Epílogo: When the Sunset Covers Us


Habían pasado solo unos meses desde que todo acabó, mi madre vendió la que había sido nuestra casa en Busan y se mudó a Seúl para vivir más cerca de todos nosotros instalándose en la que había sido mi casa desde que me había independizado. Viví casi un mes allí con ella, pero no aguante las ganas y al final acabé mudándome con Yoongi a su enorme apartamento en el centro de nuestra ruidosa ciudad. Después de todo lo que pasó la banda se disolvió. Cerramos todos los negocios, atamos todos los cabos sueltos y nos dedicamos a ser solo siete chicos de veintitantos con sus trabajos y sus responsabilidades.

Jungkook y Tae se fueron de Seúl, nos dejaron por un tiempo en el que juntos se dedicaron a recorrer el mundo y después de casi un año y medio volvieron, cargados de fotos, de recuerdos y con una alianza cada uno. No se lo dijeron a nadie, nunca nos contaron sus planes y realmente supe entender porque lo habían hecho así. Jin puso el grito en el cielo de primeras pero luego abrazó a su hermano y a su cuñado y lloriqueamos todos juntos por los recién casados. Jin no cambiaba y yo daba gracias por ello, adoraba cada minuto de ese chico y su armoniosa forma de ser. Nada volvió a ser lo mismo para el tampoco excepto una sola cosa, seguía suspirando en la distancia por Namjoon, que a su vez estancó su extraña relacion con Hobi y no fue hasta tiempo después que nos enteramos el porqué.

En cuanto a mi sin ningún tipo de reparo rechacé la propuesta de Yoongi de aceptar el cargo de mi padre en la empresa y tras varias discusiones sobre ese tema llegamos a la conclusión de que había un chico en esa empresa que se lo merecía mucho más que yo. Namjoon aceptó el cargo con ilusión y entre Yoongi y él lograron llevar de nuevo la empresa Min a la gloria que le habia sido arrebatada por el escándalo. Todos siguieron igual, excepto yo, que lo deje, lo deje todo y me dedique a perseguir el sueño de mi vida durante meses hasta que por fin llegó el día y una pequeña academia con el apellido Park logró su apertura en una abarrotada avenida de Seúl. Todo cambió desde aquel día horroroso donde perdimos mucho más de lo que pensábamos perder pero a la vez todo siguió igual entre nosotros.

Hobi pasaba de vez en cuando por la academia, bailábamos, coreografiábamos y sobre todo disfrutábamos con lo que hacíamos.

Aunque Yoongi siguió al mando de su empresa su vida se aligeró bastante, le encantaba venir a verme bailar y de vez en cuando incluso era el pianista favorito de mi pequeña academia. Sin duda era el favorito de las alumnas más pequeñas que disfrutaban tirandose encima de él cada vez que lo veían. A pesar de su fuerte personalidad, no podía evitar ablandarse cuando un corrillo de pequeñas en tutú rosa corrían a abrazarlo.

Y yo era feliz, por primera vez en mi vida tenía todo lo que había soñado y más, porque aunque había perdido a mi padre de la manera más imprevista y dolorosa posible, había ganado una familia grande y maravillosa, tenía cerca a mi madre y a la de Yoongi, y lo tenía a él.

Con su carácter imperturbable, serio y a veces hasta picajoso, se convirtió en mi todo. En ese todo que vives con fuerza y con pasión cada día, ese que devuelve todo lo que le entregas, era mi pasado, mi presente y la promesa de un futuro más feliz del que nunca pensé.

Y con el tiempo descubrí que era así como debería ser la vida ardiente y capaz de superar cualquier bache en el camino si estas con las personas adecuadas.

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-Hay una pequeñaja que lo tiene loco-expliqué hacia los demás que caminaban a mi lado.  -Tenéis que verle la carita cuando corre gritando su nombre hacia él y le pide que le enseñe a tocar el piano, son adorables- añadí.

-¿Quieres dejar de contar todos mis secretos?-refunfuñó a mi lado. Los demás rieron por la respuesta de Yoongi.

-Creo que no quiere que nos cuentes que tiene corazón-comentó Jin como si nada. Yo esbocé una sonrisa .

-Pero es adorable, no seas así...-protesté enganchando de su brazo.

-La verdad es que esa pequeñina...-murmuró con una sonrisilla.

