Capítulo 15
Esa noche tuve que dejarlo ir a regañadientes aunque tardamos casi media hora para despedirnos. No voy a negar que me hubiese encantado que se quedase durante toda la noche pero aún así prometió que nos veríamos al día siguiente. Y entre besos, sonrisas y más besos se marchó casi a la una de la madrugada.
Cuando cerré la puerta tras verle marchar salté como un idiota, reí y baile todo seguido por la casa con una sonrisa muy tonta en la cara que nadie hubiese podido borrar. Me sentía como un niño a quien le habían pedido salir, como un adolescente con las hormonas revolucionadas por el chico más guapo.
Antes de meterme a la cama revisé mis mensajes y pasé por alto la cantidad de mensajes que tenía de Tae siendo un cotilla. Lo que no pasé por alto fue la conversación con Yoongi y la nueva foto de perfil que se había puesto. Parecía mucho más joven y sonreía con su bonita sonrisa frente a un piano.
Después de aquella pequeña conversación casi no recuerdo haberme dormido pero el cansancio y las emociones me vencieron y terminé por dormirme con el móvil en la mano.
Al día siguiente, tuve que buscarlo entre las sabanas cuando empezó a sonar sin descanso. Comprobé la hora en el reloj de mi mesilla y cuando vi la pantalla maldije entre dientes antes de contestar.
-Que quieres Tae...son las siete de la mañana-pregunté con la voz ronca y los ojos entrecerrados recostándome de nuevo en la cama.
-¿Como que que quiero? ¿y mi mensaje?-preguntó indignado. Elevé las cejas en un gesto de incredulidad.
-Voy a colgarte, estoy cansado y no te soporto-contesté demasiado dormido todavía como para reunir un argumento convincente para que me dejase dormir un poco más.
-Si me cuelgas voy a tu casa a sacarte de la cama o a saltarte encima, tu decides-sentenció. Lo escuché reír por detrás e intuí que se encontraba con Jungkook.
-No se que quieres que te cuente-suspiré con frustración queriendo dormir.
-Ash Jimin, pues que pasó ayer con Yoongi-contestó el como si fuese lo más obvio del mundo.
Sonreí recordando la tarde que habíamos pasado, los besos, las promesas y me preparé a mentir como un descarado. -Es que no pasó nada-mentí intentando no reírme.
-¿En serio?-preguntó incrédulo. Apreté los parpados e intenté no reír poniéndome la mano en la boca y por un segundo me quede quieto imaginando la cara que iba a poner mi amigo cuando se enterase de la verdad.
Y tan en serio, hablamos mucho, de nuestras vidas, del trabajo, pero se tuvo que ir pronto y quedamos de vernos otro día-expliqué inventando sobre la marcha.
-Pero hijos, a que estáis esperando, vamos a morirnos todos antes de que por fin os lieis-chilló.
-Ay Tae, déjame, vamos tranquilos, no hay prisa-me quejé apretando los labios para no reírme. Me iba a costar una barbaridad ocultárselo a él, pero todo fuese por ver sus caras cuando se enterasen.
-¿Tranquilos? ¡Vais como dos ancianos!-chilló mi amigo entre risas al otro lado del teléfono. Me reí un poco por su comentario y luego la línea se quedó en silencio.
-¿Querías algo más?-pregunté bostezando.
-Nada Minnie, te dejo que vuelvas a dormir-contestó.
-Tae, nos vemos mañana en el trabajo-dije recordando mi inminente reincorporación.
-Claro amigo, ya te estábamos echando de menos en la oficina-dijo él. Luego ambos colgamos a la vez como siempre solíamos hacer.
Volví a recostarme en la cama y el sueño me atrapó de nuevo con una sonrisa imborrable en la cara pero un rato más tarde otro sonido del infierno volvió a sacarme de mi sueño. Pateé las sabanas y la colcha y me dirigí torpemente con los ojos entrecerrados a la puerta donde el timbre no paraba de sonar. Agarré con rabia la puerta y la zarandeó hasta que se abrió.
Mi corazón dio un vuelco cuando abrí la puerta y contemplé a Yoongi bajo el marco. Llevaba una americana de cuadros y una camiseta negra por debajo con unos pantalones vaqueros claros con rotos en las rodillas. Había vuelto a dejar su abrigo en el coche y traía una enorme sonrisa en su rostro.
-¿Estabas durmiendo?-preguntó observándome de arriba abajo. No quise ni mirarme al espejo para no saber el aspecto que tenía.
-No, no, estaba por ducharme, ¿Qué haces aquí?-pregunté haciéndome a un lado para que pasase. Cuando cerré la puerta se volvió para colocar una de sus manos en mi cintura y atraerme hacia el para besarme con dulzura. Posé mis brazos en sus hombros y perdí mis manos entre su pelo entregándome a aquel beso como si no nos hubiésemos visto unas horas antes.
-No podía esperar a verte y te prometí una cita, esta tarde tengo que ponerme con los preparativos del viaje a Tokyo, pero esta mañana soy todo tuyo, así que venga vístete que nos vamos-ordenó todo de carrerilla cuando me dejó salir de entre sus brazos.
-¿Pero que os pasa hoy a todos, porque estáis tan activos?-pregunté apoyándome dramáticamente en la pared. Él alzó una ceja y giro un poco la cabeza.
-Tae, me ha llamado a las siete de la mañana y me ha hecho un interrogatorio que ya lo quisiera la policía, me ha gritado y a amenazado con venir a sacarme de la cama si le colgaba-expliqué.
-Yo...quería llevarte a desayunar a un sitio nuevo y luego salir a pasear un rato si te apetece-aclaró el.
Se sentó en el sofá como siempre hacía con esa elegancia característica y simplemente mis manos se movieron solas hacia sus hombros y pasaron por su cuello. Me derretí de amor cuando giró su rostro y besó el dorso de mi mano al contacto con su cara así que me agaché un poco para dejar un beso en su mejilla. Lo escuché ronronear como un gatito y sonreí cuando me alejé. Se me hacía raro todo aquello de las muestras de cariño con él pero me había salido solo y por lo que comprobé a él tampoco le había disgustado.
