XII - Fashion Week (Parte uno)

El evento comenzaba a calentar motores. Múltiples personalidades del mundo de la moda habían acudido, incluyendo críticos de arte, diseñadores, estilistas y uno que otro invitado VIP (la mayoría empresarios, cantantes y actores). En general, durante esa clase de reuniones, se incluía a miembros honorarios involucrados en el capitolio de los negocios de ropa y éstos, a su vez, tenían el derecho de seleccionar invitados. Aunque el objetivo del Fashion Week era lanzar las tendencias de temporada, servía para cerrar contratos o expandirlos. Por esa razón, Minho había tomado el proyecto, a pesar de que su compañía no estuviera directamente involucrada en la moda.

Para un distrito tan gigante como Manhattan, albergar unas setecientas personas en una pasarela no era problema. Eso sin mencionar los trabajadores que solo fungían como guardias de seguridad, guardaespaldas, coordinadores del evento y los equipos de peinado y maquillaje en los remolques aparcados fuera del edificio.

Dentro todo era ajetreo total. A una hora de haberse abierto las puertas de acceso, el ambiente comenzaba a descontrolarse. Varios de los invitados armaban jaleo entre copas, proporcionadas por la compañía Lee's por supuesto, poniéndose al día, contando chistes, chismoseando, criticando por lo bajo a otros diseñadores. Normalmente el primer día no había pasarela, solo inauguración y como protocolo, discursos de agradecimiento.

En medio de toda la masa humana, se encontraban Minho y Jisung acompañados de su grupo de amigos: la pareja Huh-Kim, Hyunjin y Felix, viendo con peculiar diversión los despampanantes vestuarios de todos los íconos de la moda, uno más extravagante que el anterior.

— Si estuviera con seis copas más encima, juraría que ese hombre viene vestido de wasabi —no faltaba el buen humor de Hyunjin.

— Sé más educado, por favor. Estamos en un evento grande. — recriminó Félix, a lo que el mayor solo se encogió de hombros, terminando su bebida.

— Oye, Minho, ¿cuándo nos invitas a la boda?

El rubio carraspeó un poco, rascándose la cabeza, desentendido del asunto. Jisung no tuvo tanta suerte, pues casi escupe el coctel que estaba disfrutando, el primero y último de la noche.

— ¿Boda? — preguntó Yunjin.

— Wow, me sorprendí mucho cuando nos contaste de tu relación con Jisung, pero no creí que sentaras cabeza tan rápido, big boy — dijo Chaewon, que solo se limitaba a tomar agua debido a su embarazo. — Enhorabuena por ambos

— Oh, señor... — expresó el inglés, colorado hasta las orejas por los comentarios, escondiéndose detrás de Minho, con la cabeza baja.

— ¡No, no hay planes de boda! — aclaró rápidamente el australiano, llamando la atención de algunos fotógrafos del área. Decidió bajar la voz para continuar la charla: — Digo, aun no. Jisung y yo tenemos poco de estar saliendo, además sería un desastre si la prensa se entera

— ¿Qué? — Yunjin tomó a Jisung del brazo para hablar con él, escudriñándolo con la mirada: — ¿El cavernícola no te presentado como su pareja de manera pública?

— N-No... Pero está bien. Yo tampoco quiero darlo a conocer todavía — respondió cohibido Jisung.

— ¿Por qué?

— Sí, Minho, ¿por qué? — secundó Félix.

El australiano tenía cinco miradas sobre él. Vaya, a eso se le llamaba ser observado incómodamente. Los medios de comunicación no deberían saber de su relación por ahora. Apenas se desempeñaba exitosamente como presidente de una compañía, pero lo cierto es que el esfuerzo de los últimos diez años se pagaba caro si no era cauteloso con lo que los amarillistas consideraban "taboo" o "escandaloso".

