Capítulo 27

Era lunes y Jeon se aproximaba hacia el instituto con una estúpida sonrisilla plasmada en sus labios.

Por supuesto esta no era causada por lo que pasó en aquella nefasta fiesta, sino porque el sábado se quedó a dormir en la casa de Jimin y al amanecer el domingo, despertaron estando abrazados.

Al principio ambos se miraron por unos segundos en silencio, con sus corazones latiendo acompasados y sus mutuas miradas diciendo mucho, como que por ejemplo ambos se tenían aprecio, afecto y... ¿amor?

Sí, puede ser.

Jungkook habría querido por todos los medios no caer, hubiera deseado no haber caído por la inocente a la vez que brillante y tímida personalidad de Jimin, hubiera querido manejar sus sentimientos de forma más racional. Pero ya se había dado cuenta de que cuando estaba al lado de Jimin, si algo le faltaba, era la racionalidad.

Por eso pasó aquello en la fiesta, porque al lado del menor bajaba la guardia de tal manera que ni siquiera se daba cuenta de que podría estar cometiendo acciones que luego desencadenarían en otras situaciones.

O también debía recordar cuando por primera vez defendió a Jimin de Sehun, cuando en realidad, no podía hacer aquello porque estaba saltándose una de las normas de su pandilla. Pero lo hizo de una manera impulsiva y totalmente necesitada cuando vio al otro infringir sobre el menor aquella violencia totalmente injustificada.

Y aunque al principio odiaba ese sentimiento de descontrol, ahora sabía perfectamente que por Jimin debía trabajar en ello y para mejorar, debía pensar más fríamente todo lo que tuviera que ver con el menor.

Porque no quería meterle en problemas y mucho menos, que ninguna escena como la que ocurrió en la piscina el pasado Sábado se volviera a repetir, porque si veía de nuevo a Jimin dañado, iba a ser demasiado jodido para él. No podría soportarlo.

Seguía en sus pensamientos hasta que llegó a las puertas de la institución, mordisqueó su labio inferior y su sonrisita desapareció. Porque si algo no había cambiado, era su poco gusto por ir al instituto, aunque si ahí veía a Jimin ya no le parecía tan malo acudir.

Pronto entró mientras se metía ambas manos en los bolsillos de su vaquero rasgado.

En el camino pudo escuchar cuchicheos que le molestaron muchísimo.

Fulminó con la mirada a un grupo de chicos que estaban murmurando algo debido a su presencia, y aquellos ante la amenazante mirada del mayor, rápidamente bajaron la cabeza asustados desapareciendo por el pasillo para evitar tener problemas con él.

Jungkook bufó molesto, al entrar en clase miró el pupitre de Jimin por inercia y suspiró fastidiado cuando no le vio.

Aún así decidió hacer lo que su corazón le decía, así que se puso en el sitio de Yoongi que aún estaba vacío, porque ahora él quería sentarse al lado de Jimin en clases.

Ya no aguantaba más sentándose todos los días en un pupitre lejos de él, se acabó.

Ya ni siquiera fingiría hacerle daño frente a los demás, total, una jodida fiesta entera le había visto llorar por él, y los rumores se extendían como pólvora. Y un claro ejemplo es el como minutos atrás habían estudiantes chuchicheando entre ellos cuando le vieron, y no era tonto, sabía perfectamente que estaban hablando de lo ocurrido en la fiesta.

Y bueno, actualmente lo importante ya no era aparentar que maltrataba a Jimin, ahora lo importante era defenderle y tener cuidado de que nadie se quisiera pasar de listo con el pelirrosa. Porque ya sí se sabía que él era su único punto débil.

Poco a poco los alumnos estaban llegando a la clase, hasta que llegaron también Namjoon y Hoseok. Ambos eran miembros de su pandilla callejera.

—Hey. —Saludó Namjoon demasiado animado como para ser tan temprano debido a que el moreno odiaba madrugar. En seguida continuó hablando.—El domingo volví a ver a Seokjin y me dio esto. —Sacó algo de su mochila.

Al instante Jungkook pudo ver un pequeño estuche negro de gafas, Namjoon se lo entregó y pudo darse cuenta de que era Dior debido a las letras doradas y regias, que estaban escritas elegantemente sobre el estuche.

