Capítulo 14


Pasé alrededor de una semana más metido en mi casa, tenía constantes revisiones médicas y por suerte de todas salían resultados positivos. Me estaba recuperando bien.

Los chicos siguieron viniendo a mi casa cada día pero no pude volver a quedarme a solas con Yoongi en toda la semana para terminar lo que había empezado aquella tarde.

Cuando el médico me dio el alta y aseguró que no había peligro para mi, pude reincorporarme al trabajo con más ilusión de la que nunca habría imaginado.

Había pasado días y días sentado frente a la tele y moviéndome únicamente por mi casa según mi tobillo había ido recuperándose así que cuando recibí la noticia de que podría volver a trabajar sonreí como un lunático y le di las gracias al medico tantas veces que debió pensar que después del golpe me había quedado tonto.

Después de la consulta Tae me dejó en casa y yo avise a los chicos de lo que me habían dicho.

No tardé en recibir la llamada de Yoongi.

-¿Así que vuelves a la oficina?-preguntó directamente cuando descolgué. Fruncí el ceño un segundo y me dispuse a picarlo, mi entretenimiento favorito desde que lo conocía.

-Hola a ti también eh-protesté. Él rió al otro lado y solo pude sonreír ante aquel maravilloso sonido. -Efectivamente, el lunes me reincorporo al trabajo, lo estoy deseando-añadí con alegría.

-Debes estar loco-dijo risueño. Imaginé su sonrisa al otro lado del teléfono y mi corazón se caldeó. -Yo...te llamaba...¿Puedo pasarme esta tarde por tu casa? Tengo que proponerte una cosa pero no quiero que sea por teléfono-explicó en un murmullo.

-Si...claro, puedes venir siempre que quieras-respondí sorprendido. Di las gracias porque no pudiese verme la cara porque debía de ser un poema. Del blanco al rojo en un segundo.

-Vale, ¿te viene bien que pase sobre las siete?-preguntó.

-Claro, no iba a moverme de casa hoy Tae y Jungkook van al cine y me abandonan-expliqué mientras terminaba de remover el bol de ramen que había estado preparando para comer.

-Te haré compañía entonces-sentenció. Lo escuché removerse en su silla y golpear algo probablemente sin querer.

-La mejor compañía que podría pedir-susurré. Lo escuché reír tímidamente y luego suspiró. Recé a todos los dioses para que no se pusiese a pensar y volviéramos otra vez hacia atrás.

Cuando nos despedimos di un par de saltitos en el sofá y corrí por la casa para meterme en la ducha y desprenderme de la sudadera y los pantalones de chándal que llevaba olvidando mi comida en la encimera. Quería pensar un atuendo casual para estar en casa pero que a la vez me diese otro aspecto al cómodo pero simple que había estado ofreciendo esas ultimas dos semanas así que opté por ponerme una camiseta de manga corta blanca con unos pantalones negros y unas converse del mismo color. Comí en un extraño silencio con la ilusión de un niño que espera para su cumpleaños. La enorme diferencia de que esa tarde yo pretendía hacer caer a Yoongi en su propio juego y terminar de una vez lo que habíamos dejado pendiente la tarde que vino a mi casa después del accidente.

Termine de comer en un silencio atronador después de volver a calentar la comida que había sido olvidada después de hablar con Yoongi y más tarde ajusté la calefacción para tener que evitar ponerme más ropa que la cómoda camiseta que llevaba. Simplemente me senté en el sofá con una serie hasta que diese la hora.

Tae me llamó a media tarde antes de entrar a su sesión de cine con Jungkook y cuando les conté que había quedado con Yoongi ambos esbozaron una pequeña risilla que escuche a través del teléfono.

-¿Se lo has contado verdad traidor?-pregunté hacia Tae.

