Capítulo 20

¡Capitulo  final! ¡Let's go!

Esas dos semanas fuera fueron el caos más grande de mi vida. El día que llegue a casa lo pasé encerrado a solas con mis pensamientos y después de contarles a mis padres algo parecido a lo que había pasado sin omitir mi ruptura con Yoongi pero sin terminar de contarles todos los detalles que no podía contar decidieron hacer de aquellos días unas vacaciones en familia para intentar evitar que pensase en nada que no fuese en recuperarme aunque solo fuese un poco. Cuando me desperté la mañana siguiente en mi cama de la infancia mi padre había desaparecido y cuando le pregunté a mi madre por el al bajar a desayunar me contesto con una sonrisa que estaba al teléfono terminando unas gestiones y que lo esperaríamos a desayunar.

Mientras desayunamos ese día me entere de que mi padre, el frio y estricto gerente Park había firmado sus propias vacaciones para pasarlas conmigo y mi madre. Así pues, puedo asegurar que aquellos días fueron increíbles y dedicados enteramente a mi familia. Volví a ser un niño y si, aunque en ningún momento deje de lado el dolor que se ceñía a mi cuerpo cada vez que pensaba en Yoongi y el dolor que le había causado, pude sonreirá. Me dediqué tiempo a mi mismo, jugué al tenis con mi padre que me dedico más sonrisas de las que había visto en la vida de su parte, cocine con mi madre y me enseño todos los secretos de su invernadero y pasamos tardes enteras viendo el atardecer los tres juntos desde la playa colindante a nuestra casa. Y cuando me di cuenta tenía que volver, eche la vista atrás y me asusto la velocidad con la que habían pasado los días y me di cuenta de que en esas dos semanas no me había dejado ni un día de llorar a escondidas por Yoongi, que no me había separado de la estrella polar de mi cuello y que la pulsera con su inicial seguía colgando de mi muñeca con un ligero color rojizo en sus esquinas por la exposición al agua del mar de Busan.

Unas horas después de mi llegada a Busan había recibido la llamada encolerizada de mi mejor amigo, primero me grito, luego me insulto y finalmente los dos acabamos llorando por teléfono cuando se dio cuenta de lo jodido que me encontraba si me había ido así. Jungkook me mensajeo, también los chicos y se que Yoongi intento por activa y por pasiva contactar conmigo. Sin embargo se dio por vencido o eso entendí en una de las tantas llamadas preocupadas de Taehyung.

Pregunté por él cada día hasta el séptimo día que no pude preguntar más por el dolor de las respuestas. Me contaron que apenas salía de la oficina y que se pasaba el día metido en su trabajo. Estaba confuso, taciturno y triste y preguntaba a Tae por mi a cada oportunidad que tenía. Nadie entendía nada y temí profundamente que el señor Min no fuese a cumplir su promesa pero cuando empezaron a pasar los días y las noticias que llegaban de Seúl eran tan normales y rutinarias comencé a relajarme y a trabajar en mi corazón roto en pedazos.

Ese ultimo atardecer con mis padres en la playa fue especialmente difícil. Yo no quería volver y se que ellos lo sabían pero tanto mi padre como yo teníamos que reincorporarnos a la empresa en dos días y poner en marcha mi siguiente movimiento para esa vez conseguir salir de allí  definitivamente y no poner en peligro el trato al que había llegado con Min Hyo. Su empresa y su hijo a cambio de la vida de todos mis amigos y de mi queridísimo Yoongi.

Mi madre hizo las maletas y se encabezonó en que volveríamos todos juntos a Seúl y se quedaría un tiempo para estar cerca de mi y de mi padre. No sabíamos entonces lo que nos deparaba la vida. Pero volvamos al día de mi regreso a Seúl.

Pasé casi las tres horas que duro el viaje hablando con ellos sobre trivialidades e intentando terminar un libro que había empezado en la playa pero me fue imposible concentrarme en nada que no fuese la vuelta a Seúl y todo lo que ello conllevaba. Cuando comencé a reconocer el paisaje cercano a la estación mi estomago se cerró por completo y tarde unos segundos en reaccionar. Divisé por la ventanilla del tren a Tae sentado en un banco del lugar con la cabeza ligeramente inclinada sobre el hombro de Jungkook que jugueteaba con los anillos de sus manos con una sonrisa. Fue la estampa más adorable de ver, pero también sentí un ligero pellizco de envidia en mi corazón. Golpeé con mi puño la ventana para alertarlos y cuando alzaron su mirada hacia el tren y me vieron fue como regresar al hogar. Los tres sonreímos y se levantaron para ir hacia la puerta de salida. Yo hice lo mismo, recogí mi mochila y me la eche al hombro mientras avisaba a mis padres de que habían venido a recogerme y que los vería en la puerta de salida para llevarlos a su casa.

Apenas puse el pie en el anden un par de brazos me rodearon con intensidad sin siquiera darme tiempo de reaccionar.

Tae se abrazó a mi cuello y yo lo abracé contra mi como si hubiesen pasado años desde que nos habíamos visto por ultima vez. Pronto sentí una mano en mi hombro y cuando levanté la cabeza me topé de pleno con la brillante sonrisa de Jungkook que me atrapo en un poderoso y reconfortante abrazo conjunto durante unos minutos.

-¿Como estas?-preguntaron preocupados hablando a la vez. Me reí por la coincidencia y me separé un poco de ellos para mirarlos a los ojos con sinceridad. Lo mucho que los había echado de menos no podía medirse con palabras.

-Ahora hablamos, venid, mis padres han venido conmigo-dije tirando de la mano de mi mejor amigo que a su vez agarró la de Jungkook. Haciendo una graciosa cadeneta atravesamos entre la gente que llegaba y esperaba y volví a encontrarme con mis padres en la puerta de salida.

