Prólogo: Bucky (tú guardaespaldas) y tu mantienen una relación en secreto de todos.

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Era el último concierto de tu gira, y acababas de cantar tu mejor canción que todos aman para cerrar el concierto de aquella noche. Feliz de escuchar como todos tus fans cantaban junto contigo todas tus canciones con pasión y alegría.

Después de despedirte de todo el público en el escenario y recibir algunos obsequios que los guardias te entregaban de quienes estaban ahí, te fuiste hasta tu camerino para cambiarte de ropa y quitarte todo el maquillaje.

El sonido de alguien golpeando la puerta te distrajo de lo que estabas haciendo mientras terminabas de cepillarte el cabello.

–¡Adelante!–Gritaste guardando tus cosas en tu mochila.

La puerta se abrió, revelando a tu guardaespaldas Bucky. Entró y cerró la puerta con el cerrojo, para después caminar directamente hacia ti, posando ambas de sus manos en tus mejillas, y atraer tu rostro hacia el suyo, estrellando sus labios en el proceso.

Inmediatamente le devolviste el beso, pasando tus brazos por su cuello y poniendo tu mano en su nuca para profundizar en el beso, mientras Bucky llevaba sus manos a tu cintura y espalda.

Caminaron hacia atrás hasta chocar con la mesita donde dejabas tus cosas, y te sentó en ella sin separarse quedando entre tus piernas, sus manos recorriendo el cuerpo del otro.

Una vez se quedaron sin aire, se apartaron un poco, quedando a centímetros del rostro del otro, respirando agitados y con sonrisas en sus caras.

–Estuviste maravillosa muñeca...–Te dijo respirando agitado.–Nunca dejas de sorprenderme con tu increíble voz.

–Bueno... hago lo que puedo.–Le dijiste con una sonrisa, antes de poner tus manos en sus mejillas y llevar tus labios a los suyos, para darle un beso más suave y delicado que el anterior.

–Tus fans te están esperando.–Te dijo acariciando tú mejilla con su mano, mientras que la otra sostenía la tuya y la acariciaba tiernamente.

–Lo sé... pero prometo que cuando lleguemos a casa, seré toda tuya.–Le respondiste escondiendo tú rostro en su cuello, abrazándolo afectuosamente.

–Me parece una excelente idea. Lejos de los paparazzis y de todos.–Te dijo dejando besos en tú cabeza.

–Nuestro pequeño secreto.–Susurraste en su oído, antes de volver a besarle y ambos salir por la puerta como si nada hubiese pasado.