Capítulo 26
Aviso: mención de leve ANGST. Que quiere decir que el lector podría llegar a experimentar el sufrimiento que se está narrando de un personaje. Por favor tened precaución y se ruega discrección. Si eres demasiado aprensiv@ este capítulo lo contiene. Mención también de violencia.
Minutos antes de que Jimin cayera a la piscina, Jungkook estaba siendo violentamente arrastrado fuera de la mansión por tres vigilantes.
Pronto el cigarro que tenía en su mano fue arrebatado por uno de los vigilantes y éste lo tiró lejos de ellos, anticipando el hecho de que ese pandillero podría usar el candente como arma.
Jungkook al notar aquello bufó y se comenzó a impacientar demasiado explotando ante la situación.
—¡Soltadme! —Gritó fuera de sí dándose cuenta de que Jimin no le había seguido.—¡Soltadme y no me toquéis! —De nuevo gritó pero esta vez bastante agobiado, ya que odiaba con toda su alma que alguien desconocido y que no tenía su confianza le tocara.
Los grandulones que le querían echar de la fiesta ignoraron su berrinche, solamente estaban haciendo su trabajo y si ese chico se había metido con uno de los riquillos del lugar, iba a ir fuera. Así eran las normas.
—¡Me cago en mi puta vida, o me soltáis o me suelto yo! —Jeon amenazó entre dientes y sus ojos llameando en rabia.
El pelinegro miraba hacia atrás y no veía a Jimin, el menor seguía dentro de la fiesta y estaba segurísimo de que ese cabrón iba a aprovechar su ausencia para hacerle algo.
Joder, había escupido al puto pijo. Y estaba seguro de que iba a hacerle algo a Jimin para vengarse.
Jungkook no atendió a razones y cuando se dio cuenta de que estaban a punto de expulsarle finalmente del recinto, hacia la calle, impulsó su cabeza hacia atrás con el objetivo de dar en la cara de uno de los guardias que le estaban sujetando.
Y en efecto, la parte trasera de su cabeza dio de pleno contra la nariz de uno de ellos causándole un prominente sangrado.
El guarda se mareó por el dolor y entonces soltó el brazo que estaba sujetando del pelinegro, éste notó el gesto liberador y sin perder un segundo más, tiró ahora con sus dos manos del brazo que aún seguía sujetándole y realizó una llave haciendo que el gran cuerpo se apoyara primero en su espalda y luego cayera hacia delante una vez Jeon le soltó en dirección al suelo.
Tras esto, solamente quedaba un vigilante que le miraba enfadado.
—Deja de causar problemas niñato. —Amenazó el mayor señálandole acusador.—Fuera de aquí o llamaremos a la policía.
—Llama a quién te dé la gana. —Habló rápido y le dio una ágil patada al hombre sonsacándole un crudo jadeo de dolor al instante.
No esperó a que volvieran a cogerle, simplemente corrió de nuevo hacia dentro notando las miradas asustadizas que le dedicaban los jóvenes que habían visto como se había desecho de tres hombres, y todos ellos eran dos veces más grandes que él.
El pelinegro ignoró a todos y sus ojos se expandieron en demasía cuando vio que se había formado un gran círculo alrededor de la piscina. Estaban rodeando a alguien que no pudo ver.
Y algo en su corazón le decía que esa persona era Jimin, sin embargo miró a su alrededor audazmente por si veía al menor en otro lugar, pero al darse cuenta de que no había ni rastro de él, se acercó veloz al barullo de personas.
Entonces escuchó como algo cayó en la piscina y su boca se entreabrió cuando se dio cuenta de que Jimin era el que había sido tirado a la piscina, el puto mimado fue el que lo hizo.
Risas resonaron en el lugar ante la caída y las venas del pelinegro comenzaron a arder de forma jodidamente peligrosa.
Por otro lado cuando el pelirrosa perdió el equilibrio y cayó de espaldas a la piscina, sintió el agua gélida envolverle, aquello le dejó casi sin aire debido al repentino cambio de temperatura.
