Matrimonio forzado (Realeza AU)

Prólogo: Segunda parte de "Una última vez".

Word count: 1755

Mientras caminabas tomada del brazo de tu padre hacia el altar en la gran iglesia del reino, viendo al futuro rey Steven Grant Rogers esperando por ti con una gran sonrisa al final del pasillo, lo único en lo que podías pensar era en el verdadero amor de tu vida y dueño de tu corazón. James Buchanan Barnes, su mejor amigo quien se encontraba junto a él.

–Te ves realmente hermosa.–Susurró Steve en tu oído una vez estuvieron lado a lado en el altar, escuchando al sacerdote hablar.

Hacías lo que podías para poder aguantar las lágrimas, sintiendo la mirada penetrante de Bucky quien tampoco se podía creer lo que estaba ocurriendo. Cuánto deseaba ser él quien estuviera a tu lado, a punto de convertirse en tu esposo.

–Ahora los declaro, marido y mujer. Y nuevos reyes de nuestro amado reino. Puede besar a la novia.–Anunció el sacerdote con una gran sonrisa.

Ambos se giraron en dirección al otro. Steve levantó el velo que te cubría el rostro, y lo pasó por tú cabeza para quitarlo del camino. Posó una de sus manos en tú mejilla, la otra sostenía la otra tuya. Para besarte dulcemente en los labios.

Al verlos, Bucky tuvo que contener las lágrimas y tragar el nudo que se formó en su garganta, y poner su mejor cara para aplaudir la unión de quienes serían ahora los nuevos reyes.

(.....)

Una vez que llegó la noche, Steve y tú se trasladaron a su nueva habitación donde dormirían juntos.

–Bueno... supongo que es hora de consumar nuestra unión.–Te dijo con una pequeña sonrisa, delizando su mano por tú brazo hasta llegar a tomar la tuya.

–Supongo que si...–Soltaste un pesado suspiro con lágrimas en los ojos.

Al verte, Steve frunció el ceño y levantó tu cabeza por la barbilla, haciendo que le vieras a los ojos, demostrando la preocupación que sentía en cómo te miraba.

–¿Te encuentras bien amor mío? No te ves feliz.–Te preguntó acariciando tú mejilla con su mano, mientras la otra hacía lo mismo en tú propia mano.

–Estoy bien, solo algo cansada después de este día tan agitado e importante que vivimos.–Le dijiste forzando una sonrisa.–Para serte honesta, no tengo deseos de hacer nada por ahora. Preferiría dormir, mañana tenemos un día bastante ajetreado.–

Y sin decir nada más, te alejaste de él para encerrarte en el baño de la habitación para quitarte el gran e incómodo vestido que llevabas puesto. Dejando a Steve deseoso de poder hacerte suya, pero entendiendo que tu no querrías hacer nada en aquel momento.

—————


Las cosas por los siguientes días fueron muy difíciles para ti y para Bucky. Al ser la mano derecha de Steve, pasaba bastante tiempo con él, significando que también contigo. Lo cual convertía todo en una dolorosa tortura.

Siempre que Steve te insinuaba que tal vez podrían hacer algo más íntimo, le dabas excusas para negarte. No estabas lista, y muy probablemente nunca lo estarías. Al fin y al cabo, ese no era el hombre que tu corazón y cuerpo anhelaban.

(.....)

Bucky y Steve se encontraban paseando por los jardines, simplemente charlando y riendo como siempre lo hacían.

–Sabes, hay algo que ha estado pasando entre mi esposa y yo, lo cual no he tenido la oportunidad de hablar con nadie. Y creí que tu serías la persona indicada para escucharme y aconsejarme.–Le habló con ligereza.

Al escucharle llamarte "mi esposa", sintió como su corazón se detenía y el dolor que creía haber superado después de ya cinco meses volvía a hacerse presente dentro de él.

–Por supuesto. Puedes decirme lo que sea, para eso estamos los amigos.–Le respondió dándole una pequeña palmada en la espalda con una sonrisa forzada.

Ambos hombres se detuvieron frente a una fuente en medio de los grandes jardines, donde se sentaron en la orilla lado a lado.

–Sé que no es apropiado hablar de mi intimidad, mucho menos exponer la vida personal y de lo que pasa con T/N, pero ya no sé que hacer.–Dijo soltando un suspiro y apoyando sus codos en las rodillas, inclinándose hacia adelante jugando con sus manos.

–¿Todo está bien con la reina?–Le preguntó Bucky, temeroso de que algo haya podido ocurrirte.

–Sí, ella está bien. Pero... desde la boda, ni una sola vez, me ha permitido acercarme a ella, y poder tocarla para consumar nuestra unión.–Le explicó, mientras el otro simplemente le escuchaba ocultando las ganas de querer golpear a su amigo por intentar llevarte a la cama.–Entiendo que tal vez no se sienta lista porque ésta sea su primera vez, y es por eso mismo que no quiero apresurarla ni mucho presionarla, pero ya estoy frustrado.

En algún momento tendremos que acercarnos de esa manera. Quiero decir, el reino espera que nosotros anunciemos la llegada de un heredero al trono, ¿Pero cómo podemos hacer eso sí ella no me permite acercarme?–Habló viendo hacia el suelo.

–Eso no es algo con lo que yo pueda ayudarte, Steve. Sí ella no desea tener ese tipo de acercamiento contigo, entonces no puedes forzarla.–Le respondió Bucky, levantándose para irse.–De verdad espero puedas solucionar esto sin tener que obligarla a nada.–Habló con sinceridad, para luego irse dejando a su amigo atrás.

(.....)