-Me ducho rápido y me cambio...-murmuré alejándome un poco del sofá.
-Aquí te espero-contestó.
-¿Quieres venir?-me descubrí preguntando con voz más coqueta de lo que pretendía.
-No me tientes Minnie, no me tientes...-gruñó él con voz profunda sin girarse buscando algo en su móvil.
Salí escopeteado por el pasillo hacia mi habitación y cerré tras de mí. Joder...me ponía cardiaco con esa voz. Abrí mi armario y saque la ropa para después pasar al baño y ducharme a la velocidad de la luz.
Un vez aseado me peine lo más rapido posible y me vestí con unos vaqueros negros, mis botines favoritos y un jersey negro con letras de colores
Esa mañana pasó muy rápido, más de lo que me hubiese gustado, Yoongi y yo desayunamos tranquilamente en una bonita cafetería llena de lamparas de cristal en un ambiente tranquilo y acogedor mientras charlábamos de todo un poco entre risas y buen humor. Cuando salimos paseamos por la ciudad pero tuvimos que refugiarnos porque empezó a nevar y para cuando nos dimos cuenta él ya se tenía que ir. Nos despedimos en la puerta de mi casa donde volvió a coger su coche. A media tarde recibí una videollamada suya mientras y mientras el trabajaba desde su despacho organizando todo lo pertinente al viaje yo me dedicaba a terminar un libro que había empezado con Nam esa ultima semana.
El lunes me incorporé en el trabajo y aunque me escape para ver a Yoongi a la hora de la comida apenas pudimos hablar ni estar juntos mucho más de unos minutos. Nos llamamos por la noche y quedamos en comer juntos al día siguiente así que en cuanto pude me escabullí y comimos juntos en su despacho. Me contó de su familia y me enteré mucho más a fondo de como había terminado ejerciendo de director y creando la banda a su vez. Me contestó a todo y pasamos un rato hablando acerca del viaje del día siguiente.
El miércoles por la mañana mi despertador sonó un poco más tarde de lo habitual. Me desperecé en la cama y comprobé mis mensajes. Tae chillando en un audio, con Jungkook riéndose por detrás pidiéndole que se callase. Y una llamada de mi madre.
Hable con ella mientras preparaba mi desayuno y terminaba de meter las cosas a la maleta para poder cerrarla. Le hablé de Yoongi como me pidió y me dijo que iba a guardarme el secreto con mi padre hasta que las cosas estuviesen un poco más estables.
Después de comer guarde mi neceser y cerré mi pequeña maleta para guardarla en el coche y me encaminé conduciendo tranquilamente hacia la casa de mi amigo donde había quedado de recogerlo a el y a su novio.
Los vi salir por la puerta y me baje del coche para abrirles el maletero. -¡Nos vamos a Tokyo!-gritó Tae arrastrando su maleta tras el. Jungkook salió detras con solo una mochila negra colgada en su espalda. Agarré el equipaje de mi amigo y lo subí al coche.
-¿Pero por dios, que llevas aquí?-chillé para Tae que ya estaba metiéndose en mi coche.
-Solo lo imprescindible-se burló su novio tirando con desgana la mochila en el maletero.
-¡Os estoy escuchando!-canturreó mi amigo desde el asiento del copiloto. Ambos nos reímos y terminamos de encajar la gran maleta de Tae en el maletero.
Nunca me había reído tanto como en aquel viaje hasta el aeropuerto de Seúl con Tae y Jungkook cantando a pleno pulmón las canciones que iban saliendo en la radio y pude comprobar lo que me había contado Yoongi cuando nos conocimos, el pequeño Kook tenía una voz maravillosa e increíblemente se complementaba a la perfección con la de mi amigo.
Casi veinte minutos después y gracias al espeso trafico de la ciudad a mitad de semana llegábamos al aeropuerto y después de dar las indicaciones pertinentes nos hicieron pasar con el coche hasta la mismísima pista de aterrizaje donde nos esperaba el jet de la familia de Yoongi donde íbamos a viajar.
Coloque mi coche detrás del lujoso Maserati de mis sueños y baje directo a recoger nuestro equipaje del maletero. Entre Tae y Jungkook bajaron la enorme maleta de Tae y la mía. El pequeño se colgó su gran mochila a la espalda solo con un asa y me pasó mi bandolera marrón donde llevaba lo más necesario y me ayudó a cerrar el maletero.
Un hombre trajeado se acercó a mi y me pidió las llaves del coche. Lo miré extrañado y vi a mis amigos asentir así que deposite la llave en su palma y se apoyó ligeramente en la puerta del piloto. Me fijé en como entraba un bonito BMW de color azul eléctrico por el mismo sitio que por donde habíamos entrado nosotros y cuando se acercó pude divisar a Jin al volante con Hobi de copiloto y Namjoon que nos saludaba alegremente desde atrás. Repitieron el mismo proceso que nosotros y todos nos saludamos con abrazos y apretones.
Todos nos giramos hacia el coche de Yoongi cuando escuchamos la puerta abrirse y sin darme cuenta di un par de pasos acelerados hasta encontrarme más cerca de él.
-Hola-susurré cuando bajó del coche con su aspecto imponente de siempre. -Hola-susurró él de la misma manera. Me quedé quieto, cortado como nunca pero el tomó la iniciativa y se acercó a mi sonriendo. No pude decir nada porque inmediatamente me encontraba entre sus brazos con sus labios pegados a los míos de tal manera que pensé que me desmayaría allí mismo.
-¿Pero que se supone...?-escuché decir a Tae detrás de mi. Yoongi me apretó un poco más contra si y sonrió en medio de aquel espectacular beso. Cuando abrí los ojos miré a todos mis amigos sin soltar la mano de Yoongi. Me eché a reír como un loco por la cara de todos los allí presentes. La boca de Taehyung estaba tan abierta que casi tocaba la pista de aterrizaje donde noes encontrábamos y Jin tenía los ojos tan abiertos que casi se le salían de sus orbitas.
