Prólogo: A Bucky le da miedo que tal vez te arrepientas el día de su boda.

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Antes quiero que sepan que no recuerdo bien qué es lo que dice un sacerdote en las bodas, así que lo escribí lo mejor que pude, también con un poco de ayuda de Google. Disfruten 😁

Word count: 870

–¿Estás seguro de que está todo listo?–Le preguntó Bucky a Steve como por quinta vez en los mismos cinco minutos.

–Sí, Buck. Ya cálmate. Te dije que está todo en orden.–Intentó tranquilizarle Steve.

–Exacto. ¿Acaso crees que haríamos algo a propósito para arruinar el día de tu boda?–Le dio una palmada en la espalda Sam.

Bucky no era para nada un hombre intranquilo o nervioso. De hecho era todo lo contrario. Sus nervios eran de acero. Siempre listo para cualquier cosa.

Sin embargo aquel día, estaba tenso y muy nervioso. Incluso algo temeroso.

–¿Qué pasa si T/N se arrepiente? ¿Qué pasa si se sintió obligada a decir que sí porque creyó que tal vez le haría algo? ¿Qué pasa sí—. Comenzó a hablar cada vez más y más rápido, donde estaban los tres a unos metros junto al altar en el patio de la mansión de Bucky donde se llevaría acabo la boda, los demás invitados esperando a que se diera inicio a la ceremonia.

–¿Qué tal si dejas de preocuparte e intentas relajarte un poco, hermano? T/N te ama, créeme que sí.–Steve puso ambas manos en los hombros de su amigo para hacer que se dejara de hablar tan rápido.

–La novia ya viene.–Le dijo Pietro desde el comunicador a Sam.

A éste se le dibujó una sonrisa en el rostro al oír aquellas palabras.

–James Buchanan Bucky Barnes. Ha llegado el momento que cambiará tu vida para siempre. La novia ya está lista.–Le dijo con una gran sonrisa, guiándolo hacia el altar.

Steve y Sam se posicionaron a poca distancia de Bucky, mientras las damas de honor Nat y Wanda esperaban del otro lado.

La música comenzó a sonar y todos los invitados se pusieron de pie y se voltearon hacia donde venías caminando tomada del brazo de tu papá Tony.

Al verte, a Bucky se le dibujó una gran sonrisa en el rostro y se le llenaron los ojos de lágrimas.

Cuando llegaron al altar, Tony te dio un gran beso en la frente y te ofreció una sonrisa, para después dirigirse a Bucky.

–Más te vale cuidar de mi niñita, a pesar de que sé que ella es muy capaz de hacerlo sola. Y escúchame bien, Barnes. No me importa que seamos socios en el ámbito laboral, si le haces algo a mi princesa, te las vas a ver conmigo. ¿Entendido?–Le apuntó con el dedo índice a modo de advertencia.

–No te preocupes, Tony. Te prometo que jamás voy a hacerle daño.–Le aseguró con una sonrisa, para después tomar tú mano y voltearse hacia el sacerdote frente a ustedes. Mientras Tony se dirigía a su asiento.

El sacerdote comenzó a hablar, a la vez que ustedes estaban tomados de las manos.

–Te ves bellísima, muñeca. Estás perfecta.–Te susurró con una gran sonrisa.

–Tú tampoco te ves nada mal.–Ambos rieron ligeramente ante tu comentario.

El sacerdote siguió hablando hasta que llegó la hora de ponerse los anillos.

Bucky y tú se voltearon para quedar frente a frente el uno del otro.

–James Buchanan Barnes. ¿Aceptas a T/N T/S/N Stark como tu legítima esposa, para vivir juntos en sagrado matrimonio, para amarla, honrarla, respetarla y cuidarla, en salud y en enfermedad, prometiéndole ser fiel, hasta que la muerte los separe?

–Acepto.–Respondió con una gran sonrisa, mientras tomabas el anillo y lo deslizabas en su dedo, ambos intentando contener las lágrimas lo mejor posible.

–Ahora. T/N T/S/N Stark. ¿Aceptas a James Buchanan Barnes como tu legítimo esposo, para vivir juntos en sagrado matrimonio, para amarlo, honrarlo, respetarlo y cuidarlo, en salud y en enfermedad, prometiéndole ser fiel, hasta que la muerte los separe?

–Acepto.–Soltaste una pequeña risita mientras Bucky deslizaba el anillo en tu dedo.

–Muy bien. Ahora antes de seguir, ¿hay alguna persona que se oponga a la unión de ésta pareja? Hable ahora o calle para siempre.–Preguntó mirando hacia los invitados.

–¡Nadie! ¡Ya solo dense el beso! ¡No queremos drama hoy!–Gritó Pietro desde el lado de tus invitados, ganándose una mirada letal de su hermana, mientras todos los demás reían.

–Perfecto. Entonces si no hay oposición alguna. Ahora los declaro, marido y mujer. Puede besar a—. Ni si quiera alcanzó a terminar cuando tomaste a Bucky por el cuello de su camisa y lo acercaste a ti para besar sus labios.–...al novio.–Dijo riendo, mientras todos los demás celebraban, aplaudían, gritaban y festejaban.

Una vez se quedaron sin aire, se separaron ligeramente para quedar a centímetros del otro.

–No puedo poner en palabras cuanto te amo, muñeca.–Acarició tu rostro con ambas manos, mientras limpiaba las lágrimas que se te habían escapado.

–Yo me siento igual, James. Te amo tanto.–Volviste a besar sus labios, Bucky tomándote en sus brazos y dando vueltas contigo, los invitados aún festejando.