Más tarde aquella misma noche, Steve entró en la habitación que compartían, donde te vio sentada frente a tu espejo, cepillando tu cabello y quitando los últimos adornos que llevabas en él, para dejarlos en la mesita frente a ti.

–Buenas noches querida, ¿cómo estuvo tú día?–Te preguntó Steve posicionándose detrás de ti, viéndote por el reflejo del espejo.

–Bastante tranquilo.–Le respondiste levantándote de la silla para caminar hasta la cama.

–¿Hay alguna razón por la que evitas que pueda acercarme a ti y tocarte de una manera más íntima?–Te preguntó sin darse vueltas, haciendo que te detuvieras a medio camino.

–¿Disculpa?–Preguntaste inclinando un poco la cabeza, aún dándole la espalda.

–Sé que me escuchaste querida. ¿Acaso ésta es tu primera vez?–Habló acercándose a ti, a la vez que te dabas media vuelta para quedar frente a frente con un poco de distancia.–¿Es por eso que me niegas y rechazas cada vez que me insinuo hacia ti?

Le quedaste viendo un par de segundos a los ojos, pensando en qué decirle mientras jugabas nerviosamente con tus manos. Para luego bajar la mirada.

Steve se acercó a ti, y tomó gentilmente tus manos en las suyas, atrayéndolas a sus labios para dejar un beso en cada una de ellas.

–No debes temer amor mío. Jamás haría algo que pueda lastimarte. Prometo ser gentil y—Iba hablando con una amistosa sonrisa, cuando alejaste tus manos bruscamente de él, haciéndote un paso hacia atrás para poner distancia entre ustedes.

–No es eso Steven. Ya tengo experiencia en cuánto a tener intimidad con personas. La cosa es que...–Soltaste un pesado suspiro, a la vez que Steve volvía a acercarse a ti y tomar tus manos.

–¿Qué ocurre querida?–Te preguntó dulcemente.

–¡Ya deja de decirme así!–Le gritaste alejándote una vez más ya sin poder contener las lágrimas.–¡No puedo tener intimidad contigo porque no lo deseo! ¡No te deseo de esa manera Steven, ni de ninguna otra!

–¿Q-qué quieres decir con eso?–Te preguntó confundido, frunciendo el ceño y un nudo formándose en su garganta.

–Yo no te amo Steven. No puedo verte de esa manera, porque siempre te vi como mi amigo. Y cuando nos dieron la noticia de que tendríamos que unirnos en matrimonio para pudieras ser rey, y qué me elegiste a mí...–Soltaste un pesado suspiro, pasando tu mano por tú rostro.–Me sentí traicionada. Jamás se me preguntó si deseaba contraer matrimonio contigo. Y sin embargo se me obligó a hacerlo. ¡Tuve que dejar al hombre que realmente amaba para que pudieras tenerme!

–¿El hombre que...?–Dejó volando en el aire la pregunta.–¿T/N qué estás queriendo decir?–Habló mirándote a los ojos.

–Mi corazón no te pertenece, Steven. Jamás lo va a hacer, porque mi corazón le pertenece a James. Desde hace mucho antes que anunciaran nuestra unión en matrimonio.–Le dijiste dejando que las lágrimas cayeran libremente por tú rostro.

–¿Bucky y tú...?–Preguntó con voz temblorosa y el dolor evidente en él, a lo que tú respondiste asintiendo con la cabeza.–Pero... ¿Por qué? ¿Cómo?

–No lo sé... solo pasó. Ninguno de los dos lo pudo evitar.–Le respondiste secando tus lágrimas.–Después de la boda no volvimos a vernos y decidimos que lo mejor sería terminar con lo nuestro porque no queríamos herirte, ni mucho menos traicionarte.–

Steve se quedó unos momentos en silencio, sentado a los pies de la cama con la cabeza agachada. Asimilando todo lo que le estabas diciendo. Ahora todo le hacía sentido. Las pequeñas miradas que compartían, y el cómo ambos demostraban dolor cada vez que estaban en la misma habitación.

–¿Qué es lo que tiene él que yo no tenga?–Te preguntó levantando la vista y acercándose a ti.

–Eso es algo que preferiría guardarme para mí.–Le respondiste viéndole a los ojos.

–¿Pero por qué puedes amarlo a él y no a mi?–Insistió más desesperado.–¿Qué es lo que tiene él que yo no tenga? ¿Qué puede darte él que yo no, T/N? ¡¿Por no puedes olvidarte de él y—

–¡PORQUE ESTOY ESPERANDO UN HIJO SUYO!–Le gritaste ya sin poder guardar ese secreto.

–¿Qué...?–Susurró con dolor, retrocediendo un paso hacia atrás.

–Lo que escuchaste. Estoy esperando un hijo de él.–Repetiste en voz baja.–Ocurrió la noche anterior a la boda. Fue nuestra despedida. Yo causé esto. Yo dejé que pasara como prueba del amor que siento por él.

–No puedes estar hablando enserio...–Dijo tratando de ignorar la realidad, sintiendo el dolor de todo lo que estaba ocurriendo.–¡¿Cómo pudiste hacerme esto?! ¡Yo te amo T/N!

–Pero yo no a ti.–Le respondiste en el mismo tono de voz anterior.–Yo no te amo, Steven Gran Rogers. Mi amor y corazón le pertenecen a alguien más.–Le dijiste antes de tomar tú gran abrigo para cubrir tus ropas de dormir, y salir de la habitación, dejando a Steve llorando en su recamara.

–¿Por qué no puede amarme a mí...?–Susurró para si mismo Steve, volviendo a sentarse en la cama, poniendo su cabeza entre sus manos. Llorando y sintiendo el dolor de tu rechazo.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top