Prólogo: Bucky y Nat están casados y quieren adoptar, por lo que les llevan una bebé para ver si están calificados.

Lucy4666
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–Nat... respira. Trata de tranquilizarte.–Le dijo Bucky desde donde estaba sentado en el sillón de su pequeña casa, viéndola caminar en círculos frente a él, mordiéndose las uñas nerviosa. Algo totalmente raro en ella.

–¡No es tan fácil! ¡¿Okey?! Toda mi vida he soñado con este momento, y ahora que va a pasar no puedo quedarme quieta en un solo lugar porque siento que si lo hago los nervios me van a consumir y—Iba hablando con rapidez, cuando Bucky se levantó de su asiento y la tomó de ambos hombro, viéndola a los ojos.

–¡Hey! Tienes que calmarte. Sé que es difícil, porque yo también estoy nervioso, pero debes intentar, ¿si? La bebé cuando llegue va a sentir tu nerviosismo.–Le habló con suavidad, moviendo sus manos de arriba abajo para tranquilizarla.

–Sí... tienes razón...–Le dijo soltando un suspiro y acercándose a él para abrazarlo.

Se quedaron así por un par de minutos, cuando escucharon el timbre sonar  y Nat corrió hasta la puerta, arreglandose el cabello y la ropa, mientras Bucky caminaba hacia su lado y reía suavemente.

Abrieron la puerta, y del otro lado estaba la asistente social, con una bebé en sus brazos, y un bolso en su otro hombro.

–Mucho gusto, Señora Johnson. Pase por favor.–Le dijo Nat nerviosa, y a la vez emocionada por haberte visto, al igual que Bucky.

–Es un gusto verlos a ambos nuevamente. Les presento a T/N, tiene cinco meses. Lleva esperando por una familia desde que sus padres biológicos desafortunadamente la abandonaron dos días después de su nacimiento.–Les explicó mientras tú sonreías viendo hacia la pareja, extendiendo tus pequeños brazos hacia Bucky.

Al soldado se le desapareció la sonrisa del rostro, y una expresión de preocupación y confusión apareció.–¿Q-qué le pasa? ¿Por qué me ve así?

–Quiere que la tomes en tus brazos.–Le dijo Nat con una sonrisa, haciendo todo lo posible por aguantarse las lágrimas.

–¡¿Yo?! P-pero—

–¿Acaso no sabe cargar a una bebé, Señor Barnes?–Le preguntó la asistente social, a la vez que te dejaba en sus brazos.–Ponga su brazo de esta manera para que no se caiga.–Le mostró mientras ponía tu manta en su hombro.

Bucky se puso tenso al principio contigo en sus brazos, pensando que podría dañarte, pero al verte sonreír, una gran sonrisa también se formó en su rostro, y comenzó a jugar con su mano derecha contigo mientras la otra te sujetaba, y tú reías. Caminó hasta el sofá para sentarse, y se olvidó por completo de todo lo demás.

A Nat se le habían escapado un par de lagrimas, pero las limpió rápidamente.

–¿Le molestaría mostrarme su casa, Señora Barnes-Romanoff? Necesito asegurarme de que está adecuada para T/N y que no correrá ningún riesgo aquí.–Le dijo dejando tu bolso junto a Bucky en el sillón.

–Por supuesto, venga por aquí.–Le dijo Nat con una sonrisa, dirigiéndole una última mirada de ternura a su esposo.

(.....)

Más tarde, después de que revisara toda la casa, la asistente social se fue y te dejó con ellos por unas dos semanas como prueba para saber si eran los adecuados.

Nat se sentó junto a Bucky en el sofá, al fin después de estar todo el día con la asistente social, y el soldado se la entregó con delicadeza para que al fin te pudiera tener en sus brazos.

Una vez te sostuvo, ya no pudo seguir aguantando las lágrimas, mientras Bucky la veía con una gran sonrisa..

–Es hermosa...–Susurró pasando con delicadeza su manos por tú rostro, mientras sonreías alegre.

–Sí que lo es...–Le dijo Bucky dejando un beso en su mejilla.

Estiraste tu mano y tomaste la izquierda de Bucky, envolviendo tu pequeña manito en su dedo, riendo mientras el otro se tensaba.

–Bucky...–Le dijo Nat con suavidad al ver que la sonrisa se había borrado de su rostro, sabiendo perfectamente lo que estaba pasando por su cabeza.–No la vas a lastimar, te lo aseguro. No lo hiciste en todo el día que la tuviste en tus brazos, ¿por qué sería diferente ahora? Solo relájate...

Con las palabras de su esposa, y al ver que no te pasaba nada, se relajó un poco, y la sonrisa volvió a aparecer en su rostro. Se acercó a ti, y te dejó un tierno beso en la nariz haciéndote reír, a la vez que ponías tu otra mano en su mejilla, y él la besaba con ternura.

–Nuestra pequeña familia...–Le susurró Nat, apoyando su cabeza en el hombro del soldado, ambos disfrutando de ti.

–Así es... nuestra pequeña familia...–Le respondió, pasando su brazo por los hombros de su esposa, dejando un tierno beso en su cabeza.

Pasadas las dos semanas, la asistente social les dio la noticia de que ahora eras oficialmente su hija.
T/N Barnes Romanoff, y ellos no podían estar más contentos con ello.