❊ La pareja Mini-Mini ❊

Era un fin de semana cálido en el departamento que compartían Jimin y Yoongi, en invierno el calor de la pareja reconfortaba como no se imaginan y la calefacción era simplemente dejada de lado. Para Jimin, despertar entre los brazos de su alfa pelinegro era un sueño que nunca acababa, el suave olor a galletas inundaba sus fosas nasales y lo hacía sonreír incluso sin haber despertado del todo aún, haciendo que se abrace más a su fuente de calor humana sintiéndose muy cómodo y hasta con un poquito de bochorno.

El omega inspiró una gran calada del aroma cuando decidió subir hasta el cuello de su pareja para saciar sus ganas de cercanía, ese día sentía cosquilleos en el estómago y las manos le picaban por acariciar la cabeza de su mayor.

Solo que como ya eran las 11:00 am, Yoongi terminó despertándose también antes de que el rubio omega pudiera cumplir su cometido, ambos habían tenido unas muy largas horas de sueño y el alfa abrió los ojos curioseando sobre la razón por la que sentía cosquillas en el cuello, aunque ya debería saber la respuesta, volvió a cerrar los ojos cuando se encontró la mirada de su novio.

¿Es hoy verdad? —preguntó alegre el omega a su pareja, a lo que solo recibió un asentimiento en respuesta



[...]

Yoonnieeeee~ —Jimin lloriqueaba demandando la atención de su novio, el cual disque muy ocupado rehaciendo unas letras que no le habían gustado a un cliente.

Jimin —le habló tranquilo sin apartar la mirada del ordenador— sé que te dije que hoy tenía día libre pero esto surgió hace una hora y es muy urgente, si sigues interrumpiéndome me demoraré más en terminar¿quieres eso? —ahora si volteó a ver a su pareja luego de articular la pregunta.

Claro que Jimin no quería eso, tenía unas ganas inmensas de decirle que deje de ser tarado.

No es justo —farfulló entre dientes el omega antes de hacer que su labio inferior se abultara como clara muestra de inconformidad. Salió del pequeño estudio que su novio tenía en casa y se fue a encerrar en el cuarto, su lobo y él se encontraban frustrados olímpicamente.

Ah, y empezó a maldecir a media industria del entretenimiento, jurando que le arrancaría la garganta a ese cliente quisquilloso que puso a su novio a trabajar en su preciado día de descanso. La vida no estaba siendo justa, aún con mucha cólera se tiró sobre la cama boca abajo, empezando a patalear y a desordenar un poco la cama hasta que escuchó como algo se cayó del lado izquierdo de la cama, el lado de Yoongi.

aah... —soltó desanimado al ver que al desordenar las almohadas había tirado la pijama del alfa al suelo, la cual recogió y apretó sobre su pecho mientras daba unas vueltas sobre la cama, las acercó a su rostro y ahí aspiró del dulce olor a galletas otra vez, deseando con más fuerzas aún que Yoongi estuviera junto a él dándole besos y caricias de todo tipo— huele rico...—suspiró poniéndose la prenda sobre el rostro y extenderse de piernas y brazos sobre la cama, para más dramatismo— huele realmente bien~... —soltó casi en un gemido de lamento, dispuesto a buscar más de aquel aroma agradable.

Pero Yoongi no lo quería ver por su estudio, entonces se dirigió al armario y mientras movía los colgadores revisó que prenda podría tomar prestada para que aquella pijama que tenía en su posesión no se sintiera tan sola o tal vez era que nunca había sentido la ausencia de su alfa como en ese momento, y cualquier cosa que le perteneciera podría servirle de consuelo.

hummm... —mientras hacía un piquito, su mirada se desvió un momento al cesto de ropa para lavar ¡por supuesto! se alejó del armario dejando la puerta abierta mientras se acercaba al cesto para buscar tesoros, y que mejor que la polera que había usado ayer su novio todo el día en su trabajo— oh, su camiseta también está aquí —habló feliz mientras también sacaba la prenda mencionada del contenedor— ¡no puedo creer que aún no haya lavado su pijama de hace dos días! —exclamó sorprendido y fingiendo molestia, metiendo su mano al fondo del cesto para jalar las prendas hasta liberarlas por completo y una vez echo esto se sintió afortunado, con una sonrisita satisfecha tiró la ropa sobre la cama para después tirarse él sobre ella , moviendo los brazos como si estuviera haciendo un ángel de nieve y sintiendo esas pequeñas cosquillas en su estómago.

