La nueva chef (Mafia AU parte 6)

Emma_Est
IARApzk
nellastark2014
Bell24_a

Antes de comenzar, quería decirles que pueden dejarme pedidos para el siguiente libro de Bucky de oneshots. Ya sea por aquí o por dm en privado 😁💖

Word count: 1925

Bucky iba sentado en la parte de atrás de su coche mientras el conductor lo llevaba hasta donde le había pedido, Sam en el lugar del copiloto.

Tenía apoyado su codo derecho en el borde de la ventana en la puerta, con su mano en su barbilla viendo hacia afuera.

Los recuerdos de todo lo que vivieron en Grecia hacía un año atrás se repetían una y otra vez en su memoria como si fueran una película, y Bucky un expertador sin más.

La primera vez que te vio supo que serías la única mujer a la que él alguna vez podría llegar a amar en toda su vida. Sin embargo no fue hasta que le dijiste que lo amabas por primera vez que se decidió por comprar aquel anillo que tomaría lugar en el dedo anular de tu mano izquierda.

–Ya llegamos, señor Barnes.–Le dijo el conductor, aparcando el coche fuera de la joyería más prestigiosa de la ciudad.

Sam le abrió la puerta y Bucky se bajó, acomodando la chaqueta de su traje, ambos entrando al local mientras el conductor se situaba en la entrada para vigilar.

–¡Señor Barnes! ¡Que sorpresa verlo por éste lugar! Sin duda ha pasado tiempo.–Le dijo Zola, el dueño del lugar.

–Tampoco exageres. Fueron solo dos meses.–Le respondió con simpleza, acercándose al mostrador donde el hombre estaba del otro lado.

–Dos meses, tres semanas y cinco días para ser exactos. Y si mi memoria no me falla, fue para comprar un muy elegante, hermoso y personalizado collar para su amada.–Le respondió con una sonrisa, subiendo los escalones de un pequeño taburete que tenía del otro lado para quedar más o menos a la altura del hombre ante él.

–Vaya que si tienes buena memoria, Zola.–Le dijo Sam donde estaba detrás de Bucky, con expresión seria y cruzado de brazos.

–Eso me han dicho.–Le respondió con una sonrisa arrogante, para luego dirigirse al otro.–Y Señor Barnes, déjeme adivinar. ¿Viene por otra pieza de la mejor joyería del país para su encantadora chica?

–Así es. Pero no un brazalete ni un collar. Quiero un anillo.–Le dijo viéndole fijamente a los ojos, con ambas manos en los bolsillos de su pantalón.

–¡Oh pero que excelente noticia! Ha venido al lugar indicado. Déjeme adivinar... tal y como ha pedido anteriormente brazaletes y collares, también quiere un anillo simple y que no le estorbe al momento en que sus delicadas manos puedan seguir cocinando y preparando esas delicias que solo ella sabe hacer.–Dijo mientras miraba alrededor de su tienda, pensando en el anillo perfecto.

–Muéstrame lo que tienes.–Se cruzó de brazos, mientras el otro buscaba.

–Esperen un momento, caballeros. Ya vuelvo.–Se bajó del pequeño taburete y entró por una puerta hacia una bodega, asumían.

Estuvo ahí dentro al menos diez minutos.

–¿Ya sabes lo qué vas a hacer para pedirle que se case contigo?–Le preguntó Sam en voz baja, acercándose a su amigo, apoyando la espalda en el mesón tras él para quedar de frente con Bucky, aún con los brazos cruzados.

–Honestamente no tengo la menor idea. Quiero sorprenderla, pero a la vez sé que T/N es una chica simple y no le gusta tanto la atención. Así que pedir su mano frente a la mitad de la gente de Broocklyn es la última de mis ideas.–Le explicó agachando la cabeza y volviendo a dejar sus manos en sus bolsillos.

