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–Así que terminaste con Leah.–Le dijo Sam a Bucky bebiendo de su botella de cerveza sentado frente suyo en el bar donde estaban.

La misión a la que habían ido los tres fue hace tres semanas, y desde ese momento Bucky no volvió a saber de ti.

El mismo día que volvió después de haberte visto, el Sargento sentía que la forma en la que hacía las cosas con Leah estaba mal, por sobre todo porque no te podía olvidar y no estaba siendo honesto ni con ella ni consigo mismo, y no era justo para ninguno de los dos, así que prefirió terminar su relación deseándole que ojalá pudiese encontrar a alguien que la quisiera por ella misma y que fuera muy feliz.

–Si... no quería lastimarla, no era justo para ninguno de los dos que estuviéramos juntos cuando no puedo olvidar a T/N.–Dijo Bucky soltando un pesado suspiro jugando con su botella.

–¿Bueno y qué estás esperando?

–¿Esperando de qué? ¿Para qué?–Preguntó el Sargento confundido levantando la vista hacia el otro.

–¡Para ir a buscar a T/N, claro! Bucky tu la amas, y créeme que T/N tampoco te ha podido superar. Tú no hablarás con ella, pero yo la veo casi todos los días y créeme cuando te digo que esa mujer te extraña tanto como tu a ella.–Le dijo Sam volviendo a beber de su botella.

–¿Enserio crees que debería ir a buscarla? ¿Pero y si ya está con alguien?–Le preguntó inseguro.

–¡Ay por dios! ¡James Buchanan Barnes deja de ser tan pesimista! Si te digo que vayas a por ella, es por algo.–Le dijo Sam golpeando ambas manos en la mesa soltando un suspiro.–Mira, te voy a decir una sola cosa que probablemente arriesgue mi vida pero yo los quiero ver felices y ser el padrino de sus hijos.

–¿Okey...?

–¡Cállate y déjame hablar! Hace dos noches invité a T/N a mi casa porque queríamos ver una película desde hace mucho. Vimos la película, nos tomamos unas cervezas y después sacamos una botella de vino. Ella se terminó quedando conmigo porque estaba muy ebria y no quise que se fuera así, y mientras estaba en ese estado me confesó que aún te extraña. Me dijo que no puede dejar de pensar en ti y que le duele saber que no fue capaz de arreglar las cosas a tiempo y que por eso ahora estabas con Leah.

También me dijo que si hubiese una mínima oportunidad de poder arreglar sus errores, la tomaría sin pensárselo dos veces pero tampoco quería ser la razón por la que terminaras con tu novia, o si en caso de que se llegara a dar, tampoco quería ser la tercera en la relación y hacerle ese daño a Leah.–Le dijo Sam viéndole fijamente mientras Bucky trataba de procesar lo que acababa de escuchar.–¿Estás convencido ahora o quizás debería emborracharla y grabarla para que me creas? Porque si es lo que necesitan para que dejen de ser tan tontos, entonces lo voy a hacer.

Bucky se le quedó viendo algo confundido, antes de dejar la botella en la mesa tomando su chaqueta y casco de su motocicleta, saliendo rápidamente del lugar.

–Muy bien, ESO es lo que quería ver yo.–Dijo Sam orgulloso de sí mismo bebiendo de su botella de cerveza.

Bucky fue hasta su moto y se subió para conducir lo más rápido que pudo hasta tu departamento sintiendo su corazón latir con fuerza en su pecho, el cual poco más y se le terminaría saliendo ahí mismo.

Finalmente cuando llegó aparcó su moto en el mismo callejón de siempre de cuando antes estaban juntos y te iba a visitar, y se sacó el casco llevándolo consigo para subir hasta tu piso.

Una vez fuera de tu puerta, inhaló profundamente pasando una mano por su cabello y luego tocó suavemente.

Unos momentos después, la puerta se abrió solo un poco al tener el candado puesto, y te vio usando una playera grande y holgada suya que alguna vez se le quedó en tu departamento (por lo cual no podía estar más feliz de que la hayas conservado), algo despeinada y con cara de sueño.

–¿Bucky?–Preguntaste confundida viéndole por el pequeño espacio que quedaba.–¿Qué haces aquí?

–¿Podemos hablar?–Te preguntó de vuelta ignorando tus propias preguntas, viéndote algo afligido.

–¿James qué quieres?–Soltaste un suspiro pasando una mano por tus ojos sin abrir la puerta por completo.

–Sam ya me dijo todo.

–¿Sam qué?

–Me dijo que aún me amas, que aún quieres estar conmigo pero no te acercabas porque estaba con Leah, pero muñeca hace tres semanas que terminé con ella. Rompí con Leah porque no podía dejar de pensar en ti.–Te dijo viéndote desesperado apoyando una mano en tu puerta.

–Espérame un segundo.–Dijiste cerrando la puerta.

Bucky frunció el ceño, sin embargo dio un pequeño salto al escuchar un grito tuyo dentro del departamento, y luego abriste la puerta por completo haciéndote a un lado como si nada hubiese pasado.