-Os dije que nos ocultaban algo- gritó de repente Tae asustándonos a todos. -Te lo dije Jungkook te lo dije y me dijiste que no-acusó de nuevo volviéndose hacia el chico que fruncía sus labios para no reírse.
-Me lo dijiste cariño, pero no grites anda, que se va a enterar toda la ciudad-replicó el más joven riéndose a carcajadas sin poder evitarlo por más tiempo.
-¡Y tu! ¡Maldito bastardo, traidor! Te haces llamar mi hermano y me mientes en la cara, voy a matarte-chilló Tae provocándonos a todos una sonora carcajada grupal.
Miré a mi amigo que me hizo una señal de que me cortaría el cuello y luego nos encaminamos todos juntos hacia el lujoso jet que nos estaba esperando para dejar nuestras maletas al personal.
-Bueno que, ¿embarcamos o nos quedamos?-preguntó Yoongi a mi lado intentando no reírse por toda la situación.
El viaje apenas duró una hora y media que me pasé jugando al uno con Jin, Namjoon y Jungkook. De vez en cuando Yoongi quitaba la vista de todos los papeles que estaba revisando y me sonreía o pasaba sus largos dedos por mi cabello y se unía a la conversación sobre nuestra acalorada partida. Hobi y Tae se pasaron el viaje dormitando el uno en el hombro del otro y ambos encima de Jungkook que no paraba de quejarse.
Una vez bajamos del jet un gran furgón negro nos recogió en la misma pista de aterrizaje y nos llevó hasta el hotel donde íbamos a hospedarnos. Yoongi se acercó junto a Jin y Nam a la recepción a pedir las llaves de nuestras habitaciones y los demás nos quedamos cuidando nuestros equipajes en la pequeña zona de descanso de la que disponía el hotel.
-¿Vas a compartir habitación con él?-preguntó Tae con malicia sentándose en el mismo sofá que yo. Lo miré a lo lejos apoyado en el mostrador del hotel hablando con la recepcionista y me puse nervioso por la pregunta.
-¿Que? No yo...el tiene la suya propia...yo...Hobi y yo...-tartamudeé sin saber que decir. Mentiría si no hubiese pensado por activa y pasiva lo mismo que Tae estaba proponiendo.
-Te cubriré si quieres hacerle una visita esta noche- susurró nuestro amigo apareciendo por detrás y sentándose en el reposabrazos del sofá contiguo al que mi amigo y yo compartimos.
-Deberías hacerle una visita-corroboró Jungkook de pie detrás de Tae.
-Quizás ya lo tenía pensado-declaré con timidez. Todos se quedaron en silencio un segundo con diferentes expresiones pero sentí el peso del cuerpo de mi mejor amigo echarse sobre mi con fuerza.
-¡Ese es mi chico!-gritó Tae llamando la atención de la gente que pasaba por allí. Me lleve las manos a la cara y me froté los ojos para evitar reírme mientras intentaba quitármelo de encima. Acabábamos de llegar y ya estábamos dando la nota.
Cuando los tres que faltaban volvieron nos miraron con curiosidad por el revuelo que teníamos armado y nos repartieron las llaves de las habitaciones. Nos dirigimos al enorme elevador donde metimos todo nuestro equipaje y a nosotros siete y aun sobraba sitio y subimos hasta la planta más alta del hotel, donde se encontraban las habitaciones más grandes.
-Vale a ver niños un poco de orden, tenéis dos horas para descansar y cuando se acaben esas dos horas os quiero en este pasillo todos listos para la "Reunión" ¿de acuerdo?-preguntó cruzándose de brazos a mi lado. Todos asentimos a la vez y chillamos un si a coro.
-Pues ale, cada mochuelo a su olivo-murmuró Jin desapareciendo hacia su habitación que compartía con Namjoon. Tae y Jungkook ni siquiera se despidieron y se fueron riendo animados hacia el otro lado. Hobi se peleó con nuestra puerta y cuando por fin la abrió entró dejándola entreabierta para que yo pasase.
-Te veo luego ángel-susurró Yoongi acariciando mi mejilla y dejando un pequeño pico en mi boca. Me despedí de el y me dispuse a meterme en mi habitación. Lo vi recorrer el pasillo hacia la habitación más alejada y se perdió en ella no sin antes guiñarme un ojo.
Hobi y yo pasamos alrededor de una hora y media tirados en su cama viendo las nuevas noticias que habían salido ese día y sacándonos fotos de recuerdo del viaje.
Un poco antes de la hora ambos pasamos a arreglarnos para la misión. Completé mi atuendo neutro en negro de siempre con una americana granate y llené mis dedos de anillos plateados. Coloqué en mis orejas un par de pendientes de aro y uno mas largo en la izquierda y me dedique a intentar peinar mi alborotado cabello frente al espejo mientras charlaba con Hobi tranquilamente.
Cuando aparte la mirada del espejo y miré a Hobi pude darme cuenta de lo parecidos que eran nuestros atuendos. El había combinado su camisa negra con un pantalón del mismo color y se había colocado un par de cadenas en el cuello.
No se puso su americana blanca hasta que no abandonamos la habitacion y cuando lo hizo solté un silbido de admiración.
-Mierda, creo que voy a dejar a Yoon por ti- comenté mientras salimos por la puerta para reunirnos con los demás. Hobi empezó a carcajearse mientras yo me aseguraba de cerrar la puerta y cuando me volví me encontré directamente con Yoongi parado en medio del pasillo
-¿Que vas a dejar tú a quien?-preguntó mi chico elevando una ceja. Me mordí el labio y me acerqué coqueto.
-A ti Min, por Hobi, míralo, esta guapísimo-respondí altanero imitando su gesto mientras pasaba mis manos por detrás de su cuello.
-Es mi mejor amigo, Park-contraatacó el presionando sus manos en mi cintura y acercándome todo lo posible a el.