El hecho de ser un empresario lo sometía a constantes evaluaciones de su competencia, y claro, existía conspiración entre los más antiguos para tirar negocios pequeños o que fueran amenazas. Hyunjin le había advertido de las estrategias para devaluar las ventas: desde un pequeño rumor de botellas en mal estado hasta un fotomontaje que fomentaba el maltrato animal o la violencia de género. Nadie le aseguraba que declararse gay abiertamente influiría en el futuro de la compañía. Añoraba estar con Jisung, por supuesto; era su adoración, pero necesitaba medir sus palabras mientras adquiriera más poder que sus contrincantes. Solo entonces podría disfrutar tranquilamente su relación con el inglés sin temor a que la prensa atacara su reputación.

Hubo un silencio breve y finalmente retomó: — Solo estoy comprando tiempo

— ¿Comprando tiempo? — preguntó Jisung.

— Hago "marketing-on-the-road" — respondió el rubio.

— Qué raro, nunca escuché ese término en la universidad — en efecto, no existía formalmente en el plan de estudios de Jisung.

— Es una forma de evadir escándalos innecesarios. Ahora mismo los medios de comunicación se enfocan en el drama, lo reluciente, fresco y salseante. Aunque Lee's posea cierta reputación, sigue estando debajo de algunas marcas líderes — explico Yunjin . — Minho viene a esta clase de eventos grandes de vez en cuando solo para dejar presencia. Pero aprovecha para tomar contratos de empresas más pequeñas que también estén invitadas, negocia acciones monetarias y si todo sale bien, esas pequeñas empresas se convierten en sucursales o bien, en promotores de Lee's. La ventaja de movimientos así es que no es necesario contratar personal extra, pero aumentan las ganancias.

— Ya, ya, mareas al hombre, eso cualquier comerciante lo sabe. — interrumpió Hyunjin, palmeando el hombro de Yunjin. — Lo que quiere decir tu noviecito rubio con
"marketing-on-the-road" es que expande su empresa, pero saltando todo lo que puede desfigurar su perfil público. Tiene que cuidar la economía de Lee's, pero también su imagen ante las revistas empresariales, periódicos, televisoras, etc. La estrategia es permanecer neutral hasta que su capital sea tan poderoso que pueda intimidar a la prensa y obligarlos a nunca escribir algo malo sobre él. Por eso está atiborrado de proyectos: para ganarse los cimientos.

— En cuanto termine de hacer todo ese trabajo, volverá a disfrutar de sus fines de semana —recalcó Chaewon.

Jisung entreabrió los labios. Entonces cuando Minho le había pedido que no lo acompañara a las reuniones de fin de semana era para ocuparse de abrir nuevos proyectos. De repente sintio que desconocía al rubio, pero en el buen sentido. Con tanto trabajo en sus manos, todavía se daba el tiempo de acompañarlo a desayunar, comer y cenar, preguntarle si necesitaba ir a algún lugar, mantener una fabulosa vida de pareja, dirigir la compañía, hacer ejercicio tres veces a la semana y encima, aprender a cocinar para durante la semana pasada. ¿Cómo no se daba cuenta de todo el empeño y esfuerzo que realizaba?

Quiso tomarlo de la mano y besarlo, pero estaban el público, así que se limitó a sonreír.

"THE NEW YORK FASHION WEEK COMMITTEE GIVES YOU OUR WARMEST WELCOME. THE APERTURE CEREMONY WILL BEGIN IN FIVE MINUTES, PLEASE TAKE YOUR SITS ON THE PODIUM AS SOON AS POSSIBLE. THANK YOU."

El parlante anunciaba que la ceremonia de inauguración comenzaría en breve, así que todo el grupo se dirigió a los sitios designados en el enorme auditorio.

— Espera, Minho. ¿Puedo hablar contigo antes de que entremos? — preguntó con pena Jisung.

Esperaron a que sus amigos se retiraran. El australiano lo miró con calidez mientras tomaba su tercera copa. — ¿Qué pasa? —preguntó.

