Cicatrices del pasado

Prólogo: Bucky y tú se odian mutuamente, pero después de ser enviados a una misión juntos, las cosas cambian.

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Desde el primer momento en que se conocieron, Bucky y tú se odiaron. Sin mencionar que fue porque eras una asesina de Hydra, la cual intentó matarlo en múltiples ocaciones después de que él escapara de su control.

Clint vio potencial en ti, al igual que Natasha, y ambos te ofrecieron salir de la organización para unirte a los Vengadores y poder ser libre, lo cual no fue muy del agrado de Bucky. Pero te hiciste muy cercana con todos los demás.

Bucky y tú siempre estaban haciéndose comentarios de mal gusto, bromas pesadas, y siempre estaban molestándose mutuamente. Cada vez que tenían que entrenar juntos, se les iba de las manos y terminaban genuinamente golpeándose, hasta el punto en que los demás debían de separarlos. De hecho, una vez le rompiste el brazo derecho, y él te rompió la nariz y una costilla.

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Fury los envió a ambos a una misión, en la cual debían de ir en un largo viaje en auto, el cual, por cierto, fue bastante silencioso e incómodo.

En un momento, tuvieron que parar en un motel en mitad del camino ya que necesitaban dormir, para mala suerte de ustedes, había una sola habitación disponible. Lo bueno, es que tenía dos camas separadas.

–Bueno, supongo que aquí tendremos que pasar la noche.–Dijo Bucky dejando su bolso en la cama más cercana a la puerta.

–Puedes dormir en el coche si no te gusta.–Respondiste mientras dejabas tú bolso en la cama dándole la espalda, así que no notaste cuando rodó los ojos.

–Como sea, voy a darme una ducha rápida.–Te dijo mientras entraba al diminuto baño de la habitación.

(.....)

Unos quince minutos después, Bucky salió, cubriéndose de la cintura hacia abajo con una toalla, y no pudiste evitar mirarlo.–¿Disfrutando de la vista, muñeca?–Te preguntó con una sonrisa arrogante, mientras buscaba su ropa en el bolso.

–No te creas tan especial, Barnes.–Le respondiste mientras tomabas tú toalla y te encerrabas en el baño.

(.....)

Pasados unos minutos más, saliste cubriéndote solo con la toalla para buscar tú ropa.

Bucky soltó un silbido y luego habló.–Vaya... muñeca, ¿vas a hacerme un show? ¿vas a bailar?–Dijo Bucky levantando la vista de su libro.

–Sigue soñando, James.–Le respondiste sabiendo lo mucho que le molestaba que usaras su primer nombre. Pero lo que tú desconocías, es que secretamente le gustaba como sonaba cuando tú lo decías, y se odiaba por eso.

Mientras buscabas la ropa en tú bolso, tú espalda quedó al descubierto ante los ojos de  Bucky, quien tuvo una perfecta vista de todas las cicatrices que la adornaban. Pero la que más le sorprendió, fue una que iba desde tú cuello, hasta abajo en zigzag por tú columna. Esto le llamó muchísimo la atención, y no se dio ni cuenta, cuando estaba parado detrás tuyo, pasando sus dedos por ella.

Al sentir el contacto de su piel con la tuya, rápidamente te diste vuelta tomándole de la mano y poniendo tú cuchillo con la otra en su cuello.

–¿Qué crees que haces?–Le preguntaste molesta mientras presionabas el cuchillo en su cuello.

–Lo siento... no sé qué me pasó.–Te dijo sinceramente, por lo que dudosa, lo soltaste y volviste a guardar la daga en tú bolso.

–Solo aléjate, Barnes.–Dijiste fríamente mientras te ponías una playera y tú ropa interior y shorts bajo la toalla para después dejarla a un lado.

–¿Qué te pasó?–Preguntó desde su posición sentado en el borde de su cama.

–¿Qué?–Preguntaste mientras dejabas tú bolso en el suelo junto a tú cama.

–¿Cómo te hiciste esa cicatriz?

–No es asunto tuyo.–Le respondiste mientras abrías la cama y te recostabas en ella dándole la espalda.–Buenas noches, Terminator.

Bucky se acercó a tú cama, y se recostó junto a ti, así que te diste la vuelta molesta.–¡¿Qué crees que estás haciendo?!

–Ellos también me lastimaron de esa manera.–Te dijo suavemente mientras te miraba a los ojos.–No todas las cicatrices que tengo son por las misiones a las que fui. La mayoría las hicieron ellos.

A veces era porque fallaba, otras porque me cansaba de entrenar, algunas también eran solo por diversión...–Te iba diciendo, mientras te recostabas mirando en su dirección, escuchando atenta a lo que estaba diciendo.–Yo... lo siento, T/N, no debí... perdóname.–Se disculpó mientras comenzaba a levantarse, pero se detuvo cuando comenzaste a hablar.

–Fue un experimento...–Empezaste a contarle, así que se recostó de vuelta en la cama en dirección hacia ti.–B-bueno de no haber sido porque fallé en la misión...–Dijiste soltando un suspiro.–Me enviaron a Bihar, la India. Debía de hacer explotar una instalación vieja de Hydra que contenía muchísima información para que nadie la descubriera, pero no logré salir a tiempo y quedé atrapada bajo los escombros.

Cuando uno de los agentes que me acompañaba me encontró, mis piernas no se movían, y no podía sentirlas. Así que me llevaron de vuelta a la base en la que me mantenían. Los doctores que estaban ahí le dijeron a Pierce que conocían una manera de hacerme volver a caminar otra vez, sólo que era experimental, de momento. Pero él aceptó de todas formas ya que en ese momento, yo era su mejor asesina, porque, bueno... tú ya no estabas.–Le ibas diciendo, mientras Bucky escuchaba atentamente.

–Me abrieron la espalda, pero yo estaba despierta durante el procedimiento...–Hablabas mientras pequeñas lágrimas caían de tús ojos.–No sé exactamente qué me hicieron, ya que pasados unos minutos que parecieron horas, me desmayé por el dolor.

Por lo que escuché cuando estaba despertando, es que hicieron un par de modificaciones y restauraron todo. Después de eso, los siguientes meses fueron de agonizante dolor. La herida se infectó... luego tuve que "aprender" a caminar otra vez... y bueno... quedó como la viste ahora.

Supongo que eso no me hace tan atractiva como las otras mujeres con vidas y pasados normales.–Le dijiste con una pequeña triste sonrisa, mientras te limpiabas las lágrimas, a pesar de que seguían saliendo.

–Eso no te hace menos atractiva.–Te aseguró Bucky mientras ponía su mano en tú mejilla para limpiar las lágrimas que caían, y la dejó ahí para seguir acariciándote.–Yo creo que eres una mujer muy hermosa. Con o sin cicatriz... tús cicatrices... son prueba de lo fuerte que eres, y lo valiente también que fuiste.–Te dijo acercándose a ti hasta quedar a centímetros de tú rostro.

–Gracias por compartirlo conmigo.–Susurró, mientras te abrazaba y te acercaba a él para poner tú cabeza bajo la suya, dejando pequeños besos en ella.

Ambos terminaron quedándose dormidos abrazados, disfrutando de la compañía y el afecto que se estaban demostrando.

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