058. BTS
Olfateaba a cada instante soltando un sonido de satisfacción ante el delicioso aroma que desprendía la comida de Jin.
Desde hace unos días nos enteramos que el primer concierto sería en los días de mi cumpleaños, siendo específicos dijeron que justo ese día tendríamos un vuelo de más de 10 horas por lo que cualquier festejo medianamente decente sería imposible al pasar todo el día de un lado a otro. Aunque le quise ver el lado positivo desde el principio, podría chantajear a algunas personas con esto y el claro ejemplo de eso se mostraba con el chico de anchos hombros cocinando frente a mí.
—Aún no puedo creer que me hayas convencido de esto —aclara haciéndome reír ya que era como la quinta vez que se quejaba de lo mismo.
Aún no había pensado en lo que querría conseguir del resto de los chicos, sin embargo mi primer pensamiento fue el de conseguir una rica comida preparada de forma especial por Jin. Había lloriqueado, hecho pucheros y algunas rabietas, actuaba como una pequeña a la que no le harían fiesta de cumpleaños, mientras exigía un regalo especial de su parte.
No sé si lo hizo porque cayó ante mis encantos o para hacer que por fin cerrara la boca, pero al final del día se encontraba en la cocina cocinando para mí.
—Sabes que no puedes resistirte a mí, oppa —canturreé colocándome a su lado mientras lo miraba con una sonrisa de inocencia.
—Aish, mejor cállate antes de que me arrepienta.
Guardé el celular con cuidado luego de guardar ese bello momento en una fotografía, sabía que se apoderaría del aparato para deshacerse de tal foto. Mantenía una gran carpeta en mi celular de fotos que le tomaba a Yoongi cuando este no se daba cuenta.
Su risa apenas se apaciguaba luego de las bromas de los chicos, hace un buen rato tan solo volvían a reír por la peculiar risa de Jin oppa. Amaba los momentos así donde podía verlos a todos riendo despreocupados, sin estresarse por nada, sin pensar en nada más que en nosotros mismos. Me reconfortaba a mí misma el verlos tranquilos y disfrutando.
—¿Qué miras? —preguntó de repente observándome.
Quise decirle muchas cosas, cientos de respuestas que lo hubiesen avergonzado frente a los chicos, frases que hubiesen logrado que en su pálido rostro apareciera un notable sonrojo. Para él era divertido hablar como si nada "ponerme a prueba" preguntando cosas para ver cómo ocultaba nuestra relación a los chicos y, aunque yo también sabía jugar a ese juego, ese no era el momento por lo que lo dejé pasar.
—A ti no —aseguré con media sonrisa alzando una ceja antes de irme de ahí, dejándolo con la curiosidad.
Algún día. Algún día podría molestarlo todo el tiempo que quiera.
—Hobi~ —lloriqueo sentándome ahora frente a él—. Deja de ignorarme.
Vi como reía dulcemente aún con la vista fija en su celular—. No te ignoro, cariño.
—Hace media hora no me hablas.
Desde hace algunos días había descargado un juego nuevo y se había enganchado por completo a este, poniéndolo día y noche frente a la pantalla de su teléfono. Aquello me tenía estresada, el conversador y animado Hoseok ahora ni me dirigía la mirada.
Fruncí el ceño escuchando como se quejaba contra el pequeño avatar del juego, bufé a sabiendas de que nada de lo que dijera haría que me prestara atención. Pero si hacía algo...
Lo observé de nuevo al ponerme de pie, aprovechando que había alzado el celular para "jugar mejor" pasé mis piernas a cada lado suyo para acabar sentada sobre su regazo, sin darle siquiera tiempo de hablar tomé su cuello para estampar mis labios contra los suyos. Pude escuchar cómo dejaba su celular en la mesa para de inmediato rodear sus brazos en mi cintura apretándome aún más a él mientras el beso subía de intensidad.
Alejando mis labios de los suyo escuchaba como dejaba salir un suspiro cuando comencé a dar algunos besos en su cuello haciéndolo echar la cabeza hacia un lado. Pero entonces me levanté de repente huyendo de sus brazos.
—Jagi, ¿a-a dónde vas? —pregunta con un hilo de voz haciendo que girara para verlo.