—Dentro están las gafas de Jimin, porque Jin las encontró en la... bueno, ya sabes. —Volvió a hablar el moreno no queriendo mencionar la piscina donde aquello tan fatídico ocurrió.

—Gracias. —Contestó simple Jeon dejando con suavidad el objeto sobre su nueva mesa.—Sentaros ustedes dos juntos, porque a partir de hoy me voy a sentar con Jimin.

Hoseok y Namjoon querían preguntar si su plan de fingir indiferencia y que solamente era el matón de Jimin ya no seguía hacia delante y el porqué, sin embargo no dijeron nada al respecto.

Simplemente asintieron.

—Genial, así ya no me sentaré más solo. —Habló esta vez Hoseok muy animado.

—Si te has sentado solo es porque tengo más confianza con Namjoon, lo sabes. —Dijo Jungkook y el otro asintió.

—Sí, lo sé y tampoco me importa. Después de todo estoy acostumbrado a pasar las clases a solas. —El pelirrojo forzó una pequeña sonrisa, sin embargo aquella no llegó a sus ojos.

Jungkook por un momento se sintió mal, y antiguamente, antes de haber conocido a cierto pelirrosa, le habría importado una mierda el ver a Hoseok que formaba parte de su pandilla formar aquella triste sonrisa, sin embargo ahora aquella hizo que su corazón se removiera un poco.

Jimin le estaba enseñando qué era la piedad hacia los demás. Gracias a él estaba empezando a comprender lo que era el preocuparse realmente de otros y no solamente de uno mismo.

Así que se pronunció casi sin pensar.

—Lo siento Hoseok, pero al menos ahora vas a tener al lado a Namjoon. —Animó Jungkook sin darse cuenta de lo que había hecho, estaba hablando con sus amigos y compañeros de banda, no con Jimin.

A lo que rápidamente Namjoon llevó asustado una de sus manos a la frente del pelinegro.

—¿Estás enfermo?, ¿tienes fiebre? —Namjoon cuestionó preocupado notando la temperatura de la frente de su líder, que curiosamente parecía normal.

—Quita, ni se te ocurra volver a tocarme. —Bufó Jungkook quitando bruscamente la mano de Namjoon con un leve manotazo.—Estoy bien. —Aseguró.

—P-Pero, has dicho "lo siento". —Hizo comillas con sus dedos a la vez que le miró como si le hubiera salido otra cabeza.

Jungkook le miró intenso y seguidamente le gruñó molesto, joder, para una vez que no había sido brusco hablando le salta Kim con esa tontería.

Namjoon ante el gruñido en seguida dio un paso hacia atrás y esbozó una amable sonrisa, mostrando en el proceso sus hoyuelos a la vez que alzaba sus manos en son de paz.

—No importa, muchísimas gracias Jeon por tus ánimos. —Dijo sonriendo esta vez de verdad Hoseok quitándole hierro al asunto.

Entonces Jungkook se dio cuenta de lo que simples palabras amables podían causar en las personas, por ejemplo, ante su pequeña disculpa a Jung, éste había pasado de estar decaído a feliz.

Y... estaba guay, el alegrar a una persona era un sentimiento cálido que su frío corazón había experimentado, y entonces se preguntó: ¿cómo de bonito sería alegrar todos los días a Jimin para siempre?

Bueno, nos vamos y suerte con Min cuando te vea en su sitio. —Murmuró cauteloso Namjoon sacándole de sus pensamientos, no queriendo fastidiar de nuevo a Jungkook, y ambos se alejaron hasta dos pupitres que estaban por el final del aula.

Un segundo después el pelinegro miró a la puerta del aula con urgencia, necesitaba que Jimin apareciera de una jodida vez.

Debido a que el hecho que tardara tanto, sólo le estaba dando mala espina porque Jimin era siempre el primero en llegar a clase.

Estaba a punto de enviarle un mensaje para saber si todo iba bien, cuando entonces los pocos estudiantes que habían allí, se callaron al instante cuando una persona entró por la puerta.

Pronto Jeon centró su atención en el causante de que ahora todos se hubieran callado.

Sus labios se abrieron levemente por la sorpresa.

Era Jimin.

Pero... su pelo ya no era rosa.

Ahora su cabello estaba sumergido en un natural y brillante castaño. Y... madre mía, es decir, a Jungkook le encantaba el rosa y lo tierno que le hacia ver.

