☢ Fórmula 17 ☢

Con los nuevos sucesos, Hyon estaba más apurada que nunca, no podía creer que lo único que había logrado era acelerar el proceso de retroceso en el cerebro. Una cosa le quedó clara, perfecta no era, distaba de eso y que la mejor científica del mundo tampoco era, quería darse un golpe ¿por qué no era más inteligente? Una pequeña mano se posó en la de ella.

—No te tortures, es sólo un pequeño error, puedes solucionarlo — le animó Jimin con una linda sonrisa, Hyon se fijó en aquel pequeño diente chueco que siempre sobresalía.

No se había fijado en eso antes, últimamente se fijaba más en él, ¿por qué? Además, aquella imperfección no le pareció molesta.

—Gracias — regresó hacia su mesa para seguir trabajando.

El pelirrojo tenía razón, de nada servía ponerse así, lo mejor era seguir intentándolo y esta vez lo lograría. Unas horas después estaba a punto de terminar ese intento, sin embargo un ruido la sacó de su trance, se encontró con un Jimin en el suelo.

— ¿Qué sucede? — Se apresuró a preguntar.

—No es nada — intentaba levantarse, pero unos mareos se lo impedían.

—Estás cambiando — susurró ella.

En el pequeño mundo de Hyon algo comenzó a retorcerse, tiraba de ella y sabía que no era que también estuviera cambiando, lo sabía porque algo pesaba en su interior, era como un dolor que se instalaba en su estómago y se expandía hasta su corazón y cuello, como si estuviera siendo ahorcada. Buscó en la mirada de él algo que le dijera qué pasaba.

—Sigue, no te preocupes por mí — intentó calmarla, pero no podía.

Su mente comenzó a ver lo que pasaría y si no lograba encontrar la solución, se quedarían así para siempre, ambos, pero lo que más le aterraba en ese momento no era volverse una niña, era perder todo lo que había construido con Jimin y BTS. Aquellos momentos que le mostraron, que le hicieron ver lo bien que podía ser tener amigos, una hermana y a Jimin. Poco a poco comenzó a comprender lo que pasaba, era tan simple, sencillo...pero no era capaz de verlo hasta ese preciso momento en el que dejaba de pensar en sólo ella y anteponía a alguien más, a la persona que quería.

—Yo...yo — buscó con la mirada a la fórmula, estar balbuceando no haría nada en concreto, lo mejor que podía hacer era ir a tomar ese gran reto — encontraré la cura — anunció retomando trabajo con más tenacidad.

Sólo debía encontrar la respuesta, si se concentraba la encontraría, debía pensarlo con calma. Respiró profundamente, los números y diferentes combinaciones de químicos llegaron a su cabeza, no tuvo que dudar más porque lo encontró.

Los ojos de Jimin estaban por completo en Hyon, verla esforzarse tan arduamente le hacía tener esperanzas, posiblemente para ella él dejaba de ser alguien sin importancia. Su vista se iba nublando, sentía que lentamente algo se desvanecía en su interior y cuando la chica alzó el recipiente de cristal con un líquido azul, faltaba poco para que desapareciera.

—Dámelo, yo lo probaré — pidió el pelirrojo, pero Hyon se negó rotundamente.

—No, no lo permitiré — miró la botella con ciertas dudas, si aquello salía mal todo terminaría de la peor forma, porque no podría volver a intentarlo.

Todo acababa ahí.

— ¿Qué quieres decir, Hyon? — La voz de Jimin estaba bastante débil.

—Que no te expondré a un peligro como este...no más — sus ojos se agrandaron al escuchar eso de ella.

—Estás... ¿estás anteponiéndome a ti?

La pequeña cabeza de Hyon asintió con los ojos cerrados, le estaba costando el expresarse correctamente y no encontraba muy bien las palabras para decir todo lo que sentía.

—Gracias — dijo él notando el gran esfuerzo que todo ello estaba significando para ella, sabía muy bien que aquel gesto significaba mucho para Hyon.

Demasiado.

—Sin embargo, debo yo probarlo porque si no funciona podrías volver a hacerlo tú y sería nuestra última oportunidad — acercó sus manos a las de ella y tomó el recipiente de la fórmula sobre sus manos con cuidado.

Le sorprendió la calidez de estas a pesar de lo frío que era el laboratorio.

—Tengo miedo — admitió por primera vez la chica, cerró los ojos fuerza y se encogió en su lugar, no quería ver lo que pasaría.

—Yo igual, pero tengo fe en lo que has hecho — sonrió y dicho eso se llevó el recipiente para tomarlo.

Estaba a punto de hacerlo cuando un ruido se escuchó, alguien había interrumpido en la casa. Los dos se quedaron quietos mirándose, ¿qué había sido eso?

— ¡Aquí están! ¡Búsquenlos a todos! — La voz de un hombre gritaba las órdenes.

De un momento a otro dejaron la fórmula en la mesa y fueron a ver qué sucedía, toda la primera planta estaba llena de un humo, al parecer un somnífero.

—Han dado con nosotros — murmuró Jimin luego de asomarse a ver que en la sala estaban varios hombres llevándose a sus compañeros.

— ¿Cómo es posible eso? — Preguntó Hyon, creí que nadie podría dar con ellos, muchos menos con ese tamaño — Además, ¿no estás sorprendidos de su aspecto?

—No sé, lo mejor será regresar abajo e intentar con la fórmula para regresar a la normalidad — empujó a Hyon para que bajaran de nuevo al laboratorio.

Cuando ella ya estaba bajando tres escalones, escuchó un grito detrás.

— ¡No! ¡No me lleven! — Volteó a ver y se encontró con que se estaban llevando a Jimin a la fuerza.

La carita llorosa del pelirrojo la miraba como si lo estuvieran separando de su madre y le hacía señas con su mano para que se escondiera de ellos. Se pegó a la pared para pasar desapercibida y llegó a la puerta para empujarla y que se cerrara.

Puso el seguro y esperó sentada contra la puerta a que se fueran, intentaron abrir la puerta pero tenían más prisa aquellos hombres encapuchados por sacar a los idols, no dudaba que luego regresarían a revisar toda la casa. Con la frente apoyada en las rodillas se quedó rememorando la imagen de Jimin, una y otra vez hasta que algo mojó sus mejillas.

Sabía que no significaba que no lo volvería a ver, pero tuvo mucho miedo en ese momento al verlo siendo llevado a la fuerza. Se levantó y pasó su brazo en su rostro para quitarse las lágrimas, caminó decida hacia la fórmula, ahora sólo quedaba ella.

Miró a su hermana que seguía dormida en una esquina de la habitación y aspiró fuerte antes de beber, iba a ser la última oportunidad para todos de ser salvados.

El líquido fue cayendo por su garganta y luego de haberlo tomado sintió algo extraño.

¿Había funcionado? 

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