Capítulo 7
El domingo pasó demasiado rápido para mi, mas de lo que realmente me gustaría admitir, a media mañana salí a correr un rato por el barrio. Cuando volví Taehyung me había acribillado a mensajes preguntandome porque había desaparecido de la fiesta.
Tras responder hastiado por la situación en un resumen de pocas palabras, Tae dejó la conversación para no presionarme y yo me metí a la ducha y pasé casi una hora enfrascado en mis pensamientos. No podía quitarme de la cabeza la imagen de Yoongi defendiéndome, encarándose por mi a ese tal Sonwu y sobre todo las palabras de este que resonaban una y otra vez como si estuviesen grabadas a fuego en mi cerebro.
"Tu nuevo protegido" "deberías contarle quién eres" "antes de que huya..."
Por la tarde, después de comer me dispuse a pasar aquellas horas frente a mi ordenador viendo series en Netflix y así distraerme de todo aquello, pero alguien no estaba dispuesto a dejarme llevar a cabo ese cometido.
A media tarde recibí un mensaje de Yoongi. Lo ignoré con éxito durante horas. Simplemente no me daba la gana hablar con él después de como me había tratado al final de la fiesta. Me hubiese gustado que entendiese que si íbamos a ser amigos necesitaba confianza y en ese momento él no me la estaba dando. Ante su insistencia respondí con un icono de un gesto grosero y me desconecté de nuevo.
Estaba jugando con fuego y estaba a punto de quemarme. Si me despedía, mi padre me retiraría la palabra para siempre por deshonrarlo así.
El lunes, en la oficina permanecí callado durante horas. Vi a Tae y Jin lanzarse miradas por encima de sus ordenadores preguntándose qué leches sería lo que me pasaba, pero no dije nada y seguí trabajando. No me apetecía darles explicaciones a excepción de la escueta frase que les había mandado para decirles que me tenía que ir el día de la fiesta.
Ninguno insistió y supuse que sabrían lo que había podido pasar.
-Tengo muchísima hambre-gruñó mi amigo de repente interrumpiendo el silencio en el que trabajábamos los tres.
-¿Queréis que vayamos a comer?-preguntó Jin levantándose de su silla para estirar un poco la espalda. -Ya casi son las tres de la tarde y la verdad es que yo también empiezo a tener hambre-añadió alineando unos folios en la mesa.
Tae se levantó como si estuviese sentado sobre un muelle haciendonos reír a todos. Al ver su entusiasmo, minimice las hojas de cálculo con las que estaba trabajando en mi pantalla y me marché con ellos rumbo a la cafetería.
Pasamos a buscar a Namjoon por su área de trabajo para que comiese con nosotros, pero no pudimos encontrarlo así que cuando llegamos nos sentamos en una de las mesas vacías y pedimos la comida.
Comí a duras penas un poco de ensalada y unos fideos picantes y hablamos durante todo el rato del trabajo. Las pocas veces que salía el tema de la fiesta, yo intentaba esquivarlo como podía y llevármelo a otro terreno o simplemente me callaba y los dejaba hablar asintiendo cordialmente para que no pensasen que pasaba del tema. Un rato más tarde mientras charlábamos animadamente sobre música con una taza de té en la mano antes de volver al trabajo Namjoon apareció en la cafetería sonriendo como siempre con sus hoyuelos marcados en las mejillas.
-Buenas tardes chicos-saludó cordialmente mientras dejaba un libro que llevaba en la mesa.
-Nam, hola, ¿que tal?-dije devolviendole el saludo. El me sonrío pero Jin lo interrumpió antes de que me contestase.
-¿Donde estabas?-preguntó Jin visiblemente interesado. Había podido fijarme en ellos, parecían tan unidos como Tae y yo. Amigos y hermanos unidos por infinidad de momentos compartidos juntos.
-Te hemos buscado para comer pero como no te encontrábamos hemos comido sin ti-dijo Tae haciendo hueco para que se sentase con nosotros. Él sonrió amable y se sentó en una silla entre nosotros dos.
-Vengo de arriba, del despacho de Yoongi, tenía que comentarle un par de cosas y ya de paso he comido con él-explicó. Desvié mi mirada hacia la taza que sostenía entre mis manos pero Namjoon carraspeó y busco mi mirada. -Quiere verte en cuanto puedas en su despacho-añadió serio. Tragué saliva y mi cuerpo tembló con violencia.