Sus gafas se perdieron en el agua al instante, mientras que su cuerpo se sumergía hacia el fondo.
Pronto expulsó aire por su nariz cuando el cloro entró repentinamente en sus fosas nasales causándole picor y dolor de cabeza.
En seguida sintió el agobio y ahogo cuando comenzó a moverse desesperado intentando salir del agua.
Pero no sabía nadar y sus torpes movimientos sólo causaron que se hundiera incluso más, además de que el hecho de que llevara ropa puesta y zapatos, hizo que su cuerpo pesara más y sus movimientos se vieran entorpecidos.
Abrió sus ojos bajo el agua y soltó más aire por su boca cuando sintió el frío arrebatárselo. Creyó que ahí acababa su patética vida, en una piscina, y que a las últimas personas que había visto fueron aquellas mismas que le habían humillado.
Cerró sus ojos resignado sintiendo como su cabeza estaba a punto de explotar debido a que se hallaba en lo más hondo de la piscina.
Tan sólo habían pasado unos segundos desde que había caído, pero su cuerpo ya parecía haberse rendido.
Sin embargo en ese mismo instante, sus sentidos volvieron a él cuando escuchó bajo el agua como alguien se tiró a la piscina.
Giró su cabeza hacia donde le había llegado el sonido y entonces gracias a las luces celestes que poseía la piscina, divisó borrosamente a una esbelta figura nadar urgentemente hacia él.
Jimin tuvo que cerrar sus ojos por el mareo de no tener sus gafas y de estar prácticamente ahogándose.
Entonces sintió dos brazos envolver con seguridad su cintura y en seguida aquella figura que era más fuerte y alta que la suya, le sacó hasta la superficie de la piscina impulsándose con sus ágiles piernas.
Jimin como acto reflejo, rodeó suavemente y algo débil sus brazos en el cuello del que le estaba salvando.
Cuando su cabeza emergió del agua dio una gran a la vez que necesitadísima bocanada de aire.
Sus pulmones quemaron por la repentina entrada de aire tras haber estado largos segundos sin él, así que comenzó a toser violentamente.
—Jimin. —Le llamó la persona frente a él, sin embargo no podía abrir sus ojos, sus párpados le pesaban demasiado.—Jimin, joder, por favor dime algo.
El pelirrosa dejó de toser y justo cuando sintió que podía poco a poco volver a respirar bien, sintió un espasmo recorrer su cuerpo.
Entonces la persona que le estaba manteniendo a flote con sus brazos aún alrededor de sus caderas nadó dirigiendo también a su cuerpo, sintiendo como pronto su cuerpo descansó sobre las escaleras de la piscina.
Ya estaba a salvo y de nuevo su cuerpo estaba consiguiendo recaudar todo el oxígeno que necesitaba.
Entonces el menor se quejó un poco entre el limbo que su cabeza era ahora mismo, cuando sintió a la persona dejar de tomar sus caderas. Pero se tranquilizó cuando aquella persona le colocó mejor en la escalera y tras ello, acunó con sus manos su rostro.
Ante el tacto, abrió perezosamente sus ojos mirando la silueta frente a él y entonces aún viendo borroso por no tener sus gafas de vista, supo por fin quién era el que le había salvado.
Jeon Jungkook estaba ahí, frente a él. Y acababa de salvarle la vida.
—Jimin háblame por favor, ¿e-estás bien? —Habló el pelinegro muy asustado y... al borde de las lágrimas.
Jimin frunció su ceño y siguió respirando sereno intentando recuperarse. Ya no sonaba música en el lugar, todo estaba sumergido en un silencio sepulcral, nadie grababa con sus móviles ni nada parecido, debido a que estaban totalmente anonadados percatándose de que habían presenciado lo que podría haber sido una muerte.
Jimin se obligó a respirar hondo para recuperar el aire, entonces una profunda arcada llegó y se inclinó hacia delante sin apenas fuerzas vomitando toda la cantidad de agua que minutos antes había tragado.
