Capítulo 38
Jungkook llevaba cuatro días donde su vida se había básicamente congelado de la peor manera posible.
Aquellos se habían resumido en sentirse en la mierda por no saber si Jimin realmente iba a recuperarse o no, y en estar constantemente en la habitación de Jimin viendo su lenta recuperación.
Lo que le había dolido horrores.
El ver la preciosa carita de Park pálida y cansada, el haberle tenido que ver durmiendo intentando recuperarse, el observar cómo su apetito era nulo y el como no había emitido palabra alguna en los poquitos ratos que había despertado.
Aquello estaba siendo una verdadera tortura difícil de soportar. Simplemente su estabilidad emocional se estaba tambaleando hasta un punto inimaginable.
Le necesita más que nunca.
Jodidamente necesitaba ser feliz junto a Jimin.
Lo anhelaba, en realidad.
Por ello, había sido espectador en primera fila de la recuperación de Jimin, que desgraciadamente, aún le faltaba un poco más para volver a ser el de antes.
La salud del castaño había experimentado altibajos donde se habían emitido algún que otro diagnostico desfavorable que solamente causaban que los nervios de los médicos se pusieran de punta presagiando los peores escenarios, y en otras ocasiones, el castañito daba cierta luz verde a recuperarse, pero volvía a caer ante los daños que le habían causado.
Esto era porque algunas heridas habían sido seriamente graves, provocando estragos en el interior de su cuerpo, donde incluso a sufrido ciertas hemorragias internas que habían surgido en su delicado estómago por la brutal paliza que le dieron esos cabrones.
Y Jeon sentía que no aguantaba ni un puto segundo más sin ir a visitar de nuevo a cada uno de los que le hicieron eso a su razón de vivir. Porque sí, Jimin era la persona que había llegado para básicamente cambiarle la vida.
Cambiársela a una que sí valía la pena vivir.
Por lo qué aunque ya le había dado una lección a los hijos de puta que le habían hecho esas heridas al castaño, su cuerpo continuaba ardiendo en rabia por la impotencia que ardía en lo más profundo de su ser.
Apretó su mandíbula intentando dejar de lado su impotencia desmedida porque sabía que con el inicio del proceso judicial, no le convenía volver a agredirles, debido a que aquello podría jugar en su contra de mala manera y no estaba dispuesto a joderlo todo a esta altura. Necesitaba ya de ya la jodida justicia.
Intentó calmarse sin éxito, evadiéndose de su alrededor totalmente y entonces algo ocurrió entre la nubla de sus complejos pensamientos.
Al instante jadeó una maldición cuando al no darse cuenta, sintió algo estallar en su mano derecha.
Un sonido sordo se desencadenó por la acción.
Cuando volvió a la realidad, miró al frente para conectar con lo que en ese momento le estaba rodeando.
Frente a él, su madre le miró repentinamente con un semblante serio sin dejar en ningún momento su porte lleno de elegancia, aún así, no pudo evitar formar una leve mueca de preocupación.
-Acabas de romperte un vaso en la mano, ¿puedes prestar más atención a lo que te rodea? -La mujer se pronunció fría y escandalizada por lo brusco que se había convertido su hijo.
El pelinegro dirigió sus ojos a su mano derecha que ahora sangraba, ya que lejos de estar desayunando en la gran mesa del salón junto a su madre, su mente había comenzado a divagar tanto, hasta un punto donde se sumió en cierta furia acompañada con angustia.
Ya qué aparte de lo mencionado, aún Jimin no había salido del hospital, y si él estaba en casa de sus padres era porque solamente había acudido allí para asearse, cambiarse de ropa y alimentarse para poder aguantar en ese lugar donde estaba el amor de su vida. No más.
Y aprovechando que estaba allí, la mayor le había forzado a desayunar juntos para supuestamente hablar del tema de su abogada y de cómo ayudar a Park con el acoso que había sufrido, sin embargo al Jungkook percatarse de que esta no se estaba a dignando a hablar aún, terminó sucumbiendo a sus complejos pensamientos.
