Separados por el tiempo (Bucky x hermana)
Prólogo: Bucky al fin te encuentra después de buscarte por mucho tiempo.
wildorispe
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Bucky llevaba muchísimo tiempo buscándote, y Steve mucho más que él.
Después de que el capitán lo liberara de Hydra, le dijo que tú ibas en la nave con él cuando se estrelló. Pero que cuando SHIELD lo encontró, tu cuerpo no estaba allí y que se había dedicado a buscarte porque tenía la esperanza de que aún estuvieras viva.
Ambos comenzaron a buscarte por todos lados. Pero tenían la leve sensación de que Hydra había tenido algo que ver con tu desaparición.
Cuando por fin encontraron una pista de donde pudieras estar, no dudaron en ir a buscarte. Y cuando llegaron a la base de Hydra, te encontraron congelada en una gran cápsula como en la que mantenían tu hermano.
–Tenemos que sacarla de aquí. No puedo dejarla en éste lugar, Steve.–Le dijo Bucky, tratando de ocultar su desesperación.
–Hay que llamar a Fury. Tal vez pueda enviar un equipo de rescate que la saque de ahí como lo hicieron conmigo.–Steve se alejó un poco de donde estaban para llamar al director, mientras Bucky se quedó observándote.
Te veías igual a como la última vez que estuvo ante ti, con la diferencia de que tenías una cicatriz en la mejilla izquierda que bajaba hasta tu labio y un poco a tu mandíbula.
Con tan solo pensar en todo el infierno que debiste haber vivido, a Bucky se le apretaba el corazón. Imaginarse que te hicieron hacer lo mismo que a él le desesperaba, y deseaba haber podido hacer algo para que tú no tuvieras que vivir aquella pesadilla.
Bucky puso su mano en el cristal, conteniendo las lágrimas y viendo a tu dormida figura a través de él.
–Vamos a sacarte de aquí, muñeca. Te lo prometo. Y vamos a estar juntos los dos, como siempre ha sido... no voy a abandonar a mi hermana otra vez...–Susurró sin despegar la vista de ti.
Un par de horas después, el equipo por el que Steve había solicitado apareció en la base abandonada y se pusieron en marcha para sacarte del hielo.
No fue un proceso fácil, pero se logró. Días después, cuando aún no despertabas, el rey T'challa se ofreció a llevarte a Wakanda para brindarte atención médica y así tal vez Shuri podría ayudarte de una manera distinta. Y así lo hicieron.
Bucky se fue contigo y no se despegó de tu lado en ningún momento.
No despertaste en un mes entero, y cuando por fin lo hiciste, Bucky seguía a tu lado.
El soldado tenía su mano en la tuya mientras dormía, cuando sintió un leve apretón en ella.
Abrió los ojos de golpe, y al ver en tu dirección, te vio sentándote en la cama, con los ojos entrecerrados por la luz del sol que entraba por la ventana.
–T/N...–Susurró asombrado.
Al oír tu nombre, volteaste hacia él, y lágrimas comenzaron a caer de tus ojos.
–¿J-james...?–Tú voz aún estaba ronca, y temblorosa al ver que tu hermano al que creías muerto estaba sentado junto a ti.
Una gran sonrisa se dibujó en su rostro, y se sentó en la cama frente a ti para después abrazarte con fuerza, llorando en tu hombro mientras tu hacías lo mismo.
–James... estás vivo...–Susurraste soltando una pequeña risita, abrazándolo con fuerza para luego alejarte un poco y tomar su rostro en tus manos y así examinarlo, aún tratando de convencerte de que estaba ahí.
–Aquí estoy, muñeca... aquí estoy...–Te aseguró tomando tú rostro con ambas de sus manos.
Soltaste su rostro y le diste una cachetada que le hizo dar vuelta la cara, llevándose la mano a la mejilla.
–¡Auw!
–¡No vuelvas a hacerme eso, James Buchanan Barnes!–Golpeaste su hombro, para luego volver a abrazarlo con fuerza.
El soldado rió ligeramente, y te abrazó de vuelta, acariciando tú cabeza y dejando besos en tú hombro.
–Lo prometo, muñeca... lo prometo. Tu también me tenías asustado.
–Sí, pero cuando yo tuve el accidente, tu ya estabas muerto.–Te alejaste un poco para verle a los ojos, con su mano derecha en la tuya mientras secabas las lágrimas con la otra.
–Pero ya estamos juntos otra vez. Y te prometo que jamás, pero jamás, voy dejarte otra vez.–Acarició tu mano con suavidad, una sonrisa adornándole el rostro.–Y te prometo que te voy a ayudar, y te voy a acompañar en todo...
–Te extrañé tanto...–Susurraste volviendo a llorar, acercándote a él para abrazarle otra vez.
–Yo también, muñeca. No te imaginas cuánta falta me hiciste...–Besó tu cabeza, y te sujetó en sus brazos sin querer dejarte ir por miedo a que volvieras a desaparecer.
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