–¿Qué tal si le cocinas algo tú mismo? Estoy seguro de que Wanda debe tener la receta de los pastelillos que probaste el primer día que llegó a trabajar en la mansión. Sería un lindo gesto poner el anillo sobre el pastelillo que lo inició todo, ¿no crees?–Habló con una pequeña sonrisa en el rostro, mientras Bucky le observaba curioso.

–¡Aquí tengo mis mejores creaciones, señor Barnes!–Escucharon a Zola anunciar su llegada, volviendo a subirse en el taburete.–Estos son los mejores anillos que le puedo ofrecer, y estoy seguro de que serán muy del agrado de la futura señora Barnes.–

Zola dejó una pequeña caja con anillos incrustados en unos pequeños espacios en ella.

Sin duda eran anillos hermosos y con diamantes reales. Zola siempre había tenido la reputación de ser el joyero más honesto y de mejor calidad en cuanto a las joyas que ofrecía.

Bucky examinó todos y cada uno de los anillos con detenimiento, y Sam a su lado también.

En un momento, los ojos de Bucky recayeron en un anillo delgado y con un pequeño diamante en el medio, en conjunto de otros dos más pequeños a cada lado. Sin duda el anillo más simple que había en toda la tienda.

Sam levantó la vista y observó a Bucky con una pequeña sonrisa, sabiendo que su amigo ya había tomado su decisión.

–Quiero este.–Señaló el anillo que tanto había estado observando.

–¿Está seguro, señor? Tengo muchos otros mejores anillos que—. Zola dejó de hablar cuando Bucky le dirigió una mirada fulminante y completamente serio, al igual que Sam.–Por supuesto. Es simplemente hermoso, señor. Estoy seguro de que a su amada le va a fascinar. Solo déjeme ir a por una pequeña caja donde llevarlo y podemos continuar con el pago. También le voy a dar todo un conjunto de brazalete, collar y pendientes como obsequio de compromiso.–Le dijo nervioso, bajándose del taburete, no sin antes habiendo tomado el anillo con mucha delicadeza.

—————

Apenas llegaron a la mansión, Sam encontró una excusa para sacarte de ahí y llevarte con él a cualquier otro lado, para que así Bucky pudiera preparar los pastelillos él mismo.

Wanda le fue de gran ayuda, aunque no quedaron igual de perfectos que los que habías hecho tu ya que Bucky había insistido en poner el glaseado encima. Y no quedó completamente ordenado, pero aún así estaba orgulloso de su trabajo ya que lo hizo casi todo él, solo siguiendo las instrucciones de la pelirroja.

Llevó la bandeja con pastelillos y un par de bocadillos más a su gran habitación, donde ordenó todo y construyó un pequeño fuerte con almohadas, sábanas y cojines. Dejando la bandeja dentro.

Se cambió a su pijama, y cinco minutos después ya habías llegado.

–¡Hey! ¿Qué es todo esto?–Le preguntaste con una sonrisa, entrando en la habitación y cerrando la puerta tras de ti.

Bucky se dio la vuelta nervioso, mientras que el pastelillo con tu anillo estaba en la bandeja en medio de todos los otros.

–Quería sorprenderte... no es la mejor y más elegante cita que hayamos tenido, pero quise organizar algo más sencillo para ti hoy.–Te dijo con una pequeña pero ansiosa sonrisa, mientras mirabas a tu alrededor.

–James esto es hermoso... me encanta.–Te acercaste a él y besaste sus labios, para luego abrazarlo.

–Me alegra que te guste. Ahora... ¿por qué no te pones tu pijama y comemos todos estos bocadillos?

–¿Acaso cocinaste para mi?–Le preguntaste con una sonrisa juguetona.

–Tal vez. Ahora ve y cámbiate.–Dijo riendo mientras te ibas al baño para cambiarte.

Mientras te esperaba, no podía dejar de pensar en qué momento hacerte la pregunta. Pero una vez saliste del baño con una playera suya que te llegaba hasta las rodillas, con el cabello amarrado en una coleta despeinada y sin nada de maquillaje, se dio cuenta de que no habría momento más perfecto que ese.

–Muñeca necesito preguntarte algo.–Te dijo ya un poco más serio, aún sentado en la cama.

