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Aquellas vacaciones en Grecia eran exactamente lo que ambos necesitaban.

Los dos habían tenido muchas cosas que hacer, por lo que estando kilómetros y kilómetros lejos de todo ese caos, al fin podían relajarse.

Cuando llegaron, tuvieron que vestirse rápidamente ya que se habían quedado dormidos en el jet, y luego los llevaron la casa de Bucky que tenía en Grecia cerca de la playa.

—————

Estabas recostada boca abajo en la gran cama, con el rostro volteado hacia el lado donde estaba la ventana para poder respirar, aún con el cuerpo desnudo por las actividades de la noche anterior.

Llevaban solo cinco días, y en esos cinco días no habían parado. Salían, iban de compras, y cuando por fin llegaban a casa, hacían otras... cosas.

Frunciste el ceño mientras despertabas, pasando tu mano por tú rostro, apoyándote en tus codos.

Cuando te diste vuelta, viste a Bucky durmiendo boca arriba con un brazo sobre su cabeza y el otro apoyado en su pecho.

Una gran sonrisa se dibujó en tu rostro, antes de voltearte hacia tu mesita de noche para ver qué hora era.

12:55 pm

Te volviste a dar vuelta hacia él, acercándote para abrazarlo y comenzar a dejar besos en su mandíbula y cuello sobre las mismas marcas que dejaste la noche anterior.

Una gran sonrisa se le dibujó en el rostro, y con su brazo que tenía sobre la cabeza, lo puso alrededor tuyo por la espalda y su otra mano tomó la tuya.

Poco a poco comenzó a abrir los ojos mientras tú estabas encima de él, dejando besos donde pudieras alcanzar.

–Buenos días, muñeca...–Te susurró con voz ronca y con los ojos entrecerrados.

–Hola...–Llevaste ambas manos a sus mejillas para acariciarlas, dejando tu rostro a poco centímetros del suyo.

Bucky te hizo recostarte completamente encima de él, para después darse vuelta en la cama contigo en sus brazos, él quedando recostado encima de ti, y tu con la espalda en la cama.

Dejó su cabeza en tus pechos y te abrazó por la cintura, volviendo a cerrar los ojos otra vez mientras acariciabas su cabeza.

–¿Qué te gustaría hacer hoy?–Te preguntó dejando besos en tú pecho.–¿Dónde te gustaría ir?

–¿Por qué no mejor hoy nos quedamos aquí, tranquilos y disfrutando sin tener que salir? Tal vez podemos solo ir aquí a la playa... puedo cocinar algo delicioso para ti...

–La idea de venir aquí, es que dejaras de cocinar y no trabajaras.–Rió ligeramente, apoyándose en su codo para levantarse un poco y verte a la cara.

–Me gusta cocinar, en especial si es para ti.–Te encogiste de hombros  para después soltar una pequeña risita.

Bucky se acercó y besó tus labios con suavidad, y después comenzó a dejar besos en tu mejilla, mandíbula, luego en tu cuello, y así fue dejando besos por todo tu pecho.

–¿Entonces qué dices?

–Hagamos lo que tu quieras, por mi está bien. Mientras pueda estar cerca de ti.–Volvió acercarse a tu rostro, apoyando ambas manos a cada lado de tu cabeza para verte hacia abajo con una sonrisa.

Llevaste ambas manos a sus mejillas y las acariciaste, para después volver a acercarte a sus labios y besarlo, pasando tu pierna izquierda por su cintura para acercarlo a ti, mientras que Bucky acariciaba esa misma pierna con su mano derecha.

Comenzó a dejar besos por tu cuello mientras sus manos recorrían tu cuerpo y movía sus caderas para refregar su erección en ti.

–Tal vez podamos salir más tarde... ahora tengo otros planes para ti.–Te susurró al oído, llevando sus manos a tu intimidad, mientras tú reías ligeramente.

—————

Estabas sentada en tu reposadera en la playa, con tus gafas de sol mientras leías un libro debajo de la sombrilla en la sombra para protegerte del sol.

Tenías el cabello recogido y estabas usando tu bikini.

En un momento, levantaste la vista, y viste a Bucky caminando hacia ti con el cuerpo completamente mojado, pasando su mano derecha por su cabello para peinarlo hacia atrás.

Mordiste tu labio inferior con una sonrisa, dejando el libro a un lado y abrazando tus piernas.

–¿Te gusta la vista, muñeca?–Te preguntó con una sonrisa coqueta, tomando su toalla para comenzar a secarse.

–Pues si... la verdad me gusta mucho.–Le respondiste sin dejar de ver a su cuerpo.

Bucky se acercó a ti con una sonrisa y te dio un beso en los labios, para después tomarte en sus brazos y sentarse donde estabas tu previamente, y luego sentarte en su regazo con tu pecho hacia él y tus piernas a cada lado de las suyas.

–A mi me gusta mucho más ésta vista. Aunque sería mejor si no tuvieras esto puesto...–Te dijo con una sonrisa, tirando del hilo de tu brasier de bikini para desabrocharlo y quitártelo.–Mucho mejor...

–Eres un descarado.–Reíste mientras comenzaba a besar tu cuello.

–Sabes que me quieres así.

–Sí... yo te amo así.–Le dijiste en voz baja, con una pequeña sonrisa más tímida, acariciando cada lado de su cuello.

Bucky se quedó helado por un par de segundos, con su rostro aún escondido en tu cuello.

Él sabía que te amaba, y que haría cualquier cosa por ti. Pero tenía miedo de decírtelo porque no sabía si tu te sentías de la misma forma por él.

Generalmente, las personas que se le acercaban y estaban con él era solo por interés. Pero tu eras diferente.

Bucky se alejó de ti un poco para así verte a la cara y pasar un mechón de tu cabello tras tu oreja, ofreciéndote una gran sonrisa.

–Yo también te amo, muñeca.

Una sonrisa de alivio se dibujó en tu rostro, y besaste sus labios con una delicadeza y suavidad tan distinta. Para luego abrazarlo.

Bucky te abrazó de vuelta, dejando tu rostro en su cuello y besando tu cabeza, ambos quedándose así, simplemente escuchando las olas del mar.