Prólogo: Después de un pequeño incidente, el representante de Sebastian contrata una guardaespaldas para protegerle.

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Advertencia: Final triste.

–Muy bien, Sebastian. Ella es T/N T/A, tu nueva guardaespaldas.–Le dijo Harold (su representante) a Sebastian en su oficina donde estaban los tres.

–Mucho gusto, Señor Stan.–Le saludaste seriamente, extendiendo la mano para estrecharsela.

–El gusto es mío.–Te respondió con una sonrisa.

–¿T/N por qué no esperas afuera mientras hablo con Sebastian?–Te preguntó Harold.

–Por supuesto. Con su permiso.

Una vez saliste de la oficina, ambos hombres se sentaron en las sillas del escritorio.

–De verdad lo lamento, Seb. Busqué por otra opción, pero ella era la única disponible. Sin embargo, no hay que juzgarla mal, tiene todo un historial.–Le dijo abriendo tu expediente.–Fue la mejor de su escuadrón en el ejército. Ex militar, eso está excelente.

Capacitada para manejar varios tipos de armas, y además sabe distintos tipos de defensa personal que ni yo sabía que existían. Justo lo que necesitas después del incidente de la semana pasada.–Leyó los papeles, para luego cerrar la carpeta y mirar al actor.

–¿Así que estará conmigo las veinticuatro horas del día?–Le preguntó intrigado.

–Bueno... eso puede variar. Pero de momento sí. La situación no está como para que andes solo por ahí, así que pasarás la mayor parte del tiempo con ella. T/N puede adaptarse fácilmente. Dormirá en su auto fuera de tu casa para proteger el perímetro y todo lo que conlleve su trabajo. Ya sea para resguardar tu seguridad de día o de noche.

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Harold no mentía cuando dijo que tendrías que acompañarle a todas partes. Incluso hasta en su casa, solo que debías quedarte fuera para proteger la zona. Lo cual hacía a Sebastian sentirse mal dejándote dormir en la incomodidad de tu auto, cuando tenía más de una habitación disponible en su casa.

El actor realmente quería acercarse a ti, pero siempre permanecías seria y casi ni hablabas con él.

A medida que iban pasando los meses, el actor logró comenzar a acercarse más a ti, hasta el punto en que formaron una amistad. Le contaste acercar de tu pasado como militar y los pequeños traumas que arrastrabas de tus misiones en Irak y todos los lugares a los que te enviaron.

En lugar de dejarte dormir en el auto, te ofreció una habitación en su hogar, pero preferiste quedarte en el sofá.

Decir que no había comenzado a sentir cosas por ti, iba a ser una gran mentira. Pero Harold le advirtió de no involucrarse contigo, al fin y al cabo, solo serías su guardaespaldas temporalmente.

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Sebastian estaba en su cocina preparando el desayuno mientras cantaba y bailaba, cuando el sonido de alguien llamando a la puerta le interrumpió.

Asumió que serías tu ya que desde que te asignaron para cuidar de él solo de día, ya no dormías ahí y venías siempre a desayunar con él.

–¡Llegas justo a tiempo para—Abrió con una sonrisa en el rostro, pero al verte, ésta desapareció por completo, cambiando completamente a una mirada de confusión.–¿Por qué llevas tu uniforme?

Ibas vestida con tu uniforme militar junto con un bolso en tu hombro, y una triste expresión adornaba tu bello rostro, con los ojos cristalinos y rojos como si hubieses estado llorando.

–Sebastian, tenemos que hablar.–Le dijiste aguantando las lágrimas.

–Así veo... ¿Quieres pasar y desayun—

–No tengo tiempo, así que va a tener que ser rápido.–Le interrumpiste rápidamente, dejando el bolso junto a ti en el suelo.–Me llamaron y debo volver a Irak. Es una misión de rescate. Ya hablé con Harold y recomendé a un amigo para que fuera tu guardaespaldas de ahora en adelante.

–¿Q-qué...?–Preguntó confundido, con voz temblorosa y lágrimas formándose en sus ojos.–¿Pero y cuándo vas a volver?

Tragaste el nudo que se formó en tú garganta, soltando un pesado suspiro antes de volver a hablar.–No lo sé. Tampoco sé si lo haga... pero ya tengo que irme, Sebastian. Cuídate mucho.–Le dijiste con una triste sonrisa, tomando tú bolso para darte la vuelta y comenzar a caminar lejos de él.

El actor fue más rápido y se posicionó frente a ti, impidiéndote seguir, ya con las lágrimas corriendo libremente por sus mejillas, mientras tratabas de contener las tuyas.

–T/N no... no puedes irte así como así. Ni si quiera sé si volveré a verte... no puedo vivir con la angustia de saber que algo te puede pasar...–Habló rápidamente, sollozando de vez en cuando y tomando tus manos en las de él.

Te acercaste y le diste un fuerte abrazo, Sebastian devolviendo el gesto y escondiendo su rostro en tú cuello.

–No quiero que te vayas...–Lloró sin querer soltarte.

–Te voy a extrañar...–Susurraste con voz temblorosa en su oído, dejándole un beso en la mejilla, para luego alejarte y caminar hacia tu auto sin darte vuelta para no verle, secando las lágrimas que se te habían escapado.

Sebastian se quedó atrás, viendo como conducías lejos de él, a lo que probablemente podría ser tu muerte. No sabía si te vería nuevamente, o si volverías alguna vez.

Y ni si quiera tuvo la oportunidad de confesarte su amor.

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Hola genteee! ¿Cómo están?

Aquí les traje otro capítulo, tenía ganas de publicarlo hoy también, así que aquí está. Espero lo hayan disfrutado 🙌🏻

Como siempre les digo, para cualquier cosa estoy aquí, y para hacer pedidos, escríbanme por privado (DM)