-No os peleéis, hay Hobi para todos-dijo el aludido colgándose del brazo de Tae que aparecía en ese momento con Jungkook y arrancándonos una sonrisa a todos. Unos segundos más tarde la habitación de al lado se abrió y Namjoon salió metiéndole prisa a Jin.
-No puedes meterle prisa a esta obra de arte Nam, necesito mi tiempo-chilló cerrando la puerta tras de sí.
-Bien, ya estamos todos-murmuró soltándome -Ya nos están esperando abajo los coches, Jungkook ¿Qué prefieres esta vez? ¿El Mercedes Maybach o el Bentley Continental?-preguntó sacando dos llaves del bolsillo de su pantalón negro. El chico abrió los ojos todo lo que pudo y yo le acompañé al oír las marcas de los dos coches. Me reí cuando agarro una de las llaves y se giró hacia Tae emocionado. -Cariño, voy a darte una vuelta en un Bentley-chilló agarrándolo de la mano y encaminándose hacia el ascensor.
-Bueno, pues yo tendré que llevarte en un Mercedes-murmuró agarrándome la mano para meternos a ambos en el elevador. Me encogí de hombros con una sonrisa y bajamos todos juntos. Salimos al frio de la calle para encontrarnos con los dos majestuosos coches delante de la puerta del hotel y nos dividimos.
Me pasé el viaje de media hora mirando anonadado por la ventana mientras escuchaba a los chicos hablar sobre antiguos casos con el hombre al que íbamos a visitar y cuando Yoongi anunció que habíamos llegado una extraña pesadez que achaqué a los nervios se instaló en mi estomago.
-Bien, este caso es muy sencillo, se trata de un hombre mayor con el que tenemos algunos negocios desde hace tiempo, no es peligroso, llegamos, lo solucionamos y nos vamos-explicó -Y sobre todo, oigáis lo que oigáis, mantened siempre la calma y la compostura, yo doy las señales y yo controlo todo-ordenó cuando todos bajamos de los coches y nos reunimos delante del lujoso edificio. -¿Estáis bien?-preguntó hacia nosotros. Tae asintió y yo me limité a mirarle seriamente en respuesta. Asintió en respuesta y comenzamos a avanzar hacia el edificio.
-Espera-pidió dejándonos a los dos un poco atrás. Los demás continuaron su camino y se perdieron en el interior del edificio. -¿Cariño...estas bien?-preguntó buscando mi mirada. Me conocía demasiado.
-Divinamente-aseguré asintiendo. Él frunció el ceño y dio un ligero toquecito en mi nariz que me hizo sonreír.
-Tranquilo vale, tu confía en mí, todo va a ir bien-prometió.
-Confío en ti-aseguré. Él sonrió y paso su mano por mi espalda para impulsarme a andar.
-Te he dicho ya lo guapo que estas con este traje-murmuró inclinándose un poco hacia mi. El calor me invadió como una llama de los pies a la cabeza y me giré hacia él para enfrentarlo con el ceño ligeramente fruncido. -Vale vale, no te distraigo-volvió a decir sonriendo.
Apretó ligeramente su mano en mi espalda y seguimos el camino de los chicos que nos esperaban en el hall del edificio al lado de unos ascensores. Un par de personas abandonaron el ascensor cuando este se abrió en la planta baja y nos saludaron con cortesía para después dejarnos pasar.
Pensé que subiríamos hasta lo alto del edificio pero cuando nos metimos en el elevador Hobi apretó el botón del tercer piso. Respiré hondo un par de veces mientras subíamos y comprobé como los demás se mantenían serios y cautelosos como perdidos en sus pensamientos. Miré de reojo a Tae que se mantenía a mi derecha y como si nos hubiésemos leído la mente su meñique se enlazó con el mío en el silencio del aparato.
Nos mantuvimos así hasta que el ascensor paro y las puertas se abrieron revelando la estancia a la que nos dirigíamos; Una sala cuadrada con decoración en tonos marrones con sofás negros y una maquina de café en una esquina y unas puertas dobles oscuras custodiadas por el hombre más enorme que había visto en toda mi vida.
Un hombre mayor nos esperaba sentada o en uno de los butacones negros que había en la sala y cuando nos vio aparecer y salir del ascensor se levantó para acercarse a Yoongi.
-Buenas tardes Dong-yul-dijo haciendo una pequeña inclinación de cortesía. El hombre le imitó. -Min Yoongi, bienvenidos a mi humilde hogar-fanfarroneó parándose delante de nuestro grupo.
-Kim Namjoon encantado de volver a verte-dijo con su voz gruesa mirando a nuestro amigo.
-Igualmente Dong-yul, siempre es un placer charlar contigo-contestó el aludido con amabilidad un poco forzada. Realizó una pequeña inclinación cortés y el hombre sonrió encantado
-Y dime hermoso, ¿Has pensado en mi propuesta? ¿Sigues empeñado en quedarte con Min?- Vi a Namjoon sonrojarse levemente y luego recuperar la compostura en un solo segundo y me hice una nota mental para preguntarle luego que estaba pasando ahí exactamente.
-Ya sabes que si, me gusta estar cerca de mis amigos-se excusó Namjoon.
-Una lastima, sabes que podría darte todo a cambio de tu inteligencia y tu fidelidad mi querido chico-volvió a ofrecer con demostrado interés.
-Ya lo tengo todo tal y como estoy ahora, pero te agradezco que sigas pensando en mi, es un honor-sentenció mi amigo. No se si lo dijo de verdad pero el se lo tragó seguro.
El hombre se alejó un poco de Namjoon y paseó su mirada por todos nosotros deteniéndose un poco en Taehyung y en mi.
-¿Nuevos chicos en la oficina?-preguntó apoyándose en su bastón al lado de mi amigo que evitó mirarle directamente a la cara.
Yoongi gruñó incómodo cuando la mirada del hombre se posó en Tae y en mi. Jungkook que estaba al lado de mi amigo se estiró y cuadró su cuerpo protegiendo a mi amigo con él.
