Capítulo 5
Si nuestro viernes noche había sido surrealista, el sábado entero fue tan normal como cualquier sábado en que Taehyung y yo hubiésemos pasado la noche fuera.
Nos despertamos tarde, desayunamos a la hora de la comida y procrastinamos durante horas lidiando con la resaca en el sofá. Por la noche mi amigo volvió a su casa y yo simplemente me metí en la cama hasta el día siguiente. El Domingo no fue muy diferente. Volví a levantarme tarde y pasé buena parte de la mañana metido en Internet mientras hacía algunas gestiones referentes a la empresa preparándome para el día siguiente. Llame a mi madre después de comer y la puse al día acerca de cómo había ido mi primera semana en la empresa. Un rato después, cuando colgamos me llegó un mensaje de un número desconocido.
-Acuérdate de venir a mi despacho mañana a primera hora-leí en voz alta mientras me balanceaba en la silla de mi escritorio. Sin duda aquello me pilló inesperadamente y tuve que sujetarme a la mesa para no acabar el en el suelo.
-¿Yoongi?-escribí. Pasaron unos segundos hasta que le dí a enviar.
-El mismo-respondió. Simple pero conciso. -Espero que no te moleste pero estaba en la oficina y he buscado tu número de teléfono en el contrato para poder contactarte-añadió en otro mensaje.
Miré con seriedad el teléfono. ¿Donde me estaba metiendo hablando un domingo por la tarde con el director general de la empresa en la que trabajaba? Ese mismo que me hacía salivar sólo con mirarme como lo hacía.
-¿En la oficina? ¿Un domingo?-pregunté sin más para sacar algo de conversación entre nosotros. Podría haberle contestado con un simple si o un emoji afirmativo, pero algo me impulsó a seguir en contacto con el aquella noche.
-El director nunca descansa. Espero no haberte interrumpido, quizás estabas con alguien-contestó él. Sentí como si indirectamente me estuviese preguntando por algo, pero decidí hacerme el tonto para ver donde acababa la cosa.
-Estoy solo en casa, no me has interrumpido nada Taehyung se fue ayer por la noche a su casa-explique escribiendo rápidamente para contestarle.
-Me alegra que llegaseis bien después de como estaba Taehyung. Pero no lo decía por él, pensé que estarías con alguna mujer y yo aquí hablándote de trabajo-explicó tanteandome. Me paré un segundo a pensar cómo podía contestar a aquel mensaje y vi la oportunidad precisa de ver por donde tiraba mi serio director.
-Mujeres...ese término no funciona conmigo-contesté en una confesión algo coqueta.
Lo vi allí, estaba en linea pero no contesto al momento, contemple el móvil durante un par de horas esperando a que respondiese, pero no volvió a hablarme hasta bien entrada la noche.
-Entiendo... es un término demasiado intrincado para hombres como nosotros. Te veo mañana. Buenas noches-dijo simplemente. Y así nuestra conversación se cortó del todo. Ni siquiera le respondí, me quedé allí plantado con un ligero aleteo en la boca del estomago. Hombres como nosotros. Seguí mirando el chat durante unos minutos comprobando como el también permanecía en linea. Miré de nuevo la última frase. Hombres como nosotros.
Esa noche permanecí despierto más de lo que me hubiese gustado admitir, dando vueltas a aquella pequeña pero intensa conversación. Aquella fue la primera noche que Yoongi apareció en mis sueños. Cautivador y serio, siempre serio.
Cuando el despertador sonó al día siguiente casi no lo oí y tuve que salir corriendo de casa con las prisas y sin desayunar. Tendría que correr si quería llegar a la oficina a tiempo.
Me quedé atascado con el coche al menos quince minutos en un monumental embotellamiento en medio de la carretera pero cuando tomé la salida hacia el centro pude tomarme con calma el resto del camino y conducir tranquilamente escuchando música hasta el trabajo.
Subí en el ascensor a la carrera y jadeé aliviado cuando llegué arriba unos minutos antes de que diese mi hora.
