Prólogo: La hija de Bucky conoce finalmente a su novia.

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Ser un padre soltero no es para nada de fácil. Menos para un hombre semi estable de casi poco más de 100 años de edad, arrastrando un pasado lleno de dolor y desgracia como el de Bucky.

Seis años atrás, Tony hizo una fiesta en la Torre donde, como siempre, asistieron muchas personas. Sam y Thor le insistieron al soldado beber un poco del elixir asgardiano para así dejarse llevar y pasar un buen rato.

Y sí que lo hizo. Diez minutos después de haber bebido el trago, Bucky pudo sentir como su cuerpo y mente se sentían más ligeros, y lo último que recordaba, era a Steve diciéndole que bebiera agua.

A la mañana siguiente cuando despertó, estaba en su habitación de la Torre, con una mujer rubia y de tez clara, durmiendo junto a él, desnuda. Al igual que él.

Después de que la chica se fuera, Bucky se fue apresuradamente a la habitación de su amiga Wanda Maximoff, y le rogó que le ayudara a recordar los eventos de la noche previa.

Cuando lo hizo, se vio a él mismo teniendo relaciones con la chica. Esta era la primera vez que tenía intimidad con otra persona después de todo lo ocurrido con Hydra, lo cual le dejó bastante sorprendido y preocupado a la vez. Pero a medida que fue pasando el tiempo, dejó de tomarle importancia ya que, Lynette, la chica con la que pasó aquella noche de la cual recordó el nombre más tarde. Jamás volvió a llamarle.

Nueve meses después, una "entrega especial" llegó a la Torre. Básicamente consistía en una caja con una bebé de dos días dentro. Con ella, venía una carta.

Happy al ver a la criatura, preguntó por todos lados sí alguien había visto a la persona quien la dejó allí, y nadie supo responder. Y en las cámaras de seguridad no se le veía el rostro.

Tomó a la pequeña junto con las mantas que traía y la carta, y la llevó hasta el área común de la Torre para entregársela a Bucky, ya que el sobre decía su nombre.

El sargento no sabía que hacer ante tal situación y pensó seriamente en dar en adopción a la bebé, después de que intentó buscar a la madre y no la encontró. Lo cual le hizo pensar que el nombre que le dio no era el de ella.

Después de un par de semanas, terminó encariñándose y aceptando el hecho de que tenía una hija. Por lo mismo, ya cuando se sintió más preparado después de todo un año, compró una pequeña casa para él y su hija Amelia.

Cinco años después, te conoció a ti.
Durante una misión terminó gravemente herido, por lo que tú, siendo cirujana de trauma en SHIELD, hiciste la cirugía y le ayudaste durante la recuperación.

Después de darle el alta, se mantuvieron en contacto ya que formaron una linda amistad, y eventualmente comenzaron a salir.

Bucky siempre fue reservado en cuanto a su hija, algo que comprendías totalmente. Nunca quisiste apresurarlo con nada, ni mucho menos hacerle sentir incómodo, ya que querías que estando contigo, pudiera sentirse libre y que no debería de estar en guardia todo el tiempo.

No fue hasta que cumplieron los seis meses saliendo, que tomó la decisión de presentarte a Amelia, cuando ella ya tenía seis años.

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Muñeca❤️: Voy en camino 😘

Muñeca❤️: Espero no te hayas arrepentido 😯

Yo: Claro que no muñeca, aquí te esperamos 💞
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Al recibir tús mensajes diciendo que ya venías en camino hasta su casa, sintió como su corazón comenzaba a latir más y más fuerte de los nervios que tenía.

–Amy...–Habló con tono dulce a su hija, que estaba sentada en el suelo de la sala de estar dibujando en la mesita de café.

–Hola papi.–Saludó la niña, dándole un pequeño beso en la mejilla, mientras él se sentaba junto a ella.

–¿Recuerdas que tiempo atrás te comenté que había conocido a una chica, la cual me gustaba muchísimo?–Le preguntó mientras movía algunos mechones de su cabello largo, moreno y rizado. Algo que había sacado de él.