-Ya veo...el amor de juventud...no esperaba menos de ti pequeño Jungkook-musitó el hombre. Esta vez fue Tae el que gruñó y se puso recto al lado del más joven, sin acobardarse en ningún momento.
-Él es Kim Taehyung y él Park Jimin-dijo Yoongi rompiendo el ambiente tenso que se había creado y señalándonos respectivamente.
-Park Jimin...-murmuró el hombre atusándose la barbilla. -¿Eres el chico al que atropellaron en Navidad? He oido hablar mucho sobre ti, espero que te encuentres mejor-declaró acercandose a mi.
-Me encuentro perfectamente señor-contesté neutral sin apartar mi mirada de la suya fria como un carámbano.
-Mmm, valiente, me gusta...-murmuró pasando por mi lado. -He oído que es tu nuevo protegido Min, la verdad es que no tienes mal gusto eligiendo a tus chicos, mira a Taehyung, parece esculpido por dioses y Park es un auténtico ángel-añadió con una sonrisa sin dejar de mirarme.
Gruñí ante la mención de ese apodo que aunque no me gustase solo Yoongi usaba conmigo. Este se tensó a mi lado y dio un paso tomando a todos por sorpresa.
-Has oído bien, ambos forman parte ahora de mi banda y por ello y como todos mis chicos están bajo mi protección, estamos trabajando muy duro para encontrar al causante del accidente y cuando lo encuentre yo mismo me encargaré de que no vuelva a ocurrírsele siquiera respirar encima de uno de los míos-declaró Yoongi duramente. Me miró de reojo y volvió su vista al hombre de nuevo -Te agradecería que si sabes o te enteras de algo me lo hicieses saber-añadió.
-¿Como podría yo saber nada?-contestó él irónicamente. Escuché reír al hombre que flanqueaba las puertas y quise gritarle que se callase pero las palabras que Yoongi le dedicó al hombre
-Viejo zorro...tú siempre lo sabes todo-aseguró Yoongi con el ceño fruncido y sin dejar de mirarlo. El hombre sonrió y se acercó a él más de lo que me hubiese gustado.
-Comencemos la reunión. Ya sabes Min, lo de siempre, armas fuera y solo uno de tus chicos- siseó demasiado cerca. Jadeé inconscientemente ante sus palabras y con disimulo llevé una de mis manos a la chaqueta para palpar la pistola bajo mi chaqueta. Seguía ahí y en ese momento no dudé en pensar que si el viejo se movía un centímetro de más iba a disparar.
-Nam, conmigo, los demás esperadme aquí-ordenó con esa convicción de jefe. El aludido dio un par de pasos y le pasó su arma a Jin que asintió a algo en silencio con esa complicidad tan suya. Yo solo miré a Yoongi a los ojos y durante unos segundos él hizo lo mismo conmigo. Agarré su mano y él acarició la mía con su pulgar. Luego me soltó -Tranquilo-murmuró gesticulando con los labios mientras le dejaba su arma a Jungkook que la guardó en su pantalón. -Ya sabéis lo que hacer Jeon-murmuró. El chico asintió y yo tragué saliva mientras lo veía marchar seguido de Nam y ambos desaparecían por esas puertas.
El mismo hombre que había avisado de nuestra visita se quedó allí plantado en medio de las dos puertas, pasando su mirada entre los unos y los otros posándola con descaro en cada uno de nosotros como si nos nos estuviese retando. Estaba acostumbrado a las sonrisas entre mis amigos, pero allí dentro todos nos habíamos transformado y habíamos puesto en nuestros rostros rostros una mascara de frialdad.
Durante largos minutos todos nos dedicamos a rondar por la cálida sala y a mirarnos de reojo con nerviosismo. Tae se apoyó en una pared cercana a la mía y chocó ligeramente nuestros hombros.
-Están tardando-susurré solo para mi amigo que movía la pierna inquieto a mi lado. Él levantó la cabeza un segundo e hizo contacto visual con Jungkook. Se miraron serios durante unos segundos pero luego el pequeño sacó la lengua hacia nosotros. Ambos sonreímos por inercia.
-Tranquilo, están juntos, estoy más que seguro de que a ninguno de los dos les temblaría la mano si tuviesen que defenderse-dijo intentando consolarme.
-Si, pero están desarmados...-empecé a responder pero mi amigo sonrió tímidamente
-Sé que estás preocupado, en tu lugar yo también lo estaría pero están bien, saben lo que se hacen, tú tranquilo, en nada estarás en esa habitación encerrado con el jefe-
-No es el momento Tae...-repliqué taciturno. El asintió y entrelazó nuestras manos apoyadas en el suelo.
-No lo es, pero es mi deber avisarte que en cuanto todo acabé saldremos por ahí tu y yo y vas a contarme cada detalle de tu traición-comentó apretando el agarre de nuestras manos.
-Dramático-murmuré chocando de nuevo su hombro. El me miró y sonrió. Sin ganas me vi obligado a sonreír también contagiándome de la buena vibra que Tae me estaba infundiendo haciéndome sentir mejor.
Aún así ese sentimiento de calma me duró poco ya que unos minutos después escuchamos un golpe fuerte en el interior de la sala seguido de un grito que nos distrajo de la tonta conversación que manteníamos y se me pusieron los pelos de punta. Inmediatamente todos habíamos recuperado nuestra formación frente a la puerta tan en silencio que cualquier sonido podría escucharse por mínimo que fuese. El hombre enorme de Choi Dong-yul también se incorporó en su enorme altura erizándose hacia nosotros como un gato furioso.
Me sentí flotar, mi mente se desconectó de todo sentimiento que no fuese protegerme y proteger a los demás y me descubrí detrás del grupo con las manos preparadas para desenfundar la Colt 1911 que Yoongi me había regalado el día que estuvimos en su casa.
Me di un segundo para contemplar a los demás que se encontraban en similar posición pero el chasquido de la puerta me devolvió de nuevo a la realidad.