—Oh, tengo cosas que hacer. Tú puedes seguir con tu jueguito.
Metí las manos en la chaqueta al sentir como mis dedos se entumecían, amaba el frío pero casi ni podía cerrar la mano.
—¿Tienes frío? —pregunta Nam a mi lado a lo que yo negué con la cabeza dirigiendo la mirada de nuevo al bello paisaje que podíamos ver desde aquel edificio.
No dijo nada sin embargo unos segundos después sentí como una prenda caía sobre mis hombros. Al girar pude ver como él, con un abrigo menos, apoyaba sus brazos en la baranda de la azotea, pude sentir como mi corazón se aceleraba y lentamente empezaba a calentarse a pesar del helado invierno en Rusia.
Me hacía sufrir, Namjoon sin darse cuenta me hacía sufrir cuando actuaba así conmigo. Sé que sueno egoísta pero cada vez que me mira de forma dulce y cuando cuida tanto de mí hace que me sea completamente imposible olvidarme de él, ignorar todos los sentimientos que me abruman y volver a verlo tan solo como Kim Namjoon, el líder, mi compañero, hermano mayor y mejor amigo.
—Te vas a resfriar —susurro agarrándome a la tela del abrigo, sintiéndome más cálida.
Quizás no por la prenda, quizás por la forma en que la recibí.
—Tú eres más fastidiosa resfriada que yo —asegura con una sonrisa en su rostro que se volvió una risa al ver mi expresión de molestia—. Vamos, sabes que juego contigo.
Solté una exclamación ahogada cuando, sujetándome por la manga de la chaqueta, me jaló hasta tenerme bajo su brazo.
Lo siento, mánager, pero no puedo simplemente no estar enamorada de Kim Namjoon.
Soltando un grito de frustración, el chico se dejó caer en la cama luego de enviarle aquella foto a su compañera. Claro que detrás del título de "compañera" había muchísimo más, muchos encuentros que harían que el resto del grupo perdiera la cabeza.
Ese día ella Jiyoon se había quedado con el resto de la rap line en la agencia ya que trabajaban en el siguiente Cypher. La repentina soledad, cuando el resto de los chicos se fueron a dormir, lo llevó a ponerse a revisar cualquier cosa en su celular, acabando con todas las fotos en su celular hasta que su última opción para matar el tiempo fue entrar en Twitter. Sin rumbo comenzó a pasar por cientos de fanpages, le divertía ver todas las ediciones que las fans hacían además de ver las fotos de los fansites.
Entonces dio con uno de la chica, entró para pasar una a una las publicaciones de la cuenta hasta que se encontró con una reciente foto de la rubia durante la presentación de Dionysus. Vestía una blusa blanca con cuello de tortuga pero con una falda del mismo color con un corte en una pierna, estaba tan combinada con ellos pero vistiendo completamente diferente. Le parecía tonto como, cuando él mismo la había visto en persona ese día, lucía tan cambiada, un aura que no tenía la posibilidad de ver ya que compartía escenario con ella. Su mirada se paseó desde la punta de su cabeza hasta sus altos tocones blancos, sentía cómo algo se encendía en su interior y en ese momento recordó que la chica no se encontraba en la habitación de al lado.
—Agh, ¿por qué se tarda tanto? —se quejó girando en la cama luego casi media hora desde que enviara la foto.
Como si sus súplicas hubiesen sido escuchadas, pudo oír como la puerta de entrada era abierta y cerrada, unos cuchicheos se hicieron presentes haciendo que la expectativa creciera en él, sabía que habían llegado ya que cuando alguno volvía muy tarde trataban de hacer el menor ruido posible para evitar despertar a los demás. Los pasos comenzaron a escucharse por el pasillo haciéndolo sentarse como un resorte en el borde pensando que en cualquier momento Jiyoon entraría por la puerta, y así fue.
La rapera cerró la puerta a sus espaldas para quedarse de pie observándolo mientras se quitaba la gorra negra dejando ver su corta y rubia cabellera, además de su expresión seria. Jimin se quedó completamente paralizado al no saber qué hacer ni que decir, toda la valentía que acumuló para enviarle la foto se desvaneció en un santiamen.