Pero el castaño, uf, le daba un toque coqueto y más maduro a la vez que elegante, que no es que el rosa no fuera elegante, pero ese color suavizaba muchísimo los rasgos de Park, mientras que el castaño los acentuaba. Ahora sus ojos se veían más grandes, sus mejillas naturalmente ruborizadas ya no se veían camufladas por el cabello también rosa y sus labios... también llamaban ahora más la atención. Y al no llevar gafas, su rostro se podía divisar a la perfección y sus ojos se veían más grandes, debido a que llevaba lentillas.

Esperad un momento, porque a Jungkook le estaba dando algo ante tanta belleza.

Aunque de todas formas para él Jimin siempre ha sido una belleza, una condenada y envolvente belleza.

Además... mencionar que el hecho de que el domingo hubieran estado abrazados en la cama de Jimin, a la vez que antes de irse el pelinegro, se hubieran besado como ya se había hecho costumbre entre ellos, no ayudaba ni una pizca.

Mientras... al otro lado de la clase había otra persona mirando anonadado a Jimin.

Sehun estaba boquiabierto ante lo bien que le quedaba el nuevo color al menor y los rasgos tan delicados de Park casi le arrebataron el aliento. Sin embargo, pronto cerró su boca y disimuló todo aquello con una simple mueca de desagrado.

Ahora ya no podía cambiar nada, no podía borrar con una goma todos los años de abuso que hizo pasar a Jimin por el siempre hecho de querer enfermizamente llamar su atención.

Entonces ahí supo que el karma le había llegado, y no de cualquier forma, le había explotado en toda la cara.

—Hola. —Saludó por otra parte el ahora castañito a Jungkook con una tímida sonrisa en su rostro.

—Hola. —Saludó de vuelta Jeon con voz sosegada.—Estás precioso Jimin. —Jeon habló sin pensarlo por segunda vez en el día, aunque esta vez no se arrepentía.

En seguida las mejillas de Jimin se vieron dócilmente ruborizadas. Jungkook... ¿le había llamado precioso?

Ay, que alguien le traiga una botella de oxígeno. Era la primera vez que el ahora castaño había recibido un cumplido así verbalmente.

Verbalmente porque en otras ocasiones, aunque Jungkook no se lo hubiera dicho con palabras, su mirada es todo lo que necesitaba para darse cuenta de que Jungkook le miraba como la persona más bonita del mundo y eso entre otras cosas, era lo que hacia que el pelinegro provocara infinitas mariposas en su estómago.

Sobretodo Jeon le miraba con mucho cariño después de los besos que se daban, como su Jimin fuera el único universo válido para el pelinegro, y Park también lo hacia.

Estaban hechos el uno para el otro después de todo.

Jimin dejó de lado aquellos pensamientos y habló un poquito impaciente.

—¿De verdad?, ¿te gusta? —Preguntó muy animado Jimin, porque temía que fuera un cambio tan grande.

Y había decidido ese cambio, porque aunque ya se había acostumbrado a echarse el tinte rosa, decidió que ya era hora de dejarse su color natural.

—Mhm, te queda muy bien. —Confesó Jeon.

—Gracias. —Agradeció el menor contento.

Aunque cuando su burbuja de fantasía explotó, abrió sus ojos en demasía y miró a su alrededor.

Muchos estudiantes de la clase estaban mirando hacia aquí.

Y eso no era todo, Jungkook le había tratado bien frente a los demás.

Entonces Jimin mordisqueó su labio inferior con fuerza y entró en un pequeño ataque de estrés. El pelinegro y él estaban tan ensimismados en su nueva amistad tan cercana, que habían olvidado lo de fingir ser acosador y acosado de cara a los demás.

O al menos eso creía, sin embargo pronto Jungkook le tranquilizó.

—Tranquilo Jimin. —Musitó el pelinegro con una mirada cálida entendiendo la repentina precupación de su menor.—Siéntate conmigo, ya Min no se va a sentar más a tu lado. —Dijo.

—P-Pero, ¿qué pasa con f-fingir? —Susurró Park acercándose a Jungkook un poco más para que nadie pudiera escucharle.

—Se acabó. Ya no es necesario que sigamos aparentando eso. —Habló en voz baja y tragó saliva queriendo omitir el recordarle a Jimin lo que pasó. Por ello no le dijo al ahora castaño, que ya todas las personas sabían que era importante para él después de que muchas personas le hubieran visto llorar en la fiesta por casi haberle... perdido.