-Buenos días, ¿qué tal la resaca?-preguntó Jin cuando aparecí por la puerta de la oficina.
Todos los allí presentes se quedaron mirando y yo reprimí una carcajada.
-Jin por dios, van a pensar que somos un par de borrachos-se quejó Tae. -A mi me ha hecho lo mismo nada más he entrado por la puerta- murmuró cuando me senté en mi mesa. Sonreí y me levanté de nuevo para quitarme la americana.
-Te pensarás que nadie en esta empresa sale los fines de semana-contraatacó nuestro compañero con su habitual sonrisa. Todos se pusieron de inmediato a trabajar entre risas, encendieron sus ordenadores y se quedaron mirándome cuando vieron que cogía un par de carpetas del archivo y me encaminaba hacia la puerta.
-¿Te vas?-pregunto mi amigo con curiosidad. Me puse algo nervioso al recordar sus palabras de la noche pasada.
-Tengo que ir al despacho del director, me avisó de que quería preparar unos presupuestos para la sede alemana y quería que le ayudará-expliqué intentando ser lo más profesional posible.
Ambos se miraron y pusieron sendas sonrisillas. -Que te diviertas-dijeron casi a la vez en un murmullo.Volvieron a reír a mi costa.
Me quedé parado durante un segundo sin saber qué hacer. Los dos estaban pensando mal, y era cuestión de minutos que Jin le contase a los demás muchachos del grupo que iba a trabajar codo con codo con el jefe. Me deslicé por la puerta de cristal como si fuese un ninja, intentando no hacer ruido y me dirigí por los pasillos saludando a los trabajadores que había por allí..
Cogí el ascensor y me apoyé en la cristalera pensativo mientras ascendía por el costado del altísimo edificio. Me ponía nervioso pasar tiempo con él, pero en el fondo me gustaba la idea. No podía sacarme las palabras que Tae me dijo después de salir del pub el sábado de madrugada.
Por aquel entonces ya llevaba al menos unos ocho meses sin tener contacto alguno con ningún hombre y era obvio que Yoongi había removido en mi muchas cosas que parecían extintas. Era obvio que el me provocaba muchas cosas, pero también tenia que tener claro hasta dónde podría llegar puesto que se trataba de mi jefe. Solo íbamos a trabajar, pero nada me impedía deleitarme en su cuerpo y su belleza. Al menos un rato.
Llamé un par de veces cuando llegué a la puerta y lo escuché desde dentro darme paso, así que abrí y entré con una sonrisa.
-Ya estoy aquí Yoon...-dije mientras cerraba la puerta y me daba la vuelta hacia el. Tuve que interrumpirme a tiempo antes de tener que arrepentirme
Contemplé al hombre que me había llamado a su despacho, me miraba serio y me tomo un par de segundos descubrir porque sus seriedad.
Buenos días padre-manifesté acompañado de una leve inclinación. -Buenos días señor Min-añadí con nerviosismo.
-Jimin-dijo seriamente a modo de saludo. Fruncí el ceño. Ni buenos días ni leches.
-No sabía que ya había llegado, espero que su viaje haya sido grato y fructífero-expuse de manera demasiado correcta para una conversación entre un padre y un hijo. Él me miró, frío como siempre, con esa pose de poli malo que siempre portaba.
-¿Que haces aquí? ¿Has cometido algún error?-espetó él con decepción esperando que la respuesta fuese positiva. Ahí íbamos otra vez y esta vez delante de mi jefe.
-No padre yo...el señor Min me pidió...-murmuré con la vista en mis zapatos.
-Señor Park si me permite la intervención, el desempeño de su hijo es increíble, por eso le pedí que viniese a mi despacho para ayudarme a preparar un informe específico acerca de los materiales que van a exportarse para la sede de Alemania, ya que él se encargó personalmente de presentarles a los alemanes el proyecto-explicó el director interviniendo imprevisiblemente. Abrí los ojos exageradamente y lo miré
Atónito mi padre se levantó e hizo una pequeña inclinación hacia el director. -Si es así os dejo para que trabajéis-alegó mirándome de reojo una ultima vez antes de salir por la puerta. Yo simplemente me quedé parado en medio del despacho.
