Una última vez (Realeza AU)*

Prólogo: Estás comprometida con el futuro rey Steven, así que tú amante y tú se ven una última vez antes de unirte en matrimonio con su mejor amigo.

Word count: 1701
Advertencia: oral-smut, posesividad (sólo un poco), smut.

–¿Qué está haciendo aquí?–Preguntaste sorprendida al ver a Bucky entrar en tú habitación, tarde por la noche. La misma noche previa a la que sería tú boda.

–No pude resistirme muñeca, sé que dijimos que dejaríamos de vernos... pero no pude aguantar las ganas de verte una vez más.–Te dijo poniendo el cerrojo de la puerta, y caminando hacia ti para posar sus manos en tú rostro.

–No puede estar acá, James. Debe irse ahora mismo.–Le dijiste apartando sus manos de tú rostro, bajando la mirada y haciéndote un paso hacia atrás.

–¿De verdad quieres que me vaya?–Preguntó dolido.

–Voy a casarme con tú mejor amigo, James. Debemos dejar de vernos a altas horas de la noche, no podemos seguir haciendo esto.–Hablaste aguantando las lágrimas que amenazaban con salir.

Steven Grant Rogers era el príncipe de Broocklynsia, y cuando su padre falleció debido a una terrible enfermedad, tuvo que asumir como rey. Pero para poder hacer eso, tenía que desposar a una mujer y reinar junto a ella.

Tú eras la hija de la mano derecha del padre de Steve, quien antes de que su amigo falleciera, le prometió que desposarías a su hijo y le acompañarías durante su mandato, y él le aconsejaría en todo lo que pudiera.

Pero lo que nadie sabía, es que tú, y James Buchanan Barnes, el mejor amigo de Steve y su mano derecha, mantenían una relación a escondidas del ojo público, y de todos en el castillo.

Eso, hasta que se les anunció que Steve y tú se unirían en matrimonio para él poder reinar. Lo malo, es que Steve tenía sentimientos por ti, pero tú no por él. Tú corazón le pertenecía a Bucky, y el suyo te pertenecía a ti, y nadie más.

–¿Crees que no lo sé?–Te preguntó acercándose a ti.–¿Crees que me alegra que vayas a casarte con mi mejor amigo? El mismo amigo al que traicioné al momento de besarte por primera vez.

El amigo que traicioné al momento de mirarte con otros ojos, y desearte de una manera inapropiada.–Mientras hablaba, se acercaba cada vez más y más, para tomar tús manos en las suyas y besarlas.

–Por favor, James... solo vete y no lo hagas más difícil de lo que ya lo es.–Le dijiste apartando tú manos.

Bucky con su mano izquierda levantó tú rostro y la posó en tú mejilla, la otra descansando en tú cadera. Se acercó hasta tús labios, y los dejó encima sin besarlos, roszándolos mientras hablaba.–Déjame hacerte mía una vez más... antes de que le pertenezcas a él muñeca, ¿por favor...?–Te preguntó, casi suplicando, posando ahora ambas de sus manos en tú rostro.

–Siempre voy a ser tuya James...–Le respondiste, para después acercarte y estrellar tús labios con los suyos, envolviéndolos en un apasionado beso, lágrimas ya corriendo libremente por tú rostro.

El deseo comenzó a hacerse mayor, y poco a poco fueron retrocediendo hasta la cama, Bucky trabajando en remover tús ropas de dormir, mientras tú hacías lo mismo con su uniforme.

Ambos cayeron en la cama, sin despegar sus labios, desvitiéndose mutuamente para pasar su última noche juntos antes de que te convirtieras en reina y desposaras a su mejor amigo.

Ambos se separaron por un momento debido a la falta de aire, y poder quitar las prendas del otro.

Una vez desnudos ante los ojos del otro, Bucky comenzó a besar tú cuello, para después bajar poco a poco besando cada parte de tú cuerpo, con tanta admiración y delicadeza, tomándose su tiempo para disfrutar y saborear su última vez juntos de esta manera.

–Voy a hacerte sentir bien amor mío, aunque sea esta última vez.–Te dijo desde su posición entre medio de tús piernas, mientras comenzaba a besar delicadamente tús partes, para después comenzar a trabajar con su lengua.

Comenzaste a gemir, tratando de no hacer tanto ruido para no alertar a nadie, mientras con una mano la enredabas en el cabello de tú amante, y con la otra apretabas uno de tús pechos, arqueando la espalda ante tanto placer.

–Eres deliciosa querida.–Gimió en tú parte baja, enviando un pequeño escalofrío a todo tú cuerpo, sin dejar de darte placer con sus dedos.

–J-james voy a—Ibas hablando, cuando un gemido te interrumpió al momento en el que tú orgasmo te abrazaba con fuerza, y Bucky tragaba y saboreaba tús fluidos.

Comenzó a besar todo tú cuerpo a medida que iba subiendo, hasta llegar a tú boca, donde le dio acceso a tú lengua para saborearte a ti misma. Posando tús manos a cada lado de su rostro.

Bajaste una mano, y tomaste su erectado pene, y comenzaste a masajearlo, antes de alinearlo con tú entrada, para que lentamente Bucky comenzara a insertarlo en ti. Tomándose su tiempo, disfrutando cada segundo de ello.