-Lo siento amigo, es que nos tenéis a los dos en ascuas, además es mi chico, no tengo secretos para él-dijo orgulloso. Los oí besuquearse por detrás y reí negando con la cabeza. No podían quitarse las manos de encima ni un segundo.

-No va a pasar nada-mentí con descaro. Obviamente lo iba a intentar.

-Eso díselo a él-murmuró Jungkook al otro lado de la línea. Chasqué la lengua con fastidio porque también el intentase picarme.

-¿No tenéis que entrar ya al bendito cine?-pregunté exasperado intentando cambiar de tema.

-Quiero luego un mensaje con todos los detalles morbosos que puedas darme de tu preciosa tarde a solas con Yoongi en tu preciosa casa con tu preciosa cama a menos de dos habitaciones de distancia, o tu preciosa encimera de mármol blanco o...-empezó a decir en voz más alta de lo que me gustaría. A esas alturas todo el mundo en ese cine debería estar al tanto de que el amigo del loco que gritaba por teléfono iba a tener una cita importante.

-Taehyung voy a colgarte-le interrumpí notando mis mejillas arder por culpa de sus palabras.

-Pásalo bien, pero no demasiado-gritó haciendo reír a su novio.

-No le metas mucha mano a Jungkook-grité para que se callase.

-¡EHH!-Chilló mi amigo exageradamente mientras yo le daba al botón rojo para colgarles.

Colgué el teléfono con las risas del menor y los chillos de mi amigo por detrás y seguí viendo la serie. Debí perder la noción del tiempo porque cuando me di cuenta, eran ya las siete y media de la tarde y tenía un mensaje de Yoongi diciéndome que llegaba un poco tarde.

Me puse de los nervios al leerlo, su llegada era inminente y mi plan debía funcionar si o si.

Cuando el timbre sonó me levante como un resorte del sofá y me pare al lado de la cómoda de la entrada para mirarme en el enorme espejo. Tenía buen aspecto aunque se notaba de lejos lo cansado que estaba por no haber podido dormir bien desde el accidente. Desde que había vuelto a tener pesadillas las horas de sueño brillaban por su ausencia y solo el corrector que aplicaba bajo mis ojos podía disimular un poco las ojeras que portaba desde entonces.

Di un par de toques en mis labios con un pequeño bálsamo con color para hacerlos un poco más llamativos y me quedé parado unos segundos en la puerta respirando agitado recordando la frase de mi madre.

"A la guerra con un palo"

Y con eso me di cuenta de cuantísimas veces usaba esa frase refiriéndome a momentos con Yoongi, el era la guerra y yo iba desarmado casi siempre.

Cuando abrí lo encontré allí mirando distraído a algún punto de la calle y cuando se volvió hacia mí, mi  corazón y mi estomago dieron un vuelco. Me contempló durante unos segundos con una tímida sonrisa y yo lo contemple a el sin ningún tipo de pudor. Tan guapo como siempre.

-Hola, siento haber llegado tarde, me han retenido en la empresa-saludó apoyándose ligeramente en el marco de la puerta.

-Tranquilo, estaba viendo una serie-dije titubeando sin quitar la vista de él un segundo. Repasé su atuendo una vez más. Su americana negra estaba completamente abierta y se había quitado la corbata con lo que los primeros botones de su camisa blanca estaban sueltos y podía entrever el principio de su pecho adornado por una fina cadenita plateada que se perdía entre su ropa. Paseé mi vista sin disimulo por el resto de su cuerpo y por su cintura marcada únicamente por el cinturón negro de piel que sujetaba aquellos pantalones cargados por el mismo demonio que cubrían sus piernas.

-Respira Jimin o la abstinencia te la juega-pensé para mi. Agité mi cabeza un poco y lo miré a los ojos.

-¿Has terminado?-preguntó con aquella voz demasiado seductora que me ponía cardiaco. Sonreí tímidamente y le dejé paso. Antes de cerrar eche un vistazo a la calle desierta por el frio y pude contemplar en el mismo lugar donde aparcaba siempre, su preciado Maserati negro. Cerré la puerta pensando en como Yoongi podía ser tan jodidamente sexy en todos los sentidos incluso hasta con su coche. 