Jungkook le tomó de sus hombros para que no cayera hacia delante porque todavía seguían en el agua, debido a que el pelinegro no quería forzar el cuerpo del menor, no quería moverle demasiado por si acaso.
Estaba esperando a que Jimin hiciera todo esto de forma natural, desde volver a respirar con normalidad hasta el vomitar el agua que había tragado.
Pero se agobió muchísimo cuando de nuevo Jimin cerró sus ojos tras haber vomitado.
—Jimin si te pasa algo... —Jeon musitó esta vez con la voz rota, no podía manejar más con la situación.—Te juro que me vuelvo loco. —Terminó por decir.
Jimin aún con los ojos cerrados tuvo que hablar entrecortadamente.—E-Estoy bien. —Por fin pronunció.
Y ahí Jungkook notó como su alma volvía a su cuerpo.
Tras unos minutos, Jimin ya pudo salir por su propio pie de la piscina apoyado en Jungkook, y subiendo un poco aletargado las lujosas escaleras.
Jungkook rápidamente dejó sentado en el césped a Jimin y su mente colapsó cuando vio a toda una jodida fiesta entera mirarles.
Jungkook odiaba que le miraran, sin embargo ahora había algo mucho más importante que sus manías y reglas de lo que se debía preocupar. Incluso algo más importante que su propia persona, ahora todo lo que le importaba tenía nombre y apellido: y ese era Park Jimin.
En ese momento Namjoon seguido de Seokjin, surgieron entre el montón de personas que se arremolinaban alrededor de Jimin y Jungkook.
—¡No miréis! —Gritó el moreno a todos los presentes.—¡Alejaos! —Volvió a pronunciarse con sus brazos extendidos, sin embargo la gente estaba tan curiosa de ver a Jimin recuperarse, que no se movían de sus lugares.
Por otro lado Jungkook se centró en el pelirrosa importándole una mierda quién estuviera mirando y tomó rápidamente su sudadera negra que, justo antes de tirarse a la piscina se había quitado quedando así tirada en una zona cercana sobre el césped.
Finalmente se puso de rodillas frente al menor y pronto le quitó con suavidad su sudadera que estaba empapada y justo cuando estaba a punto de quitarle también la camiseta para en seguida ponerle su sudadera seca, su pequeña mano le frenó.
—N-No. —Musitó aterrado Jimin.
Quizá a él no le importaría mostrar su torso desnudo a Jungkook porque sabía que no le juzgaría, sin embargo estaban dentro de un círculo de personas desconocidas que sí podrían juzgar su prominente barriguita, kilitos de más, o las marcas acompañadas de cicatrices, debido a todos los años de acoso escolar que acarreaba a sus espaldas.
Jeon entendió el gesto y paró en seguida, no quedándole de otra que ponerle su sudadera seca sobre la camiseta mojada. Al menos así obtendría algo de calor.
—Gracias por estar bien. —Musitó el pelinegro a Jimin totalmente sincero.
Tras ello giró su rostro para que Jimin no le viera y se rompió.
Lágrimas de impotencia recorrieron sus mejillas al instante.
El pelinegro mordió su tembloroso labio inferior tan fuerte que saboreó su propia sangre, respiró por su nariz en un amago de tranquilizarse y se percató de que estaba llorando por primera vez en muchísimo tiempo.
Él nunca lloraba, odiaba hacerlo hasta el punto de que casi le repugnaba porque él no quería ser alguien débil como en su pasado sí lo fue. Porque cuando era tan sólo un niño ya se había hartado de llorar tanto, que durante años había creído que sus lágrimas se habían acabado.
Y para empeorar la situación, se dio cuenta de que estaba llorando frente a una marabunta de personas, que se encontraban impresionadas por ver a un cruel pandillero llorar de esa forma.
Sin embargo, todo aquello le dio igual. Le dio igual llorar frente a un montón de personas, le dio igual incluso haberse roto de esa manera tan lastimera o haberse desprendido de esa dura coraza que siempre mostraba a los demás...
