Otra vez (Ex esposo Bucky)*

Prólogo: Bucky y tienen un encuentro tiempo después de haber firmado los papales del divorcio.

Word count: 1850
Advertencia: Divorcio, menciones de su hijo y aluciones a embarazo, ligadura de trompas de falopio, SMUT, obvio. Masturbación, fingering, cum eating, oral-sex (mujer recibiendo), choking kink (ahorcar), sobreestimulación. Creo que eso es todo, no es tanto, pero espero que les guste 😅

AshlyVelazquez8
Lamento la tardanza... encontré este pedido entre los muchos que tengo guardados en mis notas 😅 pero por ahí dicen que mejor vale tarde que nunca, ¿no? 😬

–Bucky esto está mal.–Le dijiste en voz baja y volteando el rostro después de haberse besado, sin poder realmente salir de donde Bucky te tenía atrapada.

Te tenía acorralada contra el mesón de la cocina, ambos de sus brazos a cada lado tuyo y su rostro a tan solo centímetros del tuyo.

–¿Por qué? Ya nos hemos besado antes. Hemos hecho mucho más que tan solo darnos un beso, y hay un niño que es nuestro hijo que lo comprueba.–Te dijo con una sonrisa arrogante, comenzando a besar tu cuello a la vez que pasaba su mano de metal por debajo de tu blusa, dejándola en tu cadera y la otra jugaba con el borde de tus shorts.

–J-james...–Tratasde de sonar lo más tranquila posible sin gemir una vez llegó a tu punto débil justo debajo de tu oreja.

–Samy está en la escuela... somos solos tu y yo... ¿o quieres que pare?–Susurró pasando su nariz por tu piel hasta dejar sus labios a centímetros de los tuyos.

No podías pensar claramente con lo que estaba haciendo. Podías sentir sus manos haciendo contacto con tu piel y su respiración en tu rostro.

Al no recibir respuesta, Bucky comenzó a hablar.–Sabes que me extrañas... y que me necesitas, al igual que yo a ti... todos los días despierto en medio de la noche buscándote a mi lado, y no estás. Cuando tengo pesadillas, a la única que quiero es a ti.

Ya es cosa de casi todos los días masturbarme mientras pienso en ti y gimo tu nombre. No te imaginas el poder que aún tienes sobre mi, muñeca. Déjame demostrarte lo mucho que te necesito... lo mucho que te extraño... y lo mucho que aún te amo.–No dejó de verte a los ojos en ningún momento.

Tomaste su rostro con ambas manos y estrellaste tus labios con los de él, envolviéndolos en un beso salvaje, desesperado pero a la vez lleno de amor y nostalgia.

Sus manos comenzaron a recorrer todo tu cuerpo sin descaro, a la vez que llevabas tus manos temblorosas a desabrochar sus pantalones para bajarlos junto con sus bóxers, dejando libre su dura y gran erección, a la vez que Bucky besaba tu cuello.

Tomaste su miembro en tus manos y comenzaste a masturbarlo de forma rápida, tal y cómo sabías que le gustaba, haciéndolo gemir al instante.

Bucky desabrochó tus shorts y te los sacó junto con tus bragas, quitando tu mano de él mientras te sentaba en la encimera y abría tus piernas, él mismo masturbandose, pasando su punta por tu clítoris, y luego tu entrada.

Abriste tus piernas lo más que pudiste, respirando agitada y apretando el mesón con fuerza, tus nudillos poniéndose blancos a la vez que Bucky empujaba su gran y dura erección por tu entrada, haciéndoles gemir a los dos.

Hacía un año y medio que Bucky y tú habían firmado los papeles del divorcio. Las cosas no estaban bien, y tomaron esa decisión sin pensarlo realmente.

La verdad es que ambos se amaban, pero no sabían qué hacer o cómo buscar al otro porque no sabían si el sentimiento era mutuo.

