La nueva chef (Mafia AU)

Prólogo: Hay una nueva chef en la mansión.

Word count: 1045
Adivinen quien se inspiró en un oneshot que leyó por ahí 😳

–¿Hicieron lo que les pedí?–Preguntó Bucky ya harto, pasando su mano por su rostro cansado.

Estaba sentado en la cabecera de la mesa en la sala de reuniones de su mansión, y sus demás hombres alrededor suyo. Steve a su derecha y Sam a su izquierda.

–Así es. Nos deshicimos de la evidencia y de los involucrados. Tenemos el dinero que le debían, y no hay testigos.–Le afirmó uno de sus hombres que se encontraba sentado en una de las sillas.

–¿Y tú? ¿Encontraste lo que te pedí?–Le preguntó señalando al que estaba junto a quien había respondido recién.

–Afí ef, feñor.–Respondió con la boca llena de unos pastelillos que habían en el centro de la mesa.

–¿Qué mierda estás comiendo?–Le preguntó serio.–No. La pregunta es... ¿por qué MIERDA ESTÁS COMIENDO DURANTE LA REUNIÓN?

Sam tomó un pastelillo y le dio un mordisco, al igual que Steve.

–D-difculpe, feñor. Ef que fon muy buenof...–Digo intentando tragar lo que tenía en la boca.

–¡Tiene razón!–Le dijo Steve viendo que su amigo ya se estaba enojando.

–Debes probarlos, Bucky. Están deliciosos.–Le dijo Sam comiendo uno.

–No. Estamos en una reunión y hay cosas importantes que hacer. No tengo tiempo para estar—. No alcanzó a terminar cuando Sam le tomó de la mandíbula y le forzó a abrir la boca, para que probara un pastelillo.

–Come y calla.–Simplemente le dijo, volviendo a sentarse en su silla.

Bucky le quedó viendo con el ceño fruncido, masticando lo que tenía en la boca y tomando el pastelillo en la mano, limpiándose con una servilleta que había.

Todos le estaban viendo atentos, mientras Bucky tragaba lo que tenía en la boca.

–El chef no sabe cocinar estas cosas. ¿Quién lo hizo?–Preguntó con voz seria, viendo el postre en su mano.

–No es el mismo chef, es nueva. Mandaste a desaparecer al anterior cuando te enteraste que intentó robar dinero de tu caja fuerte.–Le dijo Steve como si fuera lo más normal del mundo, dándole un mordisco a su postre.

–Ah si es cierto.–Respondió volviendo a comer un trozo.

–La nueva chef fue recomendación de mi hermana. Fueron juntas a la escuela, así que puedes quedarte tranquilo. Yo la conozco y es una chica honesta.–Le aseguró Sam.

–Cómo sea. Fuera todos de aquí y terminen de hacer sus cosas.–Les dijo sin levantar la vista del postre, mientras todos se iban. Y algunos se llevaban uno que otro pastelillo.

Bucky se quedó pensando por un par de minutos, solo en la gran habitación y terminando de comer su postre.

Una vez lo terminó por completo, se limpió la boca y se levantó de la silla para ir hacia la cocina.

Cuando entró, iba con el ceño fruncido, pero su expresión se suavizó cuando te vio.

Tenías puesto un delantal blanco, típico de chef. Tenías harina en el cabello, el cual llevabas amarrado en una coleta alta. Además de tener también en el rostro, tu delantal manchado con distintas cosas, mientras terminabas de decorar otros pastelillos.

Bucky se quedó helado, sin poder despegar su mirada de ti.

Nunca antes le había ocurrido algo así. Con nadie. Mucho menos con una chica.

Levantaste la cabeza y lo viste ahí parado, así que dejaste las cosas a un lado y te limpiaste en un trapo, estirando tu delantal y acercándote a él, quitando la harina de tu mejilla.

–Disculpe, Señor Barnes. No había notado que estaba ahí. Es un gusto conocerlo.–Limpiaste tu mano en el delantal y la extendiste hacia él, con una pequeña sonrisa.–Soy T/N T/A. La nueva chef.–

Bucky tomó tu mano sin poder dejar de verte a los ojos, sintiendo su corazón latiendo con rapidez. Hacía muchísimos años que no se sentía de esa manera. Es como si volviera a ser aquel adolescente inseguro cuando hablaba con la persona que le gustaba, pero sabía que no tenía oportunidad con ella.

–James Bucky Barnes. Pero puedes decirme James— o Bucky, como prefieras tu.–Soltó una prqueña risita nervioso, sin saber del porqué te dio el permiso de decirle por su primer nombre.

Nadie podía hacerlo, ni si quiera sus dos hombres más cercanos.

–Oh... bueno... en ese caso, es un gusto conocerlo, James. Intentaré trabajar lo mejor posible.–Soltaste su mano y le ofreciste una pequeña sonrisa, nerviosa para variar. No todos los días tenías al jefe de la mafia frente a ti.

–Probé... probé los pastelillos que hiciste. Estaban sabrosos. A todos les gustaron.–Te dijo evitando tu mirada para que no notaras lo nervioso que estaba.

–¡Que bueno! Justo ahora estaba haciendo unos especiales para usted. Sam me comentó que le gustaban las cosas de chocolate, así que preparé unos especiales para usted.–Le explicaste mientras te acercabas al mesón y tomabas la bandeja con los seis pastelillos y luego volvías donde él.–Tienen crema encima, junto con frutilla y un trozo de chocolate derretido dentro. Ya están fríos, en caso de que quisiera probar uno.

–¿De verdad puedo?–Te preguntó viéndote con un brillo en sus ojos, como si fuera un niño al que le acababan de decir que puede escoger los caramelos que quiera de la tienda.

–Sí, enserio.–Reíste ligeramente, sujetando la bandeja ante él.

Bucky tomó uno y le dio una mordida, cerrando los ojos y soltando un sonido de satisfacción.

–Efto eftá delifiofo.–Te dijo con la boca llena.

–Tiene... tiene un poco de crema.–Dejaste la bandeja en el mesón y tomaste una servilleta para limpiarle la boca, mientras él no te dejaba de observar.–Listo.

–Grafiaf.–Rió al igual que tú, tragando lo que tenía en la boca.

Su teléfono sonó en el bolsillo de su pantalón y vio el mensaje que le habían enviado, sintiéndose extrañamente triste por tener que irse.

–Muñeca, lo siento pero me necesitan. Ya debo irme.–Guardó el teléfono de vuelta en su bolsillo.

–Okey. Yo me quedaré aquí preparando la cena. ¿Algo en específico que le gustaría?–Le preguntaste con una sonrisa.

–Sorprendeme.–Te sonrió y comenzó a caminar hacia la puerta, llevándose el pastelillo consigo.

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