Capítulo 31
Aviso: mención de ANGST.
Lunes, 16:02 P.m.
Jimin entró a la biblioteca del instituto y una vez allí, se sentó en una mesa para estudiar el examen de mañana que era de lengua coreana.
Y no iba a mentir, porque realmente le habría encantado que Jungkook también hubiera ido, sin embargo éste le dijo que hoy no podía estudiar con él debido a que tenía cosas que hacer.
En un principio le quiso preguntar curioso el qué debía hacer, sin embargo no quiso ser un entrometido.
También decir que Jungkook aunque no iba a estudiar con él, le había acompañado hasta la puerta de la biblioteca y también le había prometido que le iba a recoger dentro de cuatro horas, que son las que él iba a dedicar para estudiar la asignatura.
Pronto Jimin salió de sus pensamientos una vez se sentó en un pupitre vacío del lugar, éste estaba posicionado en filas muy ordenadas de mesas, y entonces se percató de que justo frente a su mesa había otra donde se encontraba un chico con gafas y pelo color miel, estudiando lo que parecía ser lengua coreana.
En seguida el castaño se acomodó mejor en el lugar y puso su mochila naranja nueva que le había regalado Jungkook en su propio regazo, para poder así, sacar los útiles escolares que iba a necesitar para su sesión de estudio.
Tras ello dejó la mochila en la silla vacía que estaba a su lado y pronto, sus gorditas a la vez que pequeñas y adorables manos abrieron su cuaderno de literatura que tenía todos sus apuntes y seguidamente también abrió el libro de la misma asignatura.
Una vez listo, se dio cuenta de que a su alrededor nadie le miraba ni cuchicheaba nada de él como antes sí ocurría... y sabía perfectamente que aquello era debido a Jungkook, ya que desde que los estudiantes se dieron cuenta de que el pelinegro le defendía, ya nadie se había vuelto a meter con él, cosa que le hacía vivir con tranquilidad y muchísima paz.
Tras pensar en aquello, en seguida comenzó a estudiar. Sin embargo, su estudio fue interrumpido por una grave pero a la vez tímida vocecita que le sacó de su concentración.
—D-disculpa, ¿me prestarías un b-bolígrafo? —Aquella voz le habló en casi un susurro muy tímido.
Jimin en seguida alzó su rostro y recolocó sus gafas en un gesto nervioso cuando vio al chico que le había hablado. Entonces se percató de aquél que se había dirigido a su persona, era el alumno nuevo de su clase.
Y recordaba que su nombre era Kim Taehyung.
El castaño rápidamente miró al peli-miel y asintió.
En seguida y algo torpe por el nerviosismo, tomó un bolígrafo azul y otro negro de su estuche para seguidamente dárselos al otro.
—Oh, no es necesario que me des dos bolígrafos, con uno me s-sirve. —Taehyung se pronunció también nervioso por estar hablando con otro chico estudioso como él lo era.
Porque no se iba a mentir a sí mismo, el de sonrisa geométrica estaba realmente emocionado de estar intercambiando algunas palabras con alguien que también consideraba los estudios una cosa súper importante.
—No te preocupes, tengo bolis de sobra. —Mencionó como respuesta Jimin con su voz algo temblorosa.
Al instante, una sonrisita cuadrada se dibujó en los labios del otro, y la hizo por lo amable a la vez que agradable que el castaño era.
—Muchas gracias. —Terminó por decir Kim tomando los dos bolígrafos.
Y ya no charlaron más, ya que lo máximo que hicieron fue comenzar a estudiar literatura en silencio hasta que las horas pasaron volando. Llegando así el momento en el que ambos habían terminado de aprenderse todas las obras y autores que caerían en el examen.
Taehyung fue el primero en recoger y una vez lo hizo, le devolvió al castaño los dos bolis agradeciendo de nuevo el hecho de que se los hubiera prestado.
Todo marchaba bien.
Ambos ya estaban terminando de recoger y de hecho iban a salir del lugar, sin embargo todo se torció cuando un gran grupo de chicos con pintas peligrosas entraron a la biblioteca interrumpiendo el sepulcral silencio que allí reinaba.