Bucky esa mañana había ido a hablar contigo acerca de las visitas de Samy, su hijo. Él quería llevarlo a acampar, por lo que debía de hablar contigo primero. Pero una cosa llevó a la otra, y terminaron besándose como adolescentes hormonales en la cocina.

–Mierda... muñeca...–Gruñó pegando su frente en tu cuello, abrazándote por la cintura, dándoles a ambos tiempo de acostumbrarse al antiguo sentimiento se estar dentro de ti, una vez tocó fondo.

Desde que se habían separado ninguno de los dos había mantenido relaciones sexuales con nadie más. Por lo que los dos estaban bastante necesitados, pero a la vez sensibles por la falta de contacto. Tus vibradores jamás se sentirían como Bucky, ni tampoco se le podían comparar.

–J-james... por favor muévete...–Dijiste entre fuertes respiraciones, tomando su rostro en ambas manos para verlo a los ojos, a la vez que lágrimas de placer y emociones revueltas corrían por tus mejillas.

Bucky tomó ambas de tus piernas para enrollarlas a su alrededor, sujetando la derecha con su mano izquierda, y la otra dejándola en el mesón a la vez que empezaba a moverse lentamente.

Pero el autocontrol no le duró tanto, y comenzó a moverse cada vez más rápido y fuerte, tocando tu punto sensible con cada embestida y haciendo que gimieras más fuerte cada vez.

Atrajiste su rostro al tuyo y le besaste con salvajidad y pasión, sus lenguas explorando la boca del otro a la vez que Bucky te embestía con fuerza haciendo que sus pieles sonaran con fuerza, su mano izquierda comenzando a estimular tu clítoris. Su mano derecha la metió por debajo de tu playera y apretó tu pecho con fuerza, haciéndote gemir en su boca.

–Muñeca... yo te—. Trató de hablar mientras se besaban, pero le interrumpiste, sin despegar sus bocas.

–Yo también te amo James... siempre lo he hecho...–Dijiste viéndole a los ojos, llevando tu mano derecha a su cuello para apretar con un poco de fuerza a la vez que comenzaba a besarte otra vez, sabiendo lo mucho que ahorcarlo le encendía.

Aquellas palabras y tú mano en cuello hicieron que Bucky se moviera y te embistiera con aún mucha más fuerza, a la vez que empezabas a sentir como tus piernas comenzaban a temblar y tu orgasmo se aproximaba.

Podías sentir como el miembro de Bucky se retorcía dentro de ti, y que su orgasmo también estaba cerca al ver que sus embestidas se volvían cada vez más desordenadas.

–Muñeca no voy a aguantar mucho más...–Se abrazó a ti y escondió su rostro en tú cuello, besando y mordiendo la zona, mientras dejabas tu mano en su cabello.

–Hazlo dentro de mi... ya no puedo tener hijos, ¿recuerdas?–Le susurraste al oído, apenas pudiendo hablar.

Cuando Samy nació, tu doctor ligó tus trompas de falopio por lo que para tener más bebés, debían desligarlas. Aún así podía fallar, aunque ya habías comprobado anteriormente con Bucky antes de que se separaran que sí había funcionado.

Tus palabras fueron lo último que Bucky necesitó para que su orgasmo arrasara con él, llenándote por completo.

Una vez expulsó todo dentro de ti, salió de dentro tuyo y se arrodilló sin bajarte del mesón ni tampoco desperdiciando más tiempo.

–¿James qué haces?–Le preguntaste confundida, viendo lo que hacía.

Bucky conocía mejor que nadie ese tono de voz. El que le decía "no tienes que preocuparte por mi". Pero el soldado no iba a "no preocuparse" por ti.

–No llegaste a tu orgasmo. Y estás loca si crees que voy a dejarte así.–Te dijo serio, pero a la vez con una sonrisa coqueta en el rostro.

Dicho eso, lamió sus propios fluidos de tus muslos, para después trazar una línea recta con su lengua en tu femineidad, haciéndote gemir y jalar su cabello con tu mano derecha al estar tan sensible aún, tu otra mano aferrándose a la encimera.