— Pudiste haberme pedido ayuda en los proyectos que estás empezando. Sabes que mi trabajo amerita que te apoye cuando lo solicites. Conozco el sistema de finanzas muy bien, podría recortarte el trabajo por lo menos un 30%. No es mucho, pero por lo menos te quitarías cargas, y quizá podría extender mi horario en la oficina; no importa si mi sueldo no sube demasiado, y...

— Jisung — lo detuvo, tomándolo de los hombros. — No puedo pedirte eso.

— Es que te esfuerzas demasiado. Yo no tenía idea por lo que estabas pasando, y encima... Te preocupé cuando me enojé porque hablaste con tu ex — comentó cabizbajo, culpándose.

— No lo sabías. No importa. — dijo, mirando alrededor. El recibidor estaba vacío, así que aprovechó para darle un beso profundo. — En primer lugar, lo de Dahyun es agua pasada; segundo, si no soy capaz de sostener mi propia empresa, no tendré cara para pedirte que seas mi pareja ante los medios de comunicación

— No me importa eso. Solo quiero estar contigo — confesó aferrándose al saco de Minho.

— Yo también. Créeme que quisiera facilitar las cosas, pero no puedo darme ese lujo. — respondió tomándolo del rostro. — Estoy en este mundo de negocios y gente ambiciosa, no puedo echarme atrás en mis planes. Tengo que ganarme la reputación y como te dije, no quiero involucrarte en problemas que no he resuelto. Sé que quieres ayudarme, lo sé. Piénsalo así: ¿cómo planeo darte seguridad si yo no forjo una para mí?

— ¿Estás seguro, Minho?

— Completamente — aseguró, dándole otro beso. — Anda, los demás nos esperan adentro.

La ceremonia de bienvenida comenzó con glamour, destellos, brillantinas, reflectores arcoíris y algunos bailarines con coreografías variadas. Todos estaban disfrutando el espectáculo desde sus respectivos lugares; los diseñadores eran los más serios respecto al festejo, pues sabían que antes de las pasarelas, habría rondas de desfile de todas las modelos. Aquello era una especie de concurso visual.

La presentadora, Jeon Somi, caminó en medio del pódium en cuanto terminó la música y farándula. Llevaba un vestido de lentejuela plateado, entallado, que le cubría desde el cuello hasta los pies. Una dama muy majestuosa.

— Bienvenidos al New York Fashion Week — habló con el micrófono. — Por parte del comité organizador, es grato para mí anunciar la apertura oficial al evento más grande del mundo de la moda. Los diseñadores más importantes han sido invitados aquí por una razón: el glamour que compartimos y la belleza de un buen conjunto — la chica hizo una pausa debido a los aplausos en agradecimiento del público, sonriendo — pero esto no sería posible sin nuestras bellas modelos, así que las presentaremos.

Cara señaló pilares detrás de donde salieron más de cincuenta modelos en un vestido neutral color gris con blanco y algunos accesorios. Entre las modelos se hallaba Dahyun, por supuesto. Todas las chicas fueron acercándose con la presentadora para saludar al público.

Cuando tocó el turno de la española, Minho comenzó a ponerse nervioso, pues por fin cruzaba miradas con ella. No la había visto en la recepción porque a las modelos no se les tenía permitido salir antes del espectáculo principal.

— Hola, querida — saludó Somi a la española. — Dinos tu nombre, quién es tu diseñadora de cabecera y qué esperas del New York Fashion Week.

— Antes que nada, buenas noches a todos los diseñadores. Me alegra poder ver a todos, soy una gran admiradora — habló con voz de miss Universo. — Soy Kim Dahyun, estoy bajo la dirección de la fabulosa Pia Rossini... -su jefa- Querida gracias por brindarme esta oportunidad, siempre estaré eternamente agradecida.

— Y, cuéntanos, ¿qué esperas de esta semana?

