Prólogo: Bucky tiene problemas recordando su pasado en Hydra.

Aquí les traigo un pedido que me hicieron, espero les guste. Si quisieran pedir algo también, pueden escribirme con toda confianza.

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Bucky y tú se encontraban un día por la mañana en su departamento a punto de levantarse de la cama y empezar a prepararse para su día.

–Ve y date una ducha mientras yo hago el desayuno, ¿te parece?–Le dijiste acariciándole el rostro con una mano recostada en la cama, una sonrisa adornando tu cara.

–Te amo.–Respondió de vuelta, acercándose a ti para dejarte un tierno beso en los labios y levantarse de la cama.

Mientras preparabas el desayuno, oíste el agua de la ducha correr, una pequeña sonrisa formándose en tú rostro.

Minutos más tarde, el sonido cesó, a la vez que ya terminabas de preparar su comida. Poco después llamaste a Bucky cuando supusiste que estaría listo.

–¡Cariño el desayuno está listo!

Al no resivir respuesta alguna, lavaste tus manos y caminaste hacia el baño para revisar que todo estuviera bien.

Golpeaste suavemente la puerta, para después abrirla y entrar.–Hey Buck, ¿Todo bi—Ibas hablando, cuando entraste y viste a Bucky parado frente al espejo, inmóvil, con la espuma de afeitar en una mano, y en la otra la rasuradora.

Sus manos temblaban, y parecía no poder despegar la mirada de su reflejo, fue en ese momento que supiste exactamente lo que le ocurría.

Durante mucho tiempo en Hydra fue tratado de una forma violenta y agresiva. Cuando le resaruban la barba, lo hacían sin cuidado, dejando grandes cortes y su rostro lleno de sangre cada vez.

Una pequeña triste sonrisa se formó en tú rostro, antes de que te acercaras y posaras tus manos delicadamente en sus hombros por la parte de atrás, haciendo que desviara su mirada hacia ti en el espejo.

–Déjame ayudarte.–Fue lo único que le dijiste, dejando un beso en la parte que el metal y su piel se unían, tomando los objetos de sus manos.

Lo guiaste para que se sentara sobre la tapa del inodoro, para después acariciar su rostro y dejar un beso en su frente antes de comenzar.

Bucky posó ambas de sus manos firmemente en tús caderas, apretando un poco pero no lo suficiente como para hacerte daño, para asegurarse de que era real y no ibas a desaparecer.

Cuidadosamente, comenzaste a afeitar su rostro, pasando gentilmente la rasuradora para no hacerle daño.

Sin poder contener las lágrimas, Bucky las dejó caer libremente por su rostro, mientras recordaba todo lo que había vivido en el pasado.

Con tus pulgares secaste las lágrimas, besando de vez en cuando su frente, o los lugares que terminabas de afeitar.

Ya cuando terminaste, pasaste delicadamente la toalla por su rostro limpiando los restos de espuma y barba. Luego de eso, Bucky se abrazó a ti mientras lloraba, escondiendo su rostro entre tus pechos escuchando los latidos de tu corazón, a la vez que le acariciabas el cabello dulcemente.

–Gracias muñeca...–Te dijo con voz temblorosa, aferrándose a ti como si su vida dependiera de ello.

–No tienes por qué agradecerme, Bucky. Haría cualquier cosa por ti.–Le respondiste tomando su rostro con ambas de tus manos para verlo a los ojos, dándole una sonrisa limpiando sus lágrimas a la vez.

–Te amo, demasiado...–Susurró mirándote a los ojos con una pequeña sonrisa, dejándose llevar por el cariño y la suavidad con la que lo tratabas.

–Yo también te amo, James. Muchísimo. Jamás tengas duda de ello.–Respondiste de vuelta, inclinándote para darle un dulce beso en los labios.