Nadie
¿Te has sentido inferior alguna vez? La respuesta es obvia, si, tu te has sentido inferior, una o varias veces, menos o más que otras personas, y eso está bien pero... ¿sabes lo que es sentirse inferior permanentemente y sin remedio? No hay un sol en esa eterna y violenta tormenta a la que llamas realidad, ni un arco iris, tampoco charcos para poder saltar, solo una fría, agresiva y frenética tormenta.
¿Te gustan los días lluviosos? A mi no. Quizá tu tengas un techo, un buen libro y chocolate caliente de aliados durante estas ocasiones pero esta tormenta de problemas solo ha sabido arrastrarme consigo desde hace 8 años, haciéndome sentir del frío y el dolor, si, algo así como la experiencia 3 D.
¿Sabes que es felicidad? Yo desconozco ese concepto, y no, no les miento. Sé que solo soy otra particula de polvo a la que nadie le importa y desaparecerá, igual que todo lo que conozco, a veces pienso seriamente en dejar de intentar escapar.
¿Tu eres tu amigo? Yo intenté serlo, porque ser enemigo de mí mismo solo iba a causar problemas, conocía todas mis debilidades. Lamentablemente lo único en lo que congenié es que era un asco, y empecé a odiarme, por eso estoy aquí, en la tormenta, en mi tormenta, intentando reparar lo que yo mismo causé
¿Presumes tener personas a las cuales le importes? Yo lo haré, cuando la conozca, nunca he tenido a alguien que me espere a cenar, o que me abrace cuando esté triste, o que no le de lástima, pero hoy sé que alguien está preocupándose por mi.
¿Tienes idea de que soy? Yo tampoco. No sé porqué existo, ni siquiera sé si soy real, pero puedo decirles donde comienza esto de mi atravesando la eterna tormenta de mi odio hacia mi.
Vayamos al grano ahora antes de que siga causándole lástima a usted, querido lector
No esperen que me describa o les defina mi persona, mi nombre o mi físico porque no lo haré, no soy ni espero ser importante en tu vida. Llámame Nadie si quieres, no importa.
Todo comenzó una tarde triste, en un pueblo triste, en una casa triste.
Yo llegaba a casa; abría el refrigerador, no había nada; iba a buscar trabajo en el periódico, no había nada; buscaba dinero en mis bolsillos, no había nada; y con hambre me iba a la cama.
Sin trabajo, sin amigos, sin familia, sin conocidos, viviendo en una casa de un viejo hombre al que la sociedad te obliga a llamar "tutor" que fue por las compras hace 4 años para nunca regresar.
Mi infancia, como llegué hasta ese momento, se definé en una cosa: "salí de una mujer", eso es todo, no sé recordar, ni idea de mi vida, pero debió ser una mierda para haber acabado así; lo único en mi mente es lo que pasó antes de acabar en la tormenta.
Pero en fin, divago mucho, regresemos. Al ir a la cama, mi pelea mental comenzaba:
"Nadie, si sigues haciéndote esto morirás de hambre", "Nadie, llevas 2 años usando la misma ropa, debería darte vergüenza", "Nadie, por favor, busca un trabajo, no puede seguir con vagueando así", "Nadie, consigue vida social, una pareja, algo", "Nadie, deja de ignorarme, soy tu conciencia, sé lo que te digo". Si, mi yo mental siempre fue un asco, yo siempre fui un asco.
Ya llevaba 2 semanas solo tomando agua de la fuente del parque, en algo tenía razón ese pedazo de mierda, no podía seguir así, por lo que hice otra solicitud de trabajo.
¿Saben que es lo que apesta de buscar trabajo? Todos te piden experiencia, ¿y de dónde sacas experiencia siendo ese tu primer trabajo?
Envíe solicitud a una escuela para ser conserje de un kinder, a veces solía pensar que estando cerca de los niños se me podría pegar esa felicidad irracional, su optimismo, su inquietud o su curiosidad, lo único que se me pegaba era ellos, aventandome rocas, rocas grandes, los moretones en mi cuerpo me obligaron a renunciar.
También intenté trabajar para los de la basura, ahí mi vida mejoró un poco: pude comprarme un sándwich y encontré unos pantalones casi en perfecto estado.
Sobreviví un tiempo, todo iba bien, hasta que me pasó lo peor que le puede pasar a un ser vivo
Me enamoré
Y no, no me enamoré de una persona como cualquier humano normal, me enamoré de una rana, literalmente.
Era vieja, babosa y silenciosa, la llamaba Linda, vivía en mi patio y hacia completo honor a su nombre. Podía pasar horas viéndola, acariciar su piel era todo un regalo, fue un amor no correspondido pese a todas las tardes dándole de comer, cuidandola del frío y el calor y dándole mi amor mientras rogaba clemencia.
De hecho recuerdo que, durante una noche estrellada, yo reflexionaba de la vida y el universo como la aburrida persona que soy, cuando de repente Linda se posó en mis rodillas, la luz de la luna le sentía bien.
Le susurré lo hermosa que se veía y cuando nuestras bocas se acercaban se alejó croando y saltando. La única conclusión filosófica a la que llegué esa noche fue que era el ser vivo más ridículo del universo. Y como la loca y estúpida vida me odiaba al día siguiente la encontré teniendo sexo con otra rana, me miró como si estuviera interrumpiendo algo importante, como si me odiara, y como el idiota y ridículo sujeto que soy me fui a llorar a mi cuarto y no salí de ahí hasta la mañana siguiente. Después de ese día no la volví a ver
Y si la vida de Nadie ya era una completa mierda, pues sorpresa, empeoró.
Vivir entre la basura me llevó a enfermarne, enfermarme de sida, toqué algo que no debía tocar, supongo. Me dio una pequeña fiebre primaveral, fiebre que casi me lleva a la muerte, se sentía de los mil demonios, y no me alcanzaba ni para un chicle, así que obviamente no tomé medicamentos.
Como siempre sobreviví, porque soy el bufón de la vida, su persona favorita en cuestión de mofas.
Poco después me expulsaron de la casa, el propietario acababa de vender la morada a unos extranjeros, no supe con que cara verlos mientras huía del lugar.
Fuera a donde fuera me echaban, y ahí estaba yo golpeándome a mí mismo en la calle.
"ERES UN ASCO, TE ODIO", si, así estaba a la 1:00 de la madrugada en plena vía pública, me estrellé contra la pared y ahí seguí aitolesionandome, llovía a cántaros, luego tropecé, cayendo en el cemento de la carretera, lástima que no vi el auto dirigiéndose a mi, lástima que tuve que nacer, lástima de persona que soy.
Y bueno, así fue como terminé en este limbo mental mío: la eterna tormenta. Sigo con vida, eso es seguro, a veces suelo escuchar los pitos de un electrocardiograma, los cuales me dan la certeza de que mi corazón aún late, y que hay alguien allá afuera pagando un cuarto para mi, para que despierte, esperándome, y por más patético que suene esa es mi única motivación para continuar, para tratar de escapar de mi tormenta.
Ojalá pronto despierte, y pueda ver a los ojos a esa persona que supo creer en mi, cuidarme y esperarme. A veces se me viene la idea de escribir un libro de las memorias de mi infancia, si es que las recuerdo; debe haber más anécdotas ridículas y penosas ahí, ¿te gusta la idea?
En fin, esta fue la historia de Nadie, una persona irrelevante que tiene sida y lleva 8 años en coma, se enamoró de una rana, sobrevive, se odia a sí mismo, no tiene vida social y está completa sola, con la mínima esperanza de que alguien espera su despertar con ansias...
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