Jimin giró su cabeza alarmado ante el escándalo que se había formado, y más cuando uno de los chicos de aquella pandilla que acababa de entrar, dio una patada a una silla del lugar causando un gran estruendo que asustó a todos los alumnos que estaban allí estudiando.
—¡Park Jimin y Kim Taehyung! —Vociferó en seguida el líder de los maleantes que habían entrado allí con su gran banda de pandilleros.—¡¿Dónde mierda estáis?! —Gritó buscando a esos dos estudiantes.
Y entonces sonrió cuando vió a dos chicos con caritas de tontos en una zona de las mesas.
Eran ellos. Y el líder sabía que eran ellos debido a que poseía sus fotos en su teléfono, y es qué esos dos eran los puntos débiles de Jeon y Min, joder, no se podía creer que había sido tan fácil atraparlos.
El líder llamado Jay sonrió ladeadamente y rápidamente arrinconó al que parecía ser Jimin contra una de las mesas del lugar. A lo que instantáneamente el menor se vio totalmente intimidado y en peligro, su corazón latía desbocado.
Por otro lado, Jay para asegurarse de que realmente ese castaño era el chico que estaba buscando, tomó bruscamente sus dos manos y observó como en una de las palmas de sus manos, había una pequeña marca de afecto que formaba una J blanquecina y cicatrizada sobre su piel.
—Así que tú eres el famoso Park Jimin, o mejor conocido por las calles como la ratita estudiosa de Jeon. —Habló el líder malévolo a la vez que con cierta mofa impregnada en su voz.
Jimin tragó saliva dolido por el comentario a la vez que apartó sus manos para que éstas dejaran de ser agarradas por el pandillero.
—D-déjame. —Susurró con miedo tomando su mochila para salir de ahí lo antes posible.
Ante aquello, Jay rió incrédulo ante lo valiente que ese idiota se estaba mostrando, ¿cómo mierda se había atrevido a quitarle sus manos de esa forma?
No sabía a quién mierda se estaba enfrentando.
Justo a un lado del líder, Jimin intentó andar hacia la salida una vez puso con prisa su mochila en su espalda, sin embargo algo le hizo pararse en seco.
Un quejido de dolor.
Tembloroso giró su cabeza y sus ojos se expandieron en demasía cuando vio a tres pandilleros someter al chico amable que horas antes le había pedido prestado los bolígrafos.
—Y tú eres el chico de Min, ¿no, Taehyung? —Uno de los maleantes bufó divertido para seguidamente tirar de una patada al mencionado en un abrir y cerrar de ojos hacia el suelo, causando que un segundo quejido lastimero resonara en la biblioteca.
Biblioteca que ahora estaba vacía excepto por Taehyung, Jimin, Jay y sus matones, debido a que los otros estudiantes habían corrido lejos de allí totalmente despavoridos por la violenta situación. Y por supuesto ninguno de ellos iban a avisar ni a la policía, ni a la dirección ni siquiera a profesores por miedo.
—¿Qué pasa Jimin?, ¿quieres salvar a éste bicho raro? —Jay habló burlón a la vez que se acercó más al mencionado con una sádica sonrisa.
Jimin tembló más y dio dos pasos torpes hacia atrás trastabillando en el proceso cayendo finalmente al suelo. Sus manos y trasero dolieron por el golpe, sin embargo se mantuvo en alerta porque eran demasiados.
—Dejadnos en paz. —Habló valientemente el castaño desde abajo por el peli-miel y su propia persona.
Realmente no sabía de dónde estaba naciendo esa valentía, pero estaba claro que debía aprovecharla.
—Jimin, has sido acosado desde pequeño y nunca te has defendido tanto como hoy lo estás haciendo, ¿sabes qué le puede pasar a tu lengua si no te callas de una puta vez? —Jay preguntó retórico girando levamente su cabeza hacia un lado, y se agachó hasta quedar a la altura del castaño para seguir hablando.—Que te la vamos a cortar para que no hables más.