-Va a despedirme, un gusto haber trabajado con vosotros-murmuré lastimosamente mientras dejaba la taza sobre la mesa y retiraba la silla hacia atrás raspando el suelo.
Namjoon puso la mano sobre mi hombro en actitud amigable. -No va a despedirte, lo conozco desde hace mucho y sé que él no es así, entenderá cualquier cosa que sea lo que le dijeses el otro día- expuso para tranquilizarme
-¿De verdad?- cuestioné casi irónicamente.
-Te lo prometo-volvió a repetir con seguridad.
-¿Incluso si lo mande a la mierda por mensaje ayer por la tarde?-volví a preguntar con los nervios a flor de piel por estar confesando por fin lo que había hecho. Los tres se miraron y fruncieron los labios aguantando para no reírse.
-No lo hará, sube cuanto antes anda-exclamó Jin con celeridad.
Asentí hacia ellos y cabizbajo por los pasillos me dirigí a ese ascensor acristalado que siempre me ponía de los nervios cuando me llevaba hacia Yoongi.
Apenas en un tres semanas había cogido ese ascensor más veces de las que hubiese podido imaginar y siempre me atacaban los mismos nervios, aunque cada vez por un motivo diferente, siempre por la misma persona.
Me paré en la puerta y respiré intranquilo pensando en darme la vuelta y volverme por donde había llegado. Sin duda era la peor opción y la mejor era enfrentar el problema de frente.Asentí allí solo y levante el puño.
-Fuerza Jimin-dije dándome ánimos a mi mismo. Toqué un par de veces la puerta y su voz, dura e intimidatoria me dio paso.
Al entrar, lo encontré de pie al lado de la cristalera mirando por la ventana con su traje negro impoluto cubriendo su cuerpo y amoldándose a cada trozo de su piel blanca de manera perfecta como siempre hacía, aunque su imagen era ligeramente diferente a lo que me tenía acostumbrado, ya que se había aflojado la corbata y su pelo andaba libre y desordenado por su rostro. Mi cuerpo reaccionó al momento con aquella imagen y tuve que regañarme mentalmente para serenarme. Si quería guerra, la tendría aunque me encontrase en el bando perdedor. Como decía siempre mi madre "Jimin, a la guerra con un palo"
Me acerqué hasta quedar delante de su escritorio y me quedé parado hasta que se volvió hacia mi con una extraña mueca de incertidumbre en su cara.
-Señor Min-dije secamente pronunciando bien cada palabra y acompañándolo de una regia inclinación de respeto. Lo miré fríamente a los ojos y el se quedo unos segundos en silencio.
-Por favor, no hagas eso-pidió caminando un poco para acercarse a mi. Cuando di un paso atrás por inercia, él se sentó en la silla que ocupaba un hueco delante de su escritorio y me señaló la que estaba a su lado. Tomé asiento y me quedé estático como si tuviese un palo en la espalda.
Llegué a ver cómo rodaba los ojos exasperado antes de hablar.
-¿Sabes porque te he llamado?-preguntó serio levantando una ceja inquisitivamente.
-¿Porque te mandé a la mierda y quieres despedirme?-pregunté irónicamente con toda la frialdad que pude mantener.
-Uhm...no sería mala opción, teniendo en cuenta todo lo que me has dicho siendo tu jefe y que me hayas mandado a la mierda no una sino dos veces...creo que sí, que lo más correcto sería despedirte-
-Recogeré mis cosas y abandonaré mi puesto cuanto antes para que otra persona pueda ocuparlo-repliqué entre fastidiado y enfurecido por la injusticia.
-Jimin...siéntate por favor, estoy bromeando, no voy a despedirte hoy, solo quiero disculparme para que puedas volver cuanto antes a trabajar-argumentó escondiendo una media sonrisa que había esbozado casi sin querer.
-¿Solo vas a disculparte?-pregunté aun sin tomar asiento. El cabeceó afirmativamente un par de veces. Sentí el enfado subir por mi pecho hasta casi no dejarme respirar.
-Fui sincero contigo ¿sabes?, te conté cosas que solo Taehyung sabe y tu mientras te dedicabas a ocultarme quien eres y en que estas metido. Si no vas a contármelo ahora mismo he terminado aquí contigo-grité recriminándole su falta de sinceridad. Se quedó en silencio meditando y reflexionando sin quitar su vista oscura de mi. Me ponía los pelos de punta solo con hacer eso. Boqueó un par de veces como si estuviese perdido hasta que por fin se decidió a hablar.