Porque casi le habían arrebatado lo más importante y bonito que ahora tenía en su vida.
Y ahí supo que indudablemente Jimin sí valía sus lágrimas. Porque nunca había conocido a alguien tan puro como Jimin, siempre había estado rodeado de personas llenas de malicia y malas intenciones, mientras que Jimin era todo lo contrario, debido a que era una persona buena, inocente, y una pequeña lucecita que no merecía toda la oscuridad que se ceñía en su vida.
—N-No llores. —Susurró conternado Jimin, jamás se imaginó ni por asomo el ver al pelinegro llorar y su corazón dolía al verle.
Jungkook asintió y miró a Jimin a la vez que se pasó uno de sus antebrazos por sus ojos para secarlas.
—¿Puedes respirar bien? ¿Estás mejor? —Cuestionó con preocupación Jungkook.
Jimin asintió, aunque todavía le dolía la cabeza y tenía frío por ser noviembre y ya el invierno se avecinaba, estaba mucho mejor.
El pelinegro suspiró completamente aliviado, se cercioró de nuevo de que Jimin estuviera bien y ahora su cuerpo comenzó a temblar además que de frío, de rabia. Éste aún estaba con la ropa completamente mojada ciñiéndose a su cuerpo, pero eso ahora no le interesaba.
Se levantó del suelo y con urgencia barrió con sus ojos el lugar en busca de su jodido objetivo.
En el camino, vio a Namjoon entre el público y con una sola mirada le dio a entender que cuidara a Jimin.
Namjoon asintió a lo lejos y comenzó a andar hasta que estuvo a su lado.
—Cuídale un momento. —Murmuró algo grave al moreno refiriéndose a Jimin, y éste asintió.
Jungkook volvió a mirar y aunque fuera de noche y sólo luces de neón alumbraran el lugar, apretó sus puños cuando vio al hijo de puta que había tirado al agua a Jimin.
Sus piernas comenzaron a moverse solas hacia su víctima.
Changbin intentó correr lejos de allí cuando vio que Jeon se estaba acercando a él, tenía muchísimo miedo, se notaba a kilometros lo enfadado que el pelinegro se encontraba.
Las personas se abrían paso y bajaban la mirada cuando el pandillero andó hasta Changbin y cuando vio que el cobarde comenzó a correr intentando escapar de él, en menos de siete segundos le alcanzó.
Tomó con brusquedad su hombro y le giró para que le mirara a la cara.
—S-Solamente fue una broma, perdona, no sa-sabía que él no s-sabía nadar. —Changbin habló aterrado cuando vio tan de cerca a Jeon, sus ojos estaban sumergidos en un oscuro abismo que sólo mostraba una cosa; destrucción.
Jungkook se mostró impasible, sus facciones parecían heladas, sus cejas y labios rectos, mientras que su mandíbula estaba apretada.
Changbin tenía miedo, el azabache solamente le estaba mirando con su mirada vacía, no podía leer siquiera su emoción más allá de que estaba muy enfadado.
Y no se lo esperó, jamás en su vida se habría esperado algo así, pero llegó. Jeon le atestó un potente puñetazo que le derrivó al instante.
—Ah, ay, agh- —Gimoteó dolorido una vez en el suelo, parecía que su mandíbula se había descolocado por lo fuerte que había sido el golpe.—¡Perdón!, ¡l-lo siento! —Gritoneó con miedo, Jeon no era una jodida broma y jamás creyó que por meterse con ese chico regordete, éste le defendería. Porque más bien el pelirrosa parecía un simple sometido a aquel líder de pandilla con el que éste se divertía.
Pero se equivocó en su suposición.
Jungkook no era capaz de siquiera escuchar a Changbin, solamente estaba sumergido en sus explosivos pensamientos, aquellos que le decían que ese cabrón casi había matado a Jimin.
Su cuerpo hirvió en rabia y dio con una de sus botas de tipo militar negra una patada en la cara del chico.
