El sándwich (parte 2)
Word count: 1392
Después de aquella extraña conversación que Bucky Tony compartieron en la cocina, al billonario no se le podía salir de la cabeza la idea de hacer de cupido y juntarlos a ambos.
Él te conocía, y sabía que no ibas a ceder tan fácil a algo así sin que te dieran un pequeño empujón, por lo que armó todo un plan para que Bucky y tú quedaran "por magia del destino", encerrados en el elevador de Torre.
Tony ya le había lanzado varias indirectas a Bucky acerca de una posible e inesperada reunión entre ustedes dos donde tendría que confesarte todo lo que sentía. Pero Bucky creía que Tony solo lo estaba molestando, como usualmente lo hacía, así que no le tomó importancia al asunto.
Eso fue hasta que un día, Bucky y tú se encontraron en el elevador de la Torre cuando venían de vuelta de hacer algunas cosas fuera.
–Tiempo sin verte, Terminator.–Le dijiste entrando al elevador antes de que se cerrara, apretando el botón del piso donde estaba tu habitación.
–¿Será porque estaba en una misión, enana?–Te respondió de vuelta tratando de permanecer lo más serio posible, a pesar de que su corazón latía con ferocidad por esa pequeña interacción entre los dos.
Ninguno volvió a decir nada durante el viaje de subida.
Tu ibas utilizando tu teléfono, y Bucky de vez en cuando te lanzaba pequeñas y rápidas miradas.
En un momento, el elevador se detuvo a medio camino, las luces se apagaron y las de emergencia color rojo se encendieron. Y tu teléfono de pronto ya no tenía señal.
–¿Pero qué?–Murmuraste tratando de llamar a Tony para que arreglara el problema, pero no funcionaba.
–¿Friday?–Preguntó Bucky deseando internamente que no fuera algo hecho a propósito por Tony porque no estaba listo para ser rechazado.
–Genial. No hay señal, nadie nos escucha, Friday está fuera de servicio, y no sabemos cuánto tiempo nos vamos a quedar aquí. El día va de mal en peor.–Rodaste los ojos, deslizándote en la pared hasta quedar sentada en el suelo.
–¿Por qué dices eso? ¿Pasó algo?–Te preguntó Bucky acercándose para sentarse a tu lado.
–¿Y a ti qué te importa? No eres mi mamá. No actúes como si de verdad te interesara cuando ambos sabemos que no es así.–Dejaste tu mochila a un lado y pegaste ambas piernas a tu pecho, abrazándola con tus brazos.
–Es que sí me importa, muñeca. Tú me importas.–Murmuró bajando la mirada.
–¿Qué quieres decir?
–Quiero decir que... y-yo...–Soltó un pesado suspiro mientras se ponía de pie y comenzaba a caminar en círculos frente a ti.–Yo no te odio, ¿okey? Jamás lo he hecho, y jamás lo voy a hacer. Significas mucho para mí como para alguna vez pensar en llegar a odiarte. Y aunque lo quisiera, simplemente no puedo. NO puedo.
Créeme que he intentado de una y mil formas odiarte. Más aún por la manera en la que me tratas, y créeme que me siento muy idiota por eso, pero simplemente no puedo porque todo el cariño y amor que siento por ti es mucho más grande que mis ganas de odiarte.–Iba hablando sin parar mientras daba vueltas en círculos en el pequeño espacio, y tú lo veías confundida desde donde estabas sentada en la esquina del elevador.
–B-bucky—. Intentaste hablarle, pero te interrumpió.
–Espera. Antes de que empieces a decirme que no sientes lo mismo, que jamás podrías amar a alguien como yo, y todas esas cosas, por favor déjame terminar.–Se detuvo un segundo para verte a la cara y después seguir explicándote a la vez que daba vueltas.–T/N llevó muchísimo tiempo tratando de reunir el valor para decirte esto porque ya no me lo podía seguir guardando.
Créeme que ya había aceptado el hecho de que no sentías lo mismo por mi de vuelta, pero ahora que te lo estoy diciendo aquí, encerrados hasta quién sabe cuándo, ya me estoy arrepintiendo porque no estoy seguro de si podría soportar tu rechazo.
Durante toda mi vida me han pasado cosas malas, o al menos después de caer de aquel tren. Y cuando te conocí, sentí como si mi vida se iluminara... cada vez que diriges tu mirada hacia mi, o me hablas, o entras en la habitación, mi corazón se acelera y me siento feliz. Tú me haces feliz y alegras mi vida...
