Ambos caminaban por el centro comercial mientras sostenían las bolsas con la ropa y los zapatos que recién compraron, habían aprovechado su pequeño descanso para salir y darse un merecido regalo a ellos mismos, un lujo de vez en cuando no era malo. Sin embargo habían decidido ir solos ya que si salían en un grupo numeroso llamarían la atención con muchísima rapidez, además de que tardarían mucho más esperando por ellos, ni imaginar si hubiesen llevado a Taehyung. Pudieron haber estado al menos una hora esperándolo escogiendo entre dos pares de zapatos.

Mantenían una amena conversación sobre los lugares donde podrían ir ahora a comer, cuando pasaron frente a una vitrina donde Namjoon no pensaba ni en un millón de años detenerse, de no ser claro porque de repente se quedó hablando solo. Al girar vio al mayor de pie viendo fijamente las joyas del otro lado del vidrio.

— ¿Hyung? —preguntó acercándose a de nuevo a él, este miraba demasiado entretenido la colección de anillos.

— ¿Crees que a Jiyoon le gustarían? —regresa la pregunta ahora mirándolo a él.

Esto lo dejó muy confundido, la chica no era la mayor amante de la joyería, a decir verdad no lo es de cualquier cosa que fuera costosa. Para ella recibir algo más que una camiseta ya es mucho pedir. En definitiva no le gustaría un anillo de esos.

¿Por qué querría un anillo de compromiso?

—Ven —dijo y, sin esperar su respuesta, se adentró en la tienda. Namjoon no preguntó nada, aunque ganas no le faltaban—. ¿Sabes? He pensado en comprarle uno.

— ¿Un anillo? —Este simplemente asintió ante la pregunta haciéndolo fruncir el ceño—. Hyung, estos anillos son de compromiso y…

—Lo sé, ¿no crees que le gustaría este?

Señaló a través del vidrio un anillo con un diamante cuadrado en el centro. No entendía nada de lo que sucedía, no comprendía porque Seokjin hablaba así tan de repente, de dónde había sacado esa idea.

De repente se sintió abrumado con la noticia, no era como le estuviera diciendo que se casarían en dos meses, pero aún así era algo que no podía asimilar con tanta rapidez. Así que sin importarle realmente cualquier cosa se giró alejándose del lugar ignorando el llamado del mayor, se mantuvo así todo el camino de regreso al estacionamiento, de la misma forma entró al auto descargando la frustración con un grito que solo él escuchó.

Dejó caer su frente en el volante sintiendo mucha rabia acumulada, pero más que todo era miedo. Un miedo que ya conocía: miedo a perder a alguien.

No supo cuanto tiempo pasó sentado solo en el auto hasta que escuchó la puerta de copiloto abrirse y cerrarse luego de que el mayor entrara en silencio, quedando ambos ahí sentados en completo silencio. Namjoon no pensaba hablar aunque sabía que iban a hacerlo, y Seokjin sabía que debían hablar, pero no sabía cómo empezar.

—Namjoon-ah, ya no soy un niño —comentó entonces mirando al rapero quien mantenía su rostro hacia el suelo—. En unos años iré al ejército y…

—No es como si no fueras a volver —reclama encarnándolo, sintiéndose realmente fastidiado por su “excusa”.

—Sé que quiero pasar el resto de mi vida con ella, ¿por qué debería esperar?

No supo qué respuesta darle, en el interior sabía que tenía todo el derecho de sentirse así, pero le aterraba que ella lo sintiera igual. ¿Qué pasaría si ellos maduramente decidían estar listos para casarse? Él se quedaría a un lado aún sentía que era demasiado joven, era lo que odiaba de ser menor que ambos.

—Yo no quiero casarme con ella, no haría algo que solo uno de nosotros puede hacer —dice al ver la expresión del menor confundiéndolo aún más—. Sé que ambos no podríamos casarnos con ella, sería injusto que uno lo hiciera y el otro no, es exactamente igual que con los niños.

—Jiyoon sueña con ser madre —asegura ahora más calmado.

Este comentario puso una pequeña sonrisa en el rostro del mayor aún cuando sonaba algo desanimado, al menos ya el sentimiento que predominaba en él ya no era enojo. Es más fácil consolarlo que bajar su rabia.

De repente se sentía entusiasmado, en realidad nunca se habían sentado a hablar sobre un futuro, era algo desconocido que dejaban a un lado al ser algo serio de lo que debían hablar peor debían hacerlo los tres juntos. Sin embargo, Jin quería saber lo que el menor pensaba de sus planes, o sus sueños.

—Podemos adoptar a un niño o niña, a Jiyoon le encantaría la idea —sugiere con una sonrisa viendo como Namjoon asentía siéndole más difícil no mostrar la sonrisa que luchaba por mostrarse—. Además, el hecho de que le dé un anillo de compromiso no significa que por obligación no casaremos. Al menos eso es lo que yo opino.

— ¿Algo como un anillo de promesa? —pregunta obteniendo una respuesta afirmativa con mucha emoción de Jin.

—No debes sentirte presionado a nada a lo que no estés preparado —empieza a decirle poniendo una mano sobre su hombro—. El hecho de que ambos hayamos empezado a salir con ella al mismo no significa que siempre será así. Mira, primero la besaste tú porque te sentías listo en ese momento, ahora yo me siento preparado para comprometerme con ella, pero tú no estás listo aún y eso está completamente bien.

De nuevo el vehículo fue inundado por un silencio solo que ahora el ambiente no presentaba tensión alguna, todo estaba bien de nuevo.

Namjoon lo comprendía, Seokjin no había nada incorrecto a su parecer. Ahora que lo pensaba y se veía, actuó bastante inmaduro al irse de esa forma dejándolo solo. Se sentía como un tonto al
haber pensado de esa forma, entre los tres había una plena confianza desde muchos años antes de siquiera empezar esta relación, no comprendía como se había dejado llevar tan bajo por estas inseguridades suyas.

—Ahora, ¿quieres volver allá dentro y ayudarme a escoger uno? —preguntó mientras se sonreían uno al otro, pero entones el rapero soltó una pequeña risa mientras encendía el automóvil.

—Tengo mucha pereza de caminar de nuevo, otro día volveremos.

Y así retomaron su amena conversación sobre la reacción de Jiyoon al ver el anillo y también daban sus imágenes mentales a cómo serían sus hijos, diciendo siempre Seokjin que seguramente serían tan hermosos como él sin importar no ser su padre biológico.