-A ver si nos vais a hacer tíos antes de lo que parece-chinchó Jungkook. Los demás empezaron a chinchar y Yoongi los amenazó a todos con matarlos si no se callaban mientras se partía de risa.

-Demasiado pronto-dijimos los dos a la vez. Nos miramos y sonreímos. Habíamos tenido esa conversación un par de veces y ambos habíamos llegado a la conclusión de que había ciertas responsabilidades que no queríamos adquirir, al menos de momento.

-Hobi también tiene algo que contaros-dijo Nam interrumpió mis pensamientos

-Te dije que te callases Kim Namjoon-protesto nuestro amigo sin poder evitar una sonrisa. Yo fruncí el ceño y miré de reojo a Jin que sonreía abiertamente.

-Son nuestros amigos, tienes que contárselo, no vas a poder ocultarlo mucho tiempo-replicó el aludido.

-Puff, está bien, he conocido a alguien-dijo por fin. Abrí los ojos y sonreí con alegría. -Realmente llevo tiempo conociéndola, pero creo que va en serio y me gustaría presentárosla porque es importante para mi-terminó de explicarnos.

-Eso es una gran noticia Hobi-dijo Yoongi mirando a su amigo con una sonrisa mientras le ponía una mano en el hombro.

-¿Y como es?-preguntó Tae interesado.

-Se llama Yrene, tiene la sonrisa más bonita del mundo, un bonito pelo negro y los ojos azules como el cielo y es la persona más inteligente que he conocido en mi vida- -Es como si hubiesen juntado a tres mujeres maravillosas para crear una sola hecha para mi-comentó con esa vocecilla que no dejaba lugar a dudas que estaba bien colgado.

-Parece importante-dije yo hacia mi amigo que sonreía algo avergonzado.

-Está coladísimo-afirmó Namjoon.

-Os la presentaré pronto-prometió Hobi pasándose la mano por el pelo.

Cuando llegamos al lugar a donde íbamos todos no quedamos en silencio.

-¿Como está tu madre, hace días que quiero pasar a verla pero tengo que encontrar un hueco-preguntó Namjoon ante el aparente silencio justo cuando paramos en la entrada del cementerio. 

-Esta mañana hablé con ella para contarle la noticia, lo echa muchísimo de menos pero ya se va haciendo a la idea, quiere que cenemos todos con ella un día de estos si podéis- -Hobi, puedes traerte a Yrene, mi madre estará encantada de conocerla y de tener una mujer a su lado-dije hacia mi amigo.

-Genial-afirmó este con una sonrisa radiante.

-Claro, cuando quieras-contestaron los demás.

-Se lo diré, le vendrá bien veros a todos-afirme asintiendo levemente.

Tae se acercó a mi y apretó mi brazo con cariño. Luego Namjoon me pasó el enorme ramo de flores frescas que había cargado durante todo el camino y nos miramos todos con una pequeña sonrisa emocionada.

-Os esperamos aquí-afirmó Jungkook. Yoongi y yo asentimos y pasando el ramo de flores a uno de mis brazos entrelacé mi mano con la de él y nos internamos en el lugar por la puerta de forja negra que nos daba una tímida bienvenida.

-¿Como estás mi amor?-preguntó cuando nos alejamos lo suficiente de la puerta y enfilamos entre las lapidas hacia la de mi padre. Yo suspiré y me encogí de hombros. Había escuchado esa pregunta de sus labios cada día desde que había aparecido en su puerta cargando con un par de maletas diciéndole que me iba a vivir con él. Yoongi siempre se había preocupado por como me sintiese y a veces incluso había dicho que se sentía culpable por lo que había pasado, pero no tenía porque, nadie le culpaba, el no era culpable de los actos del señor Min.

-Tu sabes que nunca tuve la mejor relación con mi padre, pero dio su vida por salvar la mía, si el no se hubiese metido en medio de la bala yo no estaría aquí y nunca pude decirle lo mucho que lo quería y lo mucho que lo admiraba. Desde mi atropello las cosas habían ido bien y desde que te los presenté oficialmente muchísimo mejor. Siento que no he tenido tiempo de disfrutar a mi padre todo lo que debía-expliqué.

-Los padres saben esas cosas Jimin, cuando se van, se van sabiéndolo-contestó simplemente. Sabía lo que estaba pensando perfectamente pero no dije nada.

-¿Como está tu madre? Deberíamos ir a verla un día de estos-pregunté para cambiar de tema.