El menor sintió su cuerpo comenzar a temblar incluso más ante la amenaza.
Además, ¿cómo sabía ese matón que él había sido acosado desde pequeño?
—Bueno, no más charla, traed aquí a la otra ratita. —Rápidamente Taehyung fue arrastrado en contra de su voluntad hasta que lo dejaron sobre el suelo a un lado de Jimin.—Esto va a ser jodidamente divertido, aunque es una lástima que ahora solamente uno de vosotros nos sirve, porque ya nos hemos cargado a uno de vuestros queridos pandilleros. —Murmuró gélidamente el líder.
En seguida los vellos de Jimin y Taehyung se pusieron de punta, ¿a qué... se refería ese matón con que se habían cargado a uno de los pandilleros?
—No... —Jimin susurró tembloroso y sintió un nudo en su garganta.—¡No! —Chilló esta vez extremadamente agobiado y sintiendo su corazón en un puño.
Los pandilleros rieron ante lo patético que ese chiquillo se veía.
—Cerrad la puerta de esta biblioteca con llave. —Ordenó Jay obviando la rabieta de Jimin.
El castaño rápidamente se quitó su mochila naranja de sus hombros y rebuscó con manos temblorosas su teléfono. Una vez lo encontró, lo desbloqueó más rápido que nunca y marcó el número de Jungkook.
Necesitaba saber que el pelinegro estaba bien.
Lo necesitaba, necesitaba tener a su lado a Jungkook, necesitaba al pelinegro más que el propio aire que respiraba porque... Jungkook era el que le había enseñado a amar la vida y a amarse a sí mismo, y también, le había enseñado a amar a otra persona.
Porque Jimin amaba a Jungkook y eso era un secreto a voces.
Por otro lado, Taehyung también tomó su teléfono y aprovechando que los temidos pandilleros frente a ellos no hacían nada por frenarles, llamó a Yoongi con urgencia.
Y...
Sólo uno de los que estaban siendo llamados respondió la llamada dando a entender que estaba bien.
El que atendió fue... Min Yoongi.
Y el que no respondió fue Jeon Jungkook.
Jimin sintió sus ojos aguarse y su corazón dejar de latir por segundos cuando escuchó la voz telemática comunicarle que el número marcado estaba fuera de cobertura y que intentara llamar más tarde.
Cosa que le aterró de sobremanera ya que Jungkook siempre tenía batería y por supuesto, siempre contestaba a sus llamadas.
Jay arrebató el teléfono a Taehyung y habló con Yoongi.
Mientras que Jimin solamente atinó a levantarse del suelo y correr a la puerta del lugar para darle manotazos y patadas en un vano intento de abrirla.
—¡Abrid!, ¡a-abrid la pu-puerta! —Vociferó aterrado.—¡JUNGKOOK!, ¡JEON! —Chilló con todas sus fuerzas quebrándose la voz a la vez que seguía haciéndose daño intentando abrir la puerta.
Quería salir de allí para ir a buscar por su propio pie a Jungkook.
—¡P-por favor!, y-yo necesito salir. —Suplicó con voz rota dando más patadas dañando sus pies en el intento de que la puerta cediera y se abriera, pero eso no pasaba y ésta seguía cerrada.
Jimin ahora mismo no veía nada, sus lágrimas y gafas estaban empañadas por el vaho surgido de su llanto y los cristales empañados no le dejaban divisar nada con claridad.
Jay al poco tiempo terminó de hablar con Yoongi.
—Ven a la biblioteca, pero ven solo, sino vamos a hacer mucho daño a tu pequeño come libros. —Jay amenazó.—Aunque admito que su cabello miel es precioso y se ve muy suave, de hecho creo que si le quítamos las gafas puede ser hasta guapo. —Se mofó, lo que provocó que desde la otra línea Yoongi gruñera potentemente.
—Hijo de la gran puta, como hagas algo a Taehyung te voy a matar con mis propias manos, no le toques o- —La voz de Min fue cortada a la misma vez que el líder de los matones dio por finalizada la llamada.