— Lo que espero es que todos podamos pasar un tiempo fabuloso — dijo, dando un suspiro algo exagerado. — Y en lo personal, me da mucha ilusión que mi futuro esposo esté aquí, viéndome.

Todos en la sala murmuraron en sorpresa. Ninguno de la prensa conocía sobre el compromiso de la española.

— Oh, eso es. Tenemos una historia de amor aquí mismo — comentó con emoción Somi. — ¿Nos dirás quién es?

— Claro, Somi, querida. Está ahí — señaló la fila donde estaba Minho, que había quedado petrificado. — Lee Minho. El hombre más maravilloso sobre la faz de la tierra. Hola cariño... Ouh, está algo nervioso. Es comprensible. Vale, muchas gracias a todos.

— Y ahí lo tienen damas y caballeros: Kim Dahyun — terminó el anuncio, con varios aplausos de parte de todo el público.

"Mierda, mierda, mierda" pensaba Minho en medio de su asiento, mirando de lado a Jisung, quien se había petrificado. Ninguno de los dos hombres podía concebir lo que acababa de decir la española, que encima de todo, había desaparecido tras los pilares del fondo sin atisbo de culpa.

— ¡Minhot...! — Hyunjin lo llamó desde su butaca a dos lugares del rubio. — ¿Qué caraj-...?

— Ahora, para entretenimiento de todos los presentes, el comité les tiene preparada una sorpresa — anunció Somi.

En seguida, las luces se apagaron, conmocionando a la sala entera. Jisung tomó la mano de Minho por inercia, aprovechando la oscuridad. A decir verdad estaba asustado por aquella mujer, Dahyun; parecía que había regresado con el propósito de causar problemas y con veneno en la lengua. Sintió el apretón de vuelta.

— No dejes que te amedrente. — escuchó la voz cerca de su oído, en secreto. — Ella está intentando algo. Está aprovechando que nadie conoce el pasado sobre Australia.

— ¿Pero por qué decir algo así precisamente hoy?

— Es una jugada para acorralarme y que deje de evadirla. Los medios no van a dejarnos ir en paz sin una entrevista.

— ¿Qué hacemos?

Las luces volvieron, dejando apreciarse dos siluetas muy peculiares en el escenario, comenzando una intro musical estilo pop.

— Estaremos bien, lo prometo — dijo Minho dejando su mano, pero mirándolo con la misma intensidad que cuando se besaban. — Ahora solo somos tú y yo

— Señoras y señores, con ustedes... ¡LADY GAGA Y RUPAUL!

El escenario se iluminó con luces neón y dorado saliendo desde los pilares traseros. La cantante lucía extravagantemente elegante, con su peculiar estilo resaltando en el escenario, interpretando el sencillo "Fashion". Junto a ella apareció la madre del drag, RuPaul en un vestido de plumas azules, haciendo coro. Todos los presentes estaban eufóricos al reconocer tan grandes personalidades de lo que significaba tener personalidad y ser original. ¿Quién no ama los vestidos de una reina del travestismo?

Hyunjin sabía que con el dúo cantando, el resto de la ceremonia perdería interés, así que podrían aprovechar para salir al lobby y conversar sobre Dahyun. Hizo una seña nada discreta a los demás de seguirlo hacia la salida. Chaewon estaba en la orilla y tenía dificultades para levantarse por su embarazo, pero Yunjin la miraba con demasiada ternura, tanto que no se percató que Hyunjin vociferaba blasfemias detrás de ellos.

— Bueno, ¿qué pretende la caraja esa? — preguntó Hyunjin al salir. — ¿Alguno sabía?

— ¿Tengo cara de saber algo? — recriminó Minho. — Me lleva... No sé qué demonios está planeando. Sabía que no era normal que volviera a buscarme después de diez años, pero lo que dijo en el discurso fue a propósito.

— ¿Habrá sido venganza por que la has ignorado? — preguntó Chaewon.

