026. Hoseok
La atención de todos estaba puesta en diversas cosas, mientras unos como Tae y Kook jugaban un video juego, otros como Yoongi y Namjoon estaban más alejados hablando sobre algo, según lo poco que escuché, de unas letras. Yo estaba más bien entretenida practicando trucos con Yeontan y dándole algunas golosinas.
Todo bastante normal.
El único que faltaba de los ocho era Hoseok quien desde hace un gran rato se había ido a darle una sorpresa a su hermosa y cariñosa novia. ¿Se nota que me cae pesado? No, no es por el simple hecho de que sea su novia, sino que ella en sí es una persona realmente despreciable. Todo el mundo sabe que hay una gran diferencia entre ser una mala persona y demostrarlo, y ser una mala persona y actuar como quien no rompe un plato. Pero la muy hija de su santa madre ha roto toda la vajilla.
Según tengo entendido hoy eran sus 200 días juntos, sí, creo que ese era el número que aparecía en el pastel que fotografió y me envió al comprarlo. Agh, espero que sea alérgica a lo que sea que contenga el postre.
Y antes de que lo digan, no, no hablo así de ella por celos, mucho más allá de eso y hablando tal vez como la mejor amiga de Hoseok, al menos chica, puedo decir que él se merece algo millones de veces mejor que ella. Merece alguien que lo quiere tanto o más que lo que él lo hace, pero es muy difícil que ella en realidad pudiera cumplir con ese requisito.
Bueno, tal vez si esté un poco celosa.
— ¿Creen que Hobi hyung vuelva hoy? —preguntó Jimin con una pequeña risa ante su muy clara insinuación.
Bajé la mirada inconscientemente preparándome de nuevo para una sesión donde los chicos no hacían más que bromear con cosas acerca de esta relación, cosas que muchas veces yo no sabía, no quería saber o en su defecto no quería ni escuchar.
Sé que es completamente normal que entre amigos, mejores amigos se cuenten este tipo de cosas pero tengo la suerte que, tal vez por vergüenza o respeto, Hoseok nunca ha tocado ese tipo de detalles hablando conmigo.
—Esta receta se ve deliciosa —dijo de repente el mayor cortando el hilo de la emergente conversación. Lo agradecí internamente y sonreí leve hacia él cuando me miró de reojo.
— ¿Pollo con cebada? —reí por el tono de niño malcriado que Jungkook usó viendo por sobre el hombro de Jin su celular leyendo la receta.
Pero mientras estos comenzaban a discutir sobre si hacerlo o no la puerta fue abierta con fuerza haciendo que todos miráramos a la vez.
Por esta entró un furioso o triste —no lo puedo afirmar de primero— Hoseok aunque la mayoría de las miradas siguieron un ramo de flores que con, ahora si lo afirmo, fue arrojado a través de la sala hasta chocar con la pared.
Ninguno sabía que hacer mientras lo veíamos batallar con uno de sus zapatos pues el enojo que tenía encima no lo dejaba quitárselo bien para dejarlo en la entrada, solo entonces pude verlo bien: se encontraba llorando.
Solo que cuando me iba a levantar él sin siquiera girar hacia nosotros por primera vez soltó un grito yéndose a grandes zancadas a su habitación.
— ¡No quiero ver nunca más a una chica en mi vida!
Me quedé completamente helada en mi lugar, sé que no lo dice por mí pero como cualquier chica que lo hubiese escuchado sentí una verdadera aversión a pasarme frente a él. Sin embargo cuando giré para ver si alguno otro iba a levantarse para ir tras él me encontré con las seis miradas sobre mí.
—Ve y dale un abrazo hasta que llore —sugirió en su tono de líder haciendo un ademan con la cabeza señalando el lugar por donde se había ido.
Bufando y sin poder, ni querer, decir que no me encaminé tras sus pasos con un poco de nervios surgiendo, realmente no sabía qué hacer. ¿Por qué todos confiaban en que yo debía consolarlo de lo que le hubiese sucedido?
Cumplí tocando dos veces a la puerta antes de entrar aún cuando esta se encontraba medio abierta, y entonces lo vi sentado en el suelo con ambos codos sobre sus rodillas y las manos cubriendo su rostro y su llanto.
— ¿Yo entro en esas chicas que no quieres ver nunca más? —pregunté en un susurro tratando de no alertarlo, pero cuando me vio de inmediato bajó de nuevo su vista al suelo a la vez que extendía su mano hacia arriba en mi dirección.