Tras ello, guardó el teléfono de Taehyung en el bolsillo de su chaqueta de cuero negra no devolviéndoselo a su dueño, y rápidamente se acercó a Jimin.
—No te vamos a dejar salir de aquí, deja la rabieta de niño pequeño y- —No pudo terminar la oración, cuando algo que no se esperó en absoluto sucedió.
El de prominentes gafas se había girado y abalanzado bruscamente contra su cuerpo propinándole al instante un puñetazo no muy certero, pero que igualmente le había dolido ya que éste había dado muy cerca de su ojo derecho.
—Maldito estúpido, ¡¿quién mierda te crees para golpearme?! —Gritoneó Jay totalmente furioso a la vez que golpeó de vuelta al castaño, pero con el triple de fuerza.
Ésto causó que Jimin cayera contra el suelo y que su pequeña nariz comenzara a sangrar a borbotones.
—N-no, por favor, no le pegues. —Taehyung habló por primera vez con su voz grave y ahora totalmente temblorosa.
El peli-miel se asustó muchísimo cuando vio a ese chico golpear al castañito que había sido tan amable con él. Y realmente, no sabía qué estaba pasado, solamente podía imaginar que todo ésto era debido a que Yoongi era pandillero y el chico pelinegro con el que Jimin solía estar en clase también lo era.
Ambos estaban actualmente metidos en un gran lío que involucraba a tres bandas callejeras, y eso era aterrador.
Pronto se levantó del suelo con urgencia y se acercó al castaño con un pañuelito en su mano para limpiarle la sangre, sin embargo Jimin se negó a ser limpiado y a cambio, se levantó para encarar furioso al líder de los matones.
—¿Q-qué le habéis hecho? —Susurró no tan valiente, pero igualmente estaba haciendo todo lo que podía para obtener información.—¿Dónde e-está Jeon? —Cuestionó intentando parecer amenazante, sin embargo se rompió y sus voz sonó totalmente quebrada.—¿E-está bien? —Balbuceó nervioso y con su garganta doliendo como mil infiernos, sin embargo no podía rendirse porque quería cerciorarse de que nada malo le hubiera pasado al pelinegro.
Aunque para ser sinceros, Park no podía más, sus manitas temblaban con vehemencia y sus piernas también, no quería imaginarse ni por asomo el hecho de que a Jungkook le hubiera pasado algo, es que se negaba a algo así.
Jay sólo atinó a dar amenazatemente un paso hacia el menudo y algo relleno chico con empalagoso aroma dulce, para seguidamente sonreír como un verdadero psicópata.
—Muerto. —Masculló a centímetros del rostro de Jimin.—Jeon Jungkook está muerto. —Terminó por decir totalmente serio.
Los otros pandilleros asintieron con sus cabezas dando a entender que su líder estaba hablando en serio.
Y en ese momento Jimin sintió su garganta secarse a la vez que sus rodillas fallaron, causando que un sordo ruido resonara en las paredes de biblioteca cuando su cuerpo se desplomó.
El castaño apretó sus labios una vez estuvo sin fuerzas en el suelo y sus ojos se aguaron al instante.
—Fue jodidamente agradable golpear al egocéntrico de Jeon hasta el cansancio con todos los de mi pandilla. —Jay presionó más la situación queriendo llevar al límite a ese imbécil de Jimin para ponerlo en su lugar.—Y que sepas que yo he sido el que le ha quitado el último aliento de vida a Jeon, ha sido un puto placer haber sentido su última respiración cuando le ahorqué con mi manos, por eso no te responde el teléfono. —Masculló malicioso hacia el castaño.
Jimin sollozó en alto a la vez que varias lágrimas grandes mojaban su rostro ante las palabras del mayor.
—M-mientes. —Atinó a decir Park deseando que esto sólo fuera una broma, sí era eso mismo, una broma.—É-él no está... no, imposible. —El menor ni siquiera podía decir esa palabra.
Sin embargo el mundo dejó de girar para Jimin cuando frente a él un pequeño aro metálico cayó, era un piercing... y pudo identificar que era el del labio inferior de Jungkook.