...pero tu no lo ves así. Me ves como una molestia, y te entiendo. Estás en todo tu derecho, y yo trataba de seguirte el juego y actuar como si te odiara de vuelta, pero ya simplemente no puedo... no puedo seguir pretendiendo odiarte cuando lo único que quiero es abrazarte, tenerte en mi brazos, besarte y hacerte feliz.–Se detuvo y apoyó la espalda en la pared frente a ti, jugando nervioso con sus manos y agachando la cabeza.–Así que por favor no digas nada... s-solo... solo no digas nada...
Soltaste un pequeño suspiro y te levantaste de tu lugar para acercarte a él y abrazarlo con fuerza, tragando el nudo que se formó en tu garganta.
Bucky frunció el ceño confundido pero te abrazó de vuelta, apretándote con fuerza, pero no la suficiente como para lastimarte.
–Eso es lo más hermoso que me han dicho en toda la vida...–Susurraste mientras las lágrimas corrían libres por tu rostro.–Yo también llevo tiempo sintiéndome así pero tenía miedo a ser rechazada.–Te alejaste un poco para explicarle, evitando su mirada y secando las lágrimas mientras Bucky mantenía sus manos en tú cintura y te veía atento.–Tenía miedo a que sí te dejaba entrar en mi vida, me lastimarías.
Tenía miedo de demostrarte que realmente me importabas y que me utilizaras, y luego me deshecharas cuando ya no te hiciera falta porque toda mi vida me han demostrado que soy reemplazable. Que siempre voy a ser la segunda opción. Y que tu me hicieras sentir eso me iba a terminar rompiendo por completo...–Reíste ligeramente al final, secando tus lágrimas.
–Muñeca... ¿cómo podría alguna vez deshecharte? Jamás podría hacer eso. Nunca nadie podría ocupar tu lugar, nadie puede compararse a ti, nadie me hace feliz de la manera en que tu lo haces y ni cuenta te das.–Puso ambas de sus manos en tú rostro para hacerte verlo a los ojos, ofreciéndote la sonrisa más hermosa que jamás hayas visto.
–¿De verdad piensas eso?
–¡Sí! ¡Claro que si! Y también pienso que seríamos muy felices juntos, si nos damos la oportunidad.–Acarició tus mejillas y secó las lágrimas que aún quedaban.
–Yo pienso lo mismo...–Soltaste una pequeña risita, mordiendo tu labio inferior.
Ambos se quedaron viendo por unos segundos, hasta que se comenzaron a acercar lentamente hasta que sus labios se tocaron, dándose un beso suave y tierno, envolviendo tus brazos alrededor de su cuello y él en tu cintura.
De pronto, escucharon a alguien aplaudir a través de los parlantes del elevador, haciendo que se separaran rápidamente. Bucky dejando sus manos en tú cintura y las tuyas en sus hombros.
–¡Eso fue hermoso! ¡Bellísimo! ¡Bravo!–Escucharon a Tony decir mientras aplaudía.–Ni si quiera yo podría haberlo hecho mejor.
–Más te vale Anthony Edward Stark que nos saques de aquí antes de que te meta ese traje por el culo y te salga por la boca.–Le dijiste completamente seria, viendo hacia la cámara y apuntándole con el dedo índice, mientras Bucky solo te observaba con una sonrisa.
–Dios, pero que salvaje... ¿estás seguro de que quieres estar con ella, Terminator?
–Ya sabes que sí, Tony. Ahora sácanos de aquí.–Le dijo Bucky riendo con ligereza, para después dejar un beso en tu mejilla.
–Ten por seguro de que le voy a decir a Steve que nos estás espiando.–Le amenzaste sin dejar de ver a la cámara, acariciando la mejilla de Bucky con tu mano.
–Pero funcionó, ¿o no? Listo. Ya está funcionando. Prepárense que dentro de una hora tienen reservas para un restaurante especial para ustedes dos, tortolitos.–Les dijo mientras el elevador funcionaba nuevamente.
–¿Aceptas ir a una cita conmigo?–Le preguntaste con una sonrisa y acariciando su mejilla, tu tono de voz cambiando completamente.
–Por supuesto que sí.–Te respondió con una gran sonrisa, tomando tú mano para besarla.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top