-Tranquila, está volviendo a vivir, incluso por las tardes queda con sus amigas para leer o tomar algo. Sigue visitándolo en la cárcel, pero ya no es obsesivo como antes, esta dejando su adicción por mi padre y está aceptando lo que intento hacernos, tiene que ser difícil supongo...-explicó Yoongi lentamente mirando sus zapatos.

-Es normal, son muchos años...-dije para consolarlo.

-Si, mi madre es una buena persona, acepta lo nuestro y me quiere como soy, además, siempre le presume a todo el mundo de lo guapo que es el novio de su hijo-comentó con una pequeña mueca en sus labios.

-Como si tu no lo fueras-protesté yo con una sonrisa.

El sonrió de la misma manera y nos paramos de golpe al llegar al lugar.

-Hola papá...-guardé silencio un instante y repasé con los dedos las letras del nombre grabadas en la piedra. -Te echamos de menos, ojala estuvieses con nosotros-murmuré mientras me agachaba a quitar las flores secas que quedaban apoyadas en la sepultura y las cambiaba por el bonito ramo que llevábamos .

Yoongi puso su mano en mi hombro y apretó ligeramente. -Voy a casarme, Yoon me lo pidió ayer y queríamos venir a contártelo aunque sea así-expliqué al aire. Una suave brisa pasó entre nosotros y quise entender que era él en el viento dándome las gracias por estar ahí y felicitándonos por la noticia. -Nos hubiese gustado compartir el día más importante de nuestras vidas contigo-murmuré.

-Lo echamos de menos señor Park, todos en la oficina lo echan de menos-murmuró Yoongi con pesar. -Lo siento tanto...-dijo él solemnemente como cuando hablaban en la oficina cuando mi padre seguía vivo.

Una lagrima resbaló por mi mejilla y me sentí un estúpido cuando por impulso saque la bonita cadena de plata con el anillo que Yoonie había insistido en colgar ahí para que no me molestase al bailar.

-Creo que estaría orgulloso de lo que hemos conseguido, sobre todo tu que ahora si estas cumpliendo tus sueños-aseguró pegándome más a su lado.

-¿Tu crees?-pregunté sin quitar la mirada de la piedra delante de mi. El viento frio de finales del invierno meció nuestros cabellos mientras guardábamos silencio.

-Si te viese bailar como yo lo hago estaría presumiendo de hijo por todos lados-aseguró. Un escalofrío me recorrió de pies a cabeza.

-Vamos, los chicos nos esperan-susurré mirando sonrojado hacia el suelo.

-Siempre esquivando los sentimientos Jimin, que voy a hacer contigo-replicó acompañado de una pequeña risita.

Solo reí, de los dos precisamente yo no era el que evitaba los sentimientos y aunque Yoongi había evolucionado mucho desde el día que pasamos por todo aquello

-Me ha recordado a todas las veces que entrabas a mi despacho intentando evitarme como si pudieses evitar enamorarte de mi-comentó altanero.

-Si si venga, vámonos-murmuré intentando escaparme de aquel momento mientras negaba incrédulo con la cabeza.. Lo vi sonreír y me agarró de la mano antes de que comenzase a andar.

-Espera ¿Me acompañas un segundo?-pidió. Yo lo miré extrañado pero asentí y camine a su lado preguntando a donde me llevaba mientras él se reía de mi llamándome impaciente. Avanzamos durante un par de minutos por una de las secciones más alejadas del cementerio con Yoongi completamente en silencio observando todas las blanquecinas lapidas hasta que de pronto se paró en seco delante de una. Se agachó para ponerse a la altura y retiró algunas ramitas con rostro imperturbable. Me agaché a su lado y los ojos se me aguaron cuando leí la inscripción de la lapida y comprendí que estábamos haciendo allí.

                                                        Jun Mi-Suk

                                                   "Le hablaré de ti"

-Es tu madre Yoon-dije sorprendido. Él asintió y se puso en pie mientras yo arrancaba un par de margaritas que crecían en el césped de al lado de la tumba y las colocaba contra el frio mármol. Luego me puse en pie y Yoongi me atrajo hacia si besando mi sien.

-Mi padre...el señor Min le prohibió tajantemente a mi madre que me hablase de ella así que hace poco yo mismo le pregunté. Me habló de ella, de como se conocieron en la universidad y como fueron ellas dos contra el mundo, al menos hasta que se casaron-comenzó a explicar.