Siseando una maldición, abrió la palma de su mano observando como cristales cayeron de la misma.
-Me cago en mis muer... -No le dio tiempo a terminar, cuando su madre chistó silenciándole.
-En la calle maldice lo que quieras, pero en mi casa ni se te ocurra Jeon. -Amenazó con uno de sus dedos lleno de anillos de oro alzado.
El mencionado frunció su ceño y agarró malhumorado una servilleta para limpiarse la sangre, no perdiendo la oportunidad de comenzar la conversación que tenían pendiente, porque la verdad es que ya quería irse y si estaba ahí, solamente era para saber qué estaba pasando en el proceso judicial.
-Dime, ¿qué está ocurriendo con el tema legal de Park? -Se apresuró en cuestionar. Estaba desesperado de que por fin Jimin obtuviera justicia.
La mayor limpió con parsimonia sus labios a toquecitos tras haber tomado un sorbo de café negro.
Soriendo acto seguido de soslayo emitiendo un ligero sonido de autosuficiencia.
-Va perfectamente, mi abogada ya tiene el vídeo y está comenzando a preparar la defensa junto a nuestro gran equipo de abogados. -Comenzó explicando.-También tengo la autorización de la señora Park para poder llevar adelante el proceso, y se ha prestado a ser representante de su hijo para que él no tenga que acudir, ya que sería algo contraproducente a su delicado estado. Vamos a ganar al cien por cien. -Terminó diciendo con seguridad.
Jungkook inhalo aire profundamente llenando sus pulmones y lo dejó salir con lentitud, porque sabía perfectamente que todo esto, su madre no lo iba a hacer por amor al arte.
Seguramente querría algo a cambio por llevar a cabo la defensa, ya que era la dueña de uno de los bufetes de abogados más prestigiosos de todo Seúl.
Por eso sus padres (sobre todo ella como su progenitora que era) habían odiado tanto su adolescencia conflictiva, porque él provenía de una respetada familia. Un padre de negocios y una madre que había estudiado años sobre justicia para ser una de las mejores abogadas del país. Aunque con el tiempo, aquella pasó de ejercer a crear su propio bufete de abogados, siendo la jefa y ganando enormes cantidades de dinero.
Así que sí, básicamente su madre había sido la que siempre había movido hilos para que él saliera de problemas legales y tuvo su apoyo hasta que todo llegó un momento, donde decidió irse de su casa por todas las mierdas que le hicieron pasar.
Porque en el pasado tan sólo era un niño que solamente quería ser feliz y hacer cosas pues eso, de niños. Sin embargo llegó una época en su vida muy oscura que terminó sumiéndole en muchos problemas con sus padres.
Ya que aquel a veces quería jugar con otros infantes, pero supuestamente los conflictos con sus estrictos progenitores, llegaron cuando aquellos se dieron cuenta de que su hijo pasaba su tiempo libre fuera del colegio ni clases de piano o inglés entre otras, con niños que no pertenecían a su caro vecindario.
Y aunque al principio se lo dejaron pasar, terminó provocando con el paso de los años que cada vez sus padres le restringieran más sus salidas hasta un punto donde incluso llegaron a encerrarle para que no se juntara con aquellos, cosa que al ser tan pequeño no comprendía, ni muchísimo menos llegaba a entender los fuertes castigos tan crueles que sus padres le hacían, ya fuera de forma violenta o con muchas restricciones llegando a un punto donde incluso solamente le dejaban salir a la calle fuera de sus quehaceres solamente una o dos veces al día.
Continuando con su dificultoso pasado, decir que con trece años fue cuando finalmente conoció a Yoongi, un chico que vivía en un barrio conflictivo y Jungkook aprovechó para de vez en cuando escaparse a casa del niño para huir de sus padres, y cuando volvía a casa ya tenía con qué chantajearles diciéndoles que si no le dejaban de maltratar, se escaparía de nuevo con su amigo.
