Capítulo 3

Unas tiritas con estampado de ositos estaban cubriendo las heridas infligidas ayer por el líder de sus matones sobre su mano izquierda con un compás.

Debido a que antes de salir de casa se hizo las curas necesarias por sí mismo.

Últimamente Jimin estaba más cansado de lo normal, los ataques físicos se habían vuelto cada vez más agresivos y constantes, por lo que ciertamente le estaba pasando factura hasta en dormir, ya que las pesadillas protagonizadas por sus acosadores le quitaban el sueño en mitad de la noche.

Respiró muy hondo antes de entrar un día más al instituto, no se iba a mentir, tenía miedo y dolía sentirse así cuando él amaba estudiar y atender a los profesores, ojalá los días de clase solamente se resumieran tan sólo en eso.

Caminó por el pasillo principal y entonces escuchó varios estudiantes cuchichear entre sí.

—Dicen que está en la clase de 1B, menos mal que no nos ha tocado a nosotros.

—Sí, dicen que es el pandillero joven más temido de Busan, parece de película pero realmente sí hay gente mala en las calles.

—Y más en estos barrios. —Apoyó otro finalmente.

Jimin dejó de escuchar aquella conversación cuando finalmente entró en el aula.

Fue el primero en llegar de todos sus compañeros de clase porque hoy había madrugado bastante para poder despedirse de su madre que se iba muy temprano al trabajo.

Así que aprovechó para venir más temprano y así terminar algunas de sus propias tareas que no había hecho por culpa de estar haciendo otras que no eran de él.

Cuando la clase se comenzó a llenar, cuatro chicos se acercaron a él y con la manos temblorosas les entregó a cada uno sus tareas resueltas correctamente.

—Buen trabajo cerebrito. —Le alentó burlescamente uno de ellos por la emoción de ver su tarea hecha a la perfección. Todos ellos pensaban que la letra de Jimin era preciosa y muy legible, pero jamás se lo dirían.

Se sentaron y la profesora de historia llegó, tras ella y unos minutos después la puerta se abrió sin previo aviso.

Jimin sintió su corazón latir fuertemente, estaba seguro de que era el chico intimidante que llegó ayer nuevo a su clase y quizá el mismo del que estaban hablando antes en el pasillo.

Y no se equivocó cuando la profesora le dejó pasar sin darle una amonestación por llegar tarde, justo los mismo que hizo ayer el profesor de matemáticas con él, era como si hasta los profesores le temieran.

A través de sus gafas miró de reojo al chico por unos segundos y se dio cuenta de que era alto, su pelo negro y las facciones de su rostro eran fuertes pero muy bonitas a la vez, pero lo que más le llamó la atención fueron los ojos del chico, eran como los de un adorable cervatillo, pero solamente mostraban maldad.

Así que con un escalofrío dejó de mirarle y se centró de nuevo en su libro.

Solamente tenía sobre la mesa un bolígrafo y un libro, todavía no había tenido la oportunidad de haberse comprado nuevos cuadernos.

Así que tomaba apuntes sobre el libro, temía que los profesores le riñeran por hacer eso, porque luego los libros pasarían a ser de otros alumnos, éstos se reutilizaban.

Pero supuso que los profesores tenían confianza en él y sabían que lo que él pusiera sería estrictamente académico.

A veces agradecía la comprensión que algunos profesores le brindaban y lo mucho que respetaban su situación económica, si por ejemplo algún día no podía llevar algún útil escolar por falta de dinero, los profesores traían algunos y se los daba a los alumnos que no pudieron traerlos por no poder costeárselos, y ahí muchas veces se encontraba él.

Ya que este instituto era público y además estaba ubicado en una de las zonas más pobres de Busan.

Las clases pasaron extrañamente tranquilas para él, por lo menos aún no le habían dañado entre clases, solamente insultado.

Tras dos horas más, el timbre que daba paso al descanso sonó, ahí Jimin sintió el verdadero pánico.

Esta semana no había tenido ni un solo recreo tranquilo, siempre terminaban molestándole y ya no sabía ni dónde meterse.

Así que rápidamente metió el bolígrafo y libro que ahora era de inglés en su desgastada mochila y corrió lejos de la clase no dando la oportunidad a ningún abusón de que llegaran a él.

Se dirigió a los baños más solitarios del instituto, los de la planta de arriba.

Corrió con cuidado de no chocar con nadie y entró finalmente. Rápidamente cerró el pestillo del cubículo y se sintió tranquilo.

Respiró hondo para mitigar su ansiedad y se sentó sobre el váter que tenía la tapa cerrada.

Con tristeza comenzó a sacar su pequeño desayuno que consistía en un trozo de bizcocho y un batido de fresa y comenzó a comer con lentitud.

Notó como sus ojos se empañaron en lágrimas y como acto reflejo un puchero se dibujó en sus labios.

Realmente le daba mucha tristeza el estar solo comiendo su desayuno encerrado en uno de los cubículos de los baños más solitarios de la institución.

Sollozó y se habló a sí mismo sabiendo que él siempre sería su propio y único amigo.—Venga Jiminie, eres fuerte, tú puedes, solo dos añitos más. —Se dijo así mismo en forma de ánimos y forzó una pequeña sonrisa.

Pero ésta pronto desapareció y dejó que las lágrimas que había estado conteniendo hasta ahora fluyeran por sus mejillas, pequeños sollozos salieron entre sus labios y tapó su propia boca silenciándose, no quería que nadie le oyera llorar.

—N-No he hecho nada. —Habló de nuevo para sí mismo y sollozó sin poder evitarlo.—De v-verdad que no. —Habló de nuevo para sí en voz baja.

No entendía porqué existía tanto odio en su contra, allí habían más personas con pocos recursos económicos, ¿por qué solamente la tomaban con él?

¿Era por su forma de ser? Pero si nunca había tenido la oportunidad de mostrar su verdadero yo a nadie...

—¿Por qué me odian? —Se preguntó así mismo.—Soy bueno, s-solamente si me dieran una oportunidad... —Sonrió para sí mismo intentando que el dolor que se estaba esparciendo en su interior se fuera, tocó sus mejillas como una forma de tranquilizarse así mismo y siguió comiendo en silencio.

Lo que él no sabía es que alguien había estado escuchando todo su monólogo desde otro cubículo.

Jeon Jungkook, que había acudido allí para fumar tranquilo y había acabado con el jodido corazón algo encogido por lo roto que el otro había sonado.

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🥺😭 Estoy sensible con este capítulo...

¿Qué os está pareciendo? Espero vuestro comentarios♡

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