-Tienes un carácter horrible, eres como un pequeño patito que nada tranquilamente, pero ojo si te enfadas...-dijo simplemente. Puse una mueca irónica y me dispuse a marcharme dando un par de zancadas hacia la puerta. -Agh...está bien, haz el favor de sentarte, te lo contaré todo y luego podrás irte, pero siéntate antes de que me hagas enfadar-ordenó. Volví sobre mis pasos lentamente y nuevamente me invitó a sentarme a su lado. Nuestras rodillas casi se rozaban y normalmente eso me hubiese puesto cardíaco, pero entonces sólo tenía una cosa en mente. Averiguar quién era ese hombre que ponía mis sentimientos de cabeza.
-¿Y bien?-interpelé acompañando mis palabras de un gesto inquisitivo.
-¿Que quieres saber?-rechistó él.
-Todo, quiero saberlo todo de ti, pero empieza por lo más sencillo, dime quien eres Min Yoongi-pedí en un tono de voz más bajo y misterioso de lo que había pretendido.
-Muy bien, soy quien has conocido, he sido yo contigo, tal y como soy en realidad y te he intentado dar cada momento de realidad que he podido, eso puedes tenerlo por seguro-aseguró llevando la vista hacia sus zapatos con timidez.
-¿Que escondes? Si dices que has sido tu, ¿que te traes entre manos?-pregunté seriamente. Nunca me había sentido tan serio ni tan preocupado por las respuestas de alguien.
-Hay cosas que es mejor que no sepas, por tu bien-dijo. Lo vi estremecerse ante sus propios pensamientos.
-¿Asuntos turbios?-insistí citando las palabras del hombre que nos había atacado en la fiesta.
-Exacto-afirmó simplemente. Callado como una tumba continuó mirando al suelo como si se avergonzase de lo que estaba a punto de contarme
-Si vamos a ser...amigos...quiero saberlo Yoongi, sé sincero conmigo como dices-pedí cansado de suplicar por respuestas. Él levantó un poco la vista y pude notar el miedo en sus ojos.
-No se como vas a tomarte esto la verdad, pero te lo voy a decir. Contrabando Jimin, mafia es la palabra que buscas. Soy el jefe de una de las bandas más señaladas a nivel internacional. La empresa nos ampara-explicó mientras se recolocaba en la silla con la espalda recta. Su voz titubeó unos segundos y después se quedó callado.
Por un segundo me quedé sin respiración y lo vi agachar la mirada avergonzado como si temiese que en cualquier momento me levantase y huyese, pero lo vi recuperar su compostura y suspirar con seriedad. ¿Como no me había dado cuenta?
-¿Bueno, di algo no?-pidió con un tono apenado. No me hacía falta leer su mente para saber lo que estaba pasando ahí dentro. El conflicto de retenerme o dejarme ir.
-¿Tae...lo he notado raro estos días...está dentro verdad?-pregunté temeroso de la respuesta. Él analizó mi rostro impasible y asintió solo una vez.
-No puedes enfadarte con él, después de nuestro encuentro en el pub de Itaewon vino a verme a mi despacho, me preguntó y le conté exactamente lo mismo que te estoy contando a ti, llegamos a un acuerdo para que se uniese a nosotros y yo le prohibí terminantemente que hablase de esto contigo, reglas de la banda...-informó afligido.
-No estoy enfadado con él, hemos pasado por peores cosas que esto, estoy molesto contigo realmente, porque has impedido que mi mejor amigo sea sincero conmigo y eso me molesta más que otra cosa-protesté intentando analizar todavía como me sentía.
-Y lo siento de verdad-replicó. Sentí la veracidad de sus palabras a través de su tono quejumbroso.
-Deberías haber sido sincero desde el principio-musité.
-Lo se, pero no podía ir y decirte Hola, soy Min Yoongi y soy un jodido mafioso ¿que tal estas?- ¿Lo entiendes no?- contestó Yoongi. Claro que lo entendía, no hubiese sido su mejor carta de presentación. Solo asentí.
-Háblame de Sonwu, ¿Quien es? ¿Que le has hecho?-pregunté para meterme de lleno en el tema si no lo estaba ya.
-Sonwu es el hijo de uno de los socios más importantes de mi padre que murió el año pasado. Para resumir, tenían acciones de la empresa con las que querían negociar y llevarnos a la más absoluta ruina así que me adelante de formas poco indecorosas y le quité las acciones, está enfadado porque eran unas de las acciones más importantes que su padre le dejó en herencia-explicó con malestar. Era más que obvio que ese hombre no le gustaba así que intente pensar con claridad y ponerme en su lugar.