Por lo que así fue como poco a poco el pelinegro consiguió en Yoongi una vía de escape y ambos terminaron irremediablemente convirtiéndose en mejores amigos que básicamente, eran inseparables, hasta el momento donde con dieciséis años crearon una pandilla.
Al principio los líderes de aquella, fueron Min y él, pero con el paso del tiempo, Jungkook terminó siendo el cabecilla debido a que sabía que su madre podría salvarle si cualquier cosa ocurría, mientras que Yoongi realmente no tenía a nadie de su familia más que a un abuelo que ya le quedaba poco de vida.
La banda estaba conformada por cinco chicos en total incluyéndose ellos dos. Aquellos hacían grafittis, robaban pequeñas tiendas (dinero que se quedaba Yoongi o se repartían entre los chicos que lo necesitaban, entre los que no se incluía a Jeon debido a su familia acomodada), rompían mobiliario urbano, etc.
Hasta que llegó el punto donde comenzaron a trapichear a baja escala con estupefacientes, comenzando ahí una época más peligrosa para tan solo unos adolescentes.
No obstante, lo más destacable es que tuvieron la suficiente fuerza de voluntad para poder vender la mercancía sin probarla, ya que sabían que si caían en alguna adicción, la pandilla entera se iría al garete. Básicamente y dentro de lo cabía las cosas, le salían bien y aunque era jodidamente peligroso, supieron llevarlo adelante.
Pero hay que tener en cuenta que sólo eran adolescentes jugando a ser mayores, en un negocio bastante arriesgado y que podría llegar a acarrear a la larga muchos conflictos serios.
En efecto, pronto llegó el primer y verdadero problema.
Ya qué, en una ocasión la policía pilló al grupo entero vendiendo sustancias ilegales en una fiesta ilegal en una zona llena de discotecas.
Todos fueron llevado a comisaría y el único que se pudo salvarse fue Jungkook gracias a su madre que poseía muchísimos contactos, mientras qué Yoongi, pasó tiempo en un centro de menores junto a los otros miembros.
Porque Jungkook en aquel pasado, llegó a suplicar a su progenitora que ayudara también a Min, pero aquella se negó y de ahí surgió la actual enemistad que les separó en dos pandillas diferentes.
En conclusión, su madre no hacia nada por nadie, y por eso no confiaba en que hiciera esto gratuitamente por Jimin.
-¿Qué quieres a cambio de esto? -Preguntó sin rodeos.
La otra suspiró mirándole con seriedad.
-Tengo una duda y quiero que me contestes con mucho cuidado, porque de ti depende la justicia de ese chico. -Pronunció ignorando su pregunta.
Él miró a los ojos a su madre y entonces vio algo que jamás en su vida había visto en aquellos.
Clemencia.
Pero seguramente y conociéndola, aquella era clemencia falsa con el fin de querer manipularle.
-¿Estás enamorado? -Cuestionó sin dar rodeos.
Jeon ladeó ligeramente su cabeza hacia un lado totalmente confundido, si había algo que no se esperaba en ese mismo momento, era esa pregunta tan repentina.
-Si no quieres decírmelo, te entiendo, pero necesito que me escuches. -Dijo seria, y cuando vio un diminuto asentimiento por parte de su hijo, pudo expresar lo que quería decir desde hace mucho.-He podido ver la forma en la que lo miras, la manera en la que te preocupas por él como si fuera incluso tu propia familia. Pero... debes saber que nosotros como padres, no estamos de acuerdo en que ese chico llegue a ser siquiera alguien cercano a ti. -Dejó saber. -Ya es suficiente la dependencia emocional que ha tomado contigo, como para que le sigas dando esperanzas para que se crea que de verdad, puede llegar a tener un futuro posible contigo.
Jungkook expandió sus ojos en demasía sintiendo su respiración volverse pesada, un escalofrío le recorrió de arriba a abajo.
-¿Qué putas estás insinuando? -Jeon siseó entre dientes y entrecerrando sus ojos mientras sentía su alma caer a sus pies, sus manos volviéndose dos fuertes puños sin importar aquella que tenía dañada por los cristales del vaso que había roto.