-Siguieron viéndose de vez en cuando y la ultima vez Mi-Suk ya estaba embarazada de mi. Mi madre me contó lo ilusionada que estaba, el miedo que tenía también pero que sabía mi nombre incluso antes de saber si sería chico. Pero cuando yo nací le detectaron una enfermedad terminal y le pidió a mi madre que si algo me pasaba se encargase de mi ya que no se llevaba muy bien con su familia. Y así fue, me criaron como a un Min y siempre seré uno de ellos, pero esta mujer de aquí siempre será mi madre a pesar de que ya tenga una-terminó de contarme con un ligero temblor en su voz. Entrelacé nuestras manos y las llevé a mis labios.

-Eres afortunado, tienes dos madres que te cuidan-murmuré emocionado por la historia.

-Tres si contamos a la tuya-Chinchó él sabiendo lo muchísimo que mi madre lo quería.

-Cierto, te quiere más que a mi-protesté.

-No digas tonterías, eres la luz de su vida Jimin-sentenció Yoongi comenzando a andar.

Caminamos hablando tranquilos de vuelta hacia la entrada donde habíamos dejado a nuestros amigos.

En la distancia observe a los demás charlando animadamente pero hubo algo que me llamó la atención. Jin se encontraba atento de la conversación con una enorme sonrisa en la cara y supe enseguida porque. Los brazos de Namjoon estaban alrededor de su cintura y estaba apoyando ligeramente su cabeza en el hombro del mayor mientras seguía cómodamente la conversación. Sonreí como un tonto ante aquella situación y me paré en seco deteniendo a Yoongi que no soltó mi mano.

-Mira esos dos, ¿Por qué no se lían de una vez?-murmuré contemplando la escena fijamente.

-Hemos tenido esta conversación cientos de veces cariño, dales su tiempo, solo tienen que darse cuenta de lo que sienten-

-Pero están enamorados, todos lo vemos ¿algún día se darán cuenta de como se miran el uno al otro?-pregunté tan retóricamente como me fue posible.

El simplemente se encogió de hombros -Supongo, sino Hobi se encargará de recordárselo-aseguró él.

-Creo que podría ayudarles un poquito a que se den cuenta de una vez y lo acepten-murmuré intentando pincharle. Yoongi siempre había sido muy reservado en cuanto a la relación de Namjoon tanto con Hobi en su momento como con Jin así que sabía lo que iba a contestarme y por eso esbocé una sonrisilla traviesa apretando los labios.

-No seas celestino y déjalos a su ritmo-advirtió. Asentí y se que Yoongi vio en mis ojos que no pensaba dejarlo pasar.

-Solo quiero que mis amigos sean igual de felices que yo-aclaré. Él afianzó un poco más el agarre de nuestras manos y paso sus nudillos levemente por mi mejilla.

-Vamos ángel, vayamos a casa-pidió con las mejillas un poco sonrojadas. Éramos felices, nos había costado pero ambos lo éramos entonces.

-¿Y tu, vas a dejar de llamarme ángel alguna vez?-pregunté haciendo un puchero.

Lo vi hacerse el pensativo y supe su respuesta. -Jamás- dijo simplemente con una sonrisilla.

-¡Yoonie!-chillé alargando la ultima vocal. El sonrió y frunció un poco su nariz de la manera más adorable del mundo.

-Anda, camina-pidió tirando de mi mano hacia delante.

Nos encontramos con nuestros amigos en la entrada del cementerio y juntos nos perdimos de nuevo por las calles de Seúl.

Juntos...siempre juntos.

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Si, ahora si. Ponemos punto final a esta historia. 

Espero que os haya gustado de principio a fin y que os acompañe por siempre en vuestras memorias, por mi parte llevare a todos mis mafiosillos en el corazón como la primera historia que escribí. Bullets ha sido muy importante para mi como os digo, pero ha llegado el momento de dejarlos marchar, (O al menos hasta que suba el Spin off) 

En cuanto a mi, volveré muy pronto, estos días estaré subiendo la portada y el prologo de mi nuevo fanfic que tantas ganas tengo de mostraros, así que llegados a este punto solo puedo daros las gracias, a todos y cada uno de vosotros, de los que habéis llegado hasta aquí. Gracias inmensas por haber estado conmigo y con ellos. 

Ahora, es momento de volar. 

Nos leemos en el siguiente ;)

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