-Es cruel pero justo, entiendo porque lo has hecho y no busco saber esas maneras indecorosas aunque las puedo imaginar, entiendo su molestia pero también entiendo la tuya, en tu lugar yo hubiese hecho lo mismo para proteger lo que es mío-contesté con sinceridad.
-Es un hombre peligroso y agresivo, sus métodos son asquerosos y utiliza todo su dinero para traficar con personas, con mujeres, con niños...viste como te golpeó sin pudor alguno por toda la gente que lo estaba viendo, no tiene escrúpulos y tiene las manos manchadas de sangre de personas inocentes-me estremecí ante aquellas palabras e inmediatamente una pregunta surgió en mi mente, una pregunta cuya respuesta me dio más miedo del que me hubiese gustado sentir.
-¿Tus manos también están manchadas de sangre?-pregunté con miedo. Llevé la mirada a sus manos y me sentí internamente fascinado. Aquellas manos podían volver loco a cualquiera; blancas como la nieve, finas, de dedos largos y delicados, marcadas de venas fuertes que se alargaban por la muñeca y se perdían en las mangas de su traje oscuro. Manos de pianista, casi podía asegurarlo.
-Jamás he hecho daño a nadie, me he metido en peleas, pero nunca jamás he matado a nadie, mis manos están todo lo limpias que pueden estar-explicó esperando que le creyese.
-Está bien, te creo-admití. Le creía de verdad.
-Me alivia saber eso, ¿hay algo que más quieres saber?-preguntó de forma neutra.
-¿Porque Sonwu dijo lo de huir, porque pensó que yo concretamente huiría de ti cuando supiese esto?-hice la pregunta que me había atormentado durante el fin de semana. Él me miró con fastidio como si hubiese temido también responder aquello.
Esa información es de dominio público, todo el mundo que se acerca a mi acaba marchándose Jimin, la gente tiene miedo de quien soy, de lo que hago y acabar metidos en esto como lo están los demás-explicó. Yo simplemente es que no tenía ni idea. Mi cerebro trabajó a toda máquina durante unos segundo y la idea más extraña pero necesaria surgió en mi cabeza. ¿Y si...?
-Bien, yo no soy como todo el mundo, he tomado una decisión, me quedaré y formaré parte de tu banda-expliqué. La voz de mi conciencia gritaba en ese momento si había perdido el juicio. Yoongi abrió los ojos inmensamente por la sorpresa.
-Ni hablar. ¿Te has vuelto loco? No vas a entrar en la banda-aseguró.
-¿Que? ¿porque?-pregunté incrédulo.
-Porque no me da la gana-contestó de nuevo con mal humor.
-No seas borde conmigo, quiero entrar te lo estoy diciendo-dije.
-Si hubiese sido diferente...-farfulló en voz baja.
-¿Diferente? ¿Pero te oyes? ¿Porque tienes que hacerlo tan dificil?-bramé ya fuera de mi.
-Dios...si no fueses tan condenadamente inocente Jimin, maldita sea, si te hubieses dado cuenta desde el principio como hizo Taehyung todo hubiese sido más sencillo, te hubieses alejado y ya estarías lejos de todo esto-explicó él con desesperación.
-¿Alejado? ¿Quien te dice que no hubiese hecho lo mismo que Tae? Quedarme, darle sentido a mi vida. Te estoy diciendo que es lo que quiero y no quieres escucharme. No voy a irme a ninguna parte Yoongi voy a quedarme aquí contigo-expliqué abriendo mucho los ojos cuando me di cuenta del significado de mis palabras. -Y con los muchachos-añadí para no dejarme más en evidencia.
-El contrabando y el crimen organizado no le va a dar sentido a tu vida por dios-gruñó como si así fuese a convencerme.
-¿Y tu que sabes? Llevo años buscando algo que de emoción a mis días, que me saque de la horrorosa rutina, que me aleje de pensar día tras día que debería estar bailando y no trajeado en una oficina, es exactamente lo que necesito ahora mismo ¿Porque no Yoongi?, ¿Porque no me dejas ayudarte?-me di cuenta de que con aquella palabras parecía tan desesperado que rozaba la súplica y aunque no era lo que quería no podía evitar que mis palabras saliesen sin control de mi boca.