–Pasa.–Le dijiste pasando una mano por tú rostro mientras él hacía lo que le pediste dejando su casco en el sillón, y luego cerraste tras de ti.–¿Cuando te dijo todo eso? Y más importante, ¡¿por qué diablos lo hizo?! ¡Me prometió que no se lo diría a nadie!

–Dijo que era porque quería ser el padrino de nuestro hijos o algo así.–Te dijo con una pequeña sonrisa.–Pero muñeca, dejando a Sam a un lado, necesito saber si es verdad lo que dijo, porque enserio no puedo sacarte de mi cabeza, no puedo dejar de pensar en ti a cada momento del día ni—

–Es verdad.–Le interrumpiste jugando nerviosa con tus manos y viéndole a la cara.–Si, es cierto. Yo tampoco puedo dejar de pensar en ti, pero no quería entrometerme en tu relación y hacerle esto a ella porque sé que es horrible. Y-y además no sabía si tu sentías lo mismo de vuelta por—. No alcanzaste a terminar de hablar cuando Bucky te tomó con ambas manos y te acercó para besarte con fuerza.

Soltaste un sonido de sorpresa, sin embargo le besaste de vuelta enrollando tus brazos en su cuello para acercarlo aún más, y Bucky los suyos en tu cintura para pegarte a su cuerpo.

Pasó su lengua por tu labio inferior por lo que abriste tu boca dándole acceso, y el soldado soltó un pequeño gemido pudiendo explorar tu boca una vez más y que enserio fueras tu a quien tuviera en sus brazos.

Una vez se comenzaron a quedar sin aire, y sin ganas de hacerlo realmente, se tuvieron que separar quedando a centímetros del otro respirando agitados y con grandes sonrisas en sus rostros.

–Perdóname por todas las cosas que te dije muñeca, yo no—

–Yo también lo siento.–Le dijiste con una sonrisa llevando tus manos a sus mejillas para acariciarlas.

–Supongo que estamos a mano.–Dijo haciéndote reír antes de volver a besarte.–Me alegra que te hayas quedado con mi playera.

–Cállate.–Reíste avergonzada bajando la vista.

–Cállame.–Te desafió con una sonrisita.

Le quedaste viendo por un segundo antes de volver a besarle mientras el soldado te tomaba en sus brazos llevándote a tu habitación.

A LA MAÑANA SIGUIENTE...

Bucky y tú seguían recostados en tu cama, él abrazándote por la espalda con su rostro escondido en tu cabello y ambos aún desnudos por las actividades de la noche anterior.

Cuando empezaste a despertar te volteaste en sus brazos, y Bucky sonrió atrayéndote aún más hacia él.

–Buenos días Sargento.–Le dijiste con una sonrisa quedando a centímetros de su rostro, mientras él abría los ojos.

–Buenos días muñeca.–Te saludó de vuelta besándote con ternura.

–Aaawww... buenos días a los dos.–Dijo Sam desde la puerta de tu habitación provocando que ambos dieran un salto volteándose hacia él.

–¡¿QUÉ HACES EN MI CASA?!–Le preguntaste mientras Bucky trataba de cubrirte.–¡¿CÓMO ENTRASTE?!

–¡¿Cuánto tiempo llevas ahí?!–Exclamó Bucky molesto sujetando las frazadas encima tuyo.

–Oh no se preocupen, llegué hace un minuto. Tengo las llaves de repuesto, ¿no te acuerdas? Me las diste hace mucho.–Te dijo comiendo un rollo de canela.

–¡Sam nunca te he dado llaves! ¡¿Por qué lo haría?!

–Ah... es que una vez se te quedaron en mi casa y pensé que eran para mi.

–¡Esas son las que perdí y tuve que sacarle una copia a las que tenía Bucky! ¡Eso fue hace mucho! ¡Aún estábamos juntos antes de terminar!–Le dijiste viéndole confundida mientras Bucky tenía cara de querer matarlo.

–Vaya esto es incómodo... bueno como sea, me alegra que estén juntos de nuevo. ¿Quieren desayuno? Traje unos rollos de canela exquisitos y puedo preparar algo si—

–¡SAMUEL WILSON!–Gritó Bucky y Sam salió corriendo para ir a la puerta de entrada, cerrando tras de sí.

Soltaste una risita y Bucky se dejó caer en la cama pasando ambas manos por su rostro mientras te recostabas encima de él.

–Un día de estos juro que lo voy a matar.–Se quejó dejando sus manos en tus brazos.

–No seas así, al fin y al cabo es gracias a él que estamos juntos ahora.–Le dijiste con una sonrisa dándole un pequeño mordisco a su barbilla haciéndole reír, y el soldado te abrazó dándolos vuelta para quedar encima de ti.

–Te extrañé muchísimo, no quiero volver a alejarme de ti nunca más.–Murmuró escondiendo su rostro en tu cuello dándote pequeños mordiscos.

–No hay por qué hacerlo.–Le dijiste con una sonrisa tomando su rostro con ambas manos antes de acercarte para besarlo haciéndole suspirar en tu boca y sonriendo contra ella, envolviendo sus brazos a tu alrededor para pegarte imposiblemente más a él.