.

-Súper bien, seguro que vas a ganar un pastizal. -Jungkook dijo.

Jimin apretó sus labios, debía revelar su plan. El mismo que había trazado con cuidado.

-Tengo algo que proponerte, pero no me digas que no hasta que me escuches por completo. -Comenzó con su arriesgada propuesta... la misma que había estado pensando hace ya tiempo.

-Adelante. -Pero poco se fiaba de lo que venía.

Jimin tragó saliva nervioso por dar a conocer lo que había pensado.

-Verás, he estado pensado en hacerme parte de tu pandilla, y cuando esta crezca en un futuro vas a necesitar seguridad internáutica para...

-Ni de coña, Park.

Jimin frunció sus labios molesto.

-Jolín, te he dicho que no me interrumpieras antes de que te dijera mi plan completo.

-Eso no es un plan Jimin, es arriesgar tu integridad, cosa que no voy a permitir. -Sentenció.

-Está bien, entonces no voy a aceptar ir al instituto privado, me siento fatal de que tus padres se hagan cargo de mis gastos y que yo ni siquiera te ayude a ganar dinero con tu pandilla, ¿lo entiendes ahora?

Jeon bufó soltando el aire retenido en sus pulmones.

-Eso no tiene sentido ninguno, mis padres nadan en dinero y no les va a causar ningún tipo de problema hacerse cargo de ti académicamente.

El castaño negó con su cabeza.

-Ya he dejado claro mi punto de vista y ni siquiera me has dejado contarte mi plan completo, así que tú mismo.

Jungkook suspiró.

-Sigue, sigue contándome tu plan antes de que me de un ataque al corazón, porque se te ocurre cada cosa...

Jimin mantuvo la calma, y siguió.

-Seré experto en ciberseguridad, y si quieres seguir siendo un líder de banda, sabes perfectamente que vas a crecer en ese mundo ilegal, por lo tanto yo podría ayudarte a desvíar fondos a empresas que creemos una vez termine mis estudios económicos y a realizar transacciones secretas a nivel de internet. -Terminó.

El líder de pandilla abrió sus ojos completamente sorprendido y algo asustado.

-¿Jimin? -Susurró mirándole intentando encontrar un atisbo de broma en el rostro del menor, pero no, iba en serio.-¿Eres consciente de lo que has dicho?

El castaño asintió.

-No tengo nada que perder, tú eres el único que me has tendido una mano cuando estaba en un pozo lleno de oscuridad. -Relató.- Creéme que estoy completamente seguro de la decisión que quiero tomar contigo, de hecho desde que me hice tu marca, ya supe a lo que me estaba exponiendo y no me arrepiento. -Su voz sonaba segura.

Jungkook se quedó sin aliento. Jamás se hubiera esperado esto de su menor.

-Esto no es un juego, Jimin. -Tuvo que aclarar.-Estamos hablando de un mundo lleno de violencia, peligros incontables e incluso la posibilidad de acabar en prisión o algo peor, ya sabes.

El castañito emitió un sonido afirmativo.

-Vale, si es contigo, voy al fin del mundo.

Jeon sintió sus ojos llenarse de lágrimas sin poder evitarlo.

Esta lealtad estaba a otro nivel de la que nunca había experimentado.

Suspiró tembloroso no sabiendo porqué cojones había caído, sin embargo sabía que no podía negarle nada a su castaño por mucho que su ego como líder se viera meramente tocado.

Y lo dijo.

-Acepto solamente si te mantienes bajo mi sombra, nada de hacerte oficial. Ayudarás a mi organización sin que nadie más que yo lo sepa, esa es mi única condición. -Tuvo que ceder porque sabía también que sino, Jimin no iba a aceptar tomar el dinero de sus padres.-Aunque ahora mismo lo más importante es que te pongas mentalmente bien, que tu terapia siga su cauce y una vez te recuperes, estarás en la pandilla. Ah, y también deberás apuntarte a clases de Taekwondo conmigo para poder ser parte de la misma y saberte defender, ¿te parece?

Jimin lo sospesó para finalmente aceptar.

-Está bien, que así sea.

Jungkook respiró hondo aliviado.

Nunca dejaría que nadie tocara de nuevo a Jimin.

Si alguna vez su organización ilícita cayera, el castaño nunca sería tocado porque va a estar en las sombras de la misma. En secreto.

Pronto estrechó a Park entre sus brazos en un cálido abrazo, encargándose de tapar a ambos con una manta de seda debido a que la lluvia había descendido bruscamente la temperatura de Busan.

Los dos se quedaron dormidos juntos, sabiendo que...

Una nueva etapa estaba a punto de empezar.

Y los dos estaban esperando por ella con más fuerza que nunca.

.

¡Mil gracias por leer!

¡Entramos en la recta final!, quedan 5 capítulos solamente para terminar.

Posdata: la mafia Jeon/Park se acerca... ¿estáis preparad@s?

Os quiere muchísimo, Saraslifes.

Muchísimas gracias por todo de verdad y por la paciencia. Deseando darle final a esta historia que tiene un pedacito de mi corazón.

¡Y feliz cumpleaños atrasados a Jimin!

Nos leemos.

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