Tu no eres mi papá
Prólogo: A tu hija no le agrada Bucky a pesar de los intentos del soldado por caerle bien, hasta que su papá la decepciona y el Sargento es quien está ahí para animarla.
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sushiferrr
Advertencia: Aquí la rayis estaba casada (se divorció), y tiene una hija de 15 años.
Cuando Bucky y tu empezaron a salir, él ya sabía que anteriormente habías estado casada y tuviste una hija que ahora tenía 13 años ya que el Sargento y tu fueron amigos antes de tener su relación, se conocieron gracias a Sam ya que trabajabas con él y Joaquin.
Bucky te había dicho que no era un problema para él lo de tu hija y que tu ex esposo aún estuviera en tu vida por lo de las visitas y custodia compartida, lo cual fue un gran alivio ya que lo que sentías por el Sargento era muy fuerte, sin embargo tu hija iba primero.
La cosa es, que tu hija no estaba muy contenta con tu relación y siempre le había dejado en claro a Bucky que prefería mantener su distancia con él, a pesar de que el Sargento lo sabía.
Habían pasado 2 años desde que empezaste a salir con Bucky, y tu hija ya tenía 15. Él se había ido a vivir con ustedes y si bien tu hija era distante con él y las cosas eran complicadas, el Sargento siempre trataba de llevarse bien con ella y demostrarle que no quería reemplazar a su papá, si no que solo quería su amigo y cuidar de ti (a las dos en realidad).
En ese momento Bucky y tu estaban en la cocina terminando de preparar el desayuno, cuando tu hija bajó las escaleras de la casa.
–Buenos días, N/T/Ha.–Le saludó el Sargento con una sonrisa terminando de hacer los huevos revueltos.
–Hola. Mi papá ya llegó así que me voy.–Dijo ella llevando su mochila en el hombro.
–Oh... bueno, ¿va a ir a tu partido de fútbol?–Le preguntaste mientras bebías de tu taza.–Recuerda que hoy voy a llegar tarde.
–Si, si, no te preocupes, él dijo que me iba a acompañar.–Dijo ella guardando en su mochila su uniforme del equipo que le habías dejado doblado en el mesón de la cocina.–Ya me voy.
–¡Espera! ¿No quieres desayunar primero?–Le dijo Bucky tomando un plato que le había preparado.–Te va a hacer mal si te vas así—
–Gracias, pero no eres mi papá, mi verdadero papá me está esperando afuera, así que...
–N/T/Ha.–Le dijiste con voz firme.–No seas así.
–No, no, está bien. Que te vaya bien en tu partido.–Le dijo Bucky con una sonrisa dejando una mano en tu hombro.
Tu hija se despidió de ti y salió donde su papá la estaba esperando en el auto y se fueron, mientras que Bucky y tu se quedaron los dos solos en la casa.
–No es justo que sea así contigo.–Le dijiste a Bucky con un tono de voz más serio.–Ya han pasado dos años y sigue con esa misma actitud. Mira, no le he dicho nada porque a pesar de cómo es contigo siempre la defiendes y me pides que no hable con ella, pero esto ya es demasiado. No puede ser que—
–Muñeca tranquila, respira, ¿si? Está bien, enserio.–Te dijo el Sargento con una sonrisa dejando ambas manos en tus brazos.–Entiendo el por qué es así y no me molesta.
–Aún así no es justo, no puedes dejar que te trate así solo porque se le da la gana.–Le dijiste mientras él solo te abrazaba dejando un beso en tu cabeza.
(.....)
Habían pasado horas desde la mañana, tu ya te habías ido y Bucky recién había terminado de lavar la ropa, ordenar y limpiar un poco, por lo que se sentó un rato en el sillón a ver tele, cuando sonó su teléfono y vio el nombre de tu hija en la pantalla.
–¿Hola?
–Hola... oye... ¿mi mamá ya se fue?–Le preguntó ella con voz algo desanimada del otro lado.
–Si, se fue hace un rato. ¿Estás bien? ¿Pasó algo?–Preguntó Bucky apagando la tele con un tono de voz más preocupado.
–No, no, estoy bien, es que... es que mi papá prometió venir a verme jugar pero el partido ya va a empezar y aún no aparece entonces quería preguntarle a mi mamá si podía venir...
–Puedo ir yo si quieres, tu mamá no llega hasta la noche pero yo estoy libre.
–No, tranquilo, no pasa nada.–Dijo ella con la voz algo temblorosa pero tratando de ocultarlo.–Oye Bucky ya me tengo que ir, nos vemos después.
–Mucha suerte.–Dijo él antes de colgar la llamada.
El Sargento de inmediato se puso de pie y fue a su habitación para buscar en su closet una playera con el logo del equipo de fútbol de tu hija, una gorra y se pintó dos rayas en las mejillas con los colores antes de bajar, tomar las llaves de su auto e irse.
Mientras tanto, tu hija estaba en la cancha de fútbol ya en posición para empezar el partido.
Los capitanes de los equipos estaban hablando con el árbitro, mientras que ella seguía buscando con la mirada a su papá, a pesar de que ya le había mandado varios mensajes y él ni siquiera los recibió.
Justo cuando el partido comenzó y empezar a jugar, en un momento se detuvo y se volteó a las gradas donde vio a Bucky gritándole y celebrando.
Una gran sonrisa se formó en el rostro de tu hija y se limpió una lágrima rápidamente antes de seguir jugando algo más animada que antes.
El partido fue bastante difícil sin embargo terminaron ganando, y dejaron que los padres pudieran entrar a la cancha para felicitar a sus hijas, por lo que Bucky se acercó a tu hija con un ramo de flores y le dio un gran abrazo.
–¡Muchas felicidades! ¡Ganaste!–Le dijo él con una gran sonrisa, antes de alejarse y entregarle las flores.–Aunque ya sabía que ustedes iban a ganar.
–Gracias Buck...–Le dijo ella con una sonrisa viendo las flores, antes de levantar la vista hacia él.–Mi papá no... no vino... supongo que se le olvidó...
–Lo sé... pero no importa, ahora hay que celebrar. ¿Y si pedimos pizza? O hamburguesas, o sushi... o simplemente pedimos todo y ya.–Le dijo Bucky con una gran sonrisa pasando su brazo por los hombros de ella guiándo a las grasas, haciéndole reír.
(.....)
Ya era de noche cuando finalmente estacionaste tu auto fuera de tu casa, por lo que bajaste y al entrar, lo primero que viste fue a Bucky y tu hija sentados en el suelo de la sala de estar con muchas cosas para comer en la mesita de noche, mientras veían una película y reían.
–Hola... creí que te ibas a quedar con tu papá esta semana...–Le dijiste algo confundida dejando tus cosas a un lado, sentándote con ellos en el suelo.
–Al final no fue a mi partido, pero Bucky si. Ahora estábamos celebrando, ¿Tienes hambre? Te voy a traer un plato.–Dijo ella con una gran sonrisa dejando un beso en tu mejilla, antes de ir a la cocina.
–¡Felicidades!–Le gritaste mientras se iba, antes de voltearte hacia Bucky.–¿Está todo bien?
–Excelente, ahora somos amigos.–Te dijo él con una gran sonrisa y dándote pulgares arriba.
Soltaste una pequeña risita y después de que tu hija volviera con el plato, ella y Bucky te contaron todo del partido mientras comían y veían la película.
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