-¿Qué tal te encuentras?- preguntó deslizando la americana por sus brazos y dejándola en el perchero de la entrada.

-Bien, estoy listo para volver a la vida normal, estoy aburrido de estar encerrado en casa...-comenté mientras volvía a sentarme en el sofá con las piernas cruzadas.

-Normal, con lo chinchilla que eres, todo el día revoloteando, ha tenido que ser un infierno este cautiverio ¿no?-dijo risueño. Desde que había abierto la puerta no había parado de sonreír lo cual causó un bonito torbellino de sensaciones en mi estomago. -Putas mariposas-pensé.

-Vienes gracioso...al menos no soy como otros sosos que se pasan el día en el trabajo-contesté haciéndolo sonreír. Pasó la lengua por sus labios lentamente y yo dejé de respirar ante ese simple gesto tan suyo.

-Algunos tenemos obligaciones, listillo, ganar dinero, tener cosas y un futuro-contraatacó.

Le hice un gesto de burla y sonreí después con malicia. -A propósito de eso, ¿Algún día me dejarás conducir tu coche?-pregunté. El abrió los ojos desmesuradamente como si hubiese escuchado la locura de su vida.

-¿A mi pequeño? Sigue soñando Park...-declaró simplemente tirándose descaradamente sobre mi sofá a mi lado como había acostumbrado a hacer últimamente. Con poco disimulo pasó su brazo por detrás de mi cabeza y lo dejó descansando sobre mi hombro.

-¿Y que me des una vuelta como lo ves?-pedí poniendo un puchero que pronto se convirtió en la sonrisa más sexy que pude esbozar. Lo vi tragar fuerte y me preparé psicológicamente para lo que se venia tras aquella mirada.

-¿Tu y yo en mi coche?-preguntó en voz baja con chulería. Me encogí de hombros y me di cuenta de que estaba mordiendo ligeramente mi labio inferior. Dicho así sonaba demasiado suculento. -Lo veo viable-añadió. Maldije por lo bajo.

Nos quedamos mirándonos en silencio con la tensión a nuestro alrededor que podía cortarse con un cuchillo. Me perdí en sus ojos, tan llenos de sensaciones y sin pensarlo me acerqué lentamente hasta respirar tan cerca de su boca que casi podía saborearlo.

Pero cuando cerré ligeramente mis ojos y pensé que alcanzaría sus labios me encontré besando dulcemente su mejilla.

Abrí mis ojos y posé mi mirada inquisidora en la suya acompañándola de un bufido de frustración. Él apretó sus labios. Definitivamente estaba riéndose de mi.

-¿Porque no quieres besarme?-pregunté sin más preámbulos alzando la voz.

-¿Que no quiero besarte? ¿Quién te ha dicho que no quiero besarte? Porque miente como un bellaco...besarte es lo que más quiero ahora mismo y lo he querido desde el momento en que entraste por la puerta de mi despacho aquel día.-respondió él en el mismo tono como si no supiera de lo que hablaba mientras rascaba su nuca con una sonrisa.

-Tu, me lo dices cada vez que me rehúyes, como ahora...¡me has hecho una cobra!-chillé frustrado. El rió por la situación y aunque estaba frustradisimo, sin querer yo acabé riéndome también con él mientras entrelazaba sus manos con las mías.

-Aish Jimin, no entiendes nada, te rehúyo porque me da miedo que salgas perjudicado si sales conmigo, estarás en el punto de mira del mundo y de las mafias enemigas por ello. Todo el mundo te reconocerá y algunos querrán aprovecharse o incluso hacerte daño para hacerme daño a mí-explicó un poco más serio. Yo rodé los ojos, el me imitó y ambos volvimos a sonreír

-¿Acaso crees que me importa? No me molesta la idea si es por estar contigo, es lo único que me interesa ahora mismo. No necesito que me protejas, se cuidar de mi mismo-dije para darle a entender que todo aquello me daba igual si podía estar con él.