Pero la reacción de la chica fue completamente lo opuesto a lo que se imaginaba.
—¿¡Estás loco!?—exclamó en un susurro para comenzar a golpearlo con la gorra—. Hoseok tenía mi celular y ahora no deja de molestarme, ¡voy a matarte!
Una sonrisa apareció en el rostro de Jiyoon cuando vio esa foto, le parecía tierno verlo usando aquel vestuario para el drama que estaba filmando, claro que no era la primera vez que lo veía, pero cada vez seguía viéndose más lindo. Guardó el celular en el bolsillo de su chaqueta viendo con emoción por la ventana de la camioneta donde viajaba, estaba camino a visitarlo en el set pero había ocultado esta visita para sorprenderlo.
Tal vez por el entusiasmo no se habría dado cuenta de que había llegado al set de no ser porque el chofer llamó su atención para indicar la llegada. Volviendo a la realidad agradeció para bajarse con rapidez, metió las manos en sus bolsillos para emprender el camino hasta la puerta de entrada que obviamente era vigilada por un hombre bastante corpulento.
Sintió un poco de miedo al llegar frente a él, de cerca lucía bastante más intimindante, sin embargo este, ni bien la reconoció, se puso hacia un costado abriendo la puerta para ella. Luego de inclinarse frente a este se apresuró a entrar al lugar para comenzar a recorrer pasillo tras pasillo, siguiendo tan solo el mapa que había hecho en su mente la primera y única vez que Taehyung la había llevado al set. Esperaba no perderse.
—¡Si viniste! —fue lo único que escuchó justo antes de ser apresada entre unos brazos—. ¡Sabía que si ibas a venir!
Rodé los ojos cuando, de nuevo, Jungkook respondió a la pregunta con un simple "ujum". Estaba realmente insoportable, actuaba como un adolescente enojado en vez de como un adulto maduro y responsable, ¡no era nuestra maldita culpa tener una reunión que le impedía estar en la venta del super nuevo videojuego que quería comprar!
Vimos como el CEO lo miraba y luego a nosotros pidiendo una explicación sobre su actitud.
—El niño quería comprar un videojuego y no pudo —digo con simpleza siendo apoyada por el resto de los chicos.
—¡Era la pre venta, luego ya no lo compraré! —exclamó de repente diciendo por fin algo coherente, algo más un monosílabo.
—Es un tonto juego, ¿por qué no solo lo compras por internet? —pregunta un Suga bastante fastidiado, es uno de los que tiene muy poca paciencia cuando alguno de los integrantes de ponen a actuar de forma infantil.
—Como si fuera tan malditamente fácil —gruñe antes de ponerse de pie y salir de la sala sin importarle los llamados del líder ni los regaños de Jin por su lenguaje.
Suspirando Hitman nos dijo que en otro momento terminaríamos la reunión ya que el maknae se encontraba de tan mal humor, pero nosotros no dejaríamos que nos quitaran algún otro día libre para terminar los planes del álbum.
Poniéndome de pie informé que yo lo buscaría y sin esperar nada salí de la sala para ir por él, y no tuve que buscar mucho ya que se encontraba sentado contra la pared frente a la puerta, exactamente con la misma expresión que tuvo toda la reunión.
—¿En serio estás así por un juego? —me quejo ante su repentino comportamiento, pero sin decir nada me dio una mirada gélida—. Mira, hagamos algo; yo te compro ese juego y tú vuelves a la reunión como un buen niño, ¿bien?
—Pero... —alcé mi mano para no dejarlo terminar lo que fuera que iba a decir.
—Tú confórmate con que tendrás tu jueguito, ahora ponte de pie, entra a la sala y deja de actuar como un bebé llorón —ordeno señalando la puerta para que entrara.
Este, luego de bufar una última vez, se pone de pie para sacudir su trasero de quien sabe qué sucio y pasa por mi lado para hacer lo que yo le dije. Justo antes que entrara sujeté la capucha de su sudadera para jalarla y descubrir su cabello.
—Y deja de ponerte así, luces emo —regañé escuchando su risa por primera vez en el día.
Dios, no es fácil ser una integrante de Bangtan, realmente merezco un premio para mi paciencia.
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