-¿Jimin?-preguntó Yoongi llamando mi atención. Cuando lo miré tenía una media sonrisa en sus labios. -¿Te sientas y empezamos?-añadió señalando la silla delante de su escritorio.
-Perdón, es que no me lo esperaba, no sabía que ya había vuelto-dije mientras retiraba la silla y dejaba mis carpetas encima de la mesa.
-Yo tampoco lo esperaba tan pronto la verdad-admitió sentándose en su escritorio y clavando los codos en la mesa. Nos quedamos mirando unos segundos que parecieron años.
-Entonces, qué es lo que tenemos que preparar-pregunté desviando la vista rápidamente.
-Bueno técnicamente vamos a trabajar sobre la exportación de los materiales de la empresa para la sede de Alemania, pero la base ya está preparada, te he llamado para que preparemos entre los dos el presupuesto final y para hablar contigo-explicó reclinándose en su cómoda silla de cuero negro.
-¿Hablar conmigo?-pregunté algo incrédulo por lo que había dicho.
-Si, conocerte un poco más, saber que puedes aportar a la empresa y saber qué metas tienes en la vida. Ser...-en ese momento se cortó y me observó como analizándome. No pude evitar sonreír.
-¿Ser amigos?-pregunté inocentemente dándole un empujoncito
-¿Amigos? Suena bien, supongo-dijo él mordiendo su labio inferior. Cerré los ojos un instante y me concentré en mi respiración. ¿Me estaba provocando?
Conversamos acerca de la empresa mientras apuntábamos números y estadísticas en su ordenador durante una hora y media cuando empecé a sentir un enorme vacío en mi estomago. Pensé en pedirle un descanso, pero me recree en su ceño fruncido por la concentración y en la punta de su lengua sobresaliente entre sus labios. Que hombre tan maravillosamente sexy y misterioso tenía delante, me invitaba a descubrir sus misterios y todo lo que ocultaba que no parecía ser poco. Despertaba en mi el fuego, la llama.
Un gutural gruñido proveniente de mi estómago hambriento interrumpiendo mis pensamientos e irrumpió en el silencio de la estancia. Quise que la tierra me tragara en ese mismo instante cuando él me miró con los ojos abiertos de par en par.
-¿Tienes hambre?-preguntó risueño. Como si no fuese obvio que me moría de hambre.
-¡Perdón!-grité alarmado. -No he tenido tiempo de desayunar esta mañana-añadí sintiendo el color subir por mis mejillas.
-Porque no me has dicho nada, podríamos haber tomado algo antes de empezar. Vamos-dijo levantándose -Tomaremos un descanso aquí mismo-añadió indicando con la mano que me sentase en uno de los sofás de la zona de descanso que se encontraba en medio del despacho.
Me acomode e incliné mi cuerpo hacia delante mientras el sacaba un par de tazas de un armario pegado a la pared.
-¿Café o té?-preguntó mirándome sobre su hombro.
-Té por favor-pedí yo contemplando su espalda enfundada en aquel traje que se amoldaba increíblemente a su espalda. Me pregunté cómo sería fuera de la empresa, si se convertiría en un muchacho de veintitantos, usando vaqueros y camisetas para salir con sus amigos, ir a una cafetería o a la piscina en verano. Me encontré queriendo descubrir todo sobre él.
Lo vi servirse un humeante café de otro de los termos y volvió a guardar todo. Dejó mi taza de té y se sentó enfrente de mí llevándose el café a los labios. Lo miré por encima de la taza cerrar sus ojos durante un instante saboreando el amargo líquido. Completamente tranquilo y relajado. Tan dulce...
Al abrir sus ojos impactaron con los míos como un rayo impactando con la tierra.