Luego se puso a horcajadas sobre él y comenzó a darle bofetadas para que aguantara más, si era falta en unos minutos ya se encargaría de molerle el rostro a puñetazos, pero de momento solamente quería darle dolor. El mismo dolor que Jimin había sentido cuando casi se había ahogado.
Por la otra parte, Changbin estaba llorando desconsolado con dolor, y ya casi ni se sentía la cara por todos los golpes que le estaba dando el mayor.
Pronto los adolescentes, salieron del lugar gritando despavoridos ante la sangrienta escena que Jeon estaba brindando.
Por otro lado, Namjoon rápidamente le dijo a Seokjin que por favor metiera a Jimin para dentro de la casa, porque tenía que frenar a Jungkook, porque no quería que su amigo terminara en la cárcel.
—Por favor Seokjin, lleva a Jimin al salón. —El mencionado asintió y ayudó al pelirrosa a ponerse en pie, y a andar hasta el interior de su gran hogar.
Jungkook ni siquiera escuchó a la gente que huía de allí gritando, solamente se levantó del suelo y rápidamente tomó en un puño los cabellos del cabrón.
Pronto tironeó de él hasta que llegó al borde de la piscina.
Y cuando el otro menos se lo esperó, de un brusco movimiento metió la cabeza del hijo de puta en el agua para que sintiera lo mismo que había sentido Jimin.
Pronto se acuclilló para arremeter más la cara del otro en el agua, y cuando sintió el cuerpo moverse con desesperación, gruñó.
Quería ahogarle en la piscina, tal y como él había hecho a Jimin cuando le tiró sin que supiera nadar.
Pero lo sacó por unos segundos para que respirara un poco, para luego volver a sumergir la cabeza del mismo en la piscina.
Y así lo hizo varias veces más.
Iba a seguir, no obstante cuando escuchó a Namjoon gritarle que parara, volvió en sí.
—¡Para! —Namjoon chilló.—¡Jungkook, para! —Y su amigo y compañero de pandilla dijo el nombre del pelinegro para que entrara en razón.
Y funcionó.
Jungkook volvió a la realidad y entonces sacó de nuevo la cabeza del agua para seguidamente mirar el rostro ahora violentamente agredido del chico, a la vez que éste intentaba recuperar desesperadamente todo el aire que le había faltado.
—P-Por favor, d-déjame. —Changbin habló débil y escupiendo sangre combinada con agua.
Jungkook sonrió frío y le dió un último y fuerte puñetazo más.
—No vuelvas a acercarte a Jimin, porque si eso volviera a pasar, no acabaré hasta partirte la cara hasta el punto de que ni tu madre te va a reconocer. —Habló ronco.
Changbin asintió con efusividad, tenía un ojo cerrado por el reciente puñetazo, la mandíbula desencajada y el rostro totalmente hinchado por las bofetadas.
El agua recorría su piel acompañada de sangre.
Cuando el mayor le dejó escapar, salió corriendo entre pequeños quejidos por la reciente paliza y casi asfixia.
—¿Dónde está Jimin? —El azabache preguntó sobresaltado al no verlo al lado de Namjoon.
—Está dentro de la casa porque no he querido que te viera así. Te has pasado.
Entonces los ojos de Jungkook se expandieron en demasía.
—¿Que me he pasado?, ¡casi mata a Jimin! —Gritó furioso.
Namjoon suspiró y decidió cortar la conversación, aún así estaba aliviado de poder haber parado a Jungkook a tiempo.
Cuando Jungkook divisó a Jimin ahora con una toalla rodeándole, sintió su respiración tranquilizarse y su ansiedad por lo ocurrido, disminuir. Él estaba bien y eso es todo lo que le importaba ahora.
Nadie habló sobre lo ocurrido, solamente se comunicaron para que un taxi llegara a la calle de la mansión y finalmente Jungkook fuera a dejar a Jimin en su casa.