Cuando vi las puertas abrirse no se que esperaba ver realmente, pero la imagen de mi chico y nuestro amigo, intactos me relajó tanto que mi rodilla tembló un poco y volví a respirar.
Ambos avanzaron hacia nosotros y nos analizaron detenidamente uno por uno para luego mirarse y sonreír por la situación. mientras
-Y te lo advierto Dong-yul, no vuelvas a levantarme la voz, ni tu ni ninguno de tus esbirros, me apetece gastar mi dinero en cosas más útiles que en una corona de flores para un funeral-dijo autoritariamente acercándose a Jungkook para recuperar su arma. El más joven se la pasó y sonrió mirando al hombre con altanería.
Salimos en silencio al rio exterior del edificio. Me quedé un segundo mirando el edificio y pude contemplar una sombra mirándonos entre las cortinas hasta que sentí una fría mano entrelazarse con la mía.
-Vámonos de aquí-pidió Yoongi tirando un poco hacia la dirección donde los chicos ya nos estaban esperando. Asentí y eche un vistazo a la misma ventana. En la oscuridad pude divisar a Choi Dong-yul y su sonrisa petulante viéndonos marchar mientras un escalofrió recorría todo mi cuerpo.
Esa noche fue la más tranquila y divertida que recuerdo desde que los chicos entraron en nuestras vidas. Cenamos todos juntos en el comedor del hotel entre risas y tonterías, nos contamos nuestras vidas y Jin no paró de chincharme en toda la noche con respecto a mi novedosa relación con Yoongi quien solo se dedicaba a amenazar a su amigo con despedirle y reír de vez en cuando con sus ocurrencias.
Durante todo el camino Jungkook y Tae no se habían separado ni un solo centímetro y durante el camino en ascensor a nuestra planta no cambió la cosa. Hobi no paraba de ser empujado por ellos y no dejaba de gritarles que se cortasen un poco entre risas. Cuando salimos del ascensor todos nos paramos en medio del pasillo para despedirnos los unos de los otros tras ese día agotador.
-Que no nos echen del hotel por escándalo público ¿de acuerdo?- todos asentimos pero el se giró en particular a la parejita que se abrazaba a mi lado. -Va por vosotros dos, lleváis comiéndoos la boca toda la noche-exclamó Yoongi sin que nadie se lo esperase. Todos estallaron en risas y yo me tapé la boca con la mano para no reírme a carcajadas allí mismo. Vi a Jungkook esconderse entre el pelo de mi amigo con las mejillas sonrojadas y este se enfurruño cruzándose de brazos pero cuando me vio reírme abrió mucho los ojos dispuesto a lanzar la flecha e intentar devolvérsela a Yoongi.
-¿Y vosotros? Jimin ha dicho...-me lancé a taparle la boca y todos rieron de nuevo a mi alrededor.
-Creo que Jimin quiere que te calles-replicó mi chico con esa amplia sonrisa. -Hazle caso si no quieres que te saque a dormir a la piscina-murmuró con sorna. Todos volvimos a reírnos mientras mi amigo se cruzaba de brazos de nuevo y se quedaba serio.
-Si jefe-gruñó. Cuando Yoongi dejó un beso en mi boca y acarició ligeramente mi mentón para irse todos vitorearon por detrás como niños. Él les sacó el dedo y se marchó sonriente hacia su habitación. La misma sonrisa que se instalo en mi cara mientras lo veía alejarse.
-Vaya sonrisa, enchufado-picó Jin acercándose a mi lado para entrar a su habitación seguido de Nam que solo me guiñó un ojo y cerró la puerta con esa sonrisa llena de hoyuelos adorables.
-Voy a asesinaros a los dos cuando menos os lo esperéis-chillo Tae echándose sobre mi. Jungkook rió y tiró de su brazo.
-Anda que ya os vale-dijo Jungkook entre risas mientras se daban la vuelta para marcharse a su habitación.
-¿Que? Pero si yo no he hecho nada-chillé alertando a una señora que salía del ascensor en ese momento. Hobi enlazó su brazo con el mio y ambos nos dirigimos entre risas a la que iba a ser nuestra habitación. Cuando llegamos ambos nos tiramos en nuestras respectivas camas e hicimos turnos para ducharnos. Yo entré primero y dejé a mi amigo mensajeándose con vete tu a saber quien tirado en su cama.
Dejé el agua calentita fluir por todo mi cuerpo destensando mi espalda y descargando mis piernas de la tensión vivida unas horas antes y por un momento me sentí como todas las veces que había salido agotado de la escuela de danza antes de empezar la carrera, ligero, decidido...valiente.
Media hora después salí de la ducha canturreando y me puse unos pantalones de chándal holgados con una camiseta negra. Luego me senté en la cama y me agaché para ponerme unas zapatillas. Cuando levante la cabeza vi a Hobi de pie al lado de su cama.
-¿Ya te vas?-preguntó desprendiéndose de los botones de su camisa para empezar a sacarla por sus brazos y encaminarse hacia su maleta. Trasteó unos segundos y se incorporó mirándome con esa sonrisa suya mientras abrazaba contra su pecho un neceser con muchos colores.
-¿De verdad no te importa que te deje solo?-respondí en una pregunta. Él negó y yo me puse en pie para marcharme.
-Importarme, marcha anda y pásalo bien, que ya era hora-dijo riéndose mientras se internaba en el baño. -Que sepas que nunca lo había visto sonreír como hoy-chilló asomándose por la puerta.
No me giré sino que lo escuché reír mientras abría la puerta en silencio. Pasé por la habitación de Nam y Jin que estaba totalmente en silencio y me escabullí hacia la ultima habitación del pasillo donde se encontraba Yoongi.
Limpié mis manos en mis pantalones que se encontraban húmedas por los nervios y llame un par de veces rezando por que ninguno de los chicos saliese en ese momento y me viese colarme a escondidas en el cuarto de Yoongi. Un minuto después, quizás el minuto más largo de mi vida, abrió la puerta y sonrió levemente al verme. Llevaba el pelo ligeramente húmedo y desordenado e intuí que acababa de salir de la ducha.
