Prólogo: Bucky está muy ocupado viendo a otra chica, en lugar de la que tiene en frente suyo.

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Todos en el equipo sabían sobre tus sentimientos hacia Bucky, excepto él. Era muy evidente para todos, a excepción del soldado quien los confundía con amabilidad y amistad.

Desde que Steve lo trajo a la Torre, te volviste muy cercana a él, hasta el punto en el que se volvieron mejores amigos. Bucky te confió todos sus secretos, y lo mismo hiciste tú. Pero una amistad no es realmente lo que querías.

Tu querías más. Pero él no. Así que si él no te veía de la misma manera en que tu lo veías, entonces no dirías nada y te conformarías con tan solo ser su amiga.

Por ahí dicen que peor es nada, ¿Verdad?

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Tony había organizado una fiesta como usualmente lo hacía, usando como excusa de que Steve había vuelto de una misión. Pero todos sabemos realmente que esa solo era la fachada, Tony Stark no necesita motivos para hacer una fiesta.

Durante todo el día, en lo único que habías podido pensar era en que hoy por fin le confesarías tus sentimientos al soldado. Fue Sam quien te dio la valentía que te hacía falta para ser sincera con él.

–¡Hey Buck! Y hola Sam.–Saludaste a ambos llegando hasta donde estaban sentados en una de las pequeñas mesas en el área de fiestas de la Torre. Tomando asiento frente a Bucky y junto a Sam.

–¡Te ves hermosa T/N!–Te dijo Sam con una sonrisa al verte llegar.

–Te ves fantástica muñeca.–Te dijo Bucky con una pequeña sonrisa, tomando un sorbo de su vaso de whisky.

–Gracias chicos.–Dijiste con las mejillas de un ligero color rojo ante el comentario del soldado.

Estabas acostumbrada a que Sam siempre dijera esas cosas, y Bucky también lo hacía. Solo que con él era muy distinto.

–¿Diafrutando de la fiesta?–Te preguntó Sam bebiendo de su cerveza.

–Sí, algo así.–Respondiste con una risita.–¿Hey Buck? ¿Podemos hablar? En privado.–

La mirada de Bucky estaba fija en alguien detrás tuyo, y al darte vuelta, viste a Sharon vistiendo un hermoso vestido negro que le hacía resaltar su maravilloso y perfecto cuerpo. Con su increíble cabello rubio y sus magníficas piernas resaltando.

–Ahora no muñeca. Sharon está aquí. Tal vez más tarde.–Te dijo sin perder de vista a la rubia.

– Claro. Como no me di cuenta.–Bufaste molesta, rodando los ojos y levántandote de la mesa para caminar hacia el elevador.

Sam notó tu molestia y su sonrisa cambió a un ceño fruncido. Pero Bucky no pareció darse cuenta al estar tan concentrado en la hermosa mujer que estaba admirando.

–¿Debes estar bromeando verdad?–Dijo Sam viendo a Bucky.

–¿Bromeando con qué?–Preguntó dirigiendo la vista hacia él, sin entender realmente.

Sam le quedó viendo feo, para luego levantarse de la mesa sin decir nada y dirigirse al elevador, preguntándole a FRIDAY donde estabas.

–¡¿Pero bromeando con qué?!–Le gritó confundido Bucky mientras el otro se iba.

(.....)

Las puertas del elevador se abrieron en el piso donde se encontraba una de las salas de estar comunes de la Torre, que por cierto era la más olvidada, la cual Sam y tú usualmente utilizaban para chismear tranquilos ya que las cámaras de seguridad estaban desactivadas en esa zona.

Estabas sentada en el suelo junto a uno de los grandes ventanales viendo hacia fuera, con una manta alrededor tuyo, abrazando tus piernas, con el maquillaje de la cara corrido debido a que estuviste llorando.

–¿Estás bien linda?–Te preguntó suavemente, acercándose a ti para sentarse a tu lado.

–Obvio sí. ¿Acaso no se nota?–Le preguntaste de vuelta, el sarcasmo notándose en tú voz.

–Sí, bueno. Estúpida pregunta para hacer en este momento.–Dijo con una pequeña risita.

Ambos se quedaron unos minutos en silencio, solo sintiendo la compañía del otro. Si no fuese por los ruidos de los autos y de la vida que transcurría fuera de la Torre, además de la lejana música que se percibía de la fiesta unos pisos más arriba, nada podría escucharse y sería un silencio absoluto.

–No importa que tanto me esfuerce. Nunca voy a ser suficiente para él.–Susurraste rompiendo la tranquilidad del momento, hablando suavemente.

–No importa las veces que lo abrace y consuele durante las noches después de que tenga una pesadilla. O las veces en las que le haga ver que su brazo, o las cicatrices en su cuerpo no son feas. O que no es el monstruo que él cree que es. Nunca va a verme de la misma manera en la que ve a Sharon.–

A la vez que hablabas, las lágrimas silenciosas comenzaron a correr nuevamente. Mientras Sam te escuchaba atentamente, con el corazón roto por no poder ayudarte ni calmar ese dolor que sentías dentro de ti.

–Sharon siempre va a ocupar un lugar especial en su corazón. Nunca va a verme de la manera en la que la ve a ella. Es rubia, linda, tiene una piel maravillosa, usa vestidos...–Señalaste estirando las piernas y jugando con tus manos.

–...En cambio yo. Mi cabello no es suave y lindo como el de ella. No uso vestidos. No me gusta maquillarme, Nat me obligó a usar maquillaje ahora. Prefiero las ropas holgadas antes que las ajustadas... simplemente no soy lo que él desea...–Dijiste apoyando tu cabeza en el hombro de Sam, y él pasando su brazo por tu lado para abrazarte.

Dejó un pequeño beso en tú cabeza, y con su otra mano, tomó la tuya para darle un pequeño apretón.–No porque seas distinta a Sharon significa que nunca nadie va a fijarse en ti.

Eres especial por ser como tú eres. Estoy seguro de que alguien va a llegar y va a amar todas y cada una de tus maravillosas cualidades.–Te dijo suavemente.

–Sí... pero a quien yo quiero que me ame, jamás va a hacerlo de la misma manera en la que yo lo amo a él.–Susurraste mientras las lágrimas seguían cayendo.–Bucky jamás va a corresponder a mis sentimientos, Sam. Y eso es lo que más me duele... siempre me va a ver como su mejor amiga y nada más.