–Bucky...–Gemiste al sentirlo entrar en ti lentamente, abrazando a tú amante y escondiendo tú rostro en su cuello, mientras el otro mantenía una de tús piernas alrededor de su pecho para hacer que llegara más profundo, y con la otra se apoyaba en la cama.

–Dios... voy a extrañar esto...–Gimió una vez que ya había entrado por completo.–Voy a extrañar el como tús paredes luchan por aceptarme, amor mío...

El como estamos hechos el uno para el otro...–Iba hablando, mientras se movía con tal ferocidad sin darte la oportunidad de acostumbrarte a su gran tamaño, pero honestamente en ese momento no te importaba.

Iba a ser probablemente la última vez en la que podrían disfrutar de un momento así, que ya no te importaba sí alguien los oía o no. Lo único en lo que podías concentrarte era en lo bien que el mejor amigo de tú futuro esposo te estaba haciendo sentir.

–¡No pares por favor!–Gemiste dejándote caer en la cama, arqueando la espalda al sentir que su gran masculinidad te daba en los lugares exactos.

–Nadie puede hacerte sentir de esta manera.–Te dijo con tono dominante, para después acercarse a tú boca y besarte salvajemente, envolviéndolos en un beso desordenado. Con lengua, dientes, y saliva por doquier. De esos besos que te quitan el aliento, pero los que no quieres que terminen nunca.

–Soy solo tuya James.–Le dijiste, ahora tomando tú el control y empujándolo fuera de ti para que quedara recostado en la cama.

Volviste a subirte sobre él, tomando su aún erectado pene en tú mano, para otra vez insertarlo dentro de ti, mientras comenzabas a montarlo y moverte con ferocidad, haciéndoles ver estrellas a ambos.

–Dime que eres mío.–Le ordenaste sin dejar de moverte, mirándole hacia abajo a los ojos.

–Soy solo tuyo muñeca... de nadie más...–Gimió al comenzar a sentir su orgasmo aproximarse–Solo tú puedes hacerme sentir así...

Bucky comenzó a mover sus caderas hacia arriba para alcanzar tús embestidas y ayudarte. Ninguno dando señales de querer detenerse.

–Ya no puedo aguantar más.–Le dijiste, para ser interrumpida por un gemido, Bucky manteniendo sus manos en tús caderas, tampoco mostrando señales de detenerse.

Bucky te dio la vuelta dejándote con la espalda en la cama para seguir moviéndose dentro de ti, aún más fuerte, rápido y salvaje que antes para hacerte ver estrellas mientras te corrías alrededor de él. Lo único que podía oírse en la habitación, era el sonido de sus pieles chocando con la otra y sus agitadas respiraciones.

–Déjalo ir muñeca...–Gimió en tu oído, siendo ese pequeño gesto lo que desencadenó el mejor orgasmo que jamás hayas tenido en toda tú vida.

–Q-querida voy a—Iba hablando Bucky mientras comenzaba a salir de ti para no depositar su semen dentro de ti, pero le abrazaste con todas tús fuerzas, pasando ambas de tús piernas por sus caderas para evitar que saliera mientras te movías para ayudarle a venirse, escondiendo tú rostro en su cuello, pequeñas lágrimas saliendo de tús ojos debido al placer y todas las emociones revueltas que pasaban por ti en ese momento.

–¡¿Qué estás—Exclamó, pero fue interrumpido por un gemido al sentir su orgasmo arrasar con él, sin poder contenerse y evitar soltar todo su semen dentro de ti.

–Sigue moviéndote...–Le dijiste al oído, a lo que él obedeció para así satisfacerse más a sí mismo.

Una vez que ya había vaciado todo lo que tenía dentro de ti, lentamente salió y se recostó a tú lado en la cama, aún asimilando lo que acababa de ocurrir, ambos tratando de regular sus respiraciones.

–¿Por qué lo hiciste linda?–Te preguntó tiernamente, rescotándose de lado para verte a la cara, pasando unos mechones de tú desordenado cabello detrás de tú oreja.

–Para demostrarte que voy a ser tuya por siempre...–Le aseguraste, mirándole a los ojos con lagrimas corriendo libremente por tús mejillas.

Bucky se acercó a ti y te abrazó con todas sus fuerzas, dejando tú cabeza bajo la de él, mientras escondías tú rostro en su cuello y le abrazabas de vuelta.

–Te amo tanto muñeca, no sabes cuanto...–Te dijo, ahora lágrimas corriendo por sus mejillas también, dejando tiernos besos en tú cabeza, mientras acariciaba tú desnudo cuerpo con sus manos.

–No quiero que esto termine...–Le susurraste acariciando su espalda con tús dedos.

–Yo tampoco muñeca... yo tampoco...–Respondió de vuelta tristemente.

Ambos se amaban profundamente desde hacía mucho tiempo, pero eso no era suficiente. Estaban destinados a vivir deseando tener al otro a su lado, pero jamás iba a poder ser posible. Tú ibas a casarte y ser la esposa de su mejor amigo, y él tendría que limitarse a admirarte desde lejos, como tú a él.

Tal vez podrían mantener su relación a escondidas, pero sería demasiado arriesgado, y no podrían vivir pensando en que ambos estarían traicionando a Steve.

Eventualmente después de la boda, tendrías que engendrar a la descendencia del rey, algo que le partiría el corazón, pero era necesario. Suponiendo que sería de Steve y no de Bucky.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top