Obsequio de boda (Mafia AU)

Prólogo: Es la mañana siguiente de tu boda con Bucky, quien es jefe de la mafia. Y éste te tiene una sorpresa.

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BakiBakiss
EdlCG11

Jamás te imaginaste llegar a hasta donde estabas. Casada con un jefe de la mafia. Y sin embargo ahí estabas, durmiendo desnuda en su cama el día después de su boda.

Te encontrabas recostada boca abajo durmiendo pacíficamente después de toda una noche de festejo cuando Bucky entró por la puerta de su gran habitación, cargando una bandeja en sus manos con un desayuno digno de cualquier miembro de la realeza.

Dejó la bandeja en la mesita de noche y se acercó a ti por tu espalda, dejando besos por toda tu piel.

–Buenos días...–Susurró abrazándote por la espalda y acomodándote en tu costado viendo hacia la ventana para que no te doliera el cuello, dejando tu espalda en su pecho.

Soltaste un pequeño gruñido, abrazando sus brazos, aún con los ojos cerrados.

La mano con tus ahora anillos de matrimonio en tus dedos quedó a la vista de Bucky, lo cual le trajo una sonrisa al rostro.

Aún no podía creer realmente que había encontrado a la mujer indicada. Por tanto tiempo pensó que jamás llegaría a tener eso que tiene contigo con nadie, y sin embargo cuando te conoció en aquella fiesta cinco años atrás, supo de inmediato que serías la mujer con la cual se terminaría casando. Y porqué no tal vez en un futuro cercano, formar una familia juntos.

–Bnos dís...–Murmuras adormilada, lo cual le hizo reír suavemente, dejando un beso en tu hombro.

–Te traje el desayuno, querida. Lo preparé yo mismo.–Volvió a susurrar, acariciando tú piel con su mano derecha mientras la otra la dejaba donde mismo.

–¿Tu cocinaste para mí?–Le preguntaste con una gran sonrisa.–¿El gran James Buchanan Barnes, el mismo hombre rudo y frío, jefe de una mafia mundial mente conocida, me preparó el desayuno?–Te sentaste en la cama, pasando tus manos por tus ojos mientras Bucky se sentaba frente a ti.

–Sabes que haría cualquier cosa por ti, amor mío.–Tomó tu mano y la trajo hacia sus labios para besarla con delicadeza. Después se acercó aún más a ti y besó todas las marcas que te dejó en el cuello, hombros y pechos la noche anterior.

Dejó un camino de besos subiendo por tu cuello, mandíbula y mejillas, hasta que llegó a tus labios donde te besó con suavidad y pasión a la vez.

–Te ves hermosa, muñeca.–Susurró en tus labios con una sonrisa.

–No sé si creerte la verdad. Después de todo lo que hicimos anoche, debo parecer un desastre.–Agachaste la cabeza pasando tus manos por tus ojos, removiendo el maquillaje corrido.

–Tu siempre te ves hermosa, querida. Aún más cuando el desastre en ti fue hecho por mi.–Dijo tomando la bandeja para ponerla en medio de ambos.

Su comentario te hizo reír a la vez que negabas con la cabeza.

–Idiota.–Reíste tomando un sorbo de tú té/café.

–Pero soy idiota. Y ya no puedes deshacerte de mí, ¿recuerdas?–Levantó su mano izquierda y gesturó hacia su anillo que tu misma habías puesto el día anterior ahí.

–Jamás dije que quería deshacerme de ti. Tampoco podría. Te amo demasiado cómo para hacer eso.–Te acercaste y volviste a besar sus labios, para después alejarte y comenzar a comer.

–Cambiando de tema...–Tomó su taza de café y bebió un sorbo de ésta.–...Sam y Steve ya tienen todo preparado para que partamos ésta noche en el Jet. Wanda y Scott vendrán por ti más tarde para llevarte de compras. Y Natasha y Clint están asegurándose de que todo esté en orden en el hotel que nos quedaremos.

–¿Y a dónde se supone que vamos a ir?–Soltaste una pequeña risa, sin tomarle importancia al asunto.

–Pues a Grecia. Ahí es donde pasaremos nuestra luna de miel.–Te dijo cómo si fuera lo más normal del mundo irse ese mismo día a otro continente.

–¡¿EN GRECIA?!–Exclamaste dejando tu taza sobre la bandeja y viéndolo incrédula.

–Así es. En nuestra tercera cita mencionaste que te encantaría conocer Grecia, y yo estoy aquí para cumplir tus sueños.–Tomó tu mano y la volvió a besar.–Considéralo cómo uno de mis muchos obsequios de boda.

–P-pero nuestra tercera cita fue hace más de—

–Lo sé, pero sabes que yo siempre te presto atención.

–¡Ay no puede ser!–Dijiste con una gran sonrisa, dejando la bandeja a un lado para abalanzarte sobre él y haciéndolo caer de espalda en la cama, besando su rostro por todas partes a la vez que él reía.–Eres el mejor, James Barnes.

–Y tú te mereces el mundo entero, T/N Barnes.–Puso ambas manos en tus mejillas, viéndote a los ojos con una sonrisa para después besarte en los labios con todo su amor.

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