La mujer esbozó una pequeña sonrisa llena de vanidad.
-Que no voy a continuar con la defensa del juicio si no te alejas de él. -Determinó.
Su respiración se quedó estancada en lo más profundo de su garganta, sin embargo una risita sarcástica que ocultaba mucho dolor, se escapó de sus labios sin poder evitarlo.
-A ustedes como padres no os importa toda la mierda que he tenido que sufrir en mi vida por vuestros putos métodos de enseñanzas tan indignos para un niño, o todas las cosas de las que me habéis privado, sino que también me estáis chantajeando con básicamente quitarme a lo único por lo que estoy respirando. -Gruñó.-Porque estoy jodidamente seguro de que esto también es obra de mi padre.
La mayor ignora por segunda vez su palabrerío.
-Dime ahora mismo si aceptas o no, pero piénsalo muy fríamente porque si rechazas mi condición, la señora Park no va a tener el suficiente dinero como para poder tener el apoyo de una defensa tan buena como la que mi bufete de abogados le está brindando. -Dijo mirándose sus perfectas uñas pintadas de un elegante rojo, gruñendo cuando vio en una de ellas una zona en la que la pintura se había quitado.-Tengo que hacerme las uñas. -Susurró fría.
Jungkook respiró hondo intentando guardar la calma, haciendo para ello su mejor esuerzo. Algo muy grande queriendo desatarse en su interior.
-Tenemos un vídeo donde se ve todo, no necesitamos abogados tan buenos. -Razonó no queriendo caer en el chantaje.
Aquella alzó delicadamente su ceja derecha.
-¿Y quién te dice que yo os cederé esa prueba? -Inquirió sintiéndose realmente poderosa.
Al segundo, su gran mano ensangrentada dio un fuerte puñetazo contra la mesa.
-¡Ya basta! -Explotó sintiendo lágrimas comenzar a formarse en sus ojos.-¡Deja de lanzarme al puto borde del abismo!, ¡DEJA DE QUERER HACERME LA JODIDA VIDA IMPOSIBLE!, ¡NO PUEDO MÁS! -Gritó sintiendo su cuerpo entero temblar lleno de furia.
-No me grites.
-¿Que no te gri-? -Se silenció pasándose una de sus manos por la cara para intentar calmarse, no había de otra, su madre tenía el poder.
Y no podía mandar todo a la mierda, necesitaba que la defensa fuera de su madre, porque estaba claro que aquella sería incluso capaz de borrar el vídeo de la prueba sin remordimiento con tal de joderle si no le obedecía.
Tensando su mandíbula le dedicó una mirada llena de odio, mostrándole todo el rechazo que le estaba causando.
Pero a la fémina claramente le dio más que igual con tal de salirse con la suya.
-Dime, ¿qué vas a hacer querido hijo mío? -Susurró burlona.
Jungkook respiró hondo apretando sus dientes, pero no le quedo de otra que ceder.
-Acepto. -Su voz sonó extremadamente grave.
Frente a él, la mayor esbozó una sonrisa llena de autosuficiencia, se sentía perfectamente bien por tener a su hijo nuevamente en la palma de su mano después de tantos años.
No obstante, había algo que ella no sabía.
Su pequeño plan para tener de nuevo bajo sus directrices a su hijo, le iba a salir muy mal.
Porque Jungkook era bastante inteligente, y sabía perfectamente cómo hacerle sentir a su madre para darle a pensar que realmente había podido con él.
Sin saber que Jeon ya estaba maquinando un plan para tener a Jimin a su lado y que el juicio se llevara a cabo.
Iba a ser cuidadoso, pero al menos, ya sabía qué iba a hacer.
.
Primera parte.
Perdonad la espera, ya tengo escrita la mitad del siguiente capítulo, por lo que espero publicar lo antes posible.
Ya faltan siete capítulos para acabar esta historia♡.
Un saludo y gracias por la paciencia.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top