No lo dudé mucho antes de dar los pasos con rapidez y tomar su mano, solo que no contaba con que jalara de esta con más fuerza de la que me imaginaba haciéndome caer casi sobre él para ahora abrazarme fuertemente siendo ahora más audibles sus sollozos los cuales ahora se ahogaban contra mi cuello.
—E-Ella terminó conmigo —gimió aumentando su llanto, y también despertando mi enojo—. Dijo que, ella dijo que yo no le prestaba atención y que buscó a alguien que si lo hiciera.
A este punto yo estaba casi echando humo por las orejas, nunca había sentido tal ira o al menos no que lo recordara. Usualmente el sentimiento al que me enfrento consolando a alguno de los chicos son las ganas de ponerme a llorar con ellos, verlos triste me entristece tanto que muchas veces otro tiene que venir para que los dos dejemos de llorar. Es como un círculo vicioso.
Pero ahora solo estaba furiosa, tenía tanto enojo que solo quería soltarlo e ir a buscarla para traerla a jalones del cabello para hacerla disculparse con él, aún sabiendo que eso no arreglaría nada.
—Yo nunca encontraré a alguien como ella —se lamentó ahora volviendo a llorar y no lo soporté más. Forcejee con él para soltarlo y de inmediato ponerme de pie bajo su atenta y húmeda mirada.
—Tendrás mucha suerte de no encontrar a nadie como ella jamás —recriminé sintiendo el enojo crecer—. Ella es horrible y no se merece en lo más mínimo que estés aquí llorando por su causa.
—Pero… yo la amo.
— ¡Pero ella a ti no! —por fin alcé la voz cuando se puso de pie. Tenía que hacerlo abrir los ojos— Tú compraste un pastel para ella, le llevaste flores, la llevaste a una increíble cita y ella solo terminó contigo por alguien más, ¡y aún así lloras diciendo que la amas! Es estúpido amar a alguien que te hace tanto daño intencionalmente, es masoquista, Hobi.
Lo veía observar el suelo y podía visualizar una que otras lágrimas cayendo de sus ojos haciendo que suspirara formulando bien en mi mente mis siguientes palabras.
—Ella nunca te amó como tú lo hacías, no lo veías pero yo soy chica y sé cuando una chica miente y finge, somos expertas en ver esas cosas —murmuré acercándome buscando una de sus manos.
No supe en realidad que más decirle, pero seguí el consejo de Nam y solamente lo abracé. Aún lloraba, sentía sus lágrimas mojando mi brazo desnudo debido a mi camisa sin mangas, aunque ya no era llanto a sollozos, era más calmado completamente lo opuesto al intenso llanto de hace unos momentos.
De un momento sentí una solitaria lágrima bajando por mi mejilla, esta no era de tristeza ni mucho menos, en realidad estaba algo aliviada de que por fin esa horrible relación hubiera terminado, esta en cambio era de pura impotencia. Odiaba la sensación de tener que calmar su llanto mientras esa perra seguramente estará por ahí sonriendo y pasándola de lo mejor con su nuevo novio.
Tanta impotencia era insoportable.
— ¿Me dejarías ir a golpearla? —Pregunté en voz baja cuando por fin se separó de mí secando su rostro con sus mangas— Por favor.
—Claro que no —dijo con seguridad aún cuando el sonido salía levemente.
—Hobi~ —me quejé tratando de alegrarlo un poco aunque ni una pequeña sonrisa apareció en su rostro.
—No quiero que te metas en problemas por mí, Yoonie —susurró quitándose su gorra y poniéndola sobre mi cabeza antes de dejar un beso sobre mi frente—. No lo valgo.
Lo esperaba cuando me pidió dejarlo solo en su habitación y aunque no quería irme casi mecánicamente caminé fuera sintiendo como la puerta se cerraba detrás de mí. Como una tonta me quedé de pie ahí en el pasillo mirando a la pared sintiendo como hervía mi sangre al escuchar levemente un sollozo del otro lado, apreté tan fuerte los puños que sentí como se enterraban las uñas en mis palmas.
Enfurecida giré dando la cara a la puerta completamente preparada para hacer una gran estupidez.
— ¡Deja de llorar por ella! —grité por completo enfurecida, pero no con él—. ¡Ella no hizo más que lastimarte, nunca te amó como yo lo hago y nunca lo hará! ¡Nadie lo hará!
Ya tenías los ojos preparados para llorar cuando escuché los pasos viniendo hacia mí, no tenía que girar para encontrarme con los chicos y tampoco creía poder soportarlos.
—Jiyoon…
— ¡Siempre lo he hecho y nunca te has dado cuenta! —ya casi no tenía fuerzas para gritar— Pero sigo aquí, Hobi.
[Recuerden que los pedidos están abiertos, babes.]
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