Su lengua comenzó a trabajar inmediatamente en tu clítoris, a la vez que incertaba dos dedos en ti de una sola vez, moviéndolos con rapidez, haciéndote gemir con fuerza.

Tu orgasmo no se tardó en llegar y Bucky tragó todo lo que tenías para darle, sin desperdiciar una sola gota. E incluso aún después de ya haberte corrido, seguía trabajando con tan solo su lengua mientras sus manos apretaban tus muslos con fuerza para dejarte quieta.

–B-bucky...–Gemiste entre fuertes respiraciones, sintiéndote sobreestimulada, pero a la vez disfrutando mucho aquella sensación.

–¿Puedes darme otro, muñeca? Estoy seguro de que si... te lo mereces por ser tan perfecta...–Dijo aún con su rostro sumergido en ti, lamiendo y dándole toda su atención a tu clítoris.

Llevaste ambas manos para jalar su cabello y pegar su rostro más aún en tu parte baja, mientras él apretaba tus peinas con fuerza. Estabas segura de que dejaría marcas moradas, pero la verdad es que no te importaba. Además, extrañabas mirarte al espejo y ver las marcas que Bucky dejaba.

Tu segundo orgasmo tampoco demoró en llegar a ti. Aquel cosquilleo y sensación en tu estómago había regresado y no pasó mucho tiempo hasta que Bucky se encontraba tragando tus fluidos nuevamente.

Una vez estuvo seguro de que ya habías terminado y estabas poco a poco bajando de aquella nube de placer, se puso de pie y acarició tus muslos por la parte interna y donde había tenido sus manos con anterioridad. Recolectando con su lengua lo que quedó en su barbilla.

Ambos respiraban agitados, viéndose a los ojos.

Bucky fue el primero en apartar la vista, agachandose para ponerse nuevamente los pantalones y después limpiarte con un paño mojado.

Te ayudó a ponerte tu ropa otra vez, ninguno de los dos diciendo una sola palabra.

Seguías sentada en el mesón, sin realmente poder moverte mucho, ya con la respiración más tranquila y regulada.

–¿Estás bien?–Se te volvió a acercar y acarició tus piernas, viéndote con preocupación.–No me excedí, ¿verdad?

Una sonrisa se dibujó en tu rostro y tomaste sus manos en la tuya derecha, para acercarlo y las izquierda la posaste en su mejilla, inclinándote para besar sus labios con ternura.

–Estoy bien, James... extrañé mucho esto. No solo el sexo... nos extrañé a ambos, juntos...–Susurraste viéndole a los ojos.–Todo lo que dije era verda. Es la verdad.–

Bucky llevó su mano izquierda a tu mejilla también, dejando la otra entrelazada con la tuya.

–Yo también te extraño... este último tiempo ha sido una completa tortura...–Juntó su frente con la tuya, acariciando tú mejilla.–No quiero que este momento termine...

–¿Quieres volver a intentar lo de nosotros?–Le preguntaste apartándote un poco para verlo.

Bucky no podía creer lo que estaba escuchando. Llevaba soñando con volver a ti prácticamente desde el maldito momento en que ambos acordaron divorciarse, que ahora lo tomó por sorpresa.

–¿J-james...?–Su silencio te había hecho dudar. ¿Qué tal si habías mal interpretado las cosas?

–No sabes cuánto me encantaría...–Soltó un suspiro de alivio, dejando que las lágrimas corrieran libres por sus mejillas.

Con ambas manos limpiaste sus lágrimas a la vez que tu misma llorabas de felicidad.

–Hagamos las cosas bien esta vez...–Le ofreciste una gran sonrisa, él limpiando tus lágrimas.

–Lo vamos a hacer, te lo prometo. No quiero volver a perderte por segunda vez...–Susurró dejando un beso en tu frente, para después abrazarte con fuerza.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top