No lo creía. Incluso dentro de la personalidad rencorosa de Dahyun, soltar una bomba amarillista de esa categoría era demasiado. Lidiar con una mentira tan jugosa le daba ventaja, sobretodo porque Minho no podía simplemente negarlo todo frente a las cámaras porque cabía la posibilidad de que Dahyun metiera cizaña contra él y amenazara su carrera. Además, detrás de todo, la verdad saldría. Solo le preocupaba la postura que tuviera Jisung al respecto.

— Deja de lado eso, hay que enfocarnos en qué vas a responder cuando salgan los entrevistadores — recalcó Félix, dirigiéndose al rubio. — ¿Vas a desmentirlo ahora?

— Primero tengo que hablar con Dahyun para saber qué postura tomar.

— Todas las modelos están en los camerinos. Deberías buscarla antes de que acabe el concierto. Te cubriremos unos minutos.

Minho no deseaba reencontrarse con la mujer, pero era preciso escuchar de sus labios qué planes tramaba. Miró a todos sus amigos y trató de empoderarse. Miró a Jisung. Su corazón se derretía al verlo asustado en medio de todo ese jaleo.

— Volveré — aseguró solo apretando el antebrazo del inglés.

Justo afuera de la puerta donde se hallaban todas las modelos de Pia Rossini, Minho intentaba respirar con calma. El guardia de seguridad lo dejó pasar al reconocerlo como el prometido de la española. Era sorprendente la acústica que resonaba en esa parte del escenario. Literalmente las paredes tenían oídos.

Tocó un par de veces y lo recibió ella...

— Minho, qué sorpresa verte aquí. Pensé que estarías jugando por algún barcillo de Nueva York. ¿Quieres pasar? — el vestido que llevaba era hermoso, pero Minho juraba que se afeaba tan solo con escucharla. Entró, pero intentó quedarse lo más cerca de la puerta.

— Tú y yo terminamos nuestra relación hace diez años. ¿Por qué carajo dijiste esas mierdas allá? — trataba de no alzar la voz.

— Vaya, ni siquiera saludas a tu prometida, Minho — respondió, sentándose en un sillón de cuero rojo. — Sería un buen chisme que añadir para la prensa, ¿no crees?

— No estoy jugando.

— Yo tampoco. — dijo con más seriedad. — ¿Quieres comprar mi silencio? ¿Quieres que desmienta de forma pacífica nuestra supuesta boda?

Minho apretó los puños. No se atrevió a responder de inmediato porque su enojo iba creciendo.

— ¿Qué quieres?

一 El 50%

El rubio la miró confundido. — Explícate

— Quiero el 50% de Lee's

— Serás hija de...

— Ah, cuida tu lenguaje conmigo — dijo, mostrándole una revista donde ella era la foto de portada. — Observa, me he hecho más reputación estos últimos años. Te conviene una noticia a lado de mí, conseguirías que prestadores e industrias inviertan por tus servicios en alguno de sus banquetes tan solo por la popularidad y lo que flipa nuestra falsa boda. Por supuesto no pienso casarme contigo de nuevo. Te estoy proporcionando publicidad gratis y efectiva, y a cambio pido el 50%

— ¿Pero qué estás loca? — ya era lo suficientemente ridículo, ¿o era naturalmente una hija de perra? — cederte los derechos de mi compañía, eh. Te recuerdo que jamás te han interesado mis negocios y que no solicité tu asquerosa ayuda. ¿Para qué quieres Lee's de todas formas? Ya estás en el modelaje, que te baste con eso.