Al cabo de unos minutos, lejos de sentirse satisfecho, su sentimiento de conformidad se había ido por completo, se sentó en la cama con el ceño fruncido y los brazos cruzados mientras miraba el desorden de ropa sobre el que estaba y solo una cosa empezó a retumbar en su cabeza: necesitaba más.

Se dió cuenta de que había olvidado cerrar las puertas del armario y se levantó de un brinco en aquella dirección— tal vez puedo tomar esta camisa...—habló mientras descolgaba la prenda— y estos pantalones... el abrigo felpudo estará bien también —comentó con sus ojitos bailando sobre aquel guardarropa frente a él— ¿necesitará para mañana esa chaqueta?

Algo en su interior le autoconcedió el permiso para hurgar y revolotear dentro del espacio de su alfa en el armario, y Jimin no pensó dos veces las cosas, se sentía mareado pero no de una mala manera sino como cuando estás tomando vino dulce junto a la persona que te gusta.

Entonces perdimos a Park Jimin durante esas horas.



[...]

Eran las 6:30 pm, el pálido alfa de cabellos negros se sentía más que aliviado de haber guardado y enviado el trabajo de una buena vez, por fin dejaba de ser esclavo de su ordenador y por fin podía volver a sentir el trasero. Estiró los brazos por sobre su cabeza y pudo oír como sus huesos tronaban, se podía decir que ya no tenía ninguna molestia a excepción de la recriminación que le hacía su lobo por no haber estado junto a su omega toda la tarde cuando él los necesitaba, Yoongi le había repetido mil veces que Jimin entendía la importancia de su trabajo y que debería estar viendo televisión o algo por el estilo pero eso no calmó a su lobo.

 Dejando aquello de lado, Yoongi debía admitir que luego de las pequeñas palabras que intercambiaron más temprano, el que su novio no lo haya venido a buscar ni una sola vez le resultó un poco extraño sabiendo lo meloso que era Jimin, en su rostro se formó una pequeña sonrisita al imaginarse la cara de felicidad que pondría su novio cuando viera que ya estaba totalmente libre y todos los besos con los que llenaría su rostro apenas tuviera oportunidad.

Si, era lindo imaginárselo y eso lo hizo apurarse en salir de aquella cueva para ir al encuentro de su omega, su lobo estaba impaciente por olisquear aquel dulce aroma a chocolate directo del cuello del menor.

Jimin-aah... —llamó yendo a la sala, en donde decidió buscar primero a su pareja pero al no encontrarla ahí pensó que lo más seguro era la habitación, aunque primero le echó un vistazo a la cocina ya que quedaba de paso.

Al no encontrarlo en la cocina, el único lugar que se le ocurrió como el indicado era aquella habitación, sin ninguna duda.

Jiminnie —llamó despacio— hyung ya terminó de... —antes de tomar el picaporte de la habitación y de seguir hablando, se detuvo en seco al escuchar ruido proveniente de dentro.

mmmm te quieeeerooo... me gustas mucho —luego de unos segundos en silencio se lo volvió a oír— ¿también me quieres? que bien... peroo yo te amoooo...

Los primeros dos segundos se puso a la defensiva, pensando en las posibilidades de que hubiera alguien más allí adentro junto a su pareja —Dos segundos de estupidez—, luego pensó en que tal vez se encontraba hablando dormido, así que retomó sus intenciones de abrir la puerta nuevamente pero apenas está se abrió un poquito, un grito muy demandante salió desde adentro, asustando tantito al alfa.

¡¿QUIÉN ES?! —uy, ese tono sonaba como una advertencia, Yoongi terminó de abrir la puerta y cuando logró prender la luz lo vió, vió a Jimin sobre la cama pero también a toda la ropa del armario de manera que parecía que tenían dos colchones.

La habitación olía mucho a ellos, algo que hizo tambalear a Yoongi un poco desde la puerta, cuando intentó pasar, su omega envuelto en una de sus camisas se sentó rápidamente en la cama con una expresión de molestia y temor combinados 

¿Temor?

Jimin, soy yo amor —algo dentro de él lo hizo quedarse ahí parado sin avanzar, sintiendo que necesitaba el permiso de Jimin para poner un pie adentro— ¿me dejas entrar? —una voz en su interior de hablaba "es un nido, tienes que ganarte su permiso" pero la verdad es que lo dejaba más confundido que hace unos minutos.

Jimin se limitaba a evaluarlo de pies a cabeza, achicando los ojos mientras parecía pensarse todo.

— Jimin, lamento no haber estado contigo esta tarde —soltó sosteniendo la mirada de su pareja, quien lo escuchaba atento— yo... estoy aquí, así que... ¿me dejaras entrar? —su cuerpo estaba tenso, en su pecho el lobo se encontraba ansioso y no sabía que hacer más que esperar.

