Capítulo 17
Jimin lo había decidido, y aunque la idea era muy arriesgada y realmente no tenía mucho conocimiento de a lo que se estaba exponiendo, si algo tenía claro, era que él solamente quería dejarle copiar en sus exámenes y hacer las tareas a Jungkook, a nadie más.
Porque el pelinegro era bueno con él, demasiado bueno.
Porque el pelirrosa desde que tenía memoria había sido en incontables ocasiones rechazado por sus compañeros de clase, ya fuera por el hecho de ser un poco rellenito o por ser un tanto aniñado en comportamiento.
Sin embargo, desde que Jeon había llegado al instituto... él ya no se sentía solo, cosa que para él era un gran avance.
No quería perder a Jungkook, ni tampoco el cálido favor silencioso que él le brindaba al alejarle de las personas que le solían hacer mucho daño, simplemente Jimin no quería perder todo aquello.
Dejó atrás sus pensamientos cuando la voz del pelinegro llegó a sus oídos.
—Vamos a los baños. —Dijo Jeon y el otro le obedeció.
Llegaron a los baños de la segunda planta y se metieron en uno de los cubículos, en seguida el pelirrosa echó el pestillo tras haber entrado.
El azabache se sentó sobre la taza cerrada del váter.
—Te dolerá. —Avisó el mayor.
—Después de todo lo que me han hecho, sé que podré aguantar bien el dolor. —Habló con madurez el menor.
Aún así, Jungkook se iba a preocupar por la integridad del otro, así que decidió marcar al otro de una forma bastante peculiar.
—Antes de marcarte debo dejar las cosas claras Jimin. —Jeon le habló y movió el piercing de su labio con su lengua.
—Dime. —Park contestó curioso.
—Una marca significa que tú te comprometes a solamente dejarte molestar por mí, que nadie más que yo te puede hacer daño y que si enseñas la marca a una persona va a saber que estás bajo mi "potestad" y que si te hacen algo se las verán conmigo. —Jungkook hizo una pequeña pausa para que el otro procesara bien la información.—También he de decirte que soy el líder de una pandilla callejera.
Jimin analizó bien lo que acababa de escuchar y miró a través de sus gafas a los ojos de Jungkook, éstos eran redondos y en ese momento tenían un precioso brillo que le daba un toque inocente al pelinegro.
Ahí supo que la mirada Jungkook solamente le decía una cosa: "Jamás te dañaría, no a ti."
Y Jimin llevaba razón con esa corazonada, porque Jungkook jodidamente no sería capaz de dañar al pelirrosa a no ser que le traicionara, y después de todo Jeon sabía que el inocentón nunca le haría eso.
—Acepto. —Dijo finalmente Jimin seguro de sí mismo.
—Por último decirte que mientras estés en la calle, nadie te va a tocar cuando vean la marca y también hacerte saber que no quiero que te metas en asuntos de mi banda callejera, simplemente vas a seguir con tu vida y yo con la mía, pero vamos a hacer esta marca exclusivamente para que las personas, incluído Min, no te dañen. —Aunque muy en el fondo sabía que el demonio de Min haría todo lo posible por joderle y eso incluía el dañar a Jimin.
Pero el pelinegro haría todo lo posible por defender a Jimin lo que pudiera, pero sin perder la fachada que debía mostrar frente a los demás, debía seguir siendo Jeon, el líder de Busan Stray, una de las pandillas de jóvenes más fuerte de la ciudad.
Sin embargo pronto recordó cuando la primera vez que fueron juntos al patio, Jimin le preguntó algo que le descolocó muchísimo: "¿P-Puedo comer?"
Aparte de cuando vio todas las veces que pegaron o dañaron a Jimin en sus narices.
Por todas esas cosas quería protegerle, porque se veía que las personas la habían tomado contra él sin razón ninguna y eso le jodía.
Si algo tenía Jungkook es que odiaba la violencia injustificada.
Y el odio que Jimin recibía en ese lugar antes de que él llegara: era tanto injustificado como desproporcionado.
—Entonces estás de acuerdo con la marca, ¿no? —Preguntó de nuevo Jungkook.
Y Jimin asintió decidido.
Park quería acabar con el odio que siempre recibía y... ¿qué mejor que hacerlo de la mano de Jungkook?
Porque Jungkook era el chico que le había otorgado tranquilidad desde que le proclamó como su "acosado".
Aunque eso solamente era un paripé frente a los demás, porque cuando ambos estaban a solas Jeon se portaba muy bien con él.
Y eso le hacía sentir a Jimin un muy cálido sentimiento en su corazón.
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