-Este fin de semana hay una fiesta, los chicos y yo estamos invitados y me preguntaba si Taehyung y tu tenéis algo que hacer y si os apetecería venir con nosotros. Jungkook estará encantado de volver a ver a tu amigo-comentó bajando la mirada hacia sus manos. Yo también las contemple y las repasé dándome cuenta de lo bonitas que eran. Cuando levanté la vista él estaba esperando una respuesta
-¿Y tu? ¿Te gustaría que vayamos a esa fiesta o lo haces realmente por el pequeño?-pregunté intentando obtener al menos una pequeña muestra de algo en el.
-Yo...si no quisiera que vinieseis no te estaría invitando-murmuró abriendo mucho los ojos. Punto para mi. Le había pillado por sorpresa
-Claro...Yoonie-murmuré melosamente haciendo referencia al mote que Jungkook había utilizado con él para que él me escuchase.
-No, si aún te despido hoy-gruñó. Me quedé en silencio un segundo y sin poder evitarlo estalle en carcajadas de las que él mismo no pudo evitar contagiarse.
-No me llames así o tendré que inventar un apodo cruel para ti-cuando paramos de reír.
-No te preocupes, no lo haré, solo intentaba picarte. No te ofendas pero no tienes pinta de ser la persona más paciente del mundo-comenté relajándome como si nada en el sofá en el que estaba sentado.
-¿No? Te aseguro que tengo una paciencia inquebrantable, sino dime tu como aguanto en un grupo de amigos como los míos-dijo con una sonrisa pilla en sus labios.
-Pues también es verdad, ahora tendrás que aguantar a dos más-sugerí dándole a entender mis intenciones de seguir pasando tiempo con ellos.
-Creo que puedo también con vosotros, además ya tengo quien se ocupe de tu amigo- -Así que solo tendré que ocuparme de ti- murmuró pasando por mi lado mientras lamía su labio inferior. Lo estaba haciendo a posta para provocarme y lo estaba consiguiendo. Me removí incómodo en mi asiento con el calor aumentando con fiereza en cada poro de mi piel
-¿Trabajamos?-preguntó con media sonrisa apoyándose sobre su escritorio. Trabajar. Trabajar con ese hombre iba a matarme.
Suspiré frustrado y me dirigí hacia donde el se encontraba. Me miró a los ojos durante un segundo y se levantó para rodear su escritorio y sentarse, no sin antes pasar por mi lado y rozar momentáneamente mi brazo con el suyo.
El resto de la semana pasó rápido y sin incidentes reseñables por mi parte, Yoongi tuvo que salir de viaje el martes así que no volvimos a vernos esos días y mi padre se hizo cargo de la empresa en su ausencia. Intercambiamos un par de mensajes acerca del lugar y el código de vestimenta de la fiesta del Sábado y le pregunté por su viaje un par de veces con la excusa de que mi padre iba a volvernos locos a todos, pero poco más. El jueves Jungkook hizo acto de presencia metiéndonos a Taehyung y a mi en un grupo de mensajería con los demás para que pudiésemos ponernos de acuerdo para llegar todos a la vez a la fiesta. Me sentí aceptado y recogido. Siempre habíamos sido Tae y yo contra el mundo y ahora teníamos a cinco personas más que nos aceptaban y querían pasar tiempo con nosotros.
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Hola a todos :)
De nuevo por aquí con un nuevo capitulo y me he dado cuenta de que estoy actualizando el día de los soulmates, así que bueno, feliz día a todas las almas gemelas por el mundo y obvio feliz día para la mía, unidas en la distancia por este amor tan grande que siento por ti.
Este capitulo es tuyo mi niña.
En fin, ya empieza aquí a haber salseo, me parece que estos dos se atraen un poco...no se que pensáis vosotros jajajaja.
Espero que os guste y nos leemos en el siguiente capitulo.
Por cierto, la foto que os dejo en multimedia, es que no se puede estar más guapo ;)
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