Ocho semanas

Prólogo: Bucky y tu llevan saliendo poco tiempo y quedas embarazada lo cual provoca que el Sargento se asuste pensando que los puede lastimar al bebé y a ti, por lo que trata de alejarse hasta que se da cuenta de que no va a estar solo.

Word count: 823

mernesarbillaga
Advertencia: Embarazo, un poco triste (?), final feliz.

Bucky estaba asustado, lo cual era comprensible ya que tu estabas en la misma situación.

Los dos habían comenzado a salir hace tan solo 4 meses por lo que aún era algo "reciente" su relación, sin embargo durante ese tiempo quedaste embarazada.

Cuando le dijiste a Bucky pudiste notar de inmediato lo tenso y nervioso que se puso, y no lo culpabas, tu también te sentías así con la situación, lo que si te dolía es que a partir de ese momento el soldado había comenzado a intentar alejarte.

Bucky no creía que fuera a ser un buen padre y le daba miedo hacerte daño a ti o a su bebé, por lo que había tomado la decisión de que lo mejor sería tomar distancia.

Las cosas entre los dos por las siguientes semanas estuvieron tensas, y a pesar de todos tus esfuerzos por hacerle ver que podía ser un buen papá, Bucky seguía sin acercarse.

Aquella mañana le habías enviado un mensaje de que irías a tu primera cita con tu doctora para ver cómo estaba el bebé, le diste la dirección y le dijiste que podía ir si quería, y si no, estaba bien.

En ese momento estabas en la sala de espera jugando nerviosa con tus manos y moviendo tu pierna sin parar por la ansiedad, ya para ese minuto te habías dado por vencida y estabas convencida que Bucky no aparecería.

–¿Señorita T/A?–Preguntó una mujer llevando una bata de doctora, cabello rojizo y ambas manos en el bolsillo.

–Soy yo, mucho gusto.–Le saludaste con una sonrisa acercándote para darle la mano.

–Soy la Doctora Addison Montgomery, mucho gusto. ¿Viene sola?–Te preguntó dejando ir tu mano.

–Si—

–¡Aquí estoy! Lamento la tardanza.–Dijo Bucky llegando a tu lado algo agitado antes de extender su mano hacia la doctora.–Bucky Barnes.

–Addison Montgomery, siganme por favor.–Les dijo con una sonrisa.

Bucky se volteó hacia ti y te ofreció una sonrisa tomando tu mano en la suya para entrelasarlas, y tu le sonreíste de vuelta sintiéndote un poco más tranquila sabiendo que estaba ahí.

La doctora los guió hacia su oficina y te hizo recostarte sobre una camilla donde levantaste tu playera.

–Esto va a estar un poco helado pero te aseguro que no duele.–Te advirtió con una sonrisa antes de esparcir el gel sobre tu vientre, mientras que Bucky sostenía tu mano.

Luego de aplicar el gel, la doctora tomó la máquina y la empezó a pasar por la zona viendo hacia una pantalla, antes de que una sonrisa se formara en su rostro.

–Aquí está... les presento a su bebé.–Les dijo volteando la pantalla para que los dos pudieran ver señalando un punto diminuto en ella.–Aún es muy pequeño para saber si es niño o niña considerando que solo tienes ocho semanas, pero pueden escuchar su corazón.

–¿Es enserio?–Preguntó Bucky sin poder borrar la expresión de asombro de su rostro.

La doctora solo apretó un botón en la maquina, y pronto se escuchó el latido de un corazón provocando que dejaras escapar las lágrimas en tus ojos, y al voltearte a ver al soldado pudiste notar que estaba ligeramente boquiabierto, y tenía los ojos llenos de lágrimas.

Tu solo le diste un apretón a su mano derecha que sostenía la tuya, y Bucky sonrió bajando la vista hacia ti ignorando las lágrimas que corrían por sus mejillas.

–Les voy a dar un momento a solas mientras voy a imprimir las fotos.–Les dijo ella apagando el sonido y alejando la pantalla para luego entregarte un trozo de toalla de papel.

Bucky tomó el papel y limpió tu abdomen mientras la doctora salió, y luego lo tiró a la basura a la vez que te sentabas en la camilla dejando tus piernas colgando de esta, volteándote hacia él.

–¿Bucky?

–Perdóname muñeca...–Dijo con voz temblorosa y muy baja quedando entre tus piernas, y tomando tus manos en las suyas.–Enserio lamento haberme alejado, no debí hacerlo... tenía miedo de... de que yo pudiera... amm...

–Yo sé... yo entiendo, tranquilo.–Le dijiste con una sonrisa tomando su rostro con ambas manos y limpiando las lágrimas en sus mejillas.–Como también sé que nunca harás nada para lastimarnos, estamos juntos en esto, ¿si?

–Lo sé...–Respondió asintiendo con la cabeza con la voz entrecortada, y se acercó para abrazarte dejando ir un tembloroso suspiro.–¿Puede Steve ser el padrino?

–Solo si Nat es la madrina.

–Trato.–Respondió haciéndote reír tomando tu mano para estrecharla, y luego se acercó para besarte con ternura y volver a abrazarte.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top