Prólogo: A Sam no le gusta para nada la idea de que le gustes a Bucky.

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–Te digo que eso no va ahí, Samuel.–Le regañó Bucky, ambos sentados en unas bancas con un motor frente a ellos.

–Y yo te digo que sí es así, Buchanan. Ya deja de contradecirme en todo.–Le reclamó el otro, viéndole a los ojos con las herramientas en las manos.

–No me digas Buchanan.–Entre cerró los ojos y no le quitó la vista de encima.

–Y tú no me digas Samuel. JAMES.–Le respondió de vuelta, también con la mirada fija en él.

–Tampoco me digas James.

–Uuuy, a ti no te gusta nada.–Rodó los ojos volviendo a trabajar en el motor.

–No, pero tu hermana si.–Cubrió su voz con una tos, tomando su cerveza para beber un sorbo.

–¿Qué dijiste?

–¡SAMUEL WILSON!–Escucharon ambos a alguien gritar que venía detrás de ellos.

–No puede ser...–Dejó ir un suspiro, cerrando los ojos y pasando su mano derecha por su rostro, mientras Bucky veía confundido entre Sam y tú que te acercaste a ellos.

–Al parecer alguien está en problemas...–Murmuró conteniendo la risa.

–¿QUÉ PARTE DE QUE NO TOQUES ESE MOTOR ES LA QUE TU NO ENTENDISTE?–Le preguntaste posando ambas manos en tus caderas, viéndole fijamente y sin molestarte en mirar al otro super soldado.

Bucky te conocía, aunque no tanto como le gustaría. Solo se habían visto un par de veces ya que no fue hasta hace poco que volviste a mudarte de vuelta al pueblo en que creciste cuando pequeña.

Sin embargo, con ese par de veces que te había visto ya habías captado su atención.

–Hola muñeca.–Te saludó con una pequeña sonrisa y un brillo en sus ojos, mientras Sam le veía mal.

–Oh... hola James. No sabía que estabas de visita.–Le respondiste con una sonrisa, cambiando completamente de actitud, jugando con ambas de tus manos.

–¿Por qué ella puede decirte James y yo no?

–Porque T/N me agrada y tú no.–Le respondió sin quitarte la vista y con la misma sonrisa, haciendo que tus mejillas se tiñeran de un ligero color rosa, provocando una pequeña risa en él.

Sam cambiaba la vista entre Bucky y tú con el ceño fruncido, y una vez lo notaste, recobraste la compostura y te pusiste seria, llevando tus manos a tus caderas nuevamente.

–Cómo sea. Ya deja mi motor y métete en tus propios asuntos, Samuel.

–¡Solo estoy tratando de ayudarte, mujer! ¿Quieres relajarte?

–Ni si quiera ese es el motor que hay que reparar, idiota.–Rodaste los ojos, cruzándote de brazos y pasando una mano por tú rostro.

Bucky meneó ligeramente la cabeza mientras Sam veía el motor y luego a Bucky con el ceño fruncido.

–Ya da igual. Solo dejenlo tal como está y ya luego yo me acuparé de ello. Ahora tengo cosas que hacer. Adiós, James. Te quedas a cenar, ¿verdad?–La última parte sonó más suave de lo que dijiste anteriormente, además de que agregaste una pequeña sonrisa.

–Me encantaría.–Te respondió con una sonrisa antes de que te fueras.

Bucky dejó su vista fija en ti mientras te alejabas de ellos, cuando notó que Sam le estaba viendo con el ceño fruncido.

–¿Ahora qué?

–Ni si quiera se te ocurra, Barnes. Es mi hermana. Y tiene un hijo de cuatro años, es mamá soltera, y tiene un carácter horrible. No se soporta ni ella misma.–Le dijo apuntándole con la herramienta, para luego reparar lo que hizo.

–¿Y qué tiene que ver todo eso? Si ese es tu intento para espantarme y alejarme de ella, créeme que no está funcionando. No me da miedo un niño de cuatro años, ni mucho menos que ella tenga carácter.

–¡Ajá! Así que si te gusta. Más te vale que te alejes de ahí, porque además es adoptada.

–¡¿Y ESO QUÉ TIENE QUE VER?!–Exclamó realmente confundido.

–Que no sabes con qué genética te vas a encontrar ahí. Esa mujer si que es cosa seria.–Le respondió sin apartar la vista del motor.

Bucky solo rodó los ojos y tomó un sorbo de su cerveza, para luego continuar ayudando al otro, ya emocionado porque llegara la cena.