-Además...-dijo un poco sonrojado. -Estaba esperando porque quería que nuestro primer beso fuese algo más especial, yo hoy tenía un objetivo, de hecho no he parado de fijarme objetivos contigo y ninguno ha salido como yo quería-explicó el con la mirada perdida en la mía.

-¿Objetivos?-pregunté con curiosidad. Él bajo la mirada y luego me sonrió de aquella manera que ponía mi corazón a latir desbocado.

-Iba a besarte la tarde del accidente y si no salía bien iba a besarte en año nuevo y luego pasó todo este lio. Casi nos besamos el día que vine a verte después de mi viaje y hoy tenía intención de invitarte a algo parecido a una cita donde también planeaba besarte, al fin y al cabo, tu y yo nunca podemos quedar y tener tiempo juntos tranquilamente así que estaba pensando...yo...no se, si tu quieres, tampoco...¡joder!-dijo de carrerilla. Me reí en alto al verlo tan incómodo y clavó su mirada seria en mi rostro.

-Puedes disparar un arma, dirigir una multinacional y ser el jefe de una banda como la nuestra ¿y eres incapaz de pedirme que salgamos como si yo fuese a negarme? ¿eres incapaz de decirme lo que sientes y hablar de besarme como si no supieses perfectamente que te correspondo firmemente Yoongi?-pregunté irónico. Lo vi esbozar una media sonrisa tímida que me derritió el alma.

-Muy gracioso-murmuró con un leve rubor en sus mejillas mientras pasaba su mano por su cuello. Me distraje un segundo en el camino de su mano por su piel tan pálida.

-Salgamos, divirtámonos juntos Yoongi, no tiene nada de malo- "Necesitamos pasar tiempo juntos y a solas para que te des cuenta de que quieres estar conmigo sin ningún tipo de miedo"-quise decirle. -Y bésame, bésame cuando quieras porque yo estaré encantado de recibir esos besos-añadí con una seguridad que casi nunca salía de mi.

-¿Estás seguro?, ¿acaso no has oído nada de lo que te he dicho antes?-preguntó con una pequeña sonrisa. Yo me encogí de hombros.

-¿Sobre el miedo y el punto de mira y todo eso?-pregunté risueño. Él asintió brevemente sin apartar su mirada de la mía y me acerqué mucho más a él posicionando mis labios descaradamente a unos centímetros de su boca.

-Es que me he distraído, hablas mucho, piensas demasiado y tus labios me pedían otra cosa-murmuré valientemente colocando una de mis manos bajo su mentón. -Por favor que no huya-pensé, pero no fue así, llegados a ese punto ninguno de los dos quería huir.

Yoongi pasó delicadamente sus dedos por mis labios y coló la mano en mi pelo llevándome hacia él. En el último segundo cerré los ojos y sentí su boca sobre la mía dulce y caliente como tanto había deseado, tan diferente a nuestro primer beso que por un segundo las lagrimas acudieron a mis ojos. Sus labios se movieron expertos durante unos minutos explorando los míos y yo solo me dejé guiar por él hasta que se decidió a ir un poco más allá y tiró de mi para colocarme a horcajadas sobre sus rodillas y seguir besándome.

Irrumpió hábilmente con su lengua buscando la mía y me besó de aquella manera durante un rato que me pareció efímero.

Se separó un poco de mi para mirarme con esos ojos tan profundos pero pronto volvimos a besarnos como dos necesitados. Nunca pensé que Yoongi fuera de esos que sonríen en medio de un beso, pero lo hizo, sonrió como nunca lo había visto sonreír.

