Capítulo 12
Jimin sintió sus ojos empañarse en lágrimas al recordar todos los momentos que sus acosadores le golpeaban sin compasión, tenía miedo de que Jeon quisiera hacerle lo mismo.
Así que tembloroso el pelirosa se puso de rodillas frente al azabache y llevó sus propias manos a su espalda, es justo lo que recordaba de sus antiguos acosadores, así es como debía ponerse si no quería que los golpes fueran peores.
Jungkook miró a Jimin ahora arrodillado sobre el suelo y se horrorizó por la posición que el otro adoptó, estaba de rodillas y con sus manos en la espalda.
¿Quién mierda le había enseñado eso? Esa postura se solía usar cuando un pandillero traicionaba a su propia banda y se debía dejar pegar en esa posición por los demás de la pandilla una vez le hubieran descubierto.
–Levántate. —Ordenó agobiado de ver a alguien tan puro como Jimin hacer siquiera esa posición.
Jimin se levantó y clavó su mirada en el suelo.
—Mírame Jimin, cuando estemos solos me puedes mirar todo lo que quieras, pero cuando no, evita mirarme. —Jungkook se lo explicó y el otro asintió sin entender mucho.
Jimin obedeció y en seguida le miró a través de sus gafas y el otro notó el miedo en sus ojitos, no podría hacer esto ocultándoselo, debía decirle porqué había sido minutos antes tan agresivo con él frente a los demás, él no se merecía eso.
—Primero, última vez que te pones con esa posición frente a mí, jamás vuelvas a ponerte de rodillas y con las manos atrás, no sabes lo que realmente eso significa y es muy peligroso si alguien que perteneciera a una banda callejera te viera hacer eso. —Jeon vio que el otro no entendió muy bien.—En las calles, esa es una postura de sumisión que significa que la persona ha traicionado a su banda, lo peor que un pandillero puede hacer.
El pelirosa asintió algo aturdido.
—Y segundo, dime quién te la ha enseñado.
El bajito tragó saliva, no quería decírselo, pero confió en Jeon.-Sehun, el líder de mis antiguos acosadores.
Jungkook mordió su labio inferior y asintió.
—Jimin perdona como te he tratado ahí fuera, pero necesito que comprendas que yo no soy una buena persona y necesito que ellos crean que yo también te acoso físicamente, para que no te puedan tomar como mi punto débil.
La boca del otro formó una "o" sorprendido, y una gran sonrisa se dibujó en sus carnosos labios al instante haciendo sus ojos dos medias lunas.
Jimin estaba muy contento porque Jeon no le había hecho daño aposta, sino para disimular.
—B-Bueno, yo sí pienso que eres una buena persona. —Dijo con nerviosismo.
El azabache sonrió levemente y acercó sus labios a la oreja derecha del otro.—Solamente soy bueno contigo, pero es un secreto. —Susurró.
Jimin se sonrojó y asintió.
Jeon se alejó de él y habló.—Ahora dime algo que quieras a cambio por el mal rato que te he hecho pasar, pero no te pases de listo. —Comentó Jeon con seriedad.
Jimin se sintió valiente por el subidón que había sentido tras la confesión de que él no quería hacerle daño de verdad.
Así que rápidamente habló con emoción.—¿Podrían ser dos cosas por favor?
El pelinegro ladeó su cabeza levemente confundido. Frunció su ceño porque se le hacía muy raro que Jimin se lanzara a ampliar la petición, pero terminó asintiendo queriendo saber qué dos cosas quería el contrario.
—Am... ¿podrías decirme tu nombre por favor? —El menor solamente sabía que él se apellidaba Jeon, nada más.
El azabache respiró hondo.—¿Y la otra petición?
Jimin formó un puchero con sus labios, recolocó sus gafas correctamente sobre el puente de su nariz y se sintió nervioso por la segunda cosa que quería hacer.
—¿Podemos hacer lo que me hiciste el viernes en el descampado? —Habló en un hilo de voz y con sus mejillas totalmente sonrojadas.
El azabache sonrió con malicia al escuchar lo segundo que quería.
–Vale, te voy a conceder las dos cosas, pero me tienes que prometer que no le vas a decir a nadie mi nombre. —El otro asintió repetidamente.—De verdad, no se lo digas a nadie o no tendré piedad aunque seas tú. —Insistió, realmente no quería que Jimin le traicionara, porque el recién mencionado no sabía el verdadero demonio que él podía llegar a ser con los traicioneros.
El pelirrosa se sintió ansioso, quería saber su nombre pero temía que con tan solo un paso en falso con Jeon, la confianza del mismo se fuera por completo.
—Tranquilo, confío en ti. –Le confesó y por segunda vez se acercó a Jimin y susurró en su oreja de nuevo.—Me llamo Jungkook.
Jimin susurró el nombre con sus labios y se dio cuenta de que era el nombre más bonito que había tenido el honor de pronunciar.
Entonces tras ello, Jungkook se sentó en la taza del váter, sacó el paquete de cigarrillos del bolsillo de su vaquero rasgado y señaló a Jimin que se sentara en su regazo.