-Porque eres un ángel Jimin, un ángel bueno y dulce con sueños por cumplir y yo soy un demonio, un bicho corrupto y perdido que no tiene más en la vida que su banda y su dinero, no voy a permitir que arruines tu vida de esta manera-explicó en voz demasiado alta gesticulando con sus manos. Lo miré a los ojos y mi cara se convirtió en una mueca de incredulidad ante sus palabras. Me sonó tan dramático que estuve a punto de echarme a reír en su cara, aun así el enfado hablo por mi.
-Bendito sea dios Yoongi, haces que parezca el guión de una triste película de Hollywood o peor, una novela de adolescentes escrita por una enloquecida fan del género de terror-chille yo también. Habíamos perdido los estribos
-Te lo digo en serio Jimin, esto no es un juego, no puedes pedirme esto-ordenó.
-Precisamente porque no es un juego y creo que puedo aportar cosas buenas a la banda y...-intenté explicarme pero lo vi suspirar fuertemente como si estuviese demasiado cansado para seguir hablando.
-No voy a arriesgarte, no...a ti-murmuró.
¿Y a tus amigos? Qué hay de los demás? Porque a ellos si y a mi no-pregunté intentando entender la situación tan estúpida que el estaba exponiendo.
-Ellos se arriesgan solos-dijo solamente.
-Y yo decido arriesgarme solo, nadie decide por mi-decreté con autoridad.
-No digas gilipolleces-gritó llevándose las manos al pelo y desordenandolo. Pegué un respingo en la silla. Su gritos me estaban cabreando e intenté mantener la calma lo más que pudiese.
-Está decidido Yoongi, estoy dentro y no puedes hacer nada para sacarme-dije en el tono más suave que pude.
-Es mi banda, yo decido quien entra y quien no-decretó él alzando de nuevo la voz.
-Mi mejor amigo está dentro, ponte como quieras, haz lo que te dé la gana e impideme lo que quieras, pero donde el vaya voy a ir yo, así que o me aceptas o haré todo esto más difícil-sentencié. No tenía nada más que decir.
-No me hagas esto-casi suplicó cambiando totalmente el tono de su voz y su serio semblante de jefe cambió totalmente a uno lleno de incertidumbre.
-Es lo que hay-balbuceé casi con pena por haberlo puesto en aquella situación.
Lo vi cavilar en silencio, morderse los labios, retorcerse en todos los sentidos que podía y le di espacio durante unos minutos. Contemple entre aturdido y divertido como aporreaba la silla con los puños como si estuviese debatiendo la más importante de las decisiones y supe en cuanto lo miré a los ojos que tenía claro que era inevitable lo que iba a pasar.
-Harás lo que yo te diga, en el momento en que yo lo mande y te abstendras de hacer estupideces. Si vas a ser uno más, velaras por los demás como nosotros lo haremos por ti y te mantendrás a salvo. Creo que sobra decirte que no puedes hablar de la banda con nadie que no pertenezca a ella-explicó imperativamente.
Únicamente asentí sin apartar mi mirada de la suya intensa.
-¿Sabes manejar un arma?-Trague saliva pero no dejé que se notase lo impresionado que estaba.
-Claro Jimin ¿que esperabas?-me dije a mi mismo. Negué con la cabeza y él se tensó de nuevo.
-Te enseñaré-suspiró irritado. -Te mandaré la ubicación de mi casa, puedes pasarte mañana por la tarde cuando mejor te venga-añadió levantándose invitándome a hacer lo mismo. Extendió su mano hacia mí y no dude en estrecharla provocativamente para hacerle saber que no iba a echarme atrás.
El contacto de su mano con la mía provocó una corriente por todo mi cuerpo mientras nos mirábamos fijamente a los ojos. Quise besarle, allí mismo y supuse que sería la adrenalina del momento y de la decisión. Que equivocado estaba.
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Hola a todos :)
Bueno bueno...como está la cosa...
Ha sido un capitulo bien difícil de escribir, la verdad y si os soy sincera, me cuesta ponerme en la piel de los personajes cuando discuten, pero bueno aquí esta.
Por fin se descubre todo, los líos en lo que estos chicos están metidos. ¿Alguien por aquí se lo esperaba? imagino que si, he dado muchas pistas jajaja
Yo espero que os haya gustado mucho y que os esté gustando el fanfic, espero poder subir pronto otro capitulo más aunque ya sabéis que no prometo nada, porque este fin de semana va a ser bastante movidito para mi pero bueno.
Nos leemos en el siguiente capitulo.
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