Acarició lentamente mi mentón con su pulgar y mi cuerpo se estremeció contra el suyo. El beso se aceleró y se convirtió en un poco más salvaje cuando sus manos que tanto adoraba se posaron a cada lado de mi cuello y ambos soltamos un jadeo entre medio del beso cuando me aprisionó un poco más contra su cuerpo. Me estaba haciendo delirar y sabía que él también estaba poseído por lo que estaba pasando.

Bajé lentamente mis manos por su pecho y las afiancé en su cintura agarrando con fuerza entre mis manos su camisa blanca y pulcra que se perdía entre su pantalón.

Sentí una de sus manos heladas colarse por debajo de mi camiseta y trazar círculos en mi espalda bajo la ropa.

Por un momento creí ahogarme con tantos sentimientos acumulados, nuestros labios ansiosos, besándose como si no hubiese un día siguiente, nuestras manos buscando sentir al otro después de tanto tiempo y nuestros corazones latiendo desbocados en nuestros pechos.

Cuando nos separamos, ambos nos miramos con los ojos brillando de emoción y sin esperármelo, me abrazó, me abrazó tan fuerte que pensé que el aire escaparía de mis pulmones, pero me sentí tan a gusto que duramos unos cuantos minutos allí abrazados sin decir nada más.

Yoongi era curativo, era lo que necesitaba y se sintió tan extremadamente bien que cuando aflojó el agarre sentí frio hasta que mi mirada volvió a encontrarse con la suya.

 -¿Es real?-pregunté aturdido aun por la mezcla de emociones en mi cuerpo. El asintió aun tan cerca que tuve la necesidad de dejar un pequeño beso en sus labios acompañado de una sincera sonrisa.

-Aún así pienso invitarte a esa cita-susurró frunciendo un poquito su nariz. El gesto me resultó simplemente adorable. Debajo de esa fachada, ahí estaba ese hermoso gatito dulce que me volvía loco.

-Cariño, podemos tener todas las citas que quieras después de esto-aseguré.

-Eres tan guapo, un verdadero ángel-dijo él después de mirarme durante un rato mientras quitaba un par de mechones de pelo de mi frente.

-No digas eso-contesté ruborizado. Mucha gente me había dicho lo guapo que era pero nunca nadie me lo había dicho de aquella manera.

-Mi ángel-dijo acentuando el pronombre que le había añadido al cariñoso mote que había usado conmigo. Luego sacó un poco la lengua riéndose de mi.

-¡Yoongi!-me quejé alargando un poco la ultima vocal de su nombre. El solo me guiñó un ojo y dio un pequeño toquecito con su nariz en la mía.

-¿Puedo preguntarte que te ha hecho cambiar de opinión?-pregunté mientras me recolocaba en el sofá quitándome de encima suyo.

-¿Sobre?-fruncí el ceño y golpeé su brazo viendo como se ensanchaba su sonrisa.

-Ya lo sabes, sobre nosotros-aclaré.

-Tu Jimin, tu manera de ver la vida y que casi te pierdo-dijo simplemente poniendo su cabeza en mi hombro y acariciando mi brazo en su extensión. Nos quedamos unos minutos en silencio.

-Gracias por cuidarme cada noche, por no apartarte de mi lado-murmuré. El sonrió un poco y luego volvió a ponerse serio.

-Cuidarte es siempre lo primero para mi, de hecho he estado pensado seriamente en el viaje a Tokyo-aseguró él mirándome a los ojos. Elevé el brazo hasta acariciar su cabello.

-Que tu pienses me da miedo, que lo sepas-contesté.

-Después de lo de tu accidente...-empezó a decir.

-Voy a ir así que ni siquiera puedes intentar sacarme del grupo No vas a poder apartarme de todo durante toda la vida Yoon...-aclaré. Él frunció los labios con disgusto y yo negué con la cabeza.

-Ya lo se, pero solo quiero que estés a salvo- admitió. Volví a negar.