-Taehyung cariño, cuantísimo tiempo sin verte-comentó mi madre con el mismo con el que siempre se dirigía a mi amigo cuando lo veía. Agarró su mano y le dio un pequeño apretón amistoso.

-Señora Park que alegría verla, señor Park bienvenido de nuevo-dijo mi amigo realizando un regia inclinación hacia ellos. Ambos sonrieron cordiales y mi padre para sorpresa de todos palmeó su espalda.

-Oh, ¿y este chico tan guapo de aquí quien es?-preguntó mi madre dirigiéndose a Jungkook.

-Perdón, él es Jeon Jungkook, es mi novio-señalo mi amigo. Jungkook repitió el gesto que había realizado Taehyung y se inclinó ligeramente ante mis padres.

-Encantado de conocerlos señores Park-dijo educadamente.

-Que encanto-murmuró mi madre con una sonrisa.

-¿Habéis venido en coche?- pregunte de improvisto hacia mis amigos.

-No, hemos venido en taxi como nos dijiste-aclaró Jungkook.

Estupendo porque tengo el coche en el parking, ¿dejamos a mis padres y me acompañáis a casa a dejar todo?-Pregunté. Ambos asintieron y todos nos dirigimos hacia el coche en una agradable conversación mientras Tae y yo peleábamos por llevar mi maleta.

Cuando nos montamos en el coche le cedí mi puesto a Jungkook que se ofreció a conducir por si estaba cansado del viaje y me acomodé en el asiento del copiloto de mi coche. Mi padre le indicó como llegar a la casa que siempre alquilaban cuando se quedaban durante una temporada en Seúl y cuando los dejamos allí se despidieron amablemente de mis amigos para después entrar sonrientes al jardín de la casa y perderse después por la puerta. Aquel gesto me caldeó el corazón y guarde sus sonrisas en mi memoria para siempre. 

Llegamos a a mi casa en una agradable conversación mientras les contaba todo lo que había hecho y como las cosas con mi padre habían sido extrañamente familiares pero cuando entramos en mi casa ambos se quedaron callados observándome dejar todas las cosas en mi habitación y en el salón. Por mi parte la casa se sintió más fría que de costumbre.

-Estáis muy callados, ¿contadme, que tal están todos?, ¿Qué tal todo por aquí?-pregunté después de dejar mi mochila al lado de la mesa baja del salón.

-Por aquí todo igual, apenas parece que hayan pasado dos semanas desde que te fuiste aunque te hemos echado mucho de menos, Hobi, Jin y Nam están deseando verte-dijo Tae con alegría.

-Y Yoon...-murmuró Jungkook. Su novio le dio un codazo en el estomago que lo hizo llevarse las manos al lugar golpeado ganándose una mirada reprobatoria.

-Escucha Kook, ¿podemos no hablar de él? Bastante tengo con volver mañana a la oficina y no saber como voy a enfrentarlo-pedí soltando un suspiro algo nervioso.

-Si, si...perdona es solo que has preguntado...-intentó excusarse él.

-No, perdona tu...es que aun duele...mucho-susurré yo.

-Porque aunque tu digas que no le sigues queriendo, pero no voy a reclamarte nada Jimin, tu también eres mi amigo y aunque no nos las cuentes, aunque te lo guardes todo para ti, se que tienes tus razones y que algún día hablaras con nosotros-dijo todo de carrerilla.

Lo miré con intensidad, ellos también estaba sufriendo por aquella situación y por un momento quise contarles todo, pero el miedo me pudo y pensar que podría pasarles algo a cualquiera de ellos si supiesen la verdad me destrozaba solo de pensarlo.

-Dadme un momento, iré a preparar unas palomitas y a por algo de beber, id eligiendo vosotros la película-dije intentando disculparme para salir de allí y tranquilizarme. Los dos se quedaron con una mueca frustrada en la cara y yo me dirigí hacia la cocina para hacer lo que había dicho.

Saqué tres botellines de cerveza del frigorífico y me dirigí hacia el salón para ofrecérselas pero comprobé como no me necesitaban para entretenerse solos. La escena me hizo sonreír.

Mi mejor amigo se encontraba sentado sobre las rodillas de Jungkook que se había estirado contra el respaldo del sofá cómodamente mientras tenia sus manos metidas bajo el jersey de mi amigo y se besaban como dos adolescentes sin darse un solo segundo de respiro.

-Vais a conseguir que vomite al final, queréis quitaros las manos de encima dos minutos? Al menos mientras estéis en mi sofá

Ellos se soltaron y se quedaron mirándome seriamente mientras yo dejaba los botellines de cerveza en la mesita. La situación era cuanto menos estúpida así que sin saber muy bien como, una carcajada arrancó desde mi estomago y rompió el silencio.

Tae y el maknae se unieron a mi y reímos durante minutos sin control. Más tarde vimos una película mientras los chicos volvían a besarse desesperadamente en mi sofá y yo maldecía por lo bajo cuando recibía un codazo o una patada de su parte.

Al finalizar Tae se había dormido y Jungkook me ayudó a recoger todo lo que habíamos sacado para después proceder a despertar a mi amigo y marcharse a su casa. Acaramelados salieron de mi casa y los vi marchar charlando animadamente de la mano por el camino hacia la carretera. Negue con la cabeza en mi infinita tristeza y me dispuse a cerrar la puerta, pero un pulcro zapato negro se interpuso en mi cometido.

Levante la mirada despacio recorriendo todo su cuerpo, ese cuerpo que reconocería en los infiernos y que tantas veces había trazado con mis manos. Me sentí atrapado cuando llegue a sus ojos oscuros, a su mirada seria y a su rostro pálido, tanto que no pude hacer otra cosa que murmurar su nombre.

-¿Que se supone que haces?-pregunté con el corazón latiendo más fuerte de lo que había latido en toda mi vida. -No deberías estar aquí-añadí.

-Hablar contigo-dijo como si fuese lo más obvio del mundo. Mi estomago se convirtió en un nido de mariposas otra vez, volví a sentir y mi corazón se caldeó al instante.