–Sí, claro. ¿Todo está en orden?–Le preguntaste también algo más seria y preocupada a la vez, acercándote a él.

Bucky se puso de pie, con el pastelillo en su mano izquierda, ocultándola detrás suyo.

Se acercó a ti y tomó tu otra mano, observándola por unos segundos para luego verte a la cara con una sonrisa.

–Todo está bien... solo estaba pensando, en que si sigo buscando un momento perfecto, jamás lo voy a encontrar. Porque si te soy sincero, cada momento a tu lado es maravilloso. Y no podría pedir más que eso.–Te habló con una sonrisa, llevando tu mano a sus labios para besarla y luego arrodillarse ante ti sin soltarla.

Llevaste tu otra mano a tu boca para cubrirla ante la sorpresa, mientras lágrimas se formaban en tus ojos.

–Muñeca yo te amo. Con todo mi corazón, mi alma, con cada parte de mi, y creo que he sido muy claro y he hecho un buen trabajo demostrándote eso. Pero aún así tengo la necesidad de aclararlo aún más.

Eres la mujer que nunca pensé que podría llegar a ser merecedor y tenerte a mi lado. Jamás creí que podría llegar a ser así de feliz con alguien, y sin embargo aquí estás, alegrando mis mañanas, mis tardes y mis noches. No por interés, si no que lo haces porque me amas de vuelta tanto como yo a ti.

No tengo palabras para describir todo lo que siento por ti, mi amor. Pero sin duda espero éste pequeño gesto que puede cambiar nuestras vidas para siempre sea suficiente para probarte de que eres, y siempre serás la mujer de mis ojos, y la dueña de mi corazón y alma.

Dicho todo eso, ahora solo me queda preguntarte. T/N T/S/N T/A... ¿me harías el honor de permitirme convertirme en tu esposo, hacerte feliz por el resto de nuestras vidas, y amarte como nunca nadie antes lo ha hecho?–Te preguntó alzando el pequeño pastelillo con el anillo sobre éste, tomado de alguna manera con una pinza pequeña para que no se ensuciara, mientras sentía que su corazón estaba latiendo con ferocidad dentro de su pecho, prácticamente sintiendo que se le iba a salir en cualquier momento.

Su boca estaba seca y esperaba no pudieras notar sus manos temblorosas.

Al ver el pastelillo, soltaste una prqueña risita recordando que fue con un pastelillo igual a ese que su historia había comenzando, mientras lágrimas corrían por tus mejillas.

–Claro que acepto, James...–Le dijiste con una gran sonrisa.

Bucky dejó ir el aire que no se dio cuenta estaba conteniendo, y pegó su frente a tu mano mientras reía aliviado, para luego besarla y ponerse de pie para besarte con pasión.

–No sabes lo feliz que me haces, muñeca.–Te dijo mientras lágrimas de felicidad corrían por sus mejillas, y tú las limpiabas con tus dedos y acariciabas su rostro.

Le besaste una vez más antes de que Bucky tomara el anillo con cuidado del pastelillo, para luego ponerlo en tu dedo anular izquierdo.

Ambos volvieron a besarse otra vez y después se abrazaron, él teniendo cuidado de no ensuciarte.

–Te amo tanto, James.–Le susurraste alejándote de él, para tomar el pastelillo en tus manos.

–Espero me haya quedado bien.–Te dijo con una sonrisa, limpiando sus lágrimas.

–Probemos.–Le diste un pequeño mordisco, embarrando tu nariz con un poco de glaseado, lo cual le hizo reír.–Delishiosho.–

Bucky llevó su boca a tu nariz para remover la mezcla, y luego lamió tus labios para quitar lo que quedaba en ellos.

–En efecto, me quedó delicioso. Pero me gustan más los que preparas tu.–Te dijo con una sonrisa, para luego besarte mientras acariciaba tu rostro con su mano, ambos sonriendo en la boca del otro con unas cuantas lágrimas escapando de tus ojos.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top