Traición (parte 2)

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May-1908

дерьмо (der'mo) = mierda.
Según Google se escribe así, en caso de que esté mal, hay que culparlo a él 😐

Word count: 920

Ya había pasado un año entero y Bucky aún se negaba a aceptar el hecho de que ya habías enviado la solicitud de los papeles de divorcio.

Tu abogada, la prima de Bruce y un amigo tuyo, Matt Murdock. Se habían puesto en contacto con él, por lo que no le quedó otra opción más que contratar también su propio abogado.

Aunque eso no le detuvo de ir un día al departamento donde estabas viviendo ahora tú sola para tratar de solucionar las cosas.

Nadie quiso darle tu nueva dirección, ni si quiera Steve. Pero de todas maneras la consiguió y fue hasta allá.

Llegó y llamó a la puerta golpeando un par de veces, y espero a que abrieras.

La puerta se abrió y en lugar de verte a ti, vio a un Pietro Maximoff con solo pantalones de pijama y sin playera, el cabello algo despeinado y con cara de sueño. Rascándose la cabeza.

–¿Si?–Preguntó, pero cuando se dio cuenta de quien era, abrió los ojos sorprendido y todo el sueño que tenía se le fue.–дерьмо..

–¿Qué mierda haces tú aquí en casa de mi esposa?–Le preguntó con el ceño fruncido y evidentemente enojado.

–Legalmente seré tu esposa, pero dentro de poco no. Y que no se te olvide que estamos separados, solo falta firmar los papeles para hacerlo oficial.–Dijiste bajando las escaleras de tu departamento y acercándote a la puerta para ponerte frente a Pietro, usando una de sus playeras.–Y espero estés aquí para hablar de eso, porque si no es así, te puedes ir. Qué quieres, Barnes.

–Yo mejor los dejo conversar.–Dijo Pietro con su distintivo acento, comenzando a caminar hacia las escaleras.

–¡No! ¡Tú no te vas!–Le apuntó con el dedo índice, viendo detrás de ti.

–No tienes ningún derecho de venir aquí a exigir ni ordenar cosas.–Le dijiste mientras Pietro le hacía muecas y burla detrás de ti, para luego subir rápidamente.–Así que dime qué es lo que quieres. Tengo bastantes cosas que hacer.

–¿Cómo ir y foll—. Te iba diciendo con el ceño fruncido y el veneno evidente en sus palabras, antes de que le interrumpieras.

–Más te vale no seguir con esa frase James Buchanan Barnes porque de los dos, eres el que menos puede hablar de una cosa así. Y tampoco te voy a permitir dirigirte a mi de esa manera. No tienes derecho de referirte a mi ni a Pietro así.–Le dijiste seriamente.–Y ya si no tienes nada que decir, puedes irte. Y si necesitas algo, puedes comunicarte con cualquiera de mis dos abogados.–

Ibas a cerrar la puerta, pero Bucky puso su mano izquierda para detenerte, por lo que volviste a abrirla.

–¿Ahora qué pasa?–Soltaste un suspiro irritada, rodando los ojos.

–Muñeca por favor... no hagas esto... sé que podemos solucionarlo y superarlo. Podemos ir a terapia juntos, o no lo sé... pero por favor no lo termines así como así.–Te habló con voz más suave.

–¿Estás hablando enserio? James, ha pasado literalmente un año. Ve y haz tu vida con Natasha, o con quien sea, no lo sé. Ahora estoy con Pietro, y soy feliz con él. Así que haznos un favor a los dos, tanto para ti como para mi, y firma los papeles.–Le dijiste con voz cansada.

Bucky soltó un suspiro y agachó la cabeza, tragando el nudo que se le hizo en la garganta.

–¿Esto de verdad es lo que quieres?–Te preguntó en voz baja y jugando con sus manos, para después levantar la vista hacia ti.

Soltaste un gran y profundo suspiro, viéndole a los ojos.

–Sí, Bucky. De verdad esto es lo que quiero. Llevo diciéndotelo el año entero.

–Sí firmo los papeles... ¿vas a casarte con Pietro?

–Lo que haga o no haga después del divorcio no te incumbe, James. Sólo firma los papeles, ¿quieres? Terminemos con esto de una buena vez. No es sano ni para ti ni para mi alargarlo más.

Acepta el hecho de que nosotros ya no vamos a estar juntos.–Le hablaste con voz más suave, sin apartar la mirada de él.

–Bien... nos vemos.–Dijo con una pequeña, triste y rápida sonrisa, para después darse media vuelta e irse caminando por el pasillo.

Cerraste la puerta y sentiste una ráfaga de viento detrás de ti, y luego un par de mano abrazándote por la cintura.

–¿Estás bien, printsessa?–Te preguntó con voz suave, dejando besos en tú cuello.

–Sí, no te preocupes. Todo está bien.–Te diste vuelta en sus brazos, ofreciéndole una sonrisa y posando tus manos en sus mejillas.

–¿Sabes? A veces me pongo a pensar en el tiempo en que te coqueteaba y siempre me rechazabas.–Te dijo con una sonrisa coqueta, mientras pasabas tus brazos por su cuello.

–Bueno... puede ser porque durante ese tiempo estaba casada. Pero ahora soy toda tuya, y puedes coquetearme todo lo que quieras.–Te acercaste a su boca sonriendo, rozando tu nariz con la suya.

–Wanda siempre me dijo que luchara  por mis sueños... y sí se cumplieron.–Te dijo con una gran sonrisa, para después acercarse y besarte, tomándote en sus brazos y enrollando tus piernas en su cintura, para luego caminar hasta las escaleras e irse a su habitación sin romper el beso.

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