El menor sintió sus mejillas acalorarse, pero no se echaría atrás ahora que el otro estaba dispuesto a hacerlo.
Tímidamente se sentó en el regazo de Jungkook en modo "princesa" y no a horcajadas.
Y al azabache le habría gustado que Jimin se hubiera puesto a horcajadas, pero se conformó con la postura actual.
Mientras que Jungkook percibió en seguida el agradable aroma a vainilla de su contrario, Jimin en seguida sintió el agradable aroma de Jungkook y se sintió tranquilo.
A través de sus gafas observó con mucha atención como el otro encendía el cigarro a tan sólo centímetros de su rostro, y tragó saliva al notar lo atractivo que se le hacía ver a Jungkook fumar.
El como su mandíbula se tensaba cuando aspiraba el humo y el ver sus delgadas manos sujetar el cigarrillo le robaba el aire de lo mucho que se le aceleraba el corazón al ver tales acciones.
Por otro lado, mientras Jungkook encendía el cigarro se le hizo divertido el ver como Jimin miraba con cierto brillo en sus ojos todo lo que él hacía.
Una vez listo, el pelinegro aspiró con intensidad del filtro del cigarro y cerró su boca para que el humo no se le escapara.
Entonces como Jimin ya tenía su cabeza girada hacia él porque estaba mirando los movimientos que hacía, acortó más la distancia entre ellos dos que, ya de por sí era poca porque el menor estaba encima suya.
El otro abrió sus rosados labios dejando su boquita a su completa disposición, notó como el otro comenzó a temblar un poco quizá por los nervios y observó como cerró sus ojos tras sus gafas con sus mejillas sumergidas en un potente rojo.
No esperó más y sopló con suavidad sobre la boca del otro sin llegar a tocar sus labios en ningún momento. Cuando vio que la boquita del otro ya tenía el suficiente humo, pero controlando que no fuera demasiado como para que tosiera, habló.
—Suéltalo, no lo aspires. —Ordenó, realmente Jungkook también disfrutaba del gesto, pero no quería que el sistema de Jimin se acostumbrara por ninguna circustancia a la nicotina, ni mucho menos que se enganchara al tabaco.
Jimin soltó soplando el grisáceo humo cuando abrió sus ojos y el azabache soltó el humo que todavía quedaba en su boca también. Ambos rostros estaban muy cerca.
—¿Puedo ser sincero? —Jimin le habló y él asintió.—Odio el sabor del tabaco... pero me gusta hacer esto. —Confesó con sus mejillas como dos tomates.
—A mí también me gusta hacerlo Jimin. —Se sinceró también el otro.
—¿Podríamos probar a hacerlo pero uniendo nuestros labios? —Preguntó el pelirosa pero esta vez sin mirarle porque le daba muchísima vergüenza lo que estaba pidiendo.
—Parece ser que no eres tan inocente. —Se burló Jeon y lo único que consiguió es que el otro incluso se pusiera más tímido.
—Y-Yo... olvídalo. —Pronunció nervioso el contrario retractándose con vergüenza.
—Hagámoslo. —Dijo Jungkook decidido y el otro le miró emocionado a través de sus gafas.—Pero si quieres hacerlo bien, tienes que ponerte a horcajadas sobre mí, así será más cómodo.
El otro tragó saliva y con su rostro aún rojo asintió, se levantó del regazo de Jungkook y se puso a horcajadas, sus piernas quedaron a cada lado de las caderas de Jeon y su trasero quedó ahora sobre el regazo del contrario.
Jimin se agarró suavemente con sus manos en los hombros del azabache.
Y ahí vio de frente a través de sus gafas como Jungkook aspiraba el humo del cigarro con sus cejas levemente fruncidas.
—Un momentito. —Dijo Jimin con nerviosismo.
El otro aspiró el humo y lo soltó completamente por su nariz esperando a que el que estaba a horcajadas sobre él hablara.—¿Esto se podrá considerar como un beso? —Preguntó algo inquieto.
Y Jungkook no sabía qué cojones decirle, la pregunta le había tomado por total sorpresa.—Nuestros labios se van a tocar. —Le advirtió con paciencia.
—Es que... si lo es, sería mi primer beso. —Confesó el menor.
Jungkook no sabía qué decir ante ello, se quedó anonadado y entonces entró en razón, percatándose de que él estaba demasiado sucio como para unir sus labios con el otro, Jimin era tan puro que no se merecía a alguien tan roto como él lo era.
Así que aspiró con fuerza y de forma constante del filtro, haciendo que frente a los ojos del otro lo poquito que quedaba de cigarro se consumiera completamente.
Jimin creía que iba a hacerlo, pero en cambio vio como Jungkook simplemente giró su cabeza hacia su derecha y echó el humo lejos de su rostro.
—Jimin en ese caso, no mereces que tu primer beso sea con alguien como yo.
Y el mencionado frunció sus cejas y formó un pequeño puchero con sus labios.
Todavía Jungkook no entendía que había sido la única persona que había salvado al pelirrosa de la oscuridad que se ceñía antes sobre él.
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