— Mis motivos no son de tu incumbencia. Ahora, quiero que cuando salgamos allá, te portes como el arrastrado perro romántico que siempre has sido conmigo. De lo contrario... — su voz cambió a una lúgubre. — "Estamos comprometidos porque estoy embarazada"; "fue demasiado rápido"; "le dije que nos tomáramos un tiempo para pensarlo, pero él estaba empeñado en hacerlo; "dijo que no quería compartirme con nadie"; "le supliqué que no lo hiciese"; "de solo pensar que concebimos en contra de mi voluntad"; "esa noche no la recuerdo, Minho me confesó que usó roofies conmigo"

Minho estaba indignado y endiabladamente furioso, ¿Cómo era posible que alguna vez creyó estar enamorado de esa mujer? No podía creerlo, era despiadada, con un apetito de poder y ponzoña de alacrán, dando una imagen de inocencia para después apuñalarte por la espalda... Veneno puro y letal.

— No lo harías

— ¿Quieres apostar?

El rubio golpeó la pared, dejando una grieta. Dahyun solo levantó una ceja y sonrió de lado. Minho seguía siendo un crio a comparación de ella; debía entender su lugar. Al no obtener una respuesta negativa, retomó su discurso:

— Ahora nos entendemos. — se puso de pie para sentarse frente a su espejo con focos iluminados, sacando su teléfono. — Ven, tómate una foto conmigo. Debemos vernos
felices para Twitter

Minho se acercó con demasiada desesperación. Una vena palpitaba en su sien derecha. Tenía tantos deseos de ahorcarla... Su rostro salió en la pantalla e imitó la mejor sonrisa que pudo con ella. Dioses, ¿por qué ahora? ¿por qué cuando creía que podía amar libremente a Jisung?

— No pienso tomarme otra foto contigo

—Harás lo que yo diga y por el tiempo que quiera. Si no soportas mi presencia, te sugiero que empieces los trámites de transferencia de derechos mañana mismo. Muéstrame los documentos y en cuanto los firme, haré una conferencia de prensa para anunciar la cancelación de mi matrimonio contigo. Por supuesto no tengo que recordarte que el trámite de Lee's debe ser secreto

Dahyun no se molestó en voltear para despedirse, continuando con su ritual de maquillaje pues saldría en unos minutos para dar la cara ante las cámaras.

— Recuerda que debes verte alegre cuando salgamos al lobby.

Minho estaba en el marco de la puerta al escuchar eso. — Algún día vas a tragarte todo el veneno que escupes, Dahyun. Yo me encargaré de eso.

— Suerte, querido.

Minho salió dando un portazo, desplomado sobre las escaleras del backstage. Escondió su rostro entre sus manos. Joder, joder, joder, ¿qué haría ahora? No podía hacer nada esa noche. La española lo había arrinconado como antes; sintió ese escalofrío de años atrás cuando Dahyun levantaba la voz y arrojaba floreros hacia él cuando no cumplía sus caprichos. No podía permitirle tener más control. No podía más. Estaba harto de ella.

Entonces, recordó un viejo contacto de Australia. Un abogado. Pero no la clase de abogado que llega a los tribunales luciendo un suite o un traje; su metodología para recabar datos y actuar como defensor eran diferentes.

Sacó su teléfono. Debía estar guardado el número en alguna parte del directorio.

***beep ***beep ***beep *** Llamada: aceptada.

— Yang.

— Jeongin... Soy Minho.

— Hey, fortachón. Hace tiempo que no sabía de ti. ¿Qué tal el mundo de la fama empresarial?

— Ahora no muy bien... Jeongin, tengo un trabajo para ti.

— Oh, pensé que jamás pedirías mis servicios. ¿Dónde estás?

— Nueva York. Es urgente, ¿en cuánto tiempo crees llegar?

— Tomaré el primer vuelo que salga.

— De acuerdo, gracias amigo... Y una cosa más: creo que será un trabajo doble

— ¿Con "S"?

— Sí, avísale por favor.

— Bien, te mando mensaje cuando estemos en el aeropuerto. See ya.

Minho miró la pantalla de su teléfono. Había sido el contrato más rápido que había tenido que cerrar. Treinta segundos.

Maratón 5/5. Espero les haya gustado esta maratón <3 Edite algunas cosas del capítulo ya que tuve un error con uno de los personajes, disculpen..

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