-Voy a ir y vamos a cubrirnos las espaldas entre todos, no discutas-sentencié dando por terminada la conversación. Me quedé un segundo pensando en los demás.

-¿Vas a contárselo a los demás?-pregunté acariciando su mano y su muñeca.

-¿Deberíamos decirles?-preguntó él como respuesta.

-Todos saben lo que hay tarde temprano lo acabarán sabiendo, Taehyung y Jungkook van a preguntar-aseguré pensando en la conversación de unas horas antes.

-Hobi también...-admitió. Le miré con una sonrisa condescendiente. -Bueno pues que se aguanten, guardemos esto un par de días más para nosotros, cuando se entere uno todos van a venir detrás y es cuestión de tiempo que en la empresa se enteren también. Ahora mismo lo único que quiero es que todo esto sea nuestro, una burbuja a nuestro alrededor, tu, yo y nuestros increíbles besos-murmuró capturando mis labios otra vez y acercándome por la cintura. Reí un poco y lo besé con devoción.

-Por cierto Yoon, tengo algo para ti-dije cuando me soltó. Me miró extrañado y yo me escabullí como pude hacia la mesita auxiliar que tenía al lado del sofá. Abrí un pequeño cajoncito y saque el regalo que Hobi había rescatado el día del accidente. Lo miré un segundo y se lo pasé con una gran sonrisa.

-Es una tontería que compré para felicitarte el año nuevo y después del accidente pensé que se había perdido pero Hobi lo guardó y me lo trajo cuando volví del hospital.

Abrió el pequeño estuche y sus ojos se agrandaron al ver el contenido. Una bonita pluma negra con detalles dorados destacaba entre el terciopelo negro que cubría la caja por dentro y justo en la parte inferior tenía un pequeño corazón dorado a juego con toda ella. Yoongi boqueó y me miró emocionado in saber muy bien que decir.

-Que sepas que con esta pluma se firmarán los mejores contratos y los mejores acuerdos...-empezó a decir pero tuve la imperiosa necesidad de interrumpirle y hacerle callar.

-No digas tonterías, la necesitaras cuando tengas que firmar autógrafos como el mejor pianista del mundo-chillé risueño.

-Pero...¿Cómo lo sabes?-preguntó con un gesto de incredulidad.

-Te observo, como tu dijiste, todos hemos tenido que renunciar a nuestros sueños para estar donde estamos-contesté simplemente. El me miró maravillado como si me viese por primera vez, volvió a acariciar mi mejilla y volvimos a besarnos como si los labios del otro nos llamasen constantemente. -Eres simplemente increíble-musitó cuando se aparto de mi.

Aquella tarde fue la más corta de mi vida. Pasamos la tarde viendo una serie y besándonos de vez en cuando y todo parecía tan irreal que a veces tenía que comprobar cómo sus largos dedos estaban entrelazados con los míos en la oscuridad de la casa o simplemente mirarle fijamente para entender que después de esos duros meses, por fin Yoongi estaba allí, aceptando por fin lo que ambos sentíamos por el otro. Sin miedos y con demasiadas ganas.

----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Buenoooo Buenooooo...

Hola a todos :)

Ya estoy aquí a dejaros este capitulo que tenia tantísimas ganas de publicar y que podáis leer. Es el capitulo que mas me ha costado y eso que estaba planeado desde el principio. 

Quería dejároslo ya porque estas próximas semanas empiezan mis exámenes y no quería dejaros 15 días o mas sin capitulo así que he empleado tiempo sacado de debajo de las piedras y aquí lo tenéis. Espero que no vomitéis demasiada purpurina y arcoiris.

¡Por fin Yoongi hijo! ¡Ya te ha costado!

Y por ultimo quería dedicaros este capitulo tan esperado a todos vosotros. Para ti, que me lees, este capitulo es tuyo. Gracias.

Nos leemos en el siguiente capitulo ;)

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top