No quiso reabrir la herida.

Aún así Jimin no necesitó más palabras porque confiaba en Jungkook, realmente lo hacía y muchísimo más después de que le hubiera salvado la vida.

Así que el castañito se sentó al lado de Jungkook y éste le extendió el estuche de gafas que contenía las suyas dentro, a lo que en seguida le agradeció, porque no le gustaba mucho el llevar lentillas.

Por otro lado, decir que Yoongi no había llegado a clase aún, y eso tranquilizó al castaño porque no sabía si él sería capaz de pelear con Jungkook por haberle quitado su sitio.

Pronto el profesor de química entró en la clase.

Pero no lo hizo solo. Todos los alumnos presentes en la clase comenzaron a susurrar entre ellos ansiosos.

Un nuevo alumno había llegado.

—Buenos días estudiantes, hoy tenemos una nueva incorporación. —Habló alto y claro el docente provocando que todos los presentes se callaran en seguida para escucharle.—Espero que le tratéis bien, viene del prestigioso instituto privado de Busan, aunque debido a problemas personales se ha transferido a nuestra escuela que es la pública.

Jimin pronto se fijó en el chico nuevo, parecía muy tímido y vergonzoso, ya que no paraba de jugar con sus manos entrelazándolas continuamente entre sí y tenía su mirada gacha.

—Por favor preséntate a la clase. —Pronunció el profesor.

El chico mordió su labio levemente y subió su mirada cohibido.

—M-Me llamo Kim Taehyung, y e-espero que me traten bien. —Murmuró nervioso a la vez que ajustó mejor sus gafas sobre su nariz con su dedo índice.

Entonces uno de los alumnos al escuchar aquel nombre, rápidamente prestó por primera vez atención al nuevo. Y al verlo sus ojos se expandieron en total sorpresa.

Jung Hoseok era quien había reconocido a ese chico, y mojó su labio inferior al darse cuenta de que era el mismo Taehyung que conoció una vez en una fiesta. Era él.

El chico tímido que salvó en aquella fiesta de que los asistentes le obligaran a beber alcohol y el de gafas no quería hacerlo. Por ello, Hoseok le ayudó y le sacó del tumulto de personas que querían verle humillado y obedeciendo forzosamente a beber.

Tras ello ambos pasaron la noche juntos en la fiesta y se despidieron cuando la madre de Taehyung llegó para recogerlo. Y antes de que se fuera, Kim dejó un beso en su mejilla a la vez que le agradeció por su ayuda.

Joder, Hoseok estaba segurísimo de que era el mismo de aquella fiesta porque aunque llegó a un punto que estaba borracho y un poco colocado, jamás olvidaría esa cara. Ese rostro tan bonito.

—Perfecto, bienvenido. Puedes sentarte en uno de aquellos dos pupitres vacíos. —Pronunció el profesor señalando las mesas vacías que estaban en el fondo del aula.

Que por cierto, estaban muy cercanas de la mesa donde actualmente Hoseok se sentaba.

Taehyung asintió y se sentó en uno de los pupitres vacíos, seguidamente y cuidadosamente comenzó a sacar sus útiles escolares de su mochila.

Pero entonces sintió una intensa mirada a un lado de su mejilla, entonces giró su cabeza y se quedó anonadado cuando vio al chico de hoyuelos que conoció en una fiesta. No podría olvidarlo de todas formas porque le salvó de una situación bastante violenta para alguien como él que siempre solía ser tratado mal por los demás, excepto por su único y mejor amigo llamado Kim Seokjin.

Y también recordaba que su nombre era Hoseok, y cuando éste le dedicó en ese mismo momento una brillante sonrisa, sus mejillas se ruborizaron furiosamente.

Y se emocionó, debido a que aquel gesto, le decía que Hoseok también le había recordado.

Taehyung le dedicó una leve reverencia con su cabeza y tras ello, comenzó a apuntar cosas de la lección que estaba explicando ya el docente.

Sin embargo, pronto la puerta fue tocada y tras ello entró un chico que no llevaba el uniforme escolar reglamentario, al igual que Hoseok y dos alumnos más (Jungkook y Namjoon) no lo llevaban puesto.