Yoonnie... —el omega formó un puchero mientras veía sobre qué estaba sentado, ese montón de ropa nunca reemplazaría a su alfa y el calor que este podía brindarle, dirigió su mirada nuevamente a la de su novio y abrió sus brazos a la espera de que el mayor lo aprisionara en un reconfortante abrazo amoroso.

Yoongi entendió aquella respuesta y avanzó dentro de la habitación, cerrando la puerta antes de saltar al encuentro de su lindo rubio y responder a su solicitud de amor, era raro encontrarse sobre todas esas capas de ropa pero lo más importante en esos momentos era estar al lado del menor y recompensar el tiempo perdido, ambos cayeron sobre el regadero de prendas y Jimin se aferró a estar así un rato.

Luego de algunos minutos, Yoongi había ideado un razonamiento coherente sobre la situación y gracias a la palabras que resonaron en su cabeza hace unos momentos entendió todo.

Jimin ¿esto es un nidito de amor? —preguntó bromeando mientras bajaba la mirada hacia su omega, el ambiente era muy cómodo y en su pecho sentía una sensación enorme de tranquilidad teniendo a Jimin sobre él.

¿eso es lo que es? —preguntó el rubio subiendo su mirada para encontrarse con esos bonitos ojos oscuros— debe ser... —soltó luego de haberlo pensado un momento— debe ser porque mi celo está muy cerca —comentó restregando su cabecita con el pecho del alfa— solo recuerdo que nunca antes había sentido esa desesperación para tenerte junto a mí, esta vez me sentí muy solo Yoonnie —habló cerrando los ojitos mientras aún estaba refugiado en el pecho de su novio.

Lo siento, debí darme cuenta antes —no se imaginan las ganas que traía Yoongi por darle un beso en aquel puchero que se estaba formando en los labios de su novio en ese instante— ¿me das un besito de aceptación a mis disculpas? —inquirió formando un piquito con sus labios, enterneciendo a su menor quien tomó delicadamente el rostro del pelinegro para plantar un dulce beso en su boca.

La joven pareja sentía una opresión en su pecho, una de satisfacción y alegría, podrían permanecer en aquel nidito de amor toda la vida.

O al menos eso sentía el omega.

Entonces... —habló Min luego de separarse un poquito del beso— ¿mañana me dedicaré a ordenar toda la ropa de nuevo en su lugar? —el solo pensarlo lo llenó de flojera, debería levantarse temprano para ordenar todo el armario de nuevo-

No —respondió rápidamente el menor— déjalo así un poco más ¿podemos? —pidió recostándose en el pecho de su pareja, acariciando sus hombros y pecho.

¿Cuánto es un poco más? —preguntó divertido buscando la mirada del omega.

A veces un poquito, a veces para siempre hyung....

Jimin, te amo pero este reguero no puede durar por siempre —aseveró acariciando su espalda

Alfa tonto, yo si podría vivir en la mugre si tu me lo pidier —renegó removiéndose en su sitio como un niño haciendo berrinche, tratando de calentar el corazón de su mayor.

Aunque el pecho de Yoongi siempre había sido cálido desde que Jimin apareció en su vida.

El alfa pelinegro levantó el mentón de su novio para que lo pudiese ver bien a los ojos, repasó con cuidado su barbilla y subió lentamente para delinear también sus labios, los cuales miraba con hambre.

Eres lo más lindo de este mundo ¿te lo había dicho? —habló mientras aún andaba perdido en aquellos labios que reclamaban silenciosos por los suyos.

me lo dices cada mañana...no seas exageradoo —reclamó con los colores invadiendo sus mejillas, dándole un pequeño golpecito al pecho de su pareja por haber dicho eso en voz alta.

Dame otro beso o voy a seguir hablando —esta vez tomó con ambas manos el rostro del omega y con la ayuda de este, pudo subirlo más a su altura para quedar frente con frente —pero antes dime que me amas~ —pidió en un tono algo aniñado imitando a cuando lo hace su novio.

Jimin quería evitar partirse de la risa pero simplemente no pudo con la voz ridícula con la que le habló Min— Te amo mucho mucho mmuuuuuuchoooo —contestó riendo antes de juntar sus labios con los del mayor, quien lo tomó de la cintura para que no se alejara ni un centímetro.

Ambos disfrutaban en demasía del beso, ambos sentían otra vez aquella presión en sus corazones que les decía que estaban en el lugar correcto.

Sin duda iba a ser un muy buen fin de semana, quizá y Yoongi al final pida unos días libres al igual que Park.

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