-Has tardado más de lo que pensaba, pasa-dijo haciéndose a un lado. Arrugué mi nariz y entrecerré ligeramente mis ojos mientras entraba y le escuchaba cerrar la puerta detrás de mi.
-Que prisas hombre, lo bueno se hace esperar-respondí mientras me giraba a mirar toda la habitación. De tamaño era como la de Hobi y mía pero a diferencia, esta solo tenía una enorme cama King size en medio con las colchas en tonos crema y multitud de cojines. Ni siquiera había descorrido las cortinas y su maleta estaba bien colocada en el armario. Si no hubiese sido por la luz del baño que seguía encendida y el ligero vaho que salía de la estancia nadie podría decir que la habitación estaba ocupada.
-No te lo discuto-murmuró en mi oído. Dejó un pequeño beso en mi cuello y se retiró para sentarse cómodamente en la cama y a continuación palmear el colchón e invitarme a sentarme a su lado. -Bueno, ¿Qué tal estás después de lo de hoy? ¿No ha sido tan complicado no?-preguntó acariciando ligeramente mi rodilla mientras me miraba a los ojos.
-Joder, no, complicado no, pero no sabes el miedo que he pasado hoy- Estabais ahí, los dos solos, desarmados y por poco me da un sincope Min-
-Siempre elijo a Nam para las misiones con este tipo, es inteligente, alto y lo tiene loco, siempre lo ha querido en sus filas...y lo que no son sus filas y como solo me deja entrar con uno de todos pues...es efectivo, además, es un hombre muy inteligente aunque no le llegue a nuestro Nam ni a la suela de los zapatos-explicó. Entendí todo y arrugue mi nariz pensando en Nam.
-Es asqueroso-respondí más con una mueca de disgusto. Yoongi acarició mi mandíbula y dio un pequeño toquecito a mi nariz
-Si que lo es, cuando Namjoon recibió la propuesta de su parte estuvo traumatizado durante meses, pero un día vino y me ofreció usarlo como salvaguarda para cubrir nuestras espaldas, desde entonces los negocios con Choi Dong-yul son el doble de fáciles, Namjoon solo tiene que sonreír y lo tiene comiendo de su mano-siguió explicando.
-Normal, es que esos hoyuelos tan adorables no pasan desapercibidos-comenté con una sonrisa. Yoongi frunció los labios y se acercó un poco más a mi.
-¿Sabes? No me extrañaría que pronto te llegue una invitación a ti también-susurró con malicia.
-¿A mi?-pregunté asqueado levantándome de la cama. Él asintió intentando evitar la sonrisa que amenazaba con escapar de sus labios. -Puajj podías haberme evitado la imagen mental gracias-refunfuñe.
-¿No lo has visto cómo te miraba? Porque yo si y me ha faltado poco para partirle ese estúpido bastón en la cabeza-explicó como si nada mientras se levantaba y quitaba la luz del baño que seguía prendida.
-¿Min Yoongi estas celoso de un pobre ancianito?-dije chinchándole. El frunció el ceño y se acercó peligrosamente a mi pasando sus manos por mis brazos afianzando una de sus manos en mi cintura.
-¿Pobre ancianito? Ese viejo es un puto lobo con piel de cordero y tu una frágil ovejita a su lado-declaró pasando sus dedos por mis labios. ¿Era yo o el ambiente se estaba caldeando en aquella habitación?
Agarré el cuello de su camiseta entre mis puños y me acerqué para besarle con fuerza. -A ver si vas a pensarte que no puedo defenderme de ese vejestorio yo solo-ataqué con malicia presionando nuestras caderas.
-¿Puedes acaso?-me picó cerrando los ojos por nuestro íntimo contacto.
-No soy una muñeca inocente Min Yoongi, seré guapo y educado pero no vayas a creer que no se de qué va esto, yo también podría usar todo esto para beneficio de la banda-insinué pegándome por completo a él. Soltó un siseo ahogado cuando mis manos se instalaron en sus caderas por debajo de la camiseta que llevaba y arrastré con fuerza su cuerpo hacia mi.
-Tuviste que irte el otro día y me quedé tan solito-murmuré poniendo un puchero en mis labios. Él sonrió y atrapo mis labios en un necesitado beso que continuó por mi cuello.
-¿Te hubiese gustado que me quedase?-preguntó coqueto sin dejar de besar mi cuello.
-Estaba deseando que te quedases desde el día en que me di cuenta de lo que sentía por ti-dije. Volvió a besarme con todas esas ansias contenidas. Estábamos juntos, a solas y teníamos toda la noche para nosotros. Temblé cuando deslizó su camiseta por su cabeza para quitarsela y me tendió en la cama con la camisa desabotonada mientras él se colocaba encima de mi contemplándome. Inmediatamente bajo recorriendo mi torso a besos y paro en el tatuaje de mis costillas besando cada letra y deleitándose en mi piel haciéndome enloquecer.
-Me moría por verlo-susurró erizando mi piel al contacto con su labios.
-Pues ahí lo tienes-murmuré casi ininteligiblemente.
-Creo que no lo olvidaré mientras viva, es lo más sexy que he visto nunca-volvió a decir para seguir besando en el lugar donde la tinta marcaba mi cuerpo.
Me incorporé ligeramente y el se incorporó también por lo que aproveché para cambiar las posiciones.
Me coloqué a horcajadas y nos fundimos en besos y caricias tan estimulantes que aunque siguiésemos a medio vestir no quedaba duda de lo que ambos estábamos esperando. Me sentí como si fuese mi primera vez allí mirándolo desde arriba mientras deslizaba mis manos por su estomago. La visión era demasiado sexy y estimulante. Yoongi tumbado de espaldas en la cama tan extasiado por mis manos que apenas atinaba a abrir los ojos, con su torso tan blanco al descubierto solo para mi disfrute que deseé recrearme y perder todo mi tiempo allí entre esas cuatro paredes. Abrió los ojos un segundo y me miró. El fuego en su mirada iba a matarme si seguía clavando sus pupilas en mi cuerpo semidesnudo de aquella manera.