Y Seokjin pudo llamar a la policía, pero no lo hizo porque su ligue de la noche llamado Namjoon le había suplicado que no lo hiciera, así que también se encargó de que sus guardaespaldas no llamaran a la policía y terminó despidiendo a los tres que habían sido golpeados por Jeon con la excusa de que no eran buenos en su trabajo, tenía más vigilantes y ese despido solamente era deshacerse de problemas. Y ellos no denunciarían a Jeon porque no querían problemas con niñatos involucrados en pandillas callejeras.
Mientras que las personas que acudieron tampoco lo hicieron porque tampoco querían problemas.
Tras diez minutos, el taxi llegó, y Park acompañado de Jeon se montaron.
죄송합니다
Jungkook ayudó a Jimin a llegar a su habitación, este ya estaba bastante recuperado, así que pudo meterse en el baño para darse una ducha cálida y luego enfundarse en uno de sus pijamas de color naranja pálido.
Salió del baño una vez listo y se acercó cauteloso a Jungkook, entonces se fijó en las heridas que tenía en una de sus manos, tenía algunos moretones en sus nudillos. Y supo que había golpeado a aquel chico por él.
—Gracias. —Jimin fue el que habló primero desde que lo habían hecho en la fiesta. Agradeciendo que le hubiera salvado de ahogarse.
—Perdóname Jimin, perdóname. —Musitó sin embargo Jungkook.—Si no hubiera escupido a ese chico, él no la hubiera tomado contigo, todo ha sido mi culpa. —El azabache pasó sus manos por su rostro ansioso.
—No, perdóname tú a mí. —Habló en voz baja y calmada a la vez que se acercó un poco más al pelinegro.—Yo quise ir, y aunque m-me dijiste que no era buena idea que yo fuera, yo insistí.
Jungkook miró en silencio a Jimin, quiso abrazarle por toda una eternidad, pero no lo hizo porque aparte de que todavía estaba con su propia ropa mojada, no se sentía digno para hacerlo.
—No es tu culpa, ni de broma. —Aseguró Jungkook.
Iba a seguir hablando, iba a seguir diciéndole que no se merecía a alguien como él a su lado, que era un estúpido por dejarse llevar tanto por sus impulsos.
Pero Jimin habló.—No eres malo Jungkook, tampoco ha sido tu c-culpa lo que me ha pasado, tú no eres el que me ha empujado a la piscina, y me basta con saber que tú nunca me harías algo así. Además tú eres el que me has salvado, me has s-salvado la vida Jungkook. Y aunque p-puede ser que la circunstancia haya sido provocada por otra, no es tu culpa. N-No puedes ver el futuro. —Jimin habló mientras pequeñas lágrimas se derramaban de sus mejillas, porque odiaba que Jungkook se echara la culpa de lo que había pasado cuando él no era el causante directo.—Y estoy seguro de que s-si lo hubieras visto, jamás habrías escupido a ese chico, ¿verdad?
El azabache no encontró las palabras, sólo miró a los ojos a Jimin y asintió totalmente seguro de sí mismo, teniendo clarísimo que jamás sería capaz de hacerle nada malo. Nunca.
Y pudo culpar sus impulsos debido a que nunca había tenido a nadie importante a su lado que no supiera defenderse, por ello no pensó en que se quisieran vengar mediante Jimin, y fue muy torpe en ese detalle, pero no estaba acostumbrado a aquello. Hasta hoy, que cuidaría muchísimo mejor sus acciones para no poner de nuevo en peligro al menor.
Por otro lado, Jimin sonrió tímidamente ante la contestación silenciosa del mayor y se secó las lágrimas.
—¿Quieres quedarte a dormir? —Cuestionó cauteloso el pelirrosa tras un minuto.
Jungkook respiró hondo y asintió.
Tras ello el pelinegro se duchó y se curó las heridas de sus nudillos con el pequeño botiquín que Jimin poseía en el baño.
Una vez se secó y curó las heridas, se puso un pijama que Jimin le había prestado, que le quedaba un poco corto de pantalones y de mangas, pero estaba cómodo, y más porque olía mucho al menor, ese olor incluso le tranquilizaba.