Y Jeon odiaba que le tocaran, y él jamás le hubiera dado a nadie su piercing.
—Tengo más pruebas de que lo he matado, pero como puedes comprender no quiero ir a la cárcel, así que ya sabes Jimin, coopera si no quieres acabar como Jeon. —Jay se pronunció con seriedad.—Dime dónde está el descampado de su pandilla y te dejaré en paz.
Y es que Jay no sabía dónde estaba el descampado de Jeon y quería saberlo para poder tener esa valiosa información.
Sin embargo, Jimin se mantuvo en silencio sintiendo su corazón latir desenfrenado contra su caja torácica y su pecho sumergirse en un profundo sentimiento de pérdida a la vez que vacío.
Ahora el castaño estaba sintiendo el más frío y profundo vacío intentando mitigar la ansiedad que le estaba causando la situación y el hecho de que se negaba a pensar que realmente Jungkook hubiera... fallecido.
—Él no puede dejarme solo. —Sollozó en un roto susurro el castaño aún en el suelo rompiendo a llorar como un niño pequeño.—N-no digas más eso, J-Jeon no puede estar... —Un puchero en sus gorditos y rosados labios no le dejó seguir.
A su lado, Taehyung ya se había posicionado para abrazarle cálidamente y sobar suavemente su espalda en un amago de mitigar las desagradables sensaciones que el castaño estaba sintiendo.
Y Kim no se creía que Jeon hubiera muerto, sin embargo el brillante y diminuto aro que siempre solía estar en el labio del pelinegro estaba ahora en el suelo incitando a pensar lo más negativo.
—Sí, Jeon está muerto y es un jodido alivio para todos los pandilleros de Busan porque él era el más poderoso de todos. —Terminó por decir Jay.
A lo que Jimin solamente atinó a llorar con más tristeza y a comenzar a negar con su cabeza desesperado, y simultáneamente llevó sus manitas temblorosas a sus oídos no queriendo seguir escuchando aquello.
Estaba roto, malditamente roto, todo su cuerpo le dolía y apenas podía siquiera respirar ante lo que ese chico le había comunicado sin pudor ninguno.
Sin embargo una ínfima parte de su razón le decía qué, Jungkook... estaba vivo, todo era mentira de ese matón para hacer daño a su noble y frágil corazón, ¿verdad?
—Bienvenido a la realidad Jimin, la realidad donde nada es putamente bonito y todo es un caos donde sólo lo más fuertes sobreviven e incluso, hay veces que éstos no pueden hacerlo. —Murmuró Jay.—Bienvenido al mundo de las pandillas callejeras donde la muerte forma parte del día a día.
—N-no. —Murmuró el castaño.
—Jeon forjó una burbuja a tu alrededor para protegerte y hacerte creer que ser un pandillero como él no es nada peligroso, que es como jugar a una videoconsola o algo parecido, pero él nunca te contó que de un día a otro podías perderle para siempre. —Jay hizo una pequeña pausa para en seguida continuar.—¿Y adivina qué? Ha explotado. Esa jodida burbuja te ha explotado en la cara Jimin, y ahora ya sabes que así son los juegos en la calle, a veces se gana y otra se pierde, y hoy Jeon ha perdido su vida. —Habló malévolo y con un tono de voz neutro que no mostraba ni una pizca de pena o remordimiento.
Y Jimin no pudo escuchar más porque se desmayó.
A su lado, Taehyung comenzó a llorar aterrado y desconsolado ante todo lo que estaba ocurriendo, y lo único que pudo hacer fue afianzar más el abrazo que le estaba dando a un Jimin ahora desmayado ante el miedo de ver como en ese mismo momento, los pandilleros se estaban acercando peligrosamente a ellos dos.
Decidme... en un mundo donde la maldad reina, ¿hay cabida para dos seres tan puros y desprovistos de picardía como Jimin y Taehyung lo son?
.
¿Qué pensáis del capítulo?, ¿creéis que es cierto que han podido con Jungkook? Os leo.
Like si os gustaría leer ya el siguiente capítulo♡.
Saraslifes.
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