Estiró ligeramente su cuerpo hacia la mesita y abrió el pequeño neceser negro que había encima de esta. Lo arrastró entre nosotros y vació su contenido en el colchón. Un botecito pequeño y una caja de preservativos.
-Has venido preparado-murmuré lascivo mirándolo desde arriba. Sus mejillas se colorearon al instante y rascó su cabeza tímidamente. -Yo...no sabía si tu...-dijo trastabillando con sus propias palabras. Su timidez me hizo gracia y sonreí queriendo abrazarlos hasta aplastarlo.
-Cállate anda, que te traigo ganas desde hace tiempo-susurré contra sus labios. El sonrió y volvió a juntar nuestros labios en un beso ansioso lleno de jadeos y mordiscos que bajo por toda la extensión de mi cuello y se perdió en mis clavículas.
-Quiero hacer que esta noche sea especial para ti, voy a tratarte como el rey que eres-masculló intercalando pequeños besos con su monologo.
-Que sepas que no pienso renunciar a la parte que me toca, yo también quiero hacerla especial para ti-advertí. El abrió los ojos desmesuradamente y una sonrisa preciosa se instaló en su cara. Cuando quería las pillaba al vuelo.
-Ya veremos cariño-susurró volviendo a deleitarse en mi cuerpo. Suspiré cuando pasó sus manos por mi espalda y saqué la poca cordura que me quedaba para hablarle seriamente.
-Ya veremos no señor Min, hay mucha noche por delante y aquí participamos los dos-declaré firmemente. Él esbozó una sonrisa con chulería y bajó un poco la mirada para inmediatamente volver a mirarme a los ojos.
-Y muchas mas que va a haber-aseguró cuando volvió a deslizar su lengua por mi cuello. -Mañanas, noches o cuando a ti te apetezca mi rubio-comentó liberándonos a los dos al fin de la poca ropa que nos quedaba encima.
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Después de aquella noche de pasión y frenesí el amanecer me sorprendió abrazado a Yoongi que hacia rato descansaba también abrazándome contra su pecho. No podía parar de sonreír y me autoconvencí a mi mismo de que así debía sentirse realmente el amor. Con verdadero extasis.
Hubiese apostado cuando lo conocí que él no era de esos que ama con todo el corazón y besa para dejar huella en tu alma.
Tener a Yoongi así, tan vulnerable, tan frágil y tan tranquilo entre mis brazos era como estar en la playa y coger un puñado de arena para conservarlo; sabes que para cuando vuelvas a mirarlo, solo unos pocos granos quedaran en tus manos y lo demás se escurrirá entre tus dedos sin poder detenerlo.
Por eso mis manos se cernían severas sobre sus caderas y mi corazón agitado descansaba junto al suyo en una carrera sin final. Porque necesitaba retenerlo a mi lado y retener ese momento todo lo que pudiese.
-¿Estás bien?, vas a desgastarme si sigues mirándome así-dijo en un murmullo con los ojos cerrados.
Sin querer esbocé una sonrisa y el sonrojo me subió por las mejillas. No esperaba que estuviese despierto y menos que se hubiese dado cuenta de como lo estaba mirando ¿Qué si estaba bien? Menuda pregunta.
-Como nunca-aseguré. -¿Y tú?-pregunte con una ligera preocupación al ver como su ceño se fruncía.
-Eres un ángel-contestó únicamente pasando delicadamente sus largos dedos por toda mi espalda. Yo asentí.
-Ha sido...-murmuré como si aún no me creyese lo que estaba pasando.
-Si, lo se, he estado increíble-dijo con voz pretenciosa. Me volví hacia él para mirarlo con las cejas enarcadas. Bajo su semblante serio lo vi aguantarse la risa. Ahí estaba mi Yoongi, el que era pretencioso y risueño a la vez.
Hice un mohín con mis labios y sonreí con malicia rodando los ojos.
-Eres un cardo en serio-murmuré contra su pecho. Él me abrazó más fuerte y yo simplemente besé allí con devoción.
-Y tu la jodida primavera entera-aseguró muy serio. Abrí mucho mis ojos ante aquella respuesta que obviamente no me esperaba y me separé ligeramente para poder conectar mi mirada con la suya.
-¿Te he contado alguna vez que la primavera es mi estación favorita?-preguntó él mirándome a los ojos con una media sonrisa. Con el corazón totalmente derretido por sus palabras y unas tontas lagrimas luchando por no salir de mis ojos negué sintiéndome el hombre más afortunado del mundo entre sus brazos. Un par de horas más tarde, después de muchos besos y más amor que el que nunca pensé que alguien tendría para mi conseguí salir de aquella cama muy a mi pesar y arrastrar a Yoongi a la ducha.
Esa misma mañana cuando salí hacia mi habitación parecía que todos nuestros amigos hacían guardia por el pasillo y todos me vieron salir de la habitación de Yoongi hacia la mía. Aquello fue un secreto a voces por todos lados y solo me libré de ellos cuando me metí en mi habitación bajo el cobijo de Hobi.
Solo sonrió y me contó todos los planes que tenía para esos días lejos de nuestras aburridas rutinas mientras ambos elegíamos
Estábamos en Tokyo y nos tocaba disfrutar un poco.
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Hola a todo el mundoooo! Espero que hayáis tenido unas bonitas fiestas, ya estoy por aquí, con el capitulo más largo y más cargado de Bullets, pasan tantas cosas...
En fin, espero que os este gustando. Os propongo un mini reto muy facilito. Hay una frase de este capitulo que la escribí este verano el único día que estuve en la playa. A ver si alguien sabe cual es, la podéis dejar aquí.
Quería dejaros este capitulo antes de volver a la rutina de las clases y el trabajo, asi que aqui esta. Que lo disfrutéis.
¡Espero que os guste!
Nos leemos en el siguiente.
PD: Foto suculenta la que os dejo en multimedia ;)
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