–¡Sí lo recuerdo!–Respondió Amelia con una gran sonrisa, mirándolo con sus hermosos y bellos ojos azules, algo que también sacó de él. Era literalmente una versión pequeña del soldado.

–Bueno... hace un tiempo le pedí que fuera mi novia...–Le dijo algo nervioso a su hija.

–¡¿Enserio?!–Exclamó emocionada.

–Así es.–Respondió soltando una pequeña risa, mientras le acariciaba la cabeza con su mano derecha.–Y le pedí que viniera hoy... para que te conociera.–Le dijo ya más temeroso que antes.

–¿Y cuando va a llegar?–Preguntó emocionada la pequeña.

–En cualquier momento. Venía saliendo de su trabajo, así que cuando escuches una motocicleta, es ella.–Le dijo con una pequeña sonrisa.

–¿Y en qué trabaja ella?–Preguntó curiosa.

–T/N es una doctora. Salva las vidas de las personas, como lo hizo conmigo el año pasado, ¿recuerdas el accidente que tuve?

–Entonces sí fue ella quien hizo que te recuperaras, ya me cae bien.–Aseguró su hija con una gran sonrisa.

–Me alegra que estés emocionada por conocerla.–Le dijo, dejándole un pequeño beso en la frente. En ese momento, escucharon una motocicleta aparcando fuera de la casa.

–¡¿Es ella?!

–Así parece.–Le dijo mientras se asomaba por la ventana para ver quien era, viendo donde estabas quitándote el casco y desabrochandote la chaqueta.–Espera aquí, ¿okey? Voy a ir a saludarla y luego va a entrar.–Le dijo a su hija abriendo la puerta.

–¡Okey!–Respondió la niña volviendo a dibujar.

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–Hola muñeca.–Saludó el soldado acercándose a ti, para dejarte un tierno beso en los labios mientras te acercaba a él por la cintura con su mano.

–Buen día, Sargento.–Hablaste con tono juguetón, antes de volver a besarle.–Por lo que puedo ver, creo que tú estás más nervioso que yo.–Le dijiste acariciándole el rostro con una mano, mientras la otra sostenía el casco.

–Mmm... puede ser.–Te confesó soltando una pequeña risita.–¿Estás segura de querer hacer esto? Quiero decir, vienes del trabajo y probablemente estés cansada y quieras ir a tú—Iba hablando rápidamente y muy nervioso, cuando le cubriste la boca con tú mano.

–Estoy segura, James. Sé lo importante que es para ti, y aunque no lo creas, también lo es para mi.–Le aseguraste removiendo tú mano de su boca, para posarla en su hombro.–Amelia es una parte muy importante en tú vida.

–Okey...–Dijo soltando el aire que había aguantado mientras sonreía.

Bucky tomó tú mano, y te guió dentro de la casa, donde la pequeña al escuchar la puerta, corrió hasta allá. Mientras colgabas tú chaqueta en el perchero y dejabas el casco en el suelo.

–Okey Amy. Ella es T/N, es mi... amm... ella es mi novia... de la que te estaba contando hace un rato.–Le dijo algo nervioso a su hija.

–Hola pequeña, ¿está bien si te digo así?–La saludaste acercándote a ella y agachándote para quedar a su altura.

–¿Eres tú quien le salvó la vida a mi papá?–Preguntó algo nerviosa jugando con sus manos, ignorando tú pregunta.

–A-así es.–Respondiste nerviosa, por un segundo mirando en dirección a Bucky, para después devolverle la mirada a ella.

–Gracias...–Te dijo abrazándote muy fuerte.

La acción te confundió bastante, ya que esperabas que tal vez fuera más tímida a tú alrededor, como la había descrito Bucky. Al sentir sus pequeños brazos alrededor de tú cuello, la abrazaste de vuelta, susurrandole al oído.–No hay de qué, cielo.–

El comportamiento de su hija también le dejó bastante confundido a Bucky, pero supo de inmediato de que te había aceptado, ya que no era muy común en ella abrazar personas cuando recién se estaban conociendo.