—Buenos días Min. —Saludó el docente queriendo que aquel chico cambiara su actitud, porque en su último examen había sacado un seis y estaba seguro de que lo sacó sin estudiar. Ya que con simplemente estar en clase ya retenía el conocimiento.

Y el profesor tenía las esperanzas de que estudiara, porque si lo hacia podría llegar a un puntuaje más que sobresaliente, Min era un cerebrito para la química y eso era indudable después de que corrigió su examen.

Sin embargo el recién llegado solamente le dedicó una desdeñosa reverencia y pasó por su lado sin nada que decir.

Y sí, el que acababa de entrar era Yoongi, y en seguida todos le miraron curiosos por saber cómo reaccionaría al ver a Jeon ahora sentado en su sitio.

Pero para sorpresa de todos, el rubio pasó de largo por el sitio dejando que Jeon se sentara con Park, porque en realidad le daba igual.

Además Yoongi tenía demasiado sueño como para pelearse por un puto sitio.

Así que terminó por sentarse en el último sitio que quedaba libre en la clase. Y éste era justo al lado de Taehyung.

Entonces Yoongi se percató de que ese chico era nuevo porque nunca le había visto y él era muy observador, y... tampoco se le pasaría por alto el ver a aquel peculiar chico con gafas que tenía rasgos peculiares y... bonitos.

Entonces Min cayó en la realización de lo que acababa de pensar, mierda.

Pero no podía mentirse después de todo, ese chico a su lado era un niño bonito.

—H-Hola. —Le dijo el chico con una temblorosa sonrisa a la vez que recolocaba sus gafas en un gesto nervioso.

Yoongi quiso contestarle bien, pero decidió no hacerlo porque seguía siendo un líder de pandilla y un cabrón.

—No me hables, bonito. —Respondió y entonces tensó su mandíbula.

Joder, había llamado bonito a aquel chico, ¿qué coño le había pasado?

Por otro lado Taehyung tragó saliva cuando escuchó aquello, y aunque había sonado muy cortante, no se le pasó por desapercibido lo que su nuevo compañero de pupitre le había llamado.

Así que sintió sus mejillas sonrojarse furiosamente y en seguida miró su libro de química como si fuera la cosa más interesante del mundo.

—G-Gracias por el cumplido. —Dijo sin embargo el de cabello color miel aún mirando el libro.

Porque de verdad agradecía muchísimo que le hubiera llamado así después de que durante todos los años, la cosa más respetuosa que le habían llamado en su anterior instituto fueron palabras como alien, molesto o estúpido.

Sin embargo no era la primera vez que recibía un cumplido, ya que la primera fue Hoseok que durante la fiesta le alagó en numerables ocasiones.

Por otra parte Yoongi no contestó, sólo bufó por lo estúpido que había sido al haberse sincerado de más sin ni siquiera haberse dado cuenta y comenzó a prestar atención aburridamente a la lección de química, porque era la única asignatura que realmente sí despertaba cierto interés.

—El mes pasado estuvimos estudiando los principios de la termodinámica, y hoy toca ver el equilibrio de la química.—Dio una pequeña pausa y continuó hablando.—Decir que el equilibrio se da cuando la velocidad de la reacción hacia adelante es igual a la velocidad de la reacción en sentido inverso. Y luego tenemos concentraciones de reactivos, y productos se mantienen constantes... —La clase continuó.

Y el día transcurrió con rapidez.

휴식 요약

Mencionar que Jimin pasó el recreo con Jungkook y Namjoon, y el pelinegro estaba súper atento de que nadie se quisiera pasar de listo con el ahora castaño.

Por otra parte, Hoseok pasó el recreo con Taehyung, ya que ambos se conocieron en la fiesta que acudieron hace tiempo, y el de expléndida sonrisa quería pasar tiempo con él, porque aparte de que le caía muy bien, aquel día sintieron un feeling muy pronunciado.

Y finalmente, Yoongi se encontraba fumando en un banco del patio, mirando con intensidad a Hoseok y Taeyung, pronto mojó su labio inferior cuando su mirada se centró en el tímido chico nuevo.

Se fijó en sus gestos algo nerviosos ante Hoseok y como el recién mencionado le hablaba divertido a la vez que con confianza.

Tras ello, divisó como el de gafas dedicó una amable sonrisa geométrica a Hoseok.

Yoongi dio una profunda calada a su cigarro observando la sonrisa y entonces, el nuevo se dio cuenta de su penetrante mirada.

