Prólogo: Desde que llegaste a los Vengadores, Bucky no sabía si podía confiar en ti ya que le daban miedo tus habilidades de poder manipular las mentes, sin embargo una noche cuando tiene un ataque de ansiedad y le ayudas se da cuenta de que si.

Wore count: 737

WonSungI12
Advertencia: La rayis tiene poderes para manipular mentes (parecidos a los de Wanda pero no iguales).

SHIELD te había contratado ya que poseías habilidades en las cuales podías entrar a la mente de las personas y manipularla a tu gusto, aunque no eras tan poderosa como Wanda.

Fury te hizo parte de los Vengadores con quienes te hiciste muy cercana en poco tiempo, además que gracias a tus estudios como psicóloga la mayoría acudía a ti cuando querían hablar, necesitaban consejos, etc.

Bucky era el que más se negaba a hablar o siquiera acercarse a ti, sin embargo con el tiempo se empezó a sentir más cómodo, aunque aún mantenía algo de distancia entre ambos.

Honestamente en el fondo al Sargento le daban miedo tus habilidades para manipular la mente ya que al fin y al cabo eso es lo que Hydra hacía con él, sin embargo tu eras mucho más diferente que los agentes quienes lo maltrataban todos los días, por lo que estaba en conflicto consigo mismo, no sabía si confiar o no.

Una noche te levantaste ya que no podías dormir y fuiste a la cocina para hacerte una taza de té y tratar de relajarte, sin embargo cuando llegaste al espacio abierto que eran la sala de estar, una pequeña cocina y el comedor, viste a Bucky sentado junto a uno de los grandes ventanales tratando de callar sus sollozos.

–¿Bucky estás bien?–Le preguntaste preocupada acercándote a él.

–Est-estoy... est-toy... no... n-no no pued... no puedo respirar, T/N...–Dijo totalmente agitado apretando con una mano su pecho y la otra en puño a su lado.

–Bucky tienes que tratar de calmarte, ¿si? Intenta respirar lento.–Le dijiste agachándote frente a él pero sin tocarlo por miedo de hacer la situación peor.

–No pued... no puedo... T/N no puedo...–Insistió agitado y sollozando, viéndote desesperado.–No puedo... no pued-do respirar...

Tragaste saliva nerviosa e inhalaste profundamente, a la vez que llevaste ambas de tus manos a cada lado de su cabeza bajo su mirada que era de completo pánico, y de tus dedos salieron unos pequeños destellos que fueron dentro de su cabeza.

Lo que estabas intentando hacer era suprimir esos recuerdos para que no fueran tan dolorosos pero sin que los olvidara por completo, además de intentar calmar el ataque de ansiedad que estaba teniendo en esos momentos.

Poco a poco su respiración comenzó a calmarse hasta que ya lograba respirar bien, y no fue hasta ese momento que alejaste tus manos de su cabeza.

–¿Estás bien? ¿Cómo te sientes?–Le preguntaste preocupada sentándote frente a él, pero dejando un poco de distancia entre ambos.

–¿Q-qué hiciste? ¿Qué me hiciste?–Te preguntó de vuelta limpiando las lágrimas en sus mejillas.

–Manipulé un poco tu mente para aliviar el dolor y el miedo que te causaban esos recuerdos.–Le dijiste con un tono de voz suave.

–¿Y tú los... l-los viste...?

Por un segundo dudaste en si decirle la verdad, sin embargo asentiste con la cabeza de todas formas ofreciéndole una sonrisa, y Bucky soltó un pesado suspiro bajando la mirada hacia sus manos.

–Ahora debes pensar lo peor de mi... que soy un monstruo...–Dijo con voz triste tragando el nudo en su garganta.

–Jamás podría pensar eso de ti, Bucky... solo creo que fuiste muy valiente por todo lo que pasaste, y por lo que sigues pasando.–Le dijiste con una sonrisa llevando tu mano algo dudosa a su mejilla para limpiar una lágrima, y el soldado levantó la vista hacia ti.–Puedo ver lo mucho que sufres con esto, y si puedo ayudarte entonces lo voy a hacer.

Bucky se te quedó viendo unos momentos preocupado, sin embargo una sonrisa tímida se abrió paso en su rostro y bajó la vista hacia donde tomó tu mano en la suya más grande.

–Gracias por ayudarme, muñeca...–Te dijo en voz baja levantando la vista hacia ti mientras besaba tu mano.

–Cuando quieras.–Respondiste imitando su sonrisa y agradeciendo que estaba oscuro para que así no pudiera ver tus mejillas sonrojadas en ese momento.