Cuando ambos estuvieron juntos en la habitación, hablaron un poco más, sabiendo que aunque fueran las dos de la madrugada, quisieron tener una pequeña charla que evadiera todo lo malo que había ocurrido ese día. Estaban sentados en una silla cada uno en frente del escritorio.
—¿Dices que tu helado favorito es el de menta y chocolate negro?, eso no es para nada dulce. —Jimin se expresó en voz baja inmerso por la actual conversación.
—Mhm. —Jungkook emitió un sonido afirmativo mientras jugueteaba con un lápiz que se encontraba en el escritorio de Jimin.
—El mío es el de vainilla. —La voz del menor se apagó un poco y pronto llevó una de sus manitas a su boca cuando bostezó.
Sus párpados se caían y ya tenía sueño.
—¿Dónde voy a dormir Jimin? —Preguntó cauteloso el pelinegro viendo que él ya quería domir.
—Am, ¿c-conmigo? —Contestó tímido.
—¿No te importa compartir tu cama conmigo? —Jungkook cuestionó.
—No. —Contestó en un suspiro cansado, con sus ojos entrecerrados y negando con su cabeza lentamente, tras ello apoyó su cabeza en su puño que estaba alzado y sostenido por su codo apoyado en su escritorio.
Y justo cuando su cabeza iba a caerse hacia un lado, Jungkook rápidamente puso su mano en una de las suaves mejillas del menor para que no se diera un golpe contra el escritorio.
Ahora Jungkook tenía en una de las palmas de sus manos la cabeza de Jimin, y éste comenzó a respirar pausadamente anunciando que había caído ante los brazos de morfeo.
Jungkook pudo ver el rostro del pelirrosa que ahora dormía plácidamente sobre su mano, sus mejillas estaban levemente ruborizadas, su pequeña nariz estaba ahora completamente visible debido a que no llevaba gafas, sus ojitos estaban cerrados con suavidad y... sus labios estaban rosados a la vez que abultaditos debido a la posición.
Y en ese mismo momento se sintió un simple mortal sostener a un ángel. Sí, definitivamente Jungkook se sentía así ahora mismo respecto a Jimin, porque su aura era demasiado blanca y pura.
Sin esperar más, cogió a Jimin en brazos y con mucho cuidado lo metió en la cama para seguidamente arroparle con suavidad. Tras ello, tocó por unos segundos su frente con una mano y con la otra la suya propia, para comprobar que el menor no tuviera fiebre por haber caído a la piscina en este clima tan frío, y sintió un gran alivio recorrer su cuerpo cuando se dio cuenta de que Jimin no tenía fiebre.
Después él mismo se metió en la cama y para no incomodar al menor, se mantuvo a una distancia prudente.
Sin embargo aquello no funcionó porque el cuerpecito de Jimin buscó calor y lo encontró en el cuerpo del mayor, así que entre sueños abrazó a Jungkook.
Jungkook giró su cabeza y su respiración se aceleró cuando vio a un adormecido Jimin sonreír levemente una vez le había abrazado.
El azabache no se opuso a que Jimin le rodeara con sus brazos, así que se movió sólo un poco para extender su brazo hacia el interruptor que yacía a un lado de la cama y apagó la luz.
Y así ambos se quedaron dormidos, juntos y soñando un futuro bonito que les incluyera a ambos.
¿Pero qué era realmente lo que el futuro le tenía deparado a los dos?
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Muchas gracias por leer.
¿Qué os está pareciendo? Os leo.
Os aviso que tengo Instagram: es @/WSARASLIFESW, allí publico historias cada vez que subo nuevos capítulos de esta historia y así os podéis enterar al momento.
Y mi cuenta de respaldo aquí en Wattpad es: wSaraslifes
Decir también que estoy comenzando una historia omegaverse y Kookmin llamada AGAME, la podéis encontrar en mi perfil y ya tiene el primer capítulo. Gracias si le dáis la oportunidad.
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