A lo que Taehyung dejó de sonreír al instante tras haber girado su cabeza para verle, y como acto reflejo recolocó nerviosamente sus gafas sobre su nariz al percatarse de que su compañero de pupitre que le había llamado bonito horas atrás, ahora le estaba mirando fijamente desde lejos mientras fumaba.

Ante la recatada mirada de Taehyung actualmente sobre su persona, el rubio sonrió ladeadamente con autosuficiencia y expulsó lentamente el humo que segundos antes había estado en su garganta.

Una pequeña nube grisácea se formó por el humo, Yoongi se inclinó hacia delante en el banco posando ahora sus antebrazos en sus muslos y terminó por guiñarle un ojo al de hipnótica sonrisa.

La explicación de aquel gesto atrevido era porque joder, su aura tímida y su sonrisa cuadrada a la vez que juvenil que dedicó segundos atrás a Hoseok había jodido su cabeza. Y eso que la sonrisa no fue ni para él.

Yoongi que iba completamente vestido de negro, se terminó el cigarro y salió del patio con su aura peligrosa de siempre, acompañada de una recta postura y pasos concisos.

Todo aquello fue silenciosamente observado por Hoseok cuando se dio cuenta de que Taehyung había dejado de prestarle atención para dedicársela a cierto rubio problemático, y lejos de ponerse celoso... aquello le gustó. Le gustó el ver como Yoongi y Taehyung compartieron un momento cómplice, y aunque debería haber sentido celos, no fue así.

Debido a que desde muy pequeño el de hoyuelos había vivido él por su cuenta y la soledad era su día a día. Y eso causaba sin duda alguna que hubiera notado algo en su corazón que le hizo desear el tener dos amigos de verdad, amigos cercanos, e incluso algo más que amigos.

Una relación amorosa de tres quizá.

Sin embargo las ilusiones de Hoseok murieron cuando se dio cuenta de que Min era el líder de la pandilla que era la principal enemiga de la de Jeon, su actual líder de pandilla.

Así que un sentimiento dañino se hizo con su pecho dándose cuenta de que eso era casi imposible que ocurriera, así que ahora debía tener cuidado si no quería que Taehyung se fuera con Yoongi y le dejara solo.

—Disculpa, ¿q-qué decías? —Se pronunció Taehyung con una sonrisita en su rostro esperando porque Jung volviera a hablarle de todo lo que quisiera.

Y entonces Hoseok sintió su corazón acelerarse en un sentimiento cálido. Estar acompañado de personas agradables era un sentimiento muy cálido y preciado.

Y a él le encantaría tener una relación poligama, porque aunque no fuera normativa para la sociedad, a él eso le importaba una mierda.

Así que deseaba encontrar a las personas adecuadas para llevarla a cabo y sobretodo llevarla sanamente.

.

¿Qué os está pareciendo? ¿Estáis viendo el cómo avanza y la evolución de los personajes? 🤧✨

Cositas:

No es por nada, pero decir que el cambio de color del cabello de Jimin, significa que nos estamos moviendo a la siguiente etapa de esta historia. Y la verdad es que yo quería cambiar ya el color rosa porque aunque es absolutamente precioso, quiero reflejar cierta madurez y evolución en el personaje de Jimin. OJO que NO estoy diciendo que tener el pelo rosa sea inmaduro, es simplemente un cambio simbólico en mi historia para poder reflejar la evolución, porque algo tengo que poner para reflejarlo en palabras. (Muchísimas gracias por comprenderlo).

Etapa que por supuesto va a tener un poquito de drama, pero que a la vez es una etapa necesaria para poder dar un final digno a esta historia.

Ya la tengo estructurada entera en mi cabeza y creo que va a tener 45 capítulos y un epílogo.

Estoy súper emocionada por terminar este proyecto y espero hacerlo bien.

Y por último deciros que ahora que la trama está evolucionando, escribiendo he sentido mucha paz mental. Porque estoy viendo maravillada la evolución de los personajes. 🥺🤧

Muchísimas gracias por leer de verdad, cada voto comentario y seguido para mí es algo muy especial. Os aprecia y ama tal y cómo sois: Saraslifes.

El Park Jimin de ahora con su pelito castaño:

Trío de esta historia (Jung Hoseok, Min Yoongi y Kim Taehyung):

Decir que sí van a haber capítulos +18 pronto.

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