-Pasa, no te quedes ahí fuera-pedí haciéndome a un lado.

El pasó mientras yo cerraba lentamente la puerta y se quedó al borde del sofá así que lo invité con mi mano a que se sentase. Si soy totalmente sincero no se que me llevó a ello en ese momento. Me senté a su lado y lo contemplé sin decir ni una sola palabra. Lo había echado tanto de menos que tenerlo allí a mi lado se hacía extrañamente familiar.

-Necesitaba verte, necesitaba hablar contigo-explicó seriamente.

-Podías haber esperado perfectamente a mañana y haber hablado conmigo en la oficina-respondí yo con la primera excusa que se me paso por la cabeza.

-Quiero solucionar las cosas Jimin, no puedo vivir sin ti-declaró. Mi estabilidad y mi fachada dura se retemblaron con aquellas palabras amenazando con derrumbarse.

-Yoongi, no puedo, por favor...-supliqué. El negó frustrado y cerró los ojos con fuerza para después abrirlos y clavarlos en los míos con fuerza.

-¿No eras tu el que quería estar conmigo contra viento y marea?-preguntó con la voz un poco rota ante mi negativa.

-Si, y quiero, pero no puede ser, no depende de mi-aseguré.

-¿Es por los medios, por lo que dicen de nosotros?-volvió a preguntar.

-No...no es por eso, realmente eso me da igual, te lo dije Yoon, podría estar contigo a pesar de tener un ejercito siguiendo allá donde vaya, no es por eso-expliqué firmemente.

-Entonces ¿Es por mi padre verdad? Te ha dicho algo-comprendió por fin. El color se fue de mi cara y empecé a temblar. Había acertado de pleno.

-Déjalo Yoon no podemos estar juntos-dije intentando no llorar otra vez. Aparte mis manos de las suyas para que no notase el ligero temblor de mis manos, pero reaccione demasiado tarde y el lo impidió entrelazando nuestras manos aun más fuerte.

-Si...lo sabia...es por el verdad, ¿te ha dicho algo? Habla conmigo, cuéntame las cosas Jimin-pidió girándose un poco poco más hacia mi para encararme del todo. Yo suspiré cansado de todo aquello, cansado de la situación y cansado de pretender hacerle creer que quería alejarme de su lado.

-Te lo contaré todo, el día que tu y yo "peleamos" coincidió con que tu padre vino a buscar me y me encontró en la calle cuando estaba a punto de volver a buscarte para disculparme. Tuve una larga conversación con el, me amenazó, amenazo a Tae, amenazó a los demás y volvió a amenazarme con hacerte daño si no te dejaba y si no abandonaba la empresa. Me dio hasta el ultimo día de esa semana pero yo se que hasta que no te dejé realmente no me quitó el ojo de encima. Hay algo raro en el, dijo cosas que solo podría decir un perturbado y solo tuve una opción, ser un imbécil contigo y salir por patas pidiéndole ayuda a mi padre-expliqué lentamente haciéndole un pequeño resumen de todo lo que había pasado esos días. Pasó una mano por su pelo y se alborotó el cabello. Éramos un lio de suspiros frustrados y ganas de comernos a besos estaba seguro por la forma en la que nos mirábamos pero antes teníamos que resolver todo aquello y yo me sentí mucho más aliviado de compartir mi carga con él. De explicarle al menos porque me había comportado así. 

-Porque no me lo habías dicho antes, podríamos habernos evitado todo esto-protestó con una pequeña sonrisa. No comprendí porque pero Yoongi no estaba enfadado conmigo.

-Tengo muchísimo miedo Yoon, amenazó con cargarse a Tae y a los demás, dijo que no le temblaría el pulso aunque fueses su hijo-lo vi fruncir sus labios y seguido mirarme con tranquilidad como había estado haciendo todo el rato desde que había llegado.

-Escucha cariño, voy a ir a hablar con él vale, y luego voy a volver aquí y tu y yo vamos a solucionar todo esto y a contarle al mundo que estamos juntos, caiga quien caiga. No me importa nada, no me importa nadie si estoy contigo, ni siquiera mi padre va a poder separarnos, tu solo espérame aquí-pidió agarrando mis mejillas entre sus manos con una dulce caricia.

-Es peligroso, voy contigo-dije decidido. El negó con la cabeza y mantuvo en su rostro

-No, tienes que quedarte aquí, soy su hijo, no va a hacerme nada-intentó convencerme. Fruncí el ceño pero en mi mente el plan se trazó solo. Me quedé callado.

-¿Vas a esperarme?-preguntó esperanzado ante mi silencio. Sonreí por inercia. Aunque vinieran mil tsunamis, mil tornados o mil padres locos y nos separasen yo seguiría esperando y seguiría buscándole.

-Toda mi vida Yoon-prometí. Él sonrió ligeramente y acaricio mi s mejillas para luego dejar un pequeño beso en mi frente. Nos miramos por ultima vez y se dirigió a su coche.

Entré en casa corriendo y me puse unas zapatillas y una sudadera por encima de la ropa de estar en casa mientras comprobaba como Yoongi hablaba enfurecido por teléfono en el interior de su coche. Salí despacio para que no me viese y me oculte en el asiento del copiloto de mi coche hasta que escuché rugir el estruendoso motor del Maserati y sus ruedas deslizarse por el asfalto. Lo vi incorporarse al trafico y yo me moví hacia el asiento del piloto abrochándome el cinturón y acomodándome en el asiento.

Dos minutos después arranqué el motor de mi coche y salí detrás de él camuflándome entre el trafico. Conduje durante aproximadamente unos 15 minutos a escondidas hasta que vi el coche de Yoongi desviarse de las carreteras principales y meterse por unos caminos únicamente rodeados de campo. Apagué las luces y avancé poco a poco poniendo algo más de distancia entre nosotros para que no me descubriese y lo vi pararse al lado de una enorme nave agrícola rodeada de balas de heno. Salió firme y se perdió dentro así que tanteando un poco el lugar aparqué el coche justo detrás de la nave medio escondido entre unos arboles.

Dejé pasar unos minutos y vi salir un grupo de gente con atuendos oscuros y rostros serios. Escudriñe entre ellos pero Yoongi no estaba allí así que sin pensarlo dos veces me agazapé lo mas que pude para no ser visto.

-Eso se va a poner tenso-dijo una chica alta y morena cuando pasó por al lado de mi coche sin siquiera reparar en mi presencia.

Salí de mi escondite y apreté con fuerza el móvil entre mis manos para desbloquearlo y abrir el chat con Tae. Teclee rápidamente una frase y después de mandarle adjunté mi ubicación en tiempo real. "Reúnelos a todos y llamad a la policía" contemple como el mensaje era recibido y me deshice del aparato echándolo hacia el asiento de atrás mientras me aseguraba de que ya no quedaba nadie en los alrededores y poder salir del coche sin ser visto. Eche un vistazo alrededor de la nave y encontré una pequeña puerta metálica entreabierta así que me colé sin hacer ruido y avancé por los pasillos escondiéndome de cada sombra o cada voz que pudiese encontrarme y delatar mi presencia.

De pronto el silencio se vio interrumpido por una voz conocida y un sonido metálico en el suelo que me puso los pelos de punta.

Inseguro y a paso ligero me dirigí hacia donde creía haber escuchado la voz. -¿Yoongi? ¿Estas aquí?-susurré atravesando un oscuro pasillo hacia una sala al final del lugar que parecía tener una tenue luz. La imagen que vi me dejó helado en el sitio. Se trataba de una amplia sala iluminada apenas por un par de bombillas, con el suelo de cemento y las paredes de ladrillo. Justo en el centro Min Hyo se alzaba en todo su esplendor delante de su hijo apuntando con un arma directamente hacia él. Pude haberme escondido, haber llamado a alguien, pero lo único que hice fue avanzar hacia delante, delatándome y saliendo de las sombras para encarar la situación.

-No Jimin, no joder-maldijo Yoongi mirándome sin dar ni un segundo la espalda a su padre.

-Jimin querido, que sorpresa...ahora ya estamos todos, encantado de volver a verte-proclamó con cinismo Min Hyo.

-¿Usted?-murmuré. -Usted es la pieza que faltaba, ¡el artífice de todo! Maldita sea, ahora todo encaja...lo sabía, joder-maldije señalándolo. El hombre puso una ligera mueca de sorpresa en su cara que retiro dejando paso a su frio rostro de siempre.

-Vaya, veo que tu chico es hábil con los acertijos, no me sorprende, siempre con tu debilidad por los chicos inteligentes-replicó él hacia su hijo que seguía sin moverse. Contemplé un poco de reojo el lugar y descubrí el arma de Yoongi un poco más allá alejada de nosotros. Entonces lo comprendí todo. Estaba desarmado y con un puto loco apuntándole a la cabeza directamente.

Me quedé estático y llevé mi mano a la hebilla de mi pantalón donde estaba mi Glock-No se te ocurra hacerlo-gruño cargando el arma hacia Yoongi. Temblé por dentro del miedo pero me impedí mostrarle nada que no fuese la más absoluta calma. -Suelta eso chico o disparo a tu querido novio-maldije por lo bajo asustado y levanté mis manos. Sentí el peso de la pistola en la cintura de mi pantalón e intenté pensar lo más rápido posible una manera de atacar.

-Ahora chaval, saca tu arma y deslízala por el suelo bien lejos-ordenó.

-Jimin no se te ocurra desarmarte, es una orden-gritó Yoongi histérico. Lo miré confuso.

-¡Es su hijo! ¡Como puede hacerle esto!-dije ignorándolo por completo

-¡He tolerado suficiente de este muchacho!¡El no es nada para mi, ahora hazlo o le vuelo la cabeza!-espetó con asco. Levanté las manos, Yoongi se encontraba a unos pocos metros del cañón del arma, así que lentamente saqué la pistola que dejé en el suelo con delicadeza y el seguro puesto. Con rabia la pateé lejos quedándome totalmente desarmado.

-Ahora ambos vais a quedaros calladitos y vais a escucharme, os contaré la historia de como una asquerosa relación pone en peligro la tapadera de crimen organizado más grande de este país, mi empresa y mi mafia, habéis estado a punto de destruirlo todo con vuestras imprudencias, jugando a los criminales contra algo más grande que vosotros, contra alguien más sabio...yo-dijo en un siseo. Mi mente comenzó a trabajar a toda velocidad -Os di una oportunidad y la habéis desperdiciado, te lo ofrecí todo Jimin y aún así no has podido evitar joderlo todo. Recuerdas al señor Choi, tan interesado en ti, ordenes mías, aunque al viejo lo tenías fascinado ya con esa carita de ángel. Y recordáis a Lee Sonwu, tan interesado en acabar con vuestro querido Jungkook...adivinad...ordenes mías-explicó sin dejar de sonreír presuntuosamente.

-En cuanto a ti Yoongi, he estado obligado a tolerarte desde el momento en que la mejor amiga de mi mujer nos dejó a cargo de su hijo tras su muerte. Tuve que darte mi apellido y dedicarte mi vida para que fueses como yo...pero ya no más...ya no más-Me quedé estático por sus palabras y con la respiración agitada busque la mirada de Yoongi que apretaba sus puños a los costados de su cuerpo.

-Eres un mentiroso-masculló Yoongi con incredulidad.

-Y tu eres un bastardo querido hijo, tu madre murió poco después de tu nacimiento y tu padre era un cerdo adicto a la heroína que murió incluso antes de que tu nacieras. Tu estúpida madre insistió en quedarse contigo y jugar a la familia feliz y cuando tu hermano Yeoon se marchó deshonrando a la familia fuiste la única esperanza de mantener la empresa a flote, te entrené para que fueses el sucesor perfecto, pero no, me equivoque, no eres como yo, tu tonto, blando y sensible corazón lo arriesga todo por amor, te enamoras de un hombre y mi imperio peligra por los rumores y por la deshonra del hijo pequeño de Min Hyo. No vas a echarlo todo a perder Yoongi, no lo mereces como no mereces mi apellido y si vosotros no queréis quitaros de en medio entonces...os quito yo-alegó impasible alzando la voz.

Contemple al hombre, frio y pétreo ante la situación y mi corazón se paró cuando levantó el arma apuntando a mi Yoongi. -Por favor-susurré a punto de sufrir un paro cardiaco.

-Tienes razón, no soy como tú, jamás pondría en peligro a las personas a las que quiero por una estúpida empresa-alegó Yoongi contraatacando al señor Min. Solo se quedó ahí parado delante del que había sido su padre que sujetaba con fuerza un arma en su mano. Maldije por lo bajo, bloqueado sin saber que hacer.

-Yoons no-grité adelantándome un par de pasos. Me detuve cuando el hombre levantó la pistola hacia él y maldije por no tener cerca la mía. Min Yoongi se volvió hacia mí con la cara un poco contraída por la situación.

-Me hubiese encantado tener más tiempo para nosotros ángel-dijo con tristeza.

-¿Que? No, no hagas eso, no se te ocurra despedirte de mi-ordené yo en voz baja para que solo él me escuchase.

-Eres el orgullo de mi vida Jimin, mi primavera, mi estrella polar, te amo y te amaré en las demás vidas, te doy las gracias por aparecer en mi vida, por estar conmigo y enseñarme todo lo que me has enseñado pero ahora necesito que te vayas y vivas, esto es cosa mía y sabes como acaba, no podemos salir de aquí los tres...-comenzó a decir. Mi estomago se revolvió y tuve nauseas con aquella declaración tan perfecta en un momento tan cruel. Entendí aquello como la propia rebelión de Yoongi hacia el señor Min, como la muestra de que hiciese lo que hiciese nosotros jamás dejaremos de amarnos.

-Hazle caso, es tu única oportunidad-dijo el hombre cínicamente con una mueca de asco.

-No, tu me prometiste...-grité desesperado mirando hacia todos lados mientras intentaba desarrollar un plan que me sacase de allí con Yoongi aunque tuviese que llevarme por delante a cualquiera. -Si lo mata a ojos del mundo él será un mártir asesinado por su propio padre y usted no saldrá vivo de aquí-Gruñí demasiado enfadado y asustado para mantener la calma.

-Creo que no lo entiendes chico, si lo mato tu me atacarás, he visto como os miráis, se lo que hay entre vosotros y no soportarías el dolor de perderlo, así pues tu quedarás como el agresor; Si te disparo a ti primero él me matará aunque sea con sus propias manos y el será el asesino. De todas maneras yo gano y os alejo de mi empresa tan rápido como me alejasteis vosotros a mi de ella-atacó él. Maldito desgraciado. Quise gritar chillar y patalear con el corazón latiéndome a mil por hora.

-¡Estás loco! No dejaré que le hagas daño, te mataré y alegaré que fue en defensa propia y si me matas él lo hará igual, el desenlace es el mismo de todas las maneras así que baja el arma Min Hyo y déjanos marchar ahora mismo-dije gritando para intentar desviar su atención de Yoongi y centrarla en mi, pero fue imposible. Se mantuvo estático.

-Vais a morir aquí los dos Park Jimin y después iré a llorarle a tu padre diciéndole que no pude salvarte. Terminará de odiarte cuando se de cuenta de hasta donde estabas metido en la banda de mi hijo, deshonraras a tu familia por todos lados y yo retomaré lo que es mío. Un crimen de amor es la historia perfecta. Y para terminar el resto de vuestra jodida banda clamara venganza y todos terminarán hasta sus últimos días en la cárcel, el final de vuestras tonterías infantiles está aquí-volvió a decir alzando poco a poco la voz. Escuchamos un par de zapatos en el eco del lugar y una silueta demasiado familiar para mi apareció por el mismo pasillo por el que yo había entrado.

-Te equivocas Min Hyo, vas a bajar esa pistola ahora mismo y vas a dejar a los chicos en paz, las cosas pueden solucionarse de otra manera-exclamó con voz pasiva la persona que acababa de ingresar en el lugar

-Papá...no-aullé yo asustado.

-Jimin, marchaos, yo solucionaré esto-pidió volviéndose lentamente hacia mi. Apretó mi hombro una vez y se colocó un par de pasos por delante de mi.

-¡Míralos Park! Tu hijo con otro hombre, es asqueroso-dijo con asco. Se me revolvió el estomago una vez más y mi padre me miró de reojo con rostro impasible.

-Se han enamorado, que tiene de malo eso, Hyo...deja a los chicos tranquilos, que más te da lo que digan de ellos, el amor es asi, no entiende de géneros ni de nada-dijo mi padre con calma.

-Un día tu también te enamoraste de tu mujer como yo me enamoré de la madre de Jimin.

-Es antinatural y pone en peligro mi empresa-replicó con fingido disgusto en su voz.

-Tu mafia querrás decir-interrogó mi padre deleitándose por un momento en la cara de sorpresa del señor Min.

-¿Lo sabes? ¿Sabes también a que se dedica tu hijo?-respondió él a la provocación de mi padre.

-Es mi hijo Hyo, el único que tengo, se todo lo que pasa en la vida de Jimin aunque el no me lo cuente y se lo valiente que es, esta aquí defendiendo sus ideales mientras apuntas con un arma a la cabeza del hombre del que está enamorado-comentó como si nada sorprendiéndome. Sorprendiéndonos a todos.

-Es asqueroso-volvió a repetir.

-Solo es amor, Hyo-rectificó mi padre.

Con miedo y pasos pequeños me acerqué a Yoongi y le agarré con fuerza la mano para retirarlo de la trayectoria del cañón del arma. El señor Min miró nuestro gesto y eso lo enfureció aún más así que en menos de un segundo tenía la pistola apuntando a mi corazón.

-Sinvergüenza-siseó hacia mi.

Cerré los ojos preparado para morir y todo lo que vino después fue demasiado rápido, la sangre manchó mi ropa incluso antes de sentir el impacto de la bala y el dolor que nunca llegó. Respiré acelerado y cuando abrí los ojos un gruñido gutural se abrió paso desde el fondo de mis entrañas. A lo lejos Yoongi forcejeaba con el hombre que había sido su padre durante años intentando quitarle el arma y en el suelo delante de mi yacía el cuerpo ensangrentado del hombre que me había dado la vida. Aullé de dolor y me desgañité gritando en vano el nombre de mi padre mientras me agachaba para acunarlo con los ojos nublados por las lagrimas intentando en vano tapar el agujero de bala sin salida directo a su corazón.

-Papá, espera por favor-pedí juntando mi frente con la suya.

-Jimin...yo...yo...lo siento hijo-murmuró ignorando el hilo de sangre que comenzaba a salir por sus labios. Lo abracé aún más fuerte.

-No hables, guarda fuerzas-supliqué rezando por que alguien hubiese oído el disparo y alertase a los servicios de emergencia.

-Jimin...Siento haber sido tan duro contigo pero tenía que serlo para que te convirtieras en quien eres, gracias por ser mi hijo, mi niño...-volvió a decir. Tuvo que parar a mitad de la frase porque se ahogaba y sus segundos se acababan. Yo lo sabía pero en ese momento me agarraba a un milagro que no iba a suceder.

-No digas eso, me has llevado a lo que más quiero en el mundo, padre, me has aceptado como soy, no te disculpes, mírame vale, no dejes de mirarme-grité dando pequeños golpecitos en su rostro. Él esbozó algo parecido a una sonrisa y suspiro por ultima vez. Supe el momento exacto en que se fue y sentía la rabia subir por todo mi cuerpo. Grité con todas mis fuerzas agarré su cuerpo y me empapé en su sangre con las lagrimas surcando ansiosas mis mejillas. Oí a Yoongi gritar mi nombre y lo sentí forcejear detrás de mi para acercarse a mi lado. Apreté los puños con fuerza y aun con la cabeza de mi padre apoyada en mi regazo me di la vuelta para enfrentar al hombre.

-Min Hyo-dije con voz clara. -Vas a morir aquí hoy-sentencié desde el suelo.

-Márchate Jimin es una puta orden-gritó Yoongi sobresaltado volviendo a ser retenido y apuntado directamente con el arma.

-Es mi padre, no pienso moverme de aquí y me da igual las ordenes que me des, ya no obedezco más-contraataque yo.

-No puedes hacer nada por el, es una gran perdida pero eligió mal-se burló el asesino de mi padre con una cínica sonrisa. Eso hizo hervir aun más mi sangre y chillé rasgando el aire con mi voz.

-Era tu amigo maldita sea, te sirvió durante años fielmente ayudándote a construir lo que tanto amas y ahora lo has matados a sangre fría. ¿Qué no puedo hacer nada? eso lo dices tú-grité empuñando la ligera pistola que mi padre llevaba escondida en su chaqueta mientras el cuerpo ensangrentado manchaba mis manos.

-Jimin por favor, no me hagas esto, no te manches las manos-suplicó Yoongi casi pataleando. Yo inspiré con calma, más frio de lo que había estado en mi vida.

-No va sobre ti cariño, me ha arrebatado a mi padre, no dejaré que me arrebate también al hombre al que amo, eso tenlo claro, no voy a dejarte otra vez sin luchar, no voy a dejar que este loco nos separe otra vez-dije sin soltar el cuerpo de mi padre.

-Joder-masculló forcejeando para intentar soltarse.

Enfoqué la vista en el objetivo y cargué la pistola con una mano como me había enseñado tantas veces. Por mi mente pasaron miles de imágenes pero la sonrisa enamorada de mi padre cuando miraba a mi madre me desquició por completo -Suéltalo o no fallaré-grité con la voz endurecida por la adrenalina.

-Vais a morir aquí chico, es mejor que te rindas ahora y te mate a ti primero antes de que lo veas morir a el-volvió a decir Min Hyo con su voz prepotente.

-Y una mierda-mascullé. Su cínica sonrisa se hizo más grande con mi contestación.

-Como quieras-protestó antes de volver a poner el cañón del arma en la sien de Yoongi. Era entonces o no sería nunca así que apuntando a mi objetivo respiré un segundo eterno y desviando el arma un poco hacia abajo apreté el gatillo atinando de pleno en la rodilla del hombre que se dobló de dolor sobre si mismo y liberó a mi chico que me miró durante el segundo más eterno de nuestras vidas. Después todo pasó muy rápido, me levanté a la velocidad de la luz y atrapé el arma que había salido despedida y que había rodado hacia mi cuando el hombre la había soltado. Grité el nombre de Yoongi que se volvió y la atrapó al vuelo cuando la lancé. Inmediatamente había inmovilizado al hombre que había sido su padre durante tantos años que sangraba abundantemente donde la bala había hecho impacto y yo había vuelto a mi lugar para proteger lo que aun quedaba de mi padre.

Solté con delicadeza su cuerpo que reposaba inerte sobre mi regazo para acercarme con rabía al hombre dando traspiés y le apunté directamente a la cabeza mientras me miraba altivo.

-Estás jodido-gruñí casi fuera de mi. Si alguien me hubiese visto en aquellos momentos hubiese pensado que estaba fuera de mis cabales ya que estaba totalmente ido por la mezcla de sentimientos. La ira y la rabia se habían apoderado de mi.

-Eh eh espera Jimin, espera por favor, no lo mates...no merece la pena que tengas que pagar por él, déjalo que se pudra en la cárcel-pidió Yoongi poniendo la mano en mi hombro para frenarme.

-Mi padre...yo...-dije tartamudeando palabras sin sentido.

-Ángel...matarlo no lo traerá de vuelta y solo conseguirás tener más problema, piensa en Tae, piensa en los chicos, en tu madre, te necesita más que nunca...piensa en mi Jimin, ¿Qué hago yo sin ti?-dijo el de carrerilla como una suplica. Apenas pude pensar en lo que me decía ya que la idea de apretar el gatillo me apretaba el cerebro a cada segundo que pasaba.

-Amenazó con matar a Taehyung, ha amenazado con matar a Yoongi, con denunciar a Jungkook, me obligó a hacerle daño a su hijo porque sus ideas huelen a cerrado, ha matado a mi padre y quiere que le deje vivir? Ya ha demostrado que usted no iba a darnos ese placer mientras viviese y creo sinceramente que ha llegado el momento de que abandone este mundo señor Min-volví a amenazar pegando más el arma a su cabeza.

-Cariño, mírame, por favor-pidió Yoongi desesperado.

-Yoon-supliqué casi en un sollozo sin mirarle. Estaba a punto de romperme.

-Lo se, lo se y lo comprendo pero hazlo por todos nosotros, no puedo dejar que te conviertas en lo que no eres por culpa de este hombre-explicó intentando razonar conmigo.

-No te mato por respeto a Yoongi, porque sino ahora mismo tendrías una bala entre tus ojos-siseé dándome la vuelta con una mirada de asco en mi rostro. Sin ningún remordimiento me volví hacia él y lance mi pierna hacia la herida de su rodilla y el hombre aulló de dolor. Las sirenas y las luces de los coches de policía comenzaron a oírse a lo lejos y a reflejarse en los cristales de la nave.

-Yoongi, viene la policía, le mandé a Tae la ubicación antes de entrar aquí-intenté explicar.

-Déjame a mi, nos sacaré de esta-dijo firmemente.

Solo asentí y me agaché de nuevo al lado del cuerpo de mi padre que yacía inmóvil en el suelo sin respiración, sin latido...sin vida. Pensé en mi madre, se iba a morir de pena, y pensé en todas las discusiones y los gritos con el hombre que ahora yacía inerte entre mis brazos.

Todo pasó a la velocidad de la luz, un montón de policía entrando armada hasta los diente dirigiéndose a Yoongi que seguía inmovilizando a su padre y otro tanto hacia mi. Entonces el subidón de adrenalina bajo de golpe y comencé a llorar como un niño asustado, sin poder parar, ahogándome con mis propias lagrimas, desgarrando el espeso aire de la nave con mi dolor...

Varios agentes intentaron acercarse pero me revolví contra todos que se quedaron allí trabajando y contemplando la escena mas dolorosa de mi vida. Tan pronto como lo dejaron marchar Yoongi se acercó despacio hacia mi.

-Cariño vamos-dijo susurrando en mi oído mientras se agachaba a mi lado y pasaba su brazo protectoramente por mis hombros. Lo aparté bruscamente y volví a derrumbarme sobre el cuerpo. Limpié mis lagrimas con el dorso de mi mano pasé una vez más los nudillos por la mejilla ensangrentada de mi padre. Había dado su vida por salvar la mía y jamás volvería a verlo para poder darle las gracias.

Tuve que retirarme cuando el equipo de emergencias llegó a nuestro lado y comprobó lo que yo ya había comenzado a asimilar.

Yoongi me acogió entre sus brazos y me abrazó tan fuerte que tuve miedo a desmontarme allí mismo. Sentí su mejilla mojada y su respiración acelerada contra mi cuello. Cuando una amable y comprensiva enfermera se paro a ayudarnos nos explicó que debíamos ser examinados para asegurarse de que todo estaba correcto con nosotros nos obligó a acompañarla hacia el exterior.

Me sorprendí enormemente de ver la cantidad de gente reunida allí al otro lado del cordón policial, la cantidad de prensa y la cantidad de coches de policía y ambulancias cubriendo la zona. Pero Yoongi y yo nos miramos un momento a los ojos y comprendimos que ambos buscábamos a las mismas personas.

Los vi a lo lejos con caras de absoluta preocupación buscándonos por todos lados. Nos quedamos quietos allí en medio de la entrada y mis ojos hicieron contacto con los de Taehyung que se quedó quieto un momento y cuando asimiló que me encontraba allí de pie sano y salvo, atravesó por debajo la cinta policial y evitó a los agentes que intentaron retenerlo para correr hacia mi como un loco gritando nuestros nombres.

Se lanzó contra mi y gimoteó en mi cuello lo preocupado que estaba. Nos mantuvimos así durante unos minutos con las lagrimas a punto de rebosar de nuestros ojos hasta que se separó de mi y se volvió hacia Yoongi.

-Yoongi...yo...-murmuró Tae intentando expresar su felicidad por verlo allí de una pieza.

Sin esperárnoslo ninguno, mi chico lanzo su brazo alrededor de los hombros de mi amigo y nos unió en un abrazo a los tres. Pronto nos vimos cubiertos por otro montón de pares de brazos que nos abrazaban entre sí y me sentí tan querido que no pude evitar llorar como un niño allí en medio de todos. El miedo, la angustia, la pena, la ira...todo me pasó factura en ese momento y si no hubiese sido por las seis persona que me tenían en aquel abrazo casi seguro me hubiesen fallado las piernas y me hubiese caído al suelo.

-¿Que ha pasado? Hemos oído disparos, pensábamos que os había pasado algo-chilló Hobi pasando las manos por nuestras caras llenas de sangre.

-Jimin acaba de salvarme la vida-aseguró Yoongi apretando un poco mas contra él

Mire hacia atrás y vi al equipo medico correr con una camilla hacia dentro. -Mi padre nos ha salvado la vida-balbuceé solamente. Todos miraron hacia allí y se quedaron en silencio.

-Joder Jimin, lo siento-dijo Nam atrayéndome hacia su cuerpo y abrazándome para ahogar una vez más mis lagrimas.

Escuché a Tae ahogar un grito y resguardarse en el cuello de Jungkook sollozando por la noticia. El chico también se llevó una mano a la boca impresionado.

-Saltó todas las restricciones gritando que su hijo estaba ahí-explicó Jin en bajito metiendo las manos en sus bolsillos.

-Lo vimos, entró sin miedo y nos salvó la vida a los dos, mi padre...el señor Min estaba apuntándome a la cabeza y si no llega a ser por él que se metió entre medio de la bala Jimin no lo hubiese contado-intentó explicar Yoongi con un ligero temblor en su voz. Miré un poco más allá absorto en mis pensamientos cuando vi un coche llegar a lo lejos mientras ellos hablaban y supe lo que se venia. Mi madre salió del coche con los ojos hinchados por el llanto y me dirigí hacia ella con paso trémulo y pausado midiendo mis pasos.

-Jimin cariño-gritó cuando me vio. Los agentes levantaron el cordón que habían instalado alrededor de la nave y la ayudaron a pasar. Deprisa se abrazó a mi fuerte como si fuese a esfumarme.

-Cariño...¿has visto a tu padre? Salió corriendo de casa hacia aquí y...-empezó a explicar, pero se paró en seco cuando no pude retener el llanto y las lagrimas comenzaron a deslizarse de nuevo por mis mejillas.

-Mamá...papá...él...me salvo la vida pero...-intenté explicarle pero me paré en seco cuando vi salir la camilla de dentro de la nave con un bulto cubierto que no tenía antes encima. Mi madre también miró en esa dirección y la sentí temblar entre mis brazos.

-¡No!-gritó. La abracé pero se escabulló entre mis brazos hacia allí llorando como una magdalena y cuando llegó se lanzó sobre el cuerpo de mi padre convulsionando a lagrima viva. Para mi sorpresa Yoongi se acercó corriendo y la abrazó apartándola del cuerpo mientras gritaba y lloraba.

Se abrazó a él que la acompañó mientras se deslizaba hacia el suelo porque la pena la consumía y no la dejaba quedarse en pie. Me reuní con ellos y los tres nos quedamos estáticos en el suelo sin poder parar de llorar.

Es lo ultimo que recuerdo de esa noche hasta unas horas después, con mi madre sentada en la ambulancia que nos había atendido esperando al efecto de los tranquilizantes. La mayor parte de la gente se había esfumado pero nosotros seguíamos allí declarando por turnos y cuidándonos los unos a los otros por temor a que alguien más se nos fuese a ir de las manos.

-Yoon...-empecé a decir. El se sentó a mi lado y acarició mis mejillas con sus manos para después acercarse a mi boca y devorar mis labios. Compartimos el beso más significativo e intenso que habíamos compartido hasta el momento, sin prisa y sin miedos. Cuando nos separamos nuestros ojos brillaban en los del otro.

-¿Y eso?-murmuré con una pizca de timidez por estar delante de todo el mundo.

-Me has salvado la vida Jimin-dijo simplemente sin parar de acariciar mi pelo y mis manos.

-Tu me salvaste a mi el día que te conocí, era lo menos que podía hacer por ti-sentencié sacando las palabras desde lo más hondo de mi corazón.

Pasamos largo rato esperando a que nos dijeran que podíamos marcharnos, así que bien entrada la madrugada acompañamos a mi madre a mi coche para llevarla a mi casa a descansar.

-¿Y ahora? Supongo que me has perdonado aunque sea un poco-murmuré entrelazando nuestras manos después de cerrar la puerta del asiento trasero. Sonrió apenado y afianzó el agarre.

-Ahora tu y yo vamos a salir de aquí y a vivir la vida que merecemos juntos, vete haciendo las maletas, mi cama ha estado demasiado vacía sin ti últimamente-bromeó acariciando con cariño mi mentón. Vimos a Tae meterse en el asiento del piloto de mi coche. Abracé a Yoongi como por inercia.

-Lo siento Yoonie, lo siento tantísimo, intenté que nadie saliese perjudicado, era lo único que quería-intenté explicarme pero el me acalló con un pequeño beso.

-No tengo nada que perdonarte, más bien eres tu quien debería perdonarme a mi por no haberme dado cuenta a tiempo de lo que pasaba-añadió él.

-Ahora mismo no me importa otra cosa que vivir una larga y feliz vida contigo Yoongi, no me importa nada más-declaré con una tímida sonrisilla.

-¿Es eso una propuesta señor gerente?-dijo él. Me sobresalté por el titulo que acababa de usar conmigo. Habría tiempo de discutir sobre eso pero no terminaba de disgustarme así que sonreí conciliador y pase una mano por su frente para retirar los mechones de su pelo ensangrentados por sus heridas.

-Es una orden director Min-siseé apretándolo con fuerza contra mi.

Quizás ya nada volviese a ser como antes, pero se sentía como un nuevo y apropiado comienzo.

---------------------------------------------------------------------------------------------------------

¡Y FIN!

Bueno, ya estamos aquí, llego el final de Bullets, aunque aun queda el epilogo y un pequeño Spin off, pero es que no siquiera se como empezar esta nota. 

Comencé Bullets en el confinamiento duro de la pandemia en España cuando no podíamos salir de casa y me armé de valor para subirla y publicarla. Mi primera historia de BTS y mi primera novela sobre dos chicos.

Espero que os haya gustado y llegados a este punto donde solo nos falta de leer el epílogo solo me queda agradeceros el haberme